



29 de octubre de 2013

Por medio del internet y otras tecnologías se ha intensificado
Las formas más comunes de bullying: uso de apodos, burlas contra otros y reírse de los demás cuando se equivocan
En promedio, más de la mitad de los jóvenes que asisten a las escuelas de nivel medio superior han padecido o sufrido algún tipo de bullying, aseguró la profesora e investigadora del Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos (CECyT-13) “Ricardo Flores Magón”, del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Alicia Sánchez Jaimes.
Puntualizó que lamentablemente el fenómeno del bullying no se ha podido erradicar de las escuelas, independientemente del nivel escolar; incluso, por medio del internet y otras tecnologías se ha intensificado.
Durante su participación en el XIV Simposium Internacional “Aportaciones de las Universidades a la Docencia, la Investigación y el Desarrollo” que organizó la Escuela Superior de Ingeniería Química e Industrias Extractivas (ESIQIE) del IPN, Sánchez Jaimes indicó que el bullying se encuentra presente en todos los niveles educativos. 2
“Por ello resulta importante conocer las circunstancias que lo originan, cómo detectarlo, prevenirlo y disminuir los altos índices de violencia”, manifestó la académica politécnica.
Refirió que para conocer la magnitud de este fenómeno social llevó a cabo una investigación en el CECyT-13, donde se aplicó el “Auto-test CISNEROS sobre acoso escolar” para evaluar la tasa global de bullying.
Esta escala se aplicó a una muestra de 200 estudiantes de los turnos matutino y vespertino; se confirmó que 55 por ciento de los estudiantes encuestados han sido víctimas de intimidación y que las formas más comunes son el uso de apodos, burlas contra otros y reírse de los demás cuando se equivocan.
La investigadora señaló que los problemas de la sociedad también se ven reflejados en el ámbito escolar, manifestándose en acoso escolar. Ante ello, consideró importante atacar este fenómeno con la finalidad de proponer soluciones y medidas preventivas.
Precisó que en términos generales, el bullying comprende todas las actitudes agresivas, intencionales, eventuales o repetidas que ocurren sin motivación aparente, adoptadas por uno o más alumnos sobre otro compañero de escuela causando dolor, angustia y ejecutadas dentro de una relación desigual de poder.
“Por consiguiente, los actos agresivos, eventuales o repetidos entre iguales y el desequilibrio de poder son las características esenciales que vuelven posible la intimidación de la víctima”, indicó. Citó que empujar, patear o lanzar objetos son las formas más comunes de maltrato físico; las agresiones verbales son insultos y motes, menosprecio en público y resaltar defectos físicos, mientras que las sicológicas tienen como propósito minar la autoestima del individuo y fomentar una sensación de temor.
En tanto, agregó, las agresiones sociales pretenden aislar al joven del resto del grupo y compañeros; las de tipo sexual se relacionan al asedio, inducción o abuso sexual, y el 3bullying cibernético es el acoso anónimo o abierto que se registra por medios electrónicos interactivos.
En su ponencia, Alicia Sánchez Jaimes recomendó a las autoridades escolares de todos los niveles educativos llevar a cabo investigaciones periódicas en las comunidades estudiantiles que incluyan el mayor número de individuos posible. También sugirió difundir los resultados entre la comunidad escolar con el propósito de definir alternativas de solución, efectuar actividades en las que se incluya a los padres de familia, detectar los casos de hostigamiento escolar e implementar normas de cero tolerancia a la agresión. Con ello, la investigadora politécnica planteó canalizar a las instancias pertinentes a los acosadores y acosados, e inclusive a las familias involucradas, ya que a través del comportamiento de los jóvenes se puede entrever la problemática en la dinámica familiar.
Insistió que el bullying tiene graves repercusiones personales y sociales que pueden ir desde la falta de confianza en sí mismo, depresión, estrés, enfermedades psicosomáticas y hasta el suicidio como última salida ante un sufrimiento extremo.