



- A partir de los hongos que atacan cultivos tropicales como el tomate de árbol se obtienen microorganismos para obtener flavorizantes.
7 de Noviembre del 2012
A partir de desechos como la tusa de maíz y el bagazo de caña, así como de hongos fitopatógenos que atacan la papaya, el aguacate y el tomate de árbol, se pueden obtener agentes de aroma y sabor.
Así lo demuestra una investigación que adelanta Manuel Alejandro Numpaque, magíster en Ciencia y Tecnología de los Alimentos de la UN. Él desarrolló procesos biotecnológicos para conseguir flavorizantes, es decir, sustancias que poseen sabor y aroma y, en esa medida, un alto valor para la industria.
Numpaque explica que existen cerca de 2.500 compuestos flavorizantes que pueden ser utilizados en la industria de alimentos y que se extraen por vía natural y sintética.
Estos procesos tienen ventajas y desventajas que se pueden estandarizar con biotecnología, pues, por ejemplo, con el primer método, los procesos son arduos y costosos, mientras que la extracción sintética es contaminante.
Su trabajo revela que a los hongos fitopatógenos que se encuentran en sistemas tropicales como en Colombia y que atacan cultivos como el tomate y el aguacate se les puede sacar un beneficio, pues poseen unas enzimas especializadas capaces de producir las moléculas necesarias para fabricar flavorizantes.
Así, al microorganismo surgido de los hongos y los desechos agroindustriales de tusa de maíz, bagazo de caña y turba de coco, entre otros, se lo somete al hidrolizado básico y a otros procesos biotecnológicos a fin de lograr las reacciones específicas y conseguir que las moléculas se transformen en los agentes flavorizantes.
El investigador de la UN cuenta que trabajos como este son adelantados por expertos en muchas partes del mundo. Sin embargo, aclara que el suyo se diferencia en el uso de estos desechos, a los cuales, en lugar de darles una mala disposición (frecuentemente se queman o se botan de manera no controlada), se les extraen componentes químicos; además de aprovechar patógenos que atacan cultivos tropicales.
Con estos procesos se pueden obtener aromas como el de la vainilla, el 2-fenil etanol, el 4-vanilguaicol y muchos otros que se podrían escalar a nivel industrial y que se usan en la industria cosmética o en el sector alimentario gourmet.
La pesquisa de Manuel Alejandro Numpaque se ha desarrollado a escala de laboratorio y hace parte de su trabajo de grado para obtener el título de magíster en Ciencia y Tecnología de Alimentos de la Facultad de Ciencias Agrícolas de la UN en Medellín.
Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html