


15 de Febrero del 2013
El proceso de transición a la nueva gestión operativa y comercial de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá ESP es asesorado por la UN.
El grupo asesor, encabezado por la profesora de la UN Adriana Parias, directora del proyecto, que tiene el apoyo del Instituto de Estudios Urbanos (IEU), acompaña a la empresa en el establecimiento de mecanismos de trabajo para transferirle las funciones de las entidades privadas Agua Azul y Proactiva.
Este proceso empezó a contrarreloj debido a que los contratos con dichas empresas, encargadas de las funciones comerciales y operativas en algunas zonas de Bogotá, vencieron el pasado 31 de diciembre.
Ahora el reto de la empresa es definir un nuevo modelo. Se tiene un plan estratégico de mediano y largo plazo que pretende no limitarse a la prestación del servicio, sino también tener en cuenta el derecho al agua y la dimensión social y ambiental.
Las repercusiones pueden ser positivas o negativas dependiendo de cómo quede el modelo definitivo. “Nuestro papel es proponer el modelo que tenga el impacto más favorable para la ciudad y que afecte, por ejemplo, de manera positiva las tarifas”, afirma la directora del proyecto.
Actualmente, diseñan las alternativas. La empresa decidirá qué modelo implementar.
La introducción del mínimo vital gratuito para los estratos 1 y 2 ya ha tenido como consecuencia una disminución del consumo de agua del 5% en estos sectores, lo que beneficia el factor socioambiental.
Todo depende de cómo se gestione la comercialización y de cómo esta afecte la tarifa. Según la experta, es factible que el esquema público sea positivo: “existen ciertas condiciones que hacen que sea mejor que el servicio y la gestión comercial estén en manos de la empresa, y no en las de gestores privados. Igual, es muy pronto para saber qué va a suceder”, afirma Parias.
En el marco de la definición de esas alternativas, el profesor francés Henri Coing, miembro de la junta directiva de la Empresa de Agua de París, acompaña al grupo para compartir experiencias y dar luces que puedan guiar el proceso.
“Estoy aquí para compartir experiencias sobre algo que es bien importante: la revalorización del servicio público. Es un proceso largo y conflictivo”, dice el profesor Coing.
El aspecto que más le ha llamado la atención al experto es que, cuando se asumen funciones de un servicio público por fallas o defectos en modelos anteriores, se habla solo de los aspectos negativos. Teniendo en cuenta que este es un nuevo proyecto, según él, hay que empezar desde cero.
“No es una decisión orientada hacia el pasado, sino hacia el futuro. No se trata de mirar lo malo, sino de ver un reto, con un modelo de servicio público nuevo que enfrenta problemas que las gestiones privadas y públicas no habían logrado solucionar”, resalta.
Es necesario considerar factores como el derecho al agua, la dimensión social y ambiental del servicio, la proyección del recurso a largo plazo y una articulación más estrecha con las demás políticas municipales en términos territoriales espaciales.
Según los profesores Coing y Parias, un proyecto así tropieza con obstáculos políticos, jurídicos, administrativos y empresariales que se convierten en un reto, pues nadie puede afirmar que la gestión pública sea mejor que la privada.
La tradición de las empresas públicas municipales en Bogotá es una de empresas fuertes, consolidadas y relativamente independientes del resto de la política de la ciudad.
Se necesita agregar a esto una política global del agua en todas sus dimensiones, que no se limite a las redes, y que tenga una relación más estrecha con la política urbanística, así como con el desarrollo de la ciudad y su remodelación permanente.
“Una meta debe ser conseguir una relación estrecha con el grupo de la política municipal. Es claro que ninguna empresa de estas puede funcionar aislada. Debe estar en contacto con todos sus actores y tener metas compatibles y convergentes”, concluye Henri Coing.
El equipo al frente del proyecto es multidisciplinario. Todos son profesores de la UN (de las Facultades de Economía, Ingeniería y Ciencias Humanas) y tienen experiencias en diferentes niveles dentro de la empresa.
El tiempo de transición que definió la empresa es de un año y terminará el 31 de diciembre del 2013, con opción de ampliación. En ese periodo, la empresa escogerá una vía para llegar al modelo final.
Créditos: http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

La UN asesora a la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá en la transición de su nueva gestión comercial.
15 de Febrero del 2013
El proceso de transición a la nueva gestión operativa y comercial de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá ESP es asesorado por la UN.
El grupo asesor, encabezado por la profesora de la UN Adriana Parias, directora del proyecto, que tiene el apoyo del Instituto de Estudios Urbanos (IEU), acompaña a la empresa en el establecimiento de mecanismos de trabajo para transferirle las funciones de las entidades privadas Agua Azul y Proactiva.
Este proceso empezó a contrarreloj debido a que los contratos con dichas empresas, encargadas de las funciones comerciales y operativas en algunas zonas de Bogotá, vencieron el pasado 31 de diciembre.
Ahora el reto de la empresa es definir un nuevo modelo. Se tiene un plan estratégico de mediano y largo plazo que pretende no limitarse a la prestación del servicio, sino también tener en cuenta el derecho al agua y la dimensión social y ambiental.
Las repercusiones pueden ser positivas o negativas dependiendo de cómo quede el modelo definitivo. “Nuestro papel es proponer el modelo que tenga el impacto más favorable para la ciudad y que afecte, por ejemplo, de manera positiva las tarifas”, afirma la directora del proyecto.
Actualmente, diseñan las alternativas. La empresa decidirá qué modelo implementar.
La introducción del mínimo vital gratuito para los estratos 1 y 2 ya ha tenido como consecuencia una disminución del consumo de agua del 5% en estos sectores, lo que beneficia el factor socioambiental.
Todo depende de cómo se gestione la comercialización y de cómo esta afecte la tarifa. Según la experta, es factible que el esquema público sea positivo: “existen ciertas condiciones que hacen que sea mejor que el servicio y la gestión comercial estén en manos de la empresa, y no en las de gestores privados. Igual, es muy pronto para saber qué va a suceder”, afirma Parias.
En el marco de la definición de esas alternativas, el profesor francés Henri Coing, miembro de la junta directiva de la Empresa de Agua de París, acompaña al grupo para compartir experiencias y dar luces que puedan guiar el proceso.
“Estoy aquí para compartir experiencias sobre algo que es bien importante: la revalorización del servicio público. Es un proceso largo y conflictivo”, dice el profesor Coing.
El aspecto que más le ha llamado la atención al experto es que, cuando se asumen funciones de un servicio público por fallas o defectos en modelos anteriores, se habla solo de los aspectos negativos. Teniendo en cuenta que este es un nuevo proyecto, según él, hay que empezar desde cero.
“No es una decisión orientada hacia el pasado, sino hacia el futuro. No se trata de mirar lo malo, sino de ver un reto, con un modelo de servicio público nuevo que enfrenta problemas que las gestiones privadas y públicas no habían logrado solucionar”, resalta.
Es necesario considerar factores como el derecho al agua, la dimensión social y ambiental del servicio, la proyección del recurso a largo plazo y una articulación más estrecha con las demás políticas municipales en términos territoriales espaciales.
Según los profesores Coing y Parias, un proyecto así tropieza con obstáculos políticos, jurídicos, administrativos y empresariales que se convierten en un reto, pues nadie puede afirmar que la gestión pública sea mejor que la privada.
La tradición de las empresas públicas municipales en Bogotá es una de empresas fuertes, consolidadas y relativamente independientes del resto de la política de la ciudad.
Se necesita agregar a esto una política global del agua en todas sus dimensiones, que no se limite a las redes, y que tenga una relación más estrecha con la política urbanística, así como con el desarrollo de la ciudad y su remodelación permanente.
“Una meta debe ser conseguir una relación estrecha con el grupo de la política municipal. Es claro que ninguna empresa de estas puede funcionar aislada. Debe estar en contacto con todos sus actores y tener metas compatibles y convergentes”, concluye Henri Coing.
El equipo al frente del proyecto es multidisciplinario. Todos son profesores de la UN (de las Facultades de Economía, Ingeniería y Ciencias Humanas) y tienen experiencias en diferentes niveles dentro de la empresa.
El tiempo de transición que definió la empresa es de un año y terminará el 31 de diciembre del 2013, con opción de ampliación. En ese periodo, la empresa escogerá una vía para llegar al modelo final.
Créditos: http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html