Tag Archives: vacunas

No vacunar, moda irresponsable que abre la puerta a enfermedades consideradas bajo control-UNAM

 
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18 de mayo de 2018

Durante años se demostró que las vacunas prevenían enfermedades, y hoy por la moda irresponsable de no aplicarlas, se abre la posibilidad de brotes de padecimientos que ya se consideraban controlados, destacó Mauricio Rodríguez, académico de la Facultad de Medicina de la UNAM. Continue reading No vacunar, moda irresponsable que abre la puerta a enfermedades consideradas bajo control-UNAM

Tendencia egoísta y peligrosa: negarse a las vacunas causa epidemias-UNAM

 
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10 de abril de 2018

“Cuesta trabajo creer que haya alguien que ponga en duda la importancia de las vacunas y los riesgos de no aplicarlas. Si no hay enfermedades, prevenibles con la vacunación, no habrá sufrimiento ni dolor, tampoco internamientos ni gastos asociados a la atención médica”, destacó Mauricio Rodríguez, académico de la Facultad de Medicina de la UNAM. Continue reading Tendencia egoísta y peligrosa: negarse a las vacunas causa epidemias-UNAM

PREVIENEN Y COMBATEN LA RABIA SILVESTRE

 
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La rabia o hidrofobia es una enfermedad del sistema nervioso central causada por un virus perteneciente a la familia Rhabdoviridae, que afecta a los mamíferos tanto domésticos como silvestres, incluidos los seres humanos.
Este virus se encuentra en la saliva de animales infectados y se inocula en las personas u otros animales susceptibles si aquéllos les ocasionan una lesión por mordedura.
Entre la fauna no doméstica ocurre lo que se conoce como rabia silvestre, que está bajo un control constante con las campañas de prevención que realiza la Dirección General de Salud Animal de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) en el país.
“Se basan en tres ejes: informar a la comunidad, sobre todo la ganadera, de las características y mecanismos de transmisión de la enfermedad; capacitar a personal para que lleve a cabo la vacunación de animales susceptibles de contraerla y controlar la población de murciélagos hematófagos”, indicó Raúl Vargas García, investigador del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM.
Creencia popular
Una creencia popular dice que las ratas, los ratones y las ardillas pueden transmitir el virus de la rabia a los seres humanos. Sin embargo, es falsa.
“En primer lugar, si padecen rabia avanzada, los roedores cursan un cuadro paralítico, lo que hace imposible la transmisión del virus, pues no son capaces de tener la movilidad suficiente para agredir. Además, poseen glándulas salivales rudimentarias, lo que les impide secretar el virus en cantidades y condiciones de madurez suficientes para que su transmisión sea eficaz”, afirmó.
En México se ha identificado a los murciélagos hematófagos (que se alimentan de sangre) como los más frecuentes transmisores. “Lo hacen con facilidad y consiguen que su circulación se mantenga en el ambiente. Muerden prácticamente a todos los miembros de la fauna silvestre, como los coyotes, las serpientes, los armadillos, los venados y el ganado que vive en lugares cercanos a las selvas o donde aquéllos tienen su nicho ecológico”.
Otros animales silvestres como los mapaches, zorros y zorrillos representan un alto riesgo porque son particularmente agresivos y su mordedura es profunda, con lo que pueden pasar, sin dificultad, el virus a los domésticos e, incluso, a los seres humanos.
Impacto en zonas tropicales
Las zonas tropicales presentan una mayor incidencia de casos de rabia silvestre porque allí se localizan los nichos ecológicos de los murciélagos hematófagos (es decir, las áreas selváticas de lluvia constante con temperaturas relativamente altas, de entre 26 y 30 grados centígrados, en promedio) y porque, asimismo, allí reside una mayor densidad de animales silvestres, incluidos los de ganado.
Uno de los estados del país donde se registran más casos de este padecimiento es Chiapas, por las particularidades de su ecosistema. Sin embargo, en otros como Tamaulipas, Hidalgo, San Luis Potosí y Yucatán, también ha habido brotes.
Se ha visto que si el ganado es desplazado hacia lugares alternativos para desarrollar la ganadería mixta, los murciélagos hematófagos lo siguen, pues constituye su principal fuente de alimentación.
“Así, por ejemplo, hay casos de rabia paralítica bovina (o derriengue) transmitida por esos animales en el Valle del Mezquital, Hidalgo y en localidades de San Luis Potosí”, comentó el investigador.
Impacto en las actividades económicas
Además de la rabia silvestre en sí, las mordeduras de los murciélagos hematófagos impactan a la economía ganadera: los animales agredidos se hallan en un estado de permanente estrés, no tienen un buen aprovechamiento del forraje y, por lo tanto, no lo transforman en la cantidad de carne deseada.
“Por si fuera poco, la piel pierde su valor económico porque sufre un daño por las mordeduras y si los animales llegan a morir, la pérdida económica se incrementa”.
Según Vargas García, en 2012 las muertes en el país por derriengue fueron de 935 cabezas y representaron, en números redondos, pérdidas económicas por más de siete mil 500 millones de pesos (en este recuento no se consideró la pérdida de peso de los animales ni el daño a sus pieles, pues no están del todo documentados).
Con respecto a los animales que el año pasado fueron inoculados con el virus de la rabia silvestre en zonas rurales por murciélagos hematófagos y otros animales silvestres, informó que los caballos representaron cinco por ciento, los bovinos dos por ciento y los ovinos 1.2 por ciento.
“Recientemente se propuso en el Comité de Zoonosis del Consejo Técnico Consultivo Nacional de Sanidad Animal (CONASA), emprender un estudio más profundo del impacto del derriengue en la ganadería, en el que se incluya tanto el ocasionado en el peso como el daño a las pieles, lo que finalmente redundará en un mejor conocimiento de las pérdidas absolutas para los ganaderos y el país”.
Vacunación
Hace años, Vargas García y sus colegas efectuaron una investigación en Yucatán sobre la actividad de los murciélagos hematófagos, con la intención de entender su dinámica y su biología.
“Ello dio pauta para generar ciertas normas destinadas a lograr el control de la rabia silvestre, cuyo eje principal es la vacunación de las especies animales afectadas, tanto transmisoras (perros y gatos), como domésticas de interés económico en la ganadería (especialmente las destinadas a la producción de carne). En 2012, se aplicaron cuatro millones y medio de vacunas a cabezas de ganado de todo el país”, concluyó el universitario.
Créditos: UNAM-DGCS-016-2014

rabiasilvestreLa rabia o hidrofobia es una enfermedad del sistema nervioso central causada por un virus perteneciente a la familia Rhabdoviridae, que afecta a los mamíferos tanto domésticos como silvestres, incluidos los seres humanos.

Este virus se encuentra en la saliva de animales infectados y se inocula en las personas u otros animales susceptibles si aquéllos les ocasionan una lesión por mordedura.

Entre la fauna no doméstica ocurre lo que se conoce como rabia silvestre, que está bajo un control constante con las campañas de prevención que realiza la Dirección General de Salud Animal de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) en el país.

“Se basan en tres ejes: informar a la comunidad, sobre todo la ganadera, de las características y mecanismos de transmisión de la enfermedad; capacitar a personal para que lleve a cabo la vacunación de animales susceptibles de contraerla y controlar la población de murciélagos hematófagos”, indicó Raúl Vargas García, investigador del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM.

Creencia popular

Una creencia popular dice que las ratas, los ratones y las ardillas pueden transmitir el virus de la rabia a los seres humanos. Sin embargo, es falsa.

“En primer lugar, si padecen rabia avanzada, los roedores cursan un cuadro paralítico, lo que hace imposible la transmisión del virus, pues no son capaces de tener la movilidad suficiente para agredir. Además, poseen glándulas salivales rudimentarias, lo que les impide secretar el virus en cantidades y condiciones de madurez suficientes para que su transmisión sea eficaz”, afirmó.

En México se ha identificado a los murciélagos hematófagos (que se alimentan de sangre) como los más frecuentes transmisores. “Lo hacen con facilidad y consiguen que su circulación se mantenga en el ambiente. Muerden prácticamente a todos los miembros de la fauna silvestre, como los coyotes, las serpientes, los armadillos, los venados y el ganado que vive en lugares cercanos a las selvas o donde aquéllos tienen su nicho ecológico”.

Otros animales silvestres como los mapaches, zorros y zorrillos representan un alto riesgo porque son particularmente agresivos y su mordedura es profunda, con lo que pueden pasar, sin dificultad, el virus a los domésticos e, incluso, a los seres humanos.

Impacto en zonas tropicales

Las zonas tropicales presentan una mayor incidencia de casos de rabia silvestre porque allí se localizan los nichos ecológicos de los murciélagos hematófagos (es decir, las áreas selváticas de lluvia constante con temperaturas relativamente altas, de entre 26 y 30 grados centígrados, en promedio) y porque, asimismo, allí reside una mayor densidad de animales silvestres, incluidos los de ganado.

Uno de los estados del país donde se registran más casos de este padecimiento es Chiapas, por las particularidades de su ecosistema. Sin embargo, en otros como Tamaulipas, Hidalgo, San Luis Potosí y Yucatán, también ha habido brotes.

Se ha visto que si el ganado es desplazado hacia lugares alternativos para desarrollar la ganadería mixta, los murciélagos hematófagos lo siguen, pues constituye su principal fuente de alimentación.

“Así, por ejemplo, hay casos de rabia paralítica bovina (o derriengue) transmitida por esos animales en el Valle del Mezquital, Hidalgo y en localidades de San Luis Potosí”, comentó el investigador.

Impacto en las actividades económicas

Además de la rabia silvestre en sí, las mordeduras de los murciélagos hematófagos impactan a la economía ganadera: los animales agredidos se hallan en un estado de permanente estrés, no tienen un buen aprovechamiento del forraje y, por lo tanto, no lo transforman en la cantidad de carne deseada.

“Por si fuera poco, la piel pierde su valor económico porque sufre un daño por las mordeduras y si los animales llegan a morir, la pérdida económica se incrementa”.

Según Vargas García, en 2012 las muertes en el país por derriengue fueron de 935 cabezas y representaron, en números redondos, pérdidas económicas por más de siete mil 500 millones de pesos (en este recuento no se consideró la pérdida de peso de los animales ni el daño a sus pieles, pues no están del todo documentados).

Con respecto a los animales que el año pasado fueron inoculados con el virus de la rabia silvestre en zonas rurales por murciélagos hematófagos y otros animales silvestres, informó que los caballos representaron cinco por ciento, los bovinos dos por ciento y los ovinos 1.2 por ciento.

“Recientemente se propuso en el Comité de Zoonosis del Consejo Técnico Consultivo Nacional de Sanidad Animal (CONASA), emprender un estudio más profundo del impacto del derriengue en la ganadería, en el que se incluya tanto el ocasionado en el peso como el daño a las pieles, lo que finalmente redundará en un mejor conocimiento de las pérdidas absolutas para los ganaderos y el país”.

Vacunación

Hace años, Vargas García y sus colegas efectuaron una investigación en Yucatán sobre la actividad de los murciélagos hematófagos, con la intención de entender su dinámica y su biología.

“Ello dio pauta para generar ciertas normas destinadas a lograr el control de la rabia silvestre, cuyo eje principal es la vacunación de las especies animales afectadas, tanto transmisoras (perros y gatos), como domésticas de interés económico en la ganadería (especialmente las destinadas a la producción de carne). En 2012, se aplicaron cuatro millones y medio de vacunas a cabezas de ganado de todo el país”, concluyó el universitario.

Créditos: UNAM-DGCS-016-2014

Es aún la tuberculosis, problema de salud pública

 
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Yolanda López Vidal, académica de la Facultad de Medicina, explicó que se transfiere a través de gotas de saliva; ocurre en las vías respiratorias superiores y se acompaña de neumonía
Yolanda López Vidal, académica de la Facultad de Medicina, explicó que se transfiere a través de gotas de saliva; ocurre en las vías respiratorias superiores y se acompaña de neumonía

• A nivel mundial, es causa de tres millones de muertes, y ocurren nueve millones de casos nuevos cada año. En México mantiene una tasa, desde principios de los años 90, de 15 mil enfermos anuales
• Yolanda López Vidal, académica de la Facultad de Medicina, explicó que se transfiere a través de gotas de saliva; ocurre en las vías respiratorias superiores y se acompaña de neumonía
• Su grupo de investigación ha desarrollado al menos cuatro prototipos de vacunas de segunda generación; “en fases experimentales hemos demostrado que tienen una mayor eficacia en contrarrestar la infección que la BCG”

En México, la tuberculosis es aún un problema de salud pública, pero también de investigación básica, de métodos diagnósticos, de medidas preventivas y nuevas terapias, sostuvo Yolanda López Vidal, académica de la Facultad de Medicina.

Esa enfermedad se transfiere a través de gotas de saliva; ocurre en las vías respiratorias superiores y se acompaña de neumonía. En ella intervienen factores de riesgo como susceptibilidad, inmunodeficiencias, desnutrición y un nivel socioeconómico bajo, expuso.

En el marco del Día Mundial de la lucha contra la Tuberculosis, que se celebra este 24 de marzo, la experta señaló que el agente causante del padecimiento fue descubierto en 1882, y se le conoce como Bacilo de Koch o Mycobacterium tuberculosis.

Se contagia con facilidad, porque en las gotitas de saliva que se expulsan al toser van incluidas de 20 a 100 bacterias, suficientes para que las personas cercanas las inhalen y el microorganismo se aloje en las vías respiratorias (aunque además del pulmón, puede albergarse en cualquier otra parte).

De ahí que sea una de las enfermedades infecciosas más frecuentes. De hecho, la tercera parte de la población mundial está infectada, pero sólo 10 por ciento desarrolla el padecimiento, sobre todo niños y adultos mayores. Los primeros, porque no tienen madurez en el sistema inmune, y los mayores, porque se encuentran en la etapa de declinación de la eficiencia de su metabolismo inmunológico, señaló la académica.

A escala mundial, causa tres millones de muertes y nueve millones de casos nuevos cada año. En México, mantiene una tasa, desde principios de los años 90, de 15 mil casos anuales.

La forma de prevenirla es mediante la aplicación de la vacuna BCG al momento del nacimiento, en los países donde la Organización Mundial de la Salud estima que es recomendable hacerlo, porque no se ha erradicado.

Al respecto, López Vidal explicó que la inoculación es eficiente contra las formas graves. Para el resto se requieren otras. Por ello, su grupo de investigación ha desarrollado al menos cuatro prototipos de segunda generación, registradas en Fase 1, o experimental, “donde hemos demostrado que tienen una mayor eficacia en contrarrestar la infección, comparada con la BCG”.

Existe un grupo de micobacterias pertenecientes al mismo género que Mycobacterium tuberculosis, llamadas micobacterias no tuberculosis, algunas de ellas asociadas a patologías muy parecidas a la neumonía. Viven en el ambiente y estamos expuestos a ellas todo el tiempo; son frecuentes en el suelo y el agua.

La universitaria, primera latina en formar parte de la mesa de asesores para vacunas contra la tuberculosis en la OMS, ha demostrado que, por ejemplo, Mycobacterium avium es capaz de modular la protección inducida por la vacuna BCG a una respuesta tolerogénica.

Asimismo, en colaboración con el Instituto Nacional de Pediatría, tipificó los aislamientos de complejo Mycobacterium que infectaban a niños menores de 18 años en toda la República. “Encontramos un grupo que pertenece a un agente causal que no es el típico para humanos, sino de los bovinos, Mycobacterium bovis”.

Ante ese panorama, se han creado vacunas de segunda generación. Utilizan como “fondo” a la BCG, y con proteínas recombinadas (cepas genéticamente manipuladas) que potencian una respuesta inmune efectiva, de tipo celular.

De igual forma, López Vidal y su alumna de doctorado, Patricia Orduña Estrada, secuenciaron el genoma de la BCG México, investigación que dieron a conocer en la revista BMC Genomics, en septiembre del año pasado, y que fue el tercer genoma completo de BCG publicado internacionalmente, sólo después de un grupo francés y otro japonés.

Además, se ha establecido contacto con Biológicos y Reactivos de México, empresa responsable de la producción de vacunas en el país, con la meta de que se vuelva a fabricar la BCG. “la hoy doctora Orduña se incorporará a las filas de ese grupo para dirigir la producción”.

Mientras tanto, la vacuna de segunda generación está en un modelo experimental, donde se valora y compara para demostrar que tiene más ventajas que la original. “Estamos en proceso de estudio en un hato libre del padecimiento, para luego realizar estudios en voluntarios humanos”.

Este objetivo requiere financiamiento, conjuntar intereses y trabajar en equipo. Hemos conseguido algunos aportes para contar con biomarcadores desarrollados en nuestro laboratorio, que permitan intervenir en forma temprana y específica en los casos, y distinguirlos de las infeciones causadas por micobacterias no tuberculosas. Esto aún no se tiene en el mundo, concluyó López Vidal.

Créditos: unam.mx/boletin/183/2012

Pulgas y bacterias, enfermedades comunes en mascotas

 
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16 de Agosto de 2011

Las enfermedades más comunes en perros y gatos, animales que se encuentran con mayor frecuencia en los hogares, se relacionan con parasitosis, bacterias y síntomas virales, afirmó el doctor Álvaro Oidor Méndez, coordinador general del Hospital Veterinario de Pequeñas Especies de la BUAP.

Existen parásitos internos como lombrices, pero también hay externos por ejemplo pulgas y ácaros que producen sarna, los cuales son controlados con vacunas y otros tratamientos establecidos en un calendario periódico por un veterinario.

Otro tipo de malestares son las bacterianas, por microorganismos alojados en hígado y riñones, que se adquieren con la ingesta de agua orinada por roedores, así como pasto u otros alimentos que tuvieron contacto con este tipo de animales.

Los padecimientos virales, rabia y moquillo, igualmente son comunes pero se controlan con vacunas. “Si no se atienden adecuadamente, llegan a ser trasmitidas a los seres humanos que tienen contacto con las mascotas”.

El Coordinador advirtió que los gatos son más propensos a adquirir alguna enfermedad, porque salen constantemente de los hogares, por lo que hay que tener especial atención si regresan una semana después.

Los síntomas más comunes que los dueños deben detectar son: “cambios de conducta, diarreas, vómitos, apatía y tristeza, aspectos importantes de alerta que deben ser atendidos a la brevedad. En el caso de sarna, las mascotas comen y evacuan bien, pero se rascan constantemente y tienen pérdida de pelo”.

Es primordial que cuando se adquiere un cachorro, se acuda con el veterinario para realizar un análisis de heces que determinará la presencia de parásitos, así como realizar un calendario de desparasitación.

Por otra parte Oidor Méndez, comentó que las pulgas son comunes en temporada de lluvias, causando molestias a las personas sensibles a sus mordeduras y sobre todo en las pequeñas especies. “Debido a que la pulga completa el ciclo biológico de una tenia, un parásito que causa serios problemas, lo ideal es acudir con el veterinario que determinará el tratamiento más adecuado a base de ampolletas, collares, talcos y shampoos”.

El costo de la desparasitación oscila alrededor de 75 hasta 300 pesos, dependiendo del peso de la mascota y las características del parásito. En el caso de enfermedades que se previenen con vacunas que van de 150 hasta 400 pesos, concluyó.

Créditos: cmas.siu.buap.mx/