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Residuos orgánicos disminuyen el impacto ambiental.

 
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21 de Febrero del 2013
Los desechos orgánicos también pueden reciclarse, incluso más fácilmente que los llamados desechos reciclables. Expertos explicaron cómo aprovecharlos en los sistemas de recolección colombianos.
Henry Romero, exdirector de la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos, aseguró que Bogotá producía 7.500 toneladas de basuras diarias. Sin embargo, la Alcaldía Mayor de Bogotá precisó que todos los días llegan al relleno sanitario 6.300 toneladas.
Los académicos hacen una distinción de conceptos, porque no es lo mismo hablar de basura, desecho y residuo: la basura es la suciedad y los desperdicios revueltos entre sí; los desechos corresponden a lo que sobra después de una selección de lo mejor y útil de algo; y los residuos quedan de la descomposición, es decir, se trata de todo material de la naturaleza que su poseedor decide abandonar.
Al respecto, Luz Stella Cadavid, docente de la Facultad de Ingeniería y Administración de la UN en Palmira, señaló en el programa UN Análisis* de UN Radio, las ventajas o beneficios de los residuos orgánicos: “por ser en su mayoría biodegradables, es posible aprovecharlos a través de tratamientos biológicos que, incluso, pueden producir energía renovable en forma de biogás; además tienen menor impacto en cuanto a producción de gases de efecto invernadero respecta”.
El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible reconoce varios métodos para aprovechar residuos orgánicos municipales: “tratamientos biológicos, aprovechamiento alimenticio y aprovechamiento energético”. Entre los biológicos están: “compostaje, lombricultivo y digestión anaerobia; de estos, el que ofrece ventajas comparativas, en términos de recuperación de recursos (biogás, nutrientes, etc.) y reducción de la emisión de gases de efecto invernadero, es la digestión anaerobia”.
Por su parte, Carlos Caicedo, profesor de la UN, resaltó que la basura no es una preocupación reciente en el país: “se han intentado muchas cosas, como los rellenos sanitarios; y tanto en organizaciones como en hogares se ha querido optimizar su manejo; aunque hay países que tienen una gestión más activa de los residuos orgánicos, como España, Alemania y Francia”.
Asimismo, Otoniel Alfonso Sanabria, profesor del Departamento de Ingeniería Civil y Agrícola de la Facultad de Ingeniería de la UN, puntualizó: “la gestión integral de los residuos sólidos está orientada por el pragmatismo, porque la educación ambiental es fantástica en teoría, pero requiere mucho tiempo formar niños que entiendan la importancia del problema; las soluciones tienen que estar pensadas con relación a lo que podemos realmente hacer con elementos que tengamos a la mano”.
En ese sentido, Gladys Jaramillo Henao, socióloga y especialista en Gestión Ambiental y en Educación Ambiental, aseguró: “Todavía falta educación ambiental. Aunque se ha trabajado en sensibilización dentro de las organizaciones, la cuestión no es reciclar, sino reducir el consumo. Aun así, separar lo orgánico de lo inorgánico es un avance significativo. Pero es necesario explicar cuáles son los empaques para recolectar ciertos productos, tarea que debe cumplir la educación ambiental”.
Como un ejemplo, Santiago Montejo, gerente de Materias Primas de Coindagro, contó su experiencia: “nuestra iniciativa es aprovechar los aceites domésticos para convertirlos en biocombustibles, porque sus propiedades nos permiten reutilizarlos para darles un uso mayor”.
De esta manera, Caicedo aseguró que “cada vez más las basuras son un negocio importante y, en esa medida, hay más posibilidad de que el impacto ambiental disminuya”.
Créditos: http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html
Según la Alcaldía Mayor de Bogotá, todos los días llegan al relleno sanitario 6.300 toneladas de basura.

Según la Alcaldía Mayor de Bogotá, todos los días llegan al relleno sanitario 6.300 toneladas de basura.

21 de Febrero del 2013

Los desechos orgánicos también pueden reciclarse, incluso más fácilmente que los llamados desechos reciclables. Expertos explicaron cómo aprovecharlos en los sistemas de recolección colombianos.

Henry Romero, exdirector de la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos, aseguró que Bogotá producía 7.500 toneladas de basuras diarias. Sin embargo, la Alcaldía Mayor de Bogotá precisó que todos los días llegan al relleno sanitario 6.300 toneladas.

Los académicos hacen una distinción de conceptos, porque no es lo mismo hablar de basura, desecho y residuo: la basura es la suciedad y los desperdicios revueltos entre sí; los desechos corresponden a lo que sobra después de una selección de lo mejor y útil de algo; y los residuos quedan de la descomposición, es decir, se trata de todo material de la naturaleza que su poseedor decide abandonar.

Al respecto, Luz Stella Cadavid, docente de la Facultad de Ingeniería y Administración de la UN en Palmira, señaló en el programa UN Análisis* de UN Radio, las ventajas o beneficios de los residuos orgánicos: “por ser en su mayoría biodegradables, es posible aprovecharlos a través de tratamientos biológicos que, incluso, pueden producir energía renovable en forma de biogás; además tienen menor impacto en cuanto a producción de gases de efecto invernadero respecta”.

El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible reconoce varios métodos para aprovechar residuos orgánicos municipales: “tratamientos biológicos, aprovechamiento alimenticio y aprovechamiento energético”. Entre los biológicos están: “compostaje, lombricultivo y digestión anaerobia; de estos, el que ofrece ventajas comparativas, en términos de recuperación de recursos (biogás, nutrientes, etc.) y reducción de la emisión de gases de efecto invernadero, es la digestión anaerobia”.

Por su parte, Carlos Caicedo, profesor de la UN, resaltó que la basura no es una preocupación reciente en el país: “se han intentado muchas cosas, como los rellenos sanitarios; y tanto en organizaciones como en hogares se ha querido optimizar su manejo; aunque hay países que tienen una gestión más activa de los residuos orgánicos, como España, Alemania y Francia”.

Asimismo, Otoniel Alfonso Sanabria, profesor del Departamento de Ingeniería Civil y Agrícola de la Facultad de Ingeniería de la UN, puntualizó: “la gestión integral de los residuos sólidos está orientada por el pragmatismo, porque la educación ambiental es fantástica en teoría, pero requiere mucho tiempo formar niños que entiendan la importancia del problema; las soluciones tienen que estar pensadas con relación a lo que podemos realmente hacer con elementos que tengamos a la mano”.

En ese sentido, Gladys Jaramillo Henao, socióloga y especialista en Gestión Ambiental y en Educación Ambiental, aseguró: “Todavía falta educación ambiental. Aunque se ha trabajado en sensibilización dentro de las organizaciones, la cuestión no es reciclar, sino reducir el consumo. Aun así, separar lo orgánico de lo inorgánico es un avance significativo. Pero es necesario explicar cuáles son los empaques para recolectar ciertos productos, tarea que debe cumplir la educación ambiental”.

Como un ejemplo, Santiago Montejo, gerente de Materias Primas de Coindagro, contó su experiencia: “nuestra iniciativa es aprovechar los aceites domésticos para convertirlos en biocombustibles, porque sus propiedades nos permiten reutilizarlos para darles un uso mayor”.

De esta manera, Caicedo aseguró que “cada vez más las basuras son un negocio importante y, en esa medida, hay más posibilidad de que el impacto ambiental disminuya”.

Créditos: http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

Restaurantes podrán producir biogás con sus residuos.

 
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9 de Noviembre del 2012
Según investigaciones de la UN en Palmira, hay un gran potencial para producir biogás a partir de los residuos de frutas y verduras en restaurantes de este municipio.
El biogás es un subproducto que se genera cuando algunos microrganismos degradan materia orgánica en ausencia de oxígeno, dentro de un proceso conocido como digestión anaerobia (DA).
La digestión anaerobia, básicamente, es un proceso simple llevado a cabo en varias etapas de transformación, donde intervienen diferentes grupos de microrganismos, capaces de usar casi cualquier material orgánico como sustrato; tal y como ocurre en los sistemas digestivos, los pantanos, la basura depositada, los tanques sépticos y la tundra del Ártico.
Según la profesora Luz Stella Cadavid de la Universidad Nacional de Colombia en Palmira, “los residuos sólidos orgánicos representan un riesgo para el ambiente y la salud pública; cuando no se manejan y se disponen adecuadamente, muchos de estos terminan contaminando cuerpos de agua y produciendo gases de efecto invernadero”.
En Colombia, el problema de contaminación es aún más grave, dado el alto porcentaje de material orgánico que hace parte del total de los residuos sólidos municipales, que en promedio es de un 67%.
Sin embargo, para la profesora Cadavid, una alternativa de disposición ambientalmente segura es la digestión anaerobia, que a su vez ofrece la posibilidad de recuperar recursos como biogás, nutrientes y otros compuestos que pueden ser aprovechables.
Es por ello que la investigadora, trabajando en conjunto con el estudiante William Mosos de la Maestría en Ingeniería Ambiental, y la profesora Ana Cecilia Agudelo de la UN en Palmira, emprendieron un proyecto para determinar el potencial de producción de biogás de dichos residuos, para lo cual se utilizó una técnica estándar denominada Potencial Bioquímico de Metano.
La concentración de los residuos de frutas y verduras evaluada fue de 2g SV/L (sólidos volátiles por litro), y el inóculo utilizado fue un lodo anaerobio previamente aclimatado. La prueba se realizó por triplicado a 37ºC y el seguimiento se realizó durante 60 días.
Según la profesora Cadavid, el potencial de biogás promedio de los residuos de frutas y verduras bajo condiciones controladas fue de 596 ml Biogás/g SV, lo que es equivalente a un potencial energético de 4,06 kW-h por kg de sólidos volátiles digeridos.
“En términos económicos esto significa que la digestión anaerobia de cada kg de sólidos volátiles de este residuo podría generar $1.307. Para llevar a cabo esta propuesta a escala real se plantea continuar con la investigación utilizando reactores continuos a escala banco y piloto”, concluye la investigadora.

Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.htm

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Hay un gran potencial para producir biogás a partir de los residuos de frutas y verduras en restaurantes del municipio de Palmira.

Hay un gran potencial para producir biogás a partir de los residuos de frutas y verduras en restaurantes del municipio de Palmira.

9 de Noviembre del 2012

Según investigaciones de la UN en Palmira, hay un gran potencial para producir biogás a partir de los residuos de frutas y verduras en restaurantes de este municipio.

El biogás es un subproducto que se genera cuando algunos microrganismos degradan materia orgánica en ausencia de oxígeno, dentro de un proceso conocido como digestión anaerobia (DA).

La digestión anaerobia, básicamente, es un proceso simple llevado a cabo en varias etapas de transformación, donde intervienen diferentes grupos de microrganismos, capaces de usar casi cualquier material orgánico como sustrato; tal y como ocurre en los sistemas digestivos, los pantanos, la basura depositada, los tanques sépticos y la tundra del Ártico.

Según la profesora Luz Stella Cadavid de la Universidad Nacional de Colombia en Palmira, “los residuos sólidos orgánicos representan un riesgo para el ambiente y la salud pública; cuando no se manejan y se disponen adecuadamente, muchos de estos terminan contaminando cuerpos de agua y produciendo gases de efecto invernadero”.

En Colombia, el problema de contaminación es aún más grave, dado el alto porcentaje de material orgánico que hace parte del total de los residuos sólidos municipales, que en promedio es de un 67%.

Sin embargo, para la profesora Cadavid, una alternativa de disposición ambientalmente segura es la digestión anaerobia, que a su vez ofrece la posibilidad de recuperar recursos como biogás, nutrientes y otros compuestos que pueden ser aprovechables.

Es por ello que la investigadora, trabajando en conjunto con el estudiante William Mosos de la Maestría en Ingeniería Ambiental, y la profesora Ana Cecilia Agudelo de la UN en Palmira, emprendieron un proyecto para determinar el potencial de producción de biogás de dichos residuos, para lo cual se utilizó una técnica estándar denominada Potencial Bioquímico de Metano.

La concentración de los residuos de frutas y verduras evaluada fue de 2g SV/L (sólidos volátiles por litro), y el inóculo utilizado fue un lodo anaerobio previamente aclimatado. La prueba se realizó por triplicado a 37ºC y el seguimiento se realizó durante 60 días.

Según la profesora Cadavid, el potencial de biogás promedio de los residuos de frutas y verduras bajo condiciones controladas fue de 596 ml Biogás/g SV, lo que es equivalente a un potencial energético de 4,06 kW-h por kg de sólidos volátiles digeridos.

“En términos económicos esto significa que la digestión anaerobia de cada kg de sólidos volátiles de este residuo podría generar $1.307. Para llevar a cabo esta propuesta a escala real se plantea continuar con la investigación utilizando reactores continuos a escala banco y piloto”, concluye la investigadora.

Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

Producen endulzante con residuos de palma de aceite.

 
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El xilitol se puede obtener a partir del raquis de la palma africana.

El xilitol se puede obtener a partir del raquis de la palma africana.

19 de Octubre del 2012
La palma africana, de la cual se extrae principalmente biodiésel, sirve para obtener otras sustancias para la industria alimentaria. En la UN, este proceso se ejecuta a partir de sus desechos.
Se trata de la obtención del edulcorante conocido como xilitol, mediante procesos biotecnológicos. Este alcohol tiene gran valor para la industria de alimentos, por cuanto evita muchas de las alteraciones que puede provocar el azúcar (como diabetes, sobrepeso o caries).
Luz Tatiana Vélez Uribe, integrante del grupo de Biotecnología Industrial de la UN en Medellín, aclara que “en Colombia se ha dado un aumento de los cultivos de palma africana para extraer biodiésel; lo que queda es el raquis de palma, un residuo que se acumula mucho en las plantaciones y al cual no se le da mayor uso”.
En muchos lugares, estos residuos son quemados, lo que provoca una contaminación ambiental que puede ser minimizada si se lo aprovecha en alternativas como la propuesta formulada en el proyecto.
El procedimiento, en pocas palabras, consiste en acondicionar los raquis (racimos grandes que se deben partir y moler para obtener un tamaño de partícula fina) para someterlos a hidrólisis con autoclave, un recipiente metálico de cierre hermético. Tal proceso se hace a altas presiones (121 ºC) con ácido sulfúrico diluido, además de otros procedimientos biotecnológicos para convertir la materia inicial en el xilitol.
La investigadora explica que, además de la palma africana, se puede obtener xilitol a partir de otros residuos agrícolas (como tusa de maíz, cascarilla de arroz, bagazo de caña, así como de otros compuestos provenientes de podas de árboles y desechos de producción maderera).
El proyecto, que se debe optimizar primero a pequeña escala antes de llevarlo a escala industrial, hace parte de otros que el grupo desarrolla en esa área. Fue presentado como tesis para optar al título que le otorga la Maestría en Ciencia y Tecnología de los Alimentos de la UN en Medellín.
Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

19 de Octubre del 2012

La palma africana, de la cual se extrae principalmente biodiésel, sirve para obtener otras sustancias para la industria alimentaria. En la UN, este proceso se ejecuta a partir de sus desechos.

Se trata de la obtención del edulcorante conocido como xilitol, mediante procesos biotecnológicos. Este alcohol tiene gran valor para la industria de alimentos, por cuanto evita muchas de las alteraciones que puede provocar el azúcar (como diabetes, sobrepeso o caries).

Luz Tatiana Vélez Uribe, integrante del grupo de Biotecnología Industrial de la UN en Medellín, aclara que “en Colombia se ha dado un aumento de los cultivos de palma africana para extraer biodiésel; lo que queda es el raquis de palma, un residuo que se acumula mucho en las plantaciones y al cual no se le da mayor uso”.

En muchos lugares, estos residuos son quemados, lo que provoca una contaminación ambiental que puede ser minimizada si se lo aprovecha en alternativas como la propuesta formulada en el proyecto.

El procedimiento, en pocas palabras, consiste en acondicionar los raquis (racimos grandes que se deben partir y moler para obtener un tamaño de partícula fina) para someterlos a hidrólisis con autoclave, un recipiente metálico de cierre hermético. Tal proceso se hace a altas presiones (121 ºC) con ácido sulfúrico diluido, además de otros procedimientos biotecnológicos para convertir la materia inicial en el xilitol.

La investigadora explica que, además de la palma africana, se puede obtener xilitol a partir de otros residuos agrícolas (como tusa de maíz, cascarilla de arroz, bagazo de caña, así como de otros compuestos provenientes de podas de árboles y desechos de producción maderera).

El proyecto, que se debe optimizar primero a pequeña escala antes de llevarlo a escala industrial, hace parte de otros que el grupo desarrolla en esa área. Fue presentado como tesis para optar al título que le otorga la Maestría en Ciencia y Tecnología de los Alimentos de la UN en Medellín.

Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

Trabaja UNAM en diseño de planta piloto para tratamiento de residuos sólidos y orgánicos

 
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Alfonso Durán Moreno, responsable técnico del programa, por parte de la FQ, para el diseño de una planta piloto, encaminada al tratamiento de residuos sólidos y orgánicos.
Alfonso Durán Moreno, responsable técnico del programa, por parte de la FQ, para el diseño de una planta piloto, encaminada al tratamiento de residuos sólidos y orgánicos.

14 de Agosto de 2012

La Facultad de Química (FQ), el Programa Universitario de Medio Ambiente (PUMA) y el Instituto de Ingeniería (II) de la UNAM, trabajarán en la experimentación de pruebas de reacción anaerobia a nivel laboratorio, para definir y establecer condiciones de operación para el diseño de una planta piloto, encaminada al tratamiento de residuos sólidos y orgánicos.

En el proyecto participarán estudiantes de servicio social, de licenciatura, maestría y doctorado de las entidades mencionadas, que estarán directamente involucrados y de tiempo completo. Colaboran también los consejos Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), del Estado de Morelos (CCyTEM), Mexiquense de Ciencia y Tecnología (Comecyt), e Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal (ICyTDF).

Se trata del “escalamiento y validación de una planta piloto” que permitirá la puesta en marcha de un sistema de tratamiento de residuos sólidos orgánicos producidos en las ciudades de Toluca, Cuernavaca y en la zona metropolitana de la Ciudad de México, a fin de establecer procesos eficientes y oportunidades económicas para la comercialización de subproductos de interés.

“Será un parteaguas en lo que se refiere al manejo de residuos sólidos orgánicos municipales en México”, afirmó el responsable técnico del programa, por parte de la FQ, Alfonso Durán Moreno, al dar a conocer una visión general en el foro Digestión Anaerobia de Residuos Sólidos Orgánicos Municipales (RSOM), en la Torre de Ingeniería.

En la presentación, explicó que la intención es optimizar y validar, en pruebas piloto, los procesos técnicos para obtener el menor impacto ambiental de esos residuos, así como diseñar el sistema para la gestión integral de los producidos en la zona metropolitana de nuestra urbe, y áreas conurbadas de las ciudades referidas.

Se busca desarrollar un modelo general para la comercialización de los subproductos, así como una estrategia básica y una de transferencia de tecnología para su tratamiento en otros estados del país, que incluyan manuales, políticas, procedimientos y recomendaciones específicas para su ejecución.

Miembro del Departamento de Ingeniería Química de la FQ, Durán Moreno informó que la estrategia contempla, entre otros, el diseño de una planta piloto para el tratamiento, la realización de un simposio con expertos y tecnólogos nacionales e internacionales en el tema de digestión anaerobia de RSOM, la evaluación de alternativas tecnológicas para seleccionar la opción del sistema más adecuado para las condiciones y tipo de residuos.

En este foro, que sirvió como marco para la presentación de la propuesta, la coordinadora del PUMA, Mireya Ímaz Gispert, indicó que los residuos orgánicos constituyen uno de los problemas no resuelto en la región y en el país.

La idea es identificar una opción para tratarlos de manera adecuada. Con el uso de las diferentes tecnologías de tratamiento se busca, incluso, recuperar recursos y generar bienes con valor en el mercado; “se pretende especificar una tecnología para el tipo de residuos que generamos en las diferentes entidades del centro de México”, concluyó.

Boletín UNAM-DGCS-499
Ciudad Universitaria.

Producen etanol a partir de residuos de la floricultura

 
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Gracias a los residuos de la producción de rosas y crisantemos y a su interacción con el hongo Pleurotus ostreatus., se pueden obtener azúcares de alta calidad para producir etanol.
Gracias a los residuos de la producción de rosas y crisantemos y a su interacción con el hongo Pleurotus ostreatus., se pueden obtener azúcares de alta calidad para producir etanol.

12 de abril de 2012

La obtención de azúcares, a través de la interacción entre hongos nativos y residuos de rosas y crisantemos de la Sabana de Bogotá, permitirá producir etanol para combustibles automotores.

Este es el resultado central de la tesis de doctorado en la UN “Degradación de residuos de floricultura para la obtención de azúcares con hongos lignocelulolíticos”, de la estudiante Balkys Quevedo Hidalgo. El trabajo fue calificado como meritorio y será exaltado este jueves 12 de abril.

El director de la tesis, Mario Velásquez, del Departamento de Ingeniería Química, asegura que el trabajo adelantado por Quevedo tiene una gran aplicación práctica en lo que respecta a la producción de combustibles para automotores en Colombia. Actualmente, por disposiciones legales,  todos los vehículos en el país que se movilizan lo hacen con una mezcla de 90% de gasolina y 10% de etanol a base de caña de azúcar.

“Trabajamos con desechos de rosas y crisantemos de empresas floricultoras del norte de la Sabana y estudiamos e identificamos la interacción de sus residuos con el hongo nativo Pleurotus ostreatus”, cuenta el profesor Velásquez.

Cuando se habla de residuos lignocelulósicos, se hace referencia a los subproductos vegetales que quedan luego de la explotación de un producto agrario, de una cosecha. En Estados Unidos, por ejemplo, se utilizan los residuos fibrosos del maíz para fertilizar el mismo campo. A partir de esa materia prima, se obtienen los azúcares con los que se genera el bioetanol para los combustibles.

El proceso se divide en varias partes: de la lignina, o los residuos, hay que obtener la celulosa y semicelulosa, o los polisacáridos, que son polímeros de azúcares. Luego hay que “romper” o hidrolizar la celulosa para obtener la glucosa, que es el azúcar más simple y que le sirve a todos los seres vivos para obtener energía y alimentarse.

“Los microorganismos que utilizamos fueron los hongos, porque son los primeros en la escala de la cadena de la vida que empiezan a degradar esos residuos de flores. Ellos producen toda una serie de proteínas que llamamos enzimas y que permiten degradar esos polímeros en  compuestos más simples, que también pueden ser absorbidos por ellos mismos. Colombia es rico en este tipo de microorganismos y allí hay una  buena oportunidad productiva y de ciencia”, explica.

El hongo empieza a atacar la estructura básica de la lignina, o los residuos de flores, y deja así disponible la celulosa que contienen y que pasa a degradar, a su vez, en glucosa. Y esta sustancia es la base de la biomasa con la que se produce el etanol.

“El Pleurotus ya se ve en el mercado y se lo vende como ‘orellanas’, al lado del champiñón”, afirma el profesor.

Destaca que primero se estudió el tipo de enzimas que producían los hongos y su interacción con los residuos de rosas y crisantemos: “Es un proceso fenomenológico bastante complejo. Hubo que identificar de manera clara y concisa cuáles son las proteínas, cuál es la actividad de los microorganismos y qué tan potentes son esas herramientas enzimáticas para poder romper esos polímeros”.

Decidieron trabajar con rosas y crisantemos, porque el país es gran productor de este tipo de flores. Con clavel, el primero en producción, se presentó un problema con el sustrato y no fue posible lograrlo.

Y agrega que otro resultado fundamental del trabajo doctoral es la dramática reducción del tiempo para la obtención de los azúcares: “Tradicionalmente, este tipo de procesos duran días o semanas, pero logramos hidrólisis en menos de un día. En este trabajo lo que buscábamos era obtener esos azúcares y conocer el comportamiento de los mediadores, como los hongos, y cómo sacarles el mejor provecho. Los azúcares logrados son de altísima calidad”.

El trabajo fue adelantado en una planta piloto. Pero el objetivo es irlo escalando, es decir: emplear biorreactores de cinco litros, inicialmente, y luego otros de escala industrial.

“Es una forma más viable y más económica de producir los biocombustibles que necesitamos, o los azúcares que se pueden usar para obtener muchos productos diferentes al etanol. La idea es que nosotros podamos en el país hacer sucroquímica, a partir de la biomasa de celulosa, hemicelulosa y lignina. Con estos tres tipos podríamos montar una industria basada en azúcares y reemplazar a la actual petroquímica, lo que reduciría ostensiblemente los costos de producción y sería más amable con el medioambiente”, asegura.

Créditos: agenciadenoticias.unal.edu.co