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Soberanía alimentaria con mercados agroecológicos

 
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soberaniaalimentariaPalmira, may. 06 de 2014 – Agencia de Noticias UN- Con una red departamental de la que hace parte la U.N. en Palmira y más de 60 organizaciones campesinas se busca fortalecer el consumo de productos orgánicos frescos y procesados cultivados sin agroquímicos.

Según datos de Research and Markets, el mercado global de alimentos y bebidas orgánicas fue valorado en 70.000 millones de dólares en el 2012. Organic World registra que los mercados de productos orgánicos más grandes están encabezados por Estados Unidos, con más de la mitad del total de ventas con respecto de la lista de los diez mercados más grandes.

No obstante, Latinoamérica ha aumentado el consumo de estos productos que son cultivados por agricultores campesinos bajo prácticas agroecológicas que eximen el uso de agroquímicos. Prueba de ello es que en Colombia, según el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), hay alrededor de unas 40.000 hectáreas de tierra trabajadas para este tipo de productos.

Precisamente, los espacios que han permitido ofertar los productos sembrados orgánicamente, han sido los mercados agroecológicos campesinos, que han tomado fuerza en los últimos cinco años en los diferentes departamentos colombianos.

En el Valle del Cauca, por ejemplo, la Red de Mercados Agroecológicos Campesinos (Remac) hace presencia en 12 municipios, está conformada por 330 familias vinculadas y más de 60 organizaciones campesinas que producen una gran variedad de productos orgánicos entre los que se cuentan frutas, hortalizas, cárnicos, plantas medicinales y productos transformados.

Estos espacios no solo favorecen al consumidor con los múltiples beneficios nutricionales, sino también a cientos de familias campesinas que encuentran en estos mercados un sustento básico para su seguridad y soberanía alimentaria.

Este tema se discute durante en el “Tercer encuentro de mercados agroecológicos campesinos” que se desarrolla en Buga con más de 30 agricultores de los diferentes municipios del Valle del Cauca, estudiantes y docentes de la Universidad Nacional de Colombia en Palmira.

“La red de mercados tiene dos funciones clave: la primera es brindar elementos para que los productores ecológicos tengan productos que conserven su inocuidad; y la segunda es promover un grupo de familias que están generando recursos económicos a nivel de sus propias comunidades para la lucha contra la pobreza”, dice Gustavo Suárez Rendón, representante legal de la Remac del Valle del Cauca.

Alimentos sanos

Para la agroecóloga Marina Sánchez de Prager, docente de la U.N. en Palmira, el hecho de que los agricultores se unan formando toda una red de mercados agroecológicos, para ofrecer alimentos con características sanas, producidos de forma limpia y a precios justos, aumentan sus posibilidades de trabajar –como familia– sobre la seguridad y soberanía alimentaria.

“Estas personas contribuyen a la conservación de nuestras semillas nativas y de la biodiversidad en todas sus expresiones: salud, nutrición, fauna, flora, el recurso hídrico. Cuando avanzan en una organización a nivel de red, lo que hacen es promover sus potencialidades, pero indiscutiblemente necesitan el apoyo de los consumidores. Aquí es donde jugamos un papel fundamental para el crecimiento y fortalecimiento de los mercados agroecológicos”, asegura la docente.

Un ejemplo particular de un producto inocuo producido agroecológicamente con características superiores es el tomate, que de acuerdo con la experta, cultivado de manera convencional utiliza más de 20 productos agroquímicos, lo que lo hace uno de los productos más peligrosos para la salud humana.

“Por ello, el tomate producido agroecológicamente además de presentar menores índices de químicos peligrosos, tiene propiedades nutricionales más concentradas que el producido bajo técnicas convencionales, dura mucho más en la nevera, tiene mejor sabor, no es tan acuoso, etc.”, asevera la profesora Sánchez.

Aporte campesino

Alfredo Eñazco, ingeniero agrónomo de la U.N. y productor agroecológico del Municipio de Andalucía, afirma que los mercados agroecológicos son los únicos espacios para vender directamente (sin intermediarios), y les asegura rentabilidad en términos de seguridad y soberanía alimentaria a los productores del campo.

“El mercado campesino nos ha permitido llevar nuestras frutas, carnes y hortalizas, generar un ingreso importante para el sostenimiento de nuestra familia a un buen precio y con costos bajos de producción. Tenemos una fuente de ingresos permanente, vendemos huevos, pollo y frutas; además, contamos con comida para autoconsumo y consumimos alimentos sanos”, dice el agricultor.

A pesar de estos beneficios de la agricultura familiar campesina, el Estado que debería dar recursos para estas alternativas, pero según manifiesta el delegado de la Remac, no hay un apoyo real.

“Hemos recibido más aportes de otras instituciones como la U.N. que del mismo Estado o de los departamentos. Con la Universidad Nacional, por ejemplo, estamos haciendo medición de gases de efecto invernadero en fincas agroecológicas y comparándolas con fincas convencionales para tener todos los elementos necesarios y demostrar que lo que estamos haciendo contribuye con la mitigación del cambio climático”, concluye.

Créditos: UNAL-728-2014

Necesario, duplicar la producción alimentaria en 40 años

 
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Armando Shimada, profesor emérito de la UNAM e integrante de la FES Cuautitlán.
Armando Shimada, profesor emérito de la UNAM e integrante de la FES Cuautitlán.

16 de enero de 2011
• Armando Shimada, profesor emérito de la UNAM y distinguido integrante de la FES Cuautitlán, dijo que uno de los mayores retos en la materia está determinado por los rumiantes
• Por sus aportaciones, obtuvo el Premio Estatal de Ciencia y Tecnología 2010, que otorga el gobierno mexiquense

Hoy por hoy, la nutrición de los animales es de las áreas de conocimiento más importantes, porque existe la necesidad, en los próximos 40 años, de duplicar la producción de alimentos, pero sólo contaminar la mitad, consideró Armando Sadajiko Shimada Miyasaka, profesor emérito de la UNAM y distinguido integrante de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán.

Los mayores retos en torno a la alimentación, añadió, están determinados en los rumiantes, porque una buena parte de la contaminación ambiental y el calentamiento global se debe a ellos, tanto por el eructo, como por la materia fecal.

Por sus contribuciones al avance del conocimiento y por favorecer la formación integral de profesionistas y posgraduados, Shimada obtuvo el Premio Estatal de Ciencia y Tecnología 2010, en la categoría Ciencias Agropecuarias y Biotecnología, de la modalidad Ciencia, que otorga el Estado de México, a través del Consejo Mexiquense de Ciencia y Tecnología.

Entre las principales aportaciones de Shimada Miyasaka destacan la integración de la primera maestría en Ciencias para la FES Cuautitlán; la publicación del libro Fundamentos de Nutrición Animal Comparativa, que se convirtió en texto de referencia en escuelas de medicina veterinaria y zootecnia en México y de otros países de habla hispana, así como el establecimiento del Laboratorio de Rumiología y Metabolismo Nutricional.

El también investigador nacional emérito recordó que comenzó a laborar hace casi 46 años, en el entonces Instituto Nacional de Investigaciones Pecuarias. “Ahí me empecé a formar en la disciplina de la nutrición animal, que profeso”.

Luego de realizar estudios de maestría y doctorado en Estados Unidos, ingresó como profesor de asignatura a la UNAM, en la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia. “Ese es un aspecto de la profesión que no había experimentado antes, y me encantó la enseñanza. Ahora pienso que un investigador que no hace docencia está falto de este complemento, igual un docente que no investiga”.

Originalmente trabajó con cerdos, pero es tanta la variedad de problemas y retos en la producción de alimentos para los animales y, consecuentemente, para la gente, que “acabé con pollos, vacas, peces y demás especies”.

Hemos tenido la oportunidad de trabajar con productores de ganado, nos prestan granjas completas, relató. En una experiencia recién concluida con Enrique Piña de la Facultad de Medicina, nos facilitaron 400 mil pollos para hacer una prueba, por ejemplo.

La nutrición animal, importante área del conocimiento

Shimada tiene proyectos en sitios como Michoacán, Tabasco y Baja California. “Hoy por hoy, la nutrición de los animales es de las áreas de conocimiento más importantes, porque existe la necesidad, en los próximos 40 años, de duplicar la producción de alimentos, pero sólo contaminar la mitad, para quedar en los estándares actuales”.

Se trata de un reto interesante para el experto, sus colegas y alumnos dentro y fuera de la Universidad.
Aunque eligió dedicarse a la nutrición animal para realizar más trabajos de campo, en la actualidad pasa mucho tiempo en el laboratorio. “Antes, las mediciones eran en báscula y balanza, ahora buscamos respuestas a nivel celular y molecular”.

El universitario precisó que los mayores retos en torno a la alimentación están determinados por los rumiantes (vacas, borregos y chivos) porque una buena parte de la contaminación ambiental y el calentamiento global se debe a esos animales, tanto por el eructo, como por la materia fecal.

Se conoce que en Estados Unidos casi 80 por ciento del metano ambiental proviene de los animales. Por fortuna, existen posibilidades de reducir el problema: “tenemos que trabajar en laboratorio con cultivos de bacterias, con una serie de fármacos, para que al final del camino produzcan menos contaminante”.

Al respecto, abundó que la producción del metano es equivalente a ineficiencia. Los animales que comen sólo pasto lo producen más; los que consumen concentrado (granos), menos. El desafío, entonces, es que produzcan menos.

Laboratorio de Rumiología y Metabolismo Nutricional

Al hablar de las actividades del Laboratorio de Rumiología y Metabolismo Nutricional, creado por él, mencionó que en realidad no tiene sede.

“Está donde se ubica mi equipo. A veces trabajamos en Hermosillo o en Cuautla, somos un laboratorio móvil, y eso nos da mucha flexibilidad, porque nos permite establecer relaciones estrechas con mucha gente. No necesitamos mucha infraestructura en forma de equipo y oficinas. Tratamos de establecer las características del estómago, intestinos y metabolismo de estos animales para adaptarlos a otras dietas”.

Por último, al referirse al premio, señaló que el reconocimiento a la labor de una persona no significa que haya realizado todo el trabajo. “Sí implica que tiene un equipo formidable, colegas, ayudantes, personal de campo, estudiantes, pasantes y tesistas, docenas de ellos”.

Por eso, ganar un reconocimiento como éste debe ser motivo de orgullo para todos los que participaron. “Yo sólo soy la cabeza aparente”, finalizó.
Créditos: UNAM-DGCS-032-2011/unam.mx