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AMÉRICA LATINA VIVE UNA PARADOJA: ABUNDAN LOS REGÍMENES DEMOCRÁTICOS, PERO TAMBIÉN LOS POBRES

 
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americalatina28 de junio de 2014

Hace cuatro décadas casi todos los gobiernos en América Latina (AL) eran autoritarios y sólo Colombia, Costa Rica y Venezuela elegían con regularidad a las autoridades públicas mediante procesos electorales libres, abiertos y competitivos. Hoy, pese a sus carencias y déficits, la democracia es la forma mayoritaria de gobierno en la zona.

No obstante, la situación es paradójica, pues es la única región integrada por gobiernos con estas características en casi todos los países, pero amplios sectores de su población tienen un nivel de vida por debajo de la línea de pobreza.

“En América Latina la distribución del ingreso es la más desigual, las tasas de homicidios las más elevadas y sus niveles de corrupción están entre los más altos del mundo. En ninguna otra parte se da esta combinación, lo que repercute en la calidad política y de vida”, abundó Daniel Zovatto, director regional para AL del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA Internacional).

“Asistimos, en el plano global y regional, a un cambio de época más que a una época de cambios”, señaló en la conferencia magistral El estado de la democracia en América Latina, que abrió el Seminario Internacional Derechos Políticos, Instituciones Electorales, Sistema de Gobierno y Democracia, organizado por el IIJ en colaboración con los institutos Iberoamericano de Derecho Constitucional (IIDC) y Nacional Electoral (INE), el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), la Fiscalía Especializada para la Atención de los Delitos Electorales (Fepade) y el IDEA Internacional.

“Como advierte Alain Touraine en El fin de las sociedades, la transición del capitalismo industrial al financiero y especulativo ha vuelto inservibles —al vaciarlas de contenido— a casi todas las categorías políticas sociales del pasado: Estado, nación, democracia, clase, familia, las cuales nos ayudaban a construir la sociedad, pensar en sus prácticas y gobernar”.

Al respecto, añadió que la World Values Survey (Encuesta Mundial de Valores) revela un crecimiento del consenso en la importancia de las libertades individuales y la igualdad de género, así como en la intolerancia al autoritarismo, que explica la insatisfacción generada por los sistemas políticos y las instituciones gubernamentales.

“Una de las características centrales del proceso democratizador en AL son los desajustes entre política y sociedad”, explicó.

Sobre este punto indicó que, en las últimas décadas, estas discrepancias (y las crisis de gobernabilidad que las acompañan) condujeron a los países de la zona a una agenda de reformas constitucionales, políticas y electorales dirigidas a equilibrar, ajustar y sintonizar sus sistemas con realidades sociales dinámicas y las exigencias de la ciudadanía, que demanda más y mejores niveles de representación, participación, eficacia de gestión, transparencia y rendición de cuentas.

“En resumen, la región puede mostrar, por primera vez en su historia, 35 años de gobiernos democráticos, con algunas salvedades. Sin embargo, persisten las desigualdades, los indicadores elevados de pobreza, así como debilidad institucional y altos niveles de corrupción y violencia —en buen número de países—, lo que ha producido un aumento de la insatisfacción hacia las autoridades”.

En otras palabras, AL ha construido una democracia de mínimos que ha durado tres décadas y media por primera vez en su historia. Ahora, añadió, el reto es construir una de calidad, incluyente, gobernable y sostenible.

En la inauguración, César Astudillo, del IIDC, afirmó que en las últimas tres décadas se han intensificado los procesos de transición y consolidación democrática en la región a partir del reconocimiento y la protección de los derechos de participación política-electoral de los ciudadanos; el impulso de sistemas de partido cada vez más plurales, representativos y competitivos; el fortalecimiento de una institucionalidad en el rubro, asentada en las máximas de independencia, imparcialidad y especialización, y la paridad de condiciones para la competencia entre candidatos.

“Esto ha dado como resultado el perfeccionamiento incesante de la arquitectura institucional que acompaña a estos procesos”.

Por su parte, Diego Valadés, investigador del IIJ, destacó que así como hace 40 años los problemas que aquejaban al hemisferio se referían a la presencia dominante de regímenes militares, hoy el énfasis está en los derechos políticos, las instituciones electorales, los sistemas de gobierno y la democracia.

“Esta agenda denota que los sistemas abiertos están siempre en movimiento. Los únicos que se detienen son los autoritarios, para los que la clave está en no modificar nada, los otros tienen como eje el cambio”.

En tanto, Luis Raúl González Pérez, abogado General de la UNAM, indicó que la nación siempre ha contado con su Universidad en los momentos decisivos de su devenir.

“En el actual no podría ser la excepción. Su convocatoria y participación en este encuentro académico así lo evidencia. Desde diversas modalidades de sus funciones sustantivas, la Universidad contribuye al fortalecimiento y revisión de los principios rectores y bases del andamiaje normativo político-electoral”, concluyó.

Créditos: UNAM-DGCS-371-2014

VÍCTIMA Y VICTIMARIO, LAS DOS CARAS DE LA MONEDA

 
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victimaovictimarioUna víctima de la violencia es aquella que experimenta una agresión física o psicológica de otra persona o entidad, que afecta su cuerpo y mente y vulnera sus derechos y vida cotidiana.

Del lado opuesto está el victimario que, por medios violentos y perversos, ejerce una agresión y somete a una persona, fuera de los códigos éticos y normativos –en distintos grados, incluso hasta causar la muerte–.

“La agresión no sólo se ejerce contra la víctima, sino contra su entorno, es decir, repercute en todas las personas relacionadas. Un ejemplo son los casos de desaparecidos en México, en los que los familiares y amigos también sufren y se convierten en víctimas en segundo grado. Esto debe destacarse para no minimizar la resonancia de la violencia en el entorno familiar y social”, dijo Alfredo Guerrero Tapia, profesor e investigador de la División del Sistema de Universidad Abierta de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM.

La víctima

En una línea de su análisis al respecto, Guerrero Tapia ha concluido que la víctima desarrolla resentimiento y deseos de venganza, mismos que emergen si no hay una fórmula de justicia y confianza. En toda acción violenta hay esos sentimientos, de ahí que históricamente se haya creado la institución jurídica para contenerla. Asimismo, la víctima se siente desamparada y desprotegida, señaló.

Con respecto a los niños, la institución jurídica es insuficiente para atender todos los episodios de violencia intrafamiliar. Un infante agredido desarrolla una especie de inhibición patológica que, en algunos casos, representa un caldo de cultivo para que ingrese posteriormente al crimen organizado.

Otro aspecto analizado por el profesor e investigador universitario –que por años se ha dedicado a analizar la condición de la víctima de la violencia y del victimario–, es el que se relaciona con el trauma que deja esa situación.

“Quienes son violados en su niñez (agresión generalizada cuya magnitud no se refleja en las estadísticas) quedan con una secuela difícil de superar. Tienden a tener un desempeño sexual deficiente en su vida adulta, incluso es complicado ayudarlos con terapias, pues hay una memoria en el cuerpo y una re-simbolización que no deja de surgir”.

Un complejo proceso documentado ampliamente, pero que hasta la fecha no ha sido entendido a cabalidad por los estudiosos, es el síndrome de Estocolmo (identificación que siente la víctima con su victimario).

Sin embargo, hay una constante en todos los tipos de víctimas: desarrollan resentimiento, deseos de venganza y una inhibición en su vida cotidiana.

El victimario

En opinión del especialista, el victimario es un individuo que se ha vuelto perverso porque se encuentra inmerso en una condición social que se nutre de todos los tipos y escalas de violencia propicios para ese comportamiento. “Tiene un grado de perversión y alienación generado por la desregulación de las instituciones”.

Ahora bien, se ha dicho que cualquier individuo es proclive a convertirse en posible victimario (incluso se ha tratado de “patologizar” esta condición desde la psicología), pero esto es erróneo.

Si se revisan los expedientes puede advertirse que fueron víctimas de violencia directamente en la familia, el trabajo o la propia sociedad. En el caso de la intrafamiliar y escolar, los victimarios son adultos (padres, profesores y directivos); por lo que respecta a grupos migrantes, es el Estado o algún grupo social. Muestran un perfil variado con un denominador común: reportan acciones perversas, explicó.

El contexto social

Al extenderse la violencia a los espacios de la vida pública y familiar, incluso íntima, hay que preguntarse dónde está su origen.

“Como muchos estudiosos, me he percatado que se ha naturalizado, se ha hecho costumbre. Esto es grave porque si las relaciones que establece un individuo las formula, las piensa y las vive a partir de la violencia, se crean y activan en forma permanente mecanismos de defensa que convierten la vida cotidiana y social en un problema que no se puede remontar en el corto plazo”, aseguró Guerrero Tapia.

En el contexto mexicano, las instituciones sociales se han degradado, sobre todo el sistema de justicia, y cuando éste pierde credibilidad y las demás instituciones (religiosa, familiar, política y educativa) tampoco tienen poder parar regular la vida social, aflora la violencia.

“Esta situación se vive en México desde 1988, cuando se dio un viraje en el modelo de desarrollo. Además, las políticas públicas para enfrentarla y disminuirla no se dirigen a lo central, que es fortalecer las instituciones”.

Según el universitario, el fenómeno se incrementó a partir de que el Estado se retiró del espacio público y así se canceló una normatividad que regulaba la vida pública en los ámbitos fundamentales: político, social y familiar.

“Hay estudios concluyentes en los que se plantea que en el momento en que el Estado se retira de sus responsabilidades sociales, se rompe toda norma y comienza la imposición de un sujeto sobre los que considera más débiles. Es en ese contexto donde se debe buscar al responsable”, finalizó.

Créditos: UNAM-DGCS-171-2014

Más del 50% de alumnos de bachillerato han padecido “bullying”

 
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29 de octubre de 2013

Las formas más comunes de Bullying uso de apodos, burlas contra otros y reírse de los demás cuando se equivocan.
Las formas más comunes de Bullying uso de apodos, burlas contra otros y reírse de los demás cuando se equivocan.

Por medio del internet y otras tecnologías se ha intensificado

Las formas más comunes de bullying: uso de apodos, burlas contra otros y reírse de los demás cuando se equivocan

En promedio, más de la mitad de los jóvenes que asisten a las escuelas de nivel medio superior han padecido o sufrido algún tipo de bullying, aseguró la profesora e investigadora del Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos (CECyT-13) “Ricardo Flores Magón”, del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Alicia Sánchez Jaimes.

Puntualizó que lamentablemente el fenómeno del bullying no se ha podido erradicar de las escuelas, independientemente del nivel escolar; incluso, por medio del internet y otras tecnologías se ha intensificado.

Durante su participación en el XIV Simposium Internacional “Aportaciones de las Universidades a la Docencia, la Investigación y el Desarrollo” que organizó la Escuela Superior de Ingeniería Química e Industrias Extractivas (ESIQIE) del IPN, Sánchez Jaimes indicó que el bullying se encuentra presente en todos los niveles educativos.  2

“Por ello resulta importante conocer las circunstancias que lo originan, cómo detectarlo, prevenirlo y disminuir los altos índices de violencia”, manifestó la académica politécnica.

Refirió que para conocer la magnitud de este fenómeno social llevó a cabo una investigación en el CECyT-13, donde se aplicó el “Auto-test CISNEROS sobre acoso escolar” para evaluar la tasa global de bullying.

Esta escala se aplicó a una muestra de 200 estudiantes de los turnos matutino y vespertino; se confirmó que 55 por ciento de los estudiantes encuestados han sido víctimas de intimidación y que las formas más comunes son el uso de apodos, burlas contra otros y reírse de los demás cuando se equivocan.

La investigadora señaló que los problemas de la sociedad también se ven reflejados en el ámbito escolar, manifestándose en acoso escolar. Ante ello, consideró importante atacar este fenómeno con la finalidad de proponer soluciones y medidas preventivas.

Precisó que en términos generales, el bullying comprende todas las actitudes agresivas, intencionales, eventuales o repetidas que ocurren sin motivación aparente, adoptadas por uno o más alumnos sobre otro compañero de escuela causando dolor, angustia y ejecutadas dentro de una relación desigual de poder.

“Por consiguiente, los actos agresivos, eventuales o repetidos entre iguales y el desequilibrio de poder son las características esenciales que vuelven posible la intimidación de la víctima”, indicó. Citó que empujar, patear o lanzar objetos son las formas más comunes de maltrato físico; las agresiones verbales son insultos y motes, menosprecio en público y resaltar defectos físicos, mientras que las sicológicas tienen como propósito minar la autoestima del individuo y fomentar una sensación de temor.

En tanto, agregó, las agresiones sociales pretenden aislar al joven del resto del grupo y compañeros; las de tipo sexual se relacionan al asedio, inducción o abuso sexual, y el  3bullying cibernético es el acoso anónimo o abierto que se registra por medios electrónicos interactivos.

En su ponencia, Alicia Sánchez Jaimes recomendó a las autoridades escolares de todos los niveles educativos llevar a cabo investigaciones periódicas en las comunidades estudiantiles que incluyan el mayor número de individuos posible. También sugirió difundir los resultados entre la comunidad escolar con el propósito de definir alternativas de solución, efectuar actividades en las que se incluya a los padres de familia, detectar los casos de hostigamiento escolar e implementar normas de cero tolerancia a la agresión. Con ello, la investigadora politécnica planteó canalizar a las instancias pertinentes a los acosadores y acosados, e inclusive a las familias involucradas, ya que a través del comportamiento de los jóvenes se puede entrever la problemática en la dinámica familiar.

Insistió que el bullying tiene graves repercusiones personales y sociales que pueden ir desde la falta de confianza en sí mismo, depresión, estrés, enfermedades psicosomáticas y hasta el suicidio como última salida ante un sufrimiento extremo.

Créditos: IPN-C-280

Arte forense, una forma de responderle a la violencia.

 
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Esta exposición de fotografía y narrativa es una muestra que promueve las formas de acercamiento a las víctimas de la   violencia a manera de protesta.
Esta exposición de fotografía y narrativa es una muestra que promueve las formas de acercamiento a las víctimas de la violencia a manera de protesta.

29 de Octubre del 2012

En “El Nuevo Arte Forense”, proyecto de fotografía y narrativa de Jairo Orrego, se abordan problemáticas sociales a partir de la labor forense y el trabajo con las víctimas de la violencia.

Jairo León Orrego, médico forense de la Universidad Nacional de Colombia y quien realiza actualmente la maestría en Escrituras Creativas en la UN,  es  funcionario del Instituto Nacional de Medicina Legal, entidad en la que viene desarrollando una línea de trabajo denominada “Nuevo arte forense”, con la que busca combatir y repudiar la violencia, intentando transformar la realidad.

“El arte forense que ahora proponemos es arte verdadero, en respuesta a la violencia y al servicio de la justicia, pero en la forma en que el arte siempre lo ha hecho: generando sensaciones, ayudando a tomar conciencia, siendo en sí mismo una alternativa diferente a la violencia”.

Este nuevo arte pretende utilizar la especial sensibilidad de los artistas, así como el poder que tiene el arte para conmover, en la búsqueda de soluciones al conflicto que desde hace tanto se vive en nuestro país, al igual que en muchas partes del mundo”, comenta Orrego.

Entre sus trabajos se encuentra “Ángeles bocarriba”, exposición fotográfica acompañada de textos literarios, con la cual se inauguró la línea de trabajo del nuevo arte forense en el año 2008. Su trabajo lo expuso por primera vez en el Instituto de Medicina Legal.

También está “Mírame a los Ojos”, producto de su trabajo en la Unidad de Reacción Inmediata (URI) de la Fiscalía, con personas víctimas del maltrato, de violaciones y lesiones personales. Son ojos de mujeres agredidas acompañados de un texto que busca la reflexión; se trata de una recopilación de fotografías que le sirve para hacer una reflexión sobre la violencia de género.

Por otra parte, está su libro “Apología de la ternura”, donde “escribir sobre la muerte es un verbo que solo conjuga bien quien se ha acercado a ella sin ser su víctima”.

Como maestrante proyecta la realización de una novela forense, así como un monólogo teatral que escenifique la sensibilidad y percepciones frente a la vida y la muerte de las víctimas de las violencias en Colombia.

Con esta nueva línea de investigación artística, que se asoma a las salas del Claustro de San Agustín, el médico forense espera promover nuevas formas de acercamiento a las víctimas de la violencia y fomentar el arte como un escudo, como una respuesta.

Esta es la primera charla presentada como parte de la agenda paralela de la Exposición temporal “Elementos del Crimen” del Museo de Ciencias Forenses de la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales de la UN, que se puede observar en el Claustro de San Agustín, sede de la Dirección de Museos y Patrimonio Cultural de la UN.

Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

Prueban con éxito programa terapéutico mediante realidad virtual, para víctimas de violencia criminal

 
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La prevalencia a escala mundial de ese síndrome es de 25 por ciento de las personas que atestiguan hechos de violencia; en Ciudad Juárez, la cifra podría alcanzar el 27.5 por ciento.
La prevalencia a escala mundial de ese síndrome es de 25 por ciento de las personas que atestiguan hechos de violencia; en Ciudad Juárez, la cifra podría alcanzar el 27.5 por ciento.

20 de Agosto de 2012

Su hermano fue asesinado en una calle de Ciudad Juárez junto a otro muchacho. Desde entonces, para evitar recordar y sentir tanto dolor, dejó de pasar por el lugar de los hechos, de escuchar las canciones que le gustaban al joven fallecido y de entrar a su habitación, porque al abrir la puerta esperaba verlo en su cama.

Ahora, después de participar en una intervención psicológica innovadora, que involucra un tratamiento mediante exposición por realidad virtual para víctimas directas y testigos de la violencia en esa urbe fronteriza, que desarrollaron expertos del Laboratorio de Enseñanza Virtual y Ciberpsicología de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, se siente mejor y afirma que no ha olvidado, pero sí ha aprendido a manejar la situación.

A través de un convenio de colaboración entre la FP y la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), se realizó la evaluación de 200 personas para la detección del impacto psicológico causado por la violencia, de las que el 27.5 por ciento cubrió criterios del trastorno por estrés postraumático –víctimas o testigos de actos de violencia como ejecuciones, secuestros o balaceras–.

Se brindó una intervención innovadora, con la incorporación de sistemas tecnológicos de última generación con realidad virtual, para recrear las situaciones y recuerdos en víctimas de violencia criminal, problema relevante en nuestro contexto socio-cultural. Se trató a 30 personas (60 por ciento mujeres y 40 por ciento hombres) de entre 18 y 65 años de edad con ese trastorno, con buenos resultados.

La eficacia del procedimiento, que dura 12 sesiones semanales, fue del 80 por ciento, “cifra muy alta en los tratamientos psicológicos. Los usuarios consideran que tuvieron efectos satisfactorios y que la terapia les fue de utilidad”, explicó Georgina Cárdenas López, titular de ese laboratorio.

Algunos estudios antecedentes se han llevado a cabo con soldados estadounidenses que regresan de la guerra en Irak o Afganistán. No obstante, a la fecha no existe a nivel mundial un desarrollo tecnológico que incorpore el uso de realidad virtual para la atención de este tipo de estrés, por lo que su diseminación, además de incidir en el bienestar de los afectados, permite el empleo de la terapia de exposición en un ambiente controlado y seguro.

Lo anterior, debido a que puede simular el acontecimiento con alto grado de realismo y, por tanto, ayudar a los pacientes, con independencia de su capacidad para imaginar. También permite tener un control preciso del terapeuta a la hora de presentar los estímulos temidos, por medio de imágenes y sonidos que, específicamente en los afectados, son de utilidad para recrear los recuerdos, explicó.

“Podría ser de mucha ayuda en aquellos centros donde se atiende el aspecto legal, pero donde la parte psicológica, que puede llegar a discapacitar, no se toma en cuenta”, consideró la universitaria.

La intención de este proyecto, destacó, no sólo fue probar un programa terapéutico, sino entrenar a estudiantes de la UACJ para que sigan con su aplicación, “aunque para ello se requiere interés y apoyo de las autoridades”.

Cárdenas López refirió que ante los paisajes dramáticos de la violencia que se vive, no queda más que pensar de qué forma los conocimientos con los que contamos pueden ser aprovechados, no sólo en las víctimas, sino en testigos de esos actos.

Hace año y medio en su laboratorio se desarrollaban ambientes virtuales –a punto de ser concluidos– para la atención de quienes han sufrido asalto con violencia, secuestro y “secuestro exprés” en la Ciudad de México; entonces, se emitió una convocatoria del Conacyt para trabajar aspectos de salud mental en aquella urbe de la frontera norte.

“Pensé que eso era más urgente y que con esta misma idea y modelos terapéuticos podíamos dar apoyo”, expuso. El proyecto fue aprobado y después del desarrollo del software y los ambientes virtuales, inició la aplicación de la terapia en la UACJ.

Durante las sesiones, el paciente usa unos lentes de realidad virtual para navegar en uno de diversos escenarios que le recuerden el hecho: las calles de Ciudad Juárez, o entornos de un asalto, donde puede aparecer una mano que sostiene un arma, y donde se escucha la voz de alguien que amenaza; asimismo, otro referente a una balacera entre criminales y soldados.

Uno más podría ser el de un retén, próximo al sitio donde dos víctimas fueron asesinadas, o un secuestro, donde dos criminales armados se llevan al usuario en forma violenta y con amenazas.

El terapeuta controla el teclado y presenta diferentes estímulos (voz, sonido e imagen) al paciente. Por ejemplo, el contexto puede ser nocturno, si así lo requiere el caso, “porque cada persona tiene su historia”. Se trata de escenarios que incluyen estímulos auditivos y visuales, que facilitarán a los usuarios recrear la situación y tener la sensación de “estar ahí”.

La especialista explicó que este trastorno es un padecimiento con una constelación de síntomas psicológicos (miedo, horror y/o desesperanza y fisiológicos, aumento de la frecuencia cardiaca y respiratoria, y mayor tonicidad muscular) que se presentan a partir de la presencia o victimización en una situación violenta.

Tiene tres tipos de síntomas en términos generales: la reexperimentación intrusiva flashback, donde se revive la experiencia, o imágenes que vienen a la mente de manera involuntaria; la evitación cognitiva persistente, es decir, no querer recordar el evento, y la hiperactivación que produce, entre otros, problemas para dormir e irritabilidad.

La prevalencia a escala mundial de ese síndrome es de 25 por ciento de las personas que atestiguan hechos de violencia; en Ciudad Juárez, la cifra podría alcanzar el 27.5 por ciento.

El objetivo de este programa clínico basado en evidencia (donde se manejan modelos gráficos tridimensionales que permiten exponer al paciente de manera segura y controlada) no es que los individuos olviden, sino que hagan un reprocesamiento emocional y extinción de las respuestas de miedo condicionadas, aclaró. “Los apoyamos para que controlen y reduzcan su estrés. Piensan en su situación, pero con otra perspectiva”.

Asimismo, sostuvo que existe la necesidad de atención psicológica en sitios como Ciudad Juárez. Instancias como la Fiscalía de Víctimas y Ofendidos del Delito de la PGR en esa urbe han mostrado su interés por ser capacitadas en la aplicación del programa.

A diferencia de los soldados con padecimiento que regresan de la guerra y reciben atención especializada, los juarenses siguen inmersos. Por ello, se les ha dado seguimiento y “hemos encontrado que los cambios positivos se mantienen, e incluso la mejoría, a lo largo del tiempo, después de finalizado el tratamiento”.

Además de la próxima aplicación de este tipo de programas virtuales en la Ciudad de México, Cárdenas y su equipo planean usarlo en mujeres con este estrés, que llegan a los hospitales por violencia intrafamiliar, y para el manejo de ira y enojo en maltratadores.

Boletín UNAM-DGCS-509
Ciudad Universitaria.