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Buscan fortalecer la cadena del cacao en Tumaco.

 
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25 de Octubre del 2012
La falta de organización, solidaridad y emprendimiento son los principales inconvenientes de la cadena productiva del cacao en Tumaco, por lo que la UN participa en un proyecto para fortalecer a los productores.
El proyecto se enfoca a robustecer el negocio de cerca de siete mil pequeños productores que hay en Tumaco. Entre otros aspectos, se busca vigorizar el trabajo participativo, la asistencia técnica y componentes esenciales como el ámbito empresarial, la productividad y la transformación del grano para ofrecer mucho más que chocolate.
“La Universidad Nacional de Colombia, como parte de la mesa binacional entre Colombia y Ecuador, y en alianza con la cadena productiva cacao-chocolate del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural de Colombia y la misma cartera de Ecuador, hizo un diagnóstico preliminar y detectó que uno de los cuellos de botella se desprende de los diferentes problemas de la comunidad por desorganización”, precisó el profesor de la UN Héctor Fabio Ramos.
El área cultivada con cacao en Tumaco llegó a ser, en otra época, de unas 12 mil hectáreas, según Ramos, y la meta ahora es sobrepasar las 10 mil, pero no de un cacao ordinario sino fino, de aroma, que es lo que ha caracterizado a este producto en esta región.
El profesor comentó, además, que este municipio está catalogado dentro de las tres regiones que producen el mejor cacao fino de aroma de Colombia, junto con el sur del Huila y el Magdalena medio. Indicó que comercialmente hay dos grandes tipos: unos ordinarios, usados para mantecas, labiales y cosméticos; y unos finos, de aroma, que sirven para las chocolaterías refinadas; estos últimos que son los que Colombia trata de comercializar internacionalmente vendiendo licor de cacao (una masa de cacao) a países europeos y a Estados Unidos.
“Como el área sembrada bajó mucho, los cultivos envejecieron porque los productores se dedicaron a atender otras actividades agrícolas.  Hace tres años, en diagnósticos preliminares, nosotros encontramos que las organizaciones están muy disgregadas y faltas de motivación, muy pasivas”, relató el docente.
Frente a esta situación, se reactivó el Consejo Regional del Cacao, compuesto por la Federación Nacional de Cacaoteros (Fedecacao) y la Gobernación de Nariño, a través de la Secretaría de Agricultura, la Universidad de Nariño, la Nacional y la del Pacífico. A la iniciativa se suman la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Corpoica), las organizaciones no gubernamentales y los productores.
Con la ejecución del proyecto se espera construir el plan de fortalecimiento organizacional de las empresas cacaoteras para que esa sea la hoja de ruta para el fortalecimiento de ese sector, que juega un papel muy importante en ese municipio de Nariño azotado por la violencia y la pobreza.
Según el profesor Petter David Lowy Cerón, director del Instituto de Estudios del Pacífico (IEP), uno de los objetivos centrales es mostrarles un rumbo a las organizaciones de la cadena de cacao, con respecto a las posibilidades que existen, y que entiendan las ventajas del trabajo mancomunado.
Lowy Cerón indicó que se trata de un proyecto de extensión solidaria de la UN, que llega directamente a los productores de cacao. “Ojalá el resultado pueda ser un muy buen trabajo, que pueda ayudarles a continuar por la senda; vamos a llevarles expertos en cacao para que puedan actualizarse y continúen con esta dinámica a través de un proyecto de investigación más grande”, concluyó.
Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html
El proyecto busca potencializar la producción de cacao en Tumaco.

El proyecto busca potencializar la producción de cacao en Tumaco.

25 de Octubre del 2012

La falta de organización, solidaridad y emprendimiento son los principales inconvenientes de la cadena productiva del cacao en Tumaco, por lo que la UN participa en un proyecto para fortalecer a los productores.

El proyecto se enfoca a robustecer el negocio de cerca de siete mil pequeños productores que hay en Tumaco. Entre otros aspectos, se busca vigorizar el trabajo participativo, la asistencia técnica y componentes esenciales como el ámbito empresarial, la productividad y la transformación del grano para ofrecer mucho más que chocolate.

“La Universidad Nacional de Colombia, como parte de la mesa binacional entre Colombia y Ecuador, y en alianza con la cadena productiva cacao-chocolate del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural de Colombia y la misma cartera de Ecuador, hizo un diagnóstico preliminar y detectó que uno de los cuellos de botella se desprende de los diferentes problemas de la comunidad por desorganización”, precisó el profesor de la UN Héctor Fabio Ramos.

El área cultivada con cacao en Tumaco llegó a ser, en otra época, de unas 12 mil hectáreas, según Ramos, y la meta ahora es sobrepasar las 10 mil, pero no de un cacao ordinario sino fino, de aroma, que es lo que ha caracterizado a este producto en esta región.

El profesor comentó, además, que este municipio está catalogado dentro de las tres regiones que producen el mejor cacao fino de aroma de Colombia, junto con el sur del Huila y el Magdalena medio. Indicó que comercialmente hay dos grandes tipos: unos ordinarios, usados para mantecas, labiales y cosméticos; y unos finos, de aroma, que sirven para las chocolaterías refinadas; estos últimos que son los que Colombia trata de comercializar internacionalmente vendiendo licor de cacao (una masa de cacao) a países europeos y a Estados Unidos.

“Como el área sembrada bajó mucho, los cultivos envejecieron porque los productores se dedicaron a atender otras actividades agrícolas.  Hace tres años, en diagnósticos preliminares, nosotros encontramos que las organizaciones están muy disgregadas y faltas de motivación, muy pasivas”, relató el docente.

Frente a esta situación, se reactivó el Consejo Regional del Cacao, compuesto por la Federación Nacional de Cacaoteros (Fedecacao) y la Gobernación de Nariño, a través de la Secretaría de Agricultura, la Universidad de Nariño, la Nacional y la del Pacífico. A la iniciativa se suman la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Corpoica), las organizaciones no gubernamentales y los productores.

Con la ejecución del proyecto se espera construir el plan de fortalecimiento organizacional de las empresas cacaoteras para que esa sea la hoja de ruta para el fortalecimiento de ese sector, que juega un papel muy importante en ese municipio de Nariño azotado por la violencia y la pobreza.

Según el profesor Petter David Lowy Cerón, director del Instituto de Estudios del Pacífico (IEP), uno de los objetivos centrales es mostrarles un rumbo a las organizaciones de la cadena de cacao, con respecto a las posibilidades que existen, y que entiendan las ventajas del trabajo mancomunado.

Lowy Cerón indicó que se trata de un proyecto de extensión solidaria de la UN, que llega directamente a los productores de cacao. “Ojalá el resultado pueda ser un muy buen trabajo, que pueda ayudarles a continuar por la senda; vamos a llevarles expertos en cacao para que puedan actualizarse y continúen con esta dinámica a través de un proyecto de investigación más grande”, concluyó.

Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

Impulsan UNAM y organizaciones civiles, tecnologías limpias para el desarrollo rural.

 
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En el campus Morelia de la UNAM, se inauguró la feria del Primer Encuentro Nacional de Ecotecnias. Tecnologías para el desarrollo rural.

En el campus Morelia de la UNAM, se inauguró la feria del Primer Encuentro Nacional de Ecotecnias. Tecnologías para el desarrollo rural.

6 de Septiembre del 2012

Extraer fósforo de la orina humana, para aprovechar un mineral fertilizante no renovable; convertir aceite usado de cocina en biodiésel, útil como combustible de camiones, y utilizar en las comunidades rurales estufas de leña que guardan calor, para optimizar el uso de la energía y reducir la liberación de humo, son las propuestas presentadas por la UNAM en la feria del Primer Encuentro Nacional de Ecotecnias. Tecnologías para el desarrollo rural, que inició en el campus Morelia de esta casa de estudios.
Organizado por el Centro de Investigaciones en Ecosistemas (CIEco) de la Universidad Nacional, y el Grupo Interdisciplinario de Tecnología Rural Apropiada (GIRA), agrupación civil local, el evento reúne a 35 ponentes y expositores de tecnologías limpias, así como a más de 180 asistentes de todo el país.
“Este encuentro es muy importante, porque convoca a muchos de los que estamos interesados en generar opciones para construir un nuevo mundo”, dijo en la inauguración el director del CIEco, Alejandro Casas Fernández.
Se trata de un primer esfuerzo de la UNAM y organizaciones no gubernamentales, que debe proyectarse hacia el futuro. “La Universidad tiene un interés particular en investigaciones que puedan atender las grandes problemáticas que aquejan al planeta. Este puente que establecen las ecotecnologías son fundamentales para lograrlo”, señaló.
Dedicado a lo rural
“El énfasis de este encuentro está en el sector rural, no como antítesis de lo urbano, sino como un área con rasgos propios, y complementaria a las ciudades. Destacamos esas zonas como un primer punto de convergencia, pues pensamos que aquí, a pesar de existir un rico acervo de experiencias ecotecnológicas, han tenido menos oportunidad de conocerse y sistematizarse. Además, en ese medio el modelo tecnológico dominante muestra algunos de sus mayores fracasos”, dijo Omar Masera Cerutti.
El coordinador académico de la Unidad de Ecotecnologías del CIEco, y co-organizador del evento, indicó que el 60 por ciento de los pobladores en el agro viven en extrema pobreza, y la mayoría tiene problemas graves de acceso a servicio e infraestructuras dignas en salud, energía, vivienda y agua potable.
“Esto contrasta con el potencial que representa un país megadiverso como México, con 244 mil localidades, 25 millones de habitantes rurales y 79 etnias, en donde 70 por ciento de los bosques, y buena parte de las tierras con vocación agropecuaria, está en manos de ejidos, comunidades y pequeños productores”, acotó.
En su oportunidad, Jaime Navia Anteziana, presidente de GIRA, recordó cómo un herrero-artesano que rehacía aparatos para responder a problemas concretos inspiró su labor, y agradeció a la UNAM los 25 años de trabajo conjunto.
Esther García Garibay, directora general del Consejo Estatal de Ciencia, Tecnología e Innovación, comentó que aunque este primer encuentro busca iniciar un nuevo camino para fortalecer las ecotecnias, la Universidad y las organizaciones civiles ya han hecho una larga caminata conjunta.
Recuperar orina del fósforo
José Luis Martínez Palacios, investigador del Instituto de Ingeniería (II), presentó un proyecto de recuperación experimental de fósforo de orina humana, que contribuye con 50 por ciento de ese mineral en el agua residual.
“Ese elemento es un recurso mineral no renovable, que se puede aprovechar como biofertilizante en la agricultura. Además, al recobrarlo es posible el reciclaje de agua libre de metales pesados”, explicó.
Mediante un tratamiento físico-químico realizado en un dispositivo de columna, se puede separar de la orina y evitar su llegada a las aguas de tratamiento. “Existe del orden de un gramo de fósforo por litro, y con dos o tres gramos es posible mejorar un cultivo”, expuso.
En una segunda etapa del proyecto, también busca recuperar nitrógeno, útil como fertilizante orgánico.
Biodiésel de aceite de cocina
En un proyecto conjunto entre la Unidad de Ecotecnologías del CIEco y la empresa Moreco, de Morelia, se ensaya la obtención de diésel a partir de aceite de cocina usado.
La transformación ocurre dentro de un reactor, a través de una reacción química sencilla, con el uso de hidróxido de sodio (la sosa que se utiliza para limpiar las cocinas) y un alcohol, llamado metanol, para producir biodiésel. Se puede usar aceite vegetal o animal, y en ambos casos funciona, aseguró Alfredo Fuentes Gutiérrez, responsable técnico de dicha Unidad.
Además, como subproducto obtienen glicerina, útil en las industrias farmacéutica y cosmética. “Hemos recolectado aceite usado de cocina de la cafetería del campus Morelia, de restaurantes, de fondas de la Universidad Michoacana, y hemos hecho pruebas de calidad”, añadió.
Varios camiones que llevaron asistentes al Primer Encuentro de Ecotecnias utilizaron el biodiésel obtenido mediante este tratamiento; mientras, el estante de la empresa Moreco recordó que, por cada litro de aceite de cocina que se tira al drenaje, se contaminan 100 litros de agua.
Estufa Patsari, de la academia al campo
Uno de los proyectos más exitosos y probados del CIEco es la estufa de leña Patsari, diseñada por Masera Cerutti para gastar menos leña y sacar el humo de la cocina.
“Permite cocinar limpio, fácil y seguro, y aprovechar un 60 por ciento más la leña”, apuntó Carmen Patricio, integrante de la Red Tsiri de mujeres que hacen tortillas con maíces nativos de Pátzcuaro, y promueven el uso de este aparato sustentable.
“El contacto con los investigadores de la UNAM no ha sido difícil, porque cada quien aporta su conocimiento”, destacó Carmen, mientras probó el uso del aditamento con gorditas y tortillas de Michoacán.

Extraer fósforo de la orina humana, para aprovechar un mineral fertilizante no renovable; convertir aceite usado de cocina en biodiésel, útil como combustible de camiones, y utilizar en las comunidades rurales estufas de leña que guardan calor, para optimizar el uso de la energía y reducir la liberación de humo, son las propuestas presentadas por la UNAM en la feria del Primer Encuentro Nacional de Ecotecnias. Tecnologías para el desarrollo rural, que inició en el campus Morelia de esta casa de estudios.

Organizado por el Centro de Investigaciones en Ecosistemas (CIEco) de la Universidad Nacional, y el Grupo Interdisciplinario de Tecnología Rural Apropiada (GIRA), agrupación civil local, el evento reúne a 35 ponentes y expositores de tecnologías limpias, así como a más de 180 asistentes de todo el país.

“Este encuentro es muy importante, porque convoca a muchos de los que estamos interesados en generar opciones para construir un nuevo mundo”, dijo en la inauguración el director del CIEco, Alejandro Casas Fernández.

Se trata de un primer esfuerzo de la UNAM y organizaciones no gubernamentales, que debe proyectarse hacia el futuro. “La Universidad tiene un interés particular en investigaciones que puedan atender las grandes problemáticas que aquejan al planeta. Este puente que establecen las ecotecnologías son fundamentales para lograrlo”, señaló.

Dedicado a lo rural

“El énfasis de este encuentro está en el sector rural, no como antítesis de lo urbano, sino como un área con rasgos propios, y complementaria a las ciudades. Destacamos esas zonas como un primer punto de convergencia, pues pensamos que aquí, a pesar de existir un rico acervo de experiencias ecotecnológicas, han tenido menos oportunidad de conocerse y sistematizarse. Además, en ese medio el modelo tecnológico dominante muestra algunos de sus mayores fracasos”, dijo Omar Masera Cerutti.

El coordinador académico de la Unidad de Ecotecnologías del CIEco, y co-organizador del evento, indicó que el 60 por ciento de los pobladores en el agro viven en extrema pobreza, y la mayoría tiene problemas graves de acceso a servicio e infraestructuras dignas en salud, energía, vivienda y agua potable.

“Esto contrasta con el potencial que representa un país megadiverso como México, con 244 mil localidades, 25 millones de habitantes rurales y 79 etnias, en donde 70 por ciento de los bosques, y buena parte de las tierras con vocación agropecuaria, está en manos de ejidos, comunidades y pequeños productores”, acotó.

En su oportunidad, Jaime Navia Anteziana, presidente de GIRA, recordó cómo un herrero-artesano que rehacía aparatos para responder a problemas concretos inspiró su labor, y agradeció a la UNAM los 25 años de trabajo conjunto.

Esther García Garibay, directora general del Consejo Estatal de Ciencia, Tecnología e Innovación, comentó que aunque este primer encuentro busca iniciar un nuevo camino para fortalecer las ecotecnias, la Universidad y las organizaciones civiles ya han hecho una larga caminata conjunta.

Recuperar orina del fósforo

José Luis Martínez Palacios, investigador del Instituto de Ingeniería (II), presentó un proyecto de recuperación experimental de fósforo de orina humana, que contribuye con 50 por ciento de ese mineral en el agua residual.

“Ese elemento es un recurso mineral no renovable, que se puede aprovechar como biofertilizante en la agricultura. Además, al recobrarlo es posible el reciclaje de agua libre de metales pesados”, explicó.

Mediante un tratamiento físico-químico realizado en un dispositivo de columna, se puede separar de la orina y evitar su llegada a las aguas de tratamiento. “Existe del orden de un gramo de fósforo por litro, y con dos o tres gramos es posible mejorar un cultivo”, expuso.

En una segunda etapa del proyecto, también busca recuperar nitrógeno, útil como fertilizante orgánico.

Biodiésel de aceite de cocina

En un proyecto conjunto entre la Unidad de Ecotecnologías del CIEco y la empresa Moreco, de Morelia, se ensaya la obtención de diésel a partir de aceite de cocina usado.

La transformación ocurre dentro de un reactor, a través de una reacción química sencilla, con el uso de hidróxido de sodio (la sosa que se utiliza para limpiar las cocinas) y un alcohol, llamado metanol, para producir biodiésel. Se puede usar aceite vegetal o animal, y en ambos casos funciona, aseguró Alfredo Fuentes Gutiérrez, responsable técnico de dicha Unidad.

Además, como subproducto obtienen glicerina, útil en las industrias farmacéutica y cosmética. “Hemos recolectado aceite usado de cocina de la cafetería del campus Morelia, de restaurantes, de fondas de la Universidad Michoacana, y hemos hecho pruebas de calidad”, añadió.

Varios camiones que llevaron asistentes al Primer Encuentro de Ecotecnias utilizaron el biodiésel obtenido mediante este tratamiento; mientras, el estante de la empresa Moreco recordó que, por cada litro de aceite de cocina que se tira al drenaje, se contaminan 100 litros de agua.

Estufa Patsari, de la academia al campo

Uno de los proyectos más exitosos y probados del CIEco es la estufa de leña Patsari, diseñada por Masera Cerutti para gastar menos leña y sacar el humo de la cocina.

“Permite cocinar limpio, fácil y seguro, y aprovechar un 60 por ciento más la leña”, apuntó Carmen Patricio, integrante de la Red Tsiri de mujeres que hacen tortillas con maíces nativos de Pátzcuaro, y promueven el uso de este aparato sustentable.

“El contacto con los investigadores de la UNAM no ha sido difícil, porque cada quien aporta su conocimiento”, destacó Carmen, mientras probó el uso del aditamento con gorditas y tortillas de Michoacán.

Boletín UNAM-DGCS-548

Morelia, Michoacán.

Earth, nueva coreografía de la Compañía de Danza Contemporánea del CCU de la BUAP

 
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4 de agosto del 2011

Uno de los coreógrafos más destacados de Estados Unidos está en Puebla: Wade Madsen, célebre por sus obras Vampire, Dons Party y Salon, entre otros trabajos destacados. Madsen imparte un taller-clase magistral a la Compañía de Danza Contemporánea del Complejo Cultural Universitario de la BUAP, para una nueva propuesta coreográfica: Earth, que se estrenará en octubre próximo, dentro de la Segunda Temporada Anual del grupo.

Estructurada en nueve secciones, música de Arvo Pärt, Earth es una obra coreográfica de Wade Madsen, cuyo tema central es la transformación que ha experimentado el mundo, expresado en los individuos y sus relaciones interpersonales –parejas, madre-hijo, amigos, hombre-mujer, etc.- como estados del alma: tristeza, fragilidad, desazón, vacíos.

A decir de Madsen, quien ha impartido la cátedra de danza en el Cornish College of the Arts desde hace 25 años, Earth es una de sus obras preferidas, en la que no están ausentes sus grandes temas: el amor y la muerte.

Nacido en Albuquerque, Nuevo Mexico, donde radica y asistió a The University of New Mexico, Madsen se nutrió de la cultura indígena de esa región, de la cual adoptó el concepto del Kiva -lugar de encuentro de la tribu o el clan para la realización de ceremonias religiosas-, que reproduce en Earth, como un círculo de vida y un sentido de comunidad.

Como una metáfora del paisaje natural, en Earth parejas, tríos y cuartetos de seres humanos, desde sus múltiples relaciones interpersonales y perspectivas del amor, interactúan con el medio que nutre los cuerpos y devela su fragilidad y vulnerabilidad.

Earth, de Wade Madsen, es la nueva coreografía que estrenará en octubre próximo la Compañía de Danza Contemporánea del CCU de la BUAP, en lo que será su sexta temporada artística desde su creación, hace alrededor de dos años, y la segunda de este año.

-¿Cuál ha sido su experiencia en estos días de trabajo con la Compañía de Danza Contemporánea del CCU de la BUAP?

-Se le cuestiona y responde: “Una experiencia fantástica, me encanta México, su gente es hermosa, y los bailarines de esta compañía saben trabajar en equipo, porque tienen un objetivo en común, un conocimiento común y la experiencia de trabajar en grupo”.

Autor de unas 150 obras coreográficas, Wade Madsen revela sin titubeos que la temática recurrente de su obra es el amor y la muerte. En Seattle, ha montado coreografías desde 1977. En su ya larga trayectoria artística, ha viajado con The Bill Evans Dance Company (1978-1980) y con Tandy Beal & Company (1981 -1982). Así también, ha trabajado con Amy O’Neal y Amii Legendre, con Dayna Hanson, A.C Petersen, and Long Nguyen.

En 1979 Wade creó su propia compañía: Wade Madsen and Dancers, con la que ha viajado por su país y el extranjero.

-¿Cuándo usted prepara a sus alumnos en la danza, en qué está pensando, cuál es su preocupación?

-Las personas piensan que pueden bailar porque así lo ven en la televisión, que ha ido cambiando el concepto de danza en el público. Yo estoy más interesado en la interpretación de lo interno, en el intérprete: desde la danza el bailarín debe ser capaz de develar aquello que no se muestra a los ojos, lo invisible”.

Premiado en diversas ocasiones, Wade Madsen piensa, como tantos más, que el lenguaje de la danza es universal, lo que hoy le permite trabajar con una compañía que no es la suya, la de Danza Contemporánea del CCU de la BUAP, y desde una cultura y lengua distintas. Así es, y no de otro modo, porque todos hablamos el mismo lenguaje: el del cuerpo, y experimentamos los mismos estados del alma: el amor, la tristeza, la soledad, la muerte, el miedo, la vulnerabilidad…más allá de fronteras y lenguas.

Créditos: buap.mx/comunic/2250