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Contaminantes ambientales en el cerebro, otro factor de riesgo para adquirir alzheimer-UNAM

 
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21 de septiembre de 2016

La presencia de un metal llamado magnetita en los cerebros de personas que vivieron y murieron en la Ciudad de México, descubierta por un grupo de científicos de la Universidad de Lancaster, Inglaterra, abona a la investigación sobre los factores de riesgo que produce la enfermedad de Alzheimer, consideró Clorinda Arias Álvarez, del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm) de la UNAM. Continue reading Contaminantes ambientales en el cerebro, otro factor de riesgo para adquirir alzheimer-UNAM

Los conceptos de nanociencia y nanotecnología, aún lejos de la sociedad

 
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Gian Carlo Delgado Ramos y Brian Wynne, en la conferencia Complejidad y tecnociencia: biotecnología y nanotecnología.
Gian Carlo Delgado Ramos y Brian Wynne, en la conferencia Complejidad y tecnociencia: biotecnología y nanotecnología.

29 de mayo de 2011

• Mientras en el mundo empresas, gobiernos y centros de investigación avanzan en esas áreas, la sociedad carece de información básica sobre sus significados, dijo Gian Carlo Delgado, investigador del CEIICH
• Ese nuevo conocimiento debe incluir evaluación de riesgos y análisis de su percepción social, opinó Brian Wynne, de la Universidad de Lancaster, Gran Bretaña

Mientras en varios países las empresas, gobiernos y centros de investigación desarrollan las nanociencias y nanotecnologías, en la sociedad se carece de información básica sobre qué significan esos conceptos, afirmó Gian Carlo Delgado Ramos, académico del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM.

Con un escaso conocimiento de esas disciplinas, los ciudadanos, tanto en México como en Estados Unidos y Europa, tienden a rechazar estos desarrollos incluidos los de alimentos, pero los aprueban si forman parte de equipos de cómputo o comunicaciones, añadió el economista y doctor en Ciencias Ambientales.

Organizador en el CEIICH del Ciclo de Conferencias Complejidad y tecnociencia: biotecnología y nanotecnología, consideró que aún hay una gran distancia entre uno de los frentes tecnológicos de vanguardia de principios del siglo XXI y la información que se tiene sobre lo que son, sus alcances, así como potenciales daños y beneficios.
Riesgos y medidas precautorias

En el desarrollo de ambas disciplinas son necesarias la evaluación de riesgos y la comprensión social de la ciencia, consideró por su parte Brian Wynne, del Consejo de Investigación Económica y Social (ESRC) de la Universidad de Lancaster, Reino Unido.

El especialista en tecnología, evaluación y percepción pública de la ciencia, consideró que se requiere un amplio trabajo de evaluación de riesgos, que se comunique a la sociedad, a la que deben llegar conceptos e información fidedigna sobre los alcances de un biochip introducido a un nuevo fármaco o una nanopartícula incluida en un cosmético.

El también físico de materiales y sociólogo indicó que esta nueva área de conocimiento, caracterizada por la innovación y, por ende, por una rápida conexión con la producción industrial y el mercado económico, debe comunicarse, regularse y etiquetarse.

El universo en nanómetros

Si se manipula a una escala diminuta y controlada, la materia se comporta de forma distinta a la que conocemos en la naturaleza. Esa condición ofrece muchas posibilidades que los científicos exploran en varios países para desarrollar los nuevos materiales, alimentos y fármacos del siglo XXI.

La escala de lo minúsculo está regida por el nanómetro, unidad donde un cabello es un gigante y un metro es mil millones de veces más grande.

Un nanómetro es la millonésima parte de un milímetro, y en su escala se pueden medir átomos, moléculas y virus, pero una bacteria o una célula son muy grandes para registrarse.

Actualmente, con esta disciplina se desarrollan medicamentos más precisos, alimentos modificados, tubos de carbono y nuevos aditamentos electrónicos.
Créditos: UNAM-DGCS-315-2011/unam.mx