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País multiétnico y multicultural, pero no en los textos escolares.

 
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En el proceso de construcción de nación han existido prácticas racistas, discriminatorias y excluyentes.

En el proceso de construcción de nación han existido prácticas racistas, discriminatorias y excluyentes.

21 de Enero del 2013
En Colombia aún existe una marcada tendencia a excluir y a no reconocer a amplios segmentos de la población, por su condición económica, social, étnica y de género.
Esto, por supuesto, no es una novedad, pero sí lo es el hecho de que los textos escolares de ciencias sociales perpetúen, de alguna forma, esa situación. Por el contrario, estos deberían ser promotores de la igualdad y del respeto por los ‘otros’.
Con base en los procesos sociales, políticos, económicos y culturales que han originado en Colombia prejuicios sobre grupos humanos, Carlos Yáñez Canal, docente de la Universidad Nacional de Colombia en Manizales, investigó los discursos y representaciones sociales de las élites dominantes que han prevalecido desde el siglo XIX.
Para eso, tomó como objeto de estudio libros escolares de ciencias sociales. En estos encontró una tendencia a excluir a las personas que no hacen parte de las élites sociales, que no ostentan algún grado de poder (económico o político) o que no encajan en el grupo de los “blancos”.
Afrodescendientes, indígenas y mujeres –los ‘otros’ desde la perspectiva de los grupos dominantes– han estado relegados a lo marginal. Así, se han desconocido sus enormes contribuciones a la construcción de nación. El profesor Yáñez encontró que, desde la Independencia, las lógicas de exclusión se mantienen, aunque se hayan transformado.
Por ejemplo, hace dos siglos, la relación entre amos y esclavos no iba más allá de la que existe entre un dueño y su objeto, algo similar a lo que pasa en la actualidad con respecto al trato que familias prestantes les dan a las mujeres que prestan servicios domésticos. De esto da constancia una polémica foto en la cual unas mujeres adineradas de Cali aparecen con dos empleadas de servicio cargando unas bandejas de plata, como “adornos” de la imagen, según se dijo en varios medios de comunicación.
“En la historia colombiana la representación dominante de las identidades culturales presenta continuidad. La investigación también identificó, en las versiones discursivas de las diferentes épocas, una posible prolongación expresada en los manuales escolares. En este sentido, se inquirió si el cambio de perspectiva sobre la complejidad y diversidad de identidades, promulgada en la Constitución de 1991, ha repercutido en los sistemas educativos”, dice el profesor de la UN.
Aunque en Colombia –así como en países como Guatemala, Brasil, México y Perú, entre otros–, se ha reformado la Constitución en términos de multiculturalismo, Yáñez ha encontrado que aún prevalecen lecturas erróneas de la figura del “otro”. El docente indagó hasta qué punto los significados de multiculturalidad y plurietnicidad, expuestos en la nueva Carta Magna, tienen fuerza en el país.
Descubrió que el ‘otro’ comienza a ser visto, ya no según un racismo biológico sino cultural. Un ejemplo de esto es el Artículo 287, que establece la autonomía de las entidades territoriales (incluidos los resguardos indígenas), algo que en la práctica no se da, porque los instrumentos del Estado están hechos para que la toma de decisiones en realidad sea central.
Lo mismo ocurre con el Artículo 70: “La cultura en sus diversas manifestaciones es fundamento de la nacionalidad”; no obstante, los currículos educativos –salvo algunas excepciones– están construidos para que indígenas o afrodescendientes aprendan sobre la cultura “blanca” y no al contrario.
“Uno puede hablar de diversidad, pero el problema es la mirada que a esta se le da. Lo que proyecta la Constitución es que existe ‘el otro’, pero al mismo tiempo lo desaparece y lo asume en forma diferencial. Y así lo estereotipa, estigmatiza y hasta lo excluye”, afirma.
Ejes investigativos
En 1994, el Ministerio de Educación Nacional fijó, en los artículos 23 y 31 de la Ley General de Educación, lineamientos curriculares para el área de ciencias sociales. Allí, se sugirió incluir temas con ejes generadores, preguntas problematizadoras, ámbitos conceptuales, desarrollo de competencias, estructura abierta, flexible e integrada.
“Al estudiar los ejes generadores, se encontró que tienen en cuenta aspectos como identidad, alteridad, diversidad cultural, raza, género, derechos humanos y desigualdades socioeconómicas. Pese a esto, la interculturalidad es reducida al reconocimiento de la diversidad cultural, étnica y de género, es decir, como funcionalidad de convivencia en las sociedades multiculturales; pero no se pregunta por los sentidos de la alteridad (la consideración del otro) y su propuesta en la producción de saberes y la construcción de nación”, argumenta.
Ante esto, la maestra Miryam Almeida, de la comunidad Mallama (en Nariño), sostiene: “en realidad, a los indígenas siempre se les ha relegado o no se les ha integrado. Se les mantiene aislados supuestamente para mantener un patrimonio cultural, lo que redunda en un poco aporte de su parte a la construcción de nación”.
Propuesta
Carlos Yáñez explica que lo que se debe hacer es aumentar la presencia de afrodescendientes, indígenas y mujeres en los textos escolares. Esto es indispensable porque, en la mayor parte de los dos siglos de historia republicana, las instituciones educativas los han desconocido.
“Lo deseable son textos que le permitan al niño, a partir de sus competencias y reflexiones, evidenciar que vive en un país diverso, pero no desde la marginalidad. Hay que elaborar libros que reflejen los procesos dinámicos de las culturas y cómo se han ido transformando (y fusionando) a través del tiempo; pues las representaciones transmitidas no son neutras y obedecen a esquemas ideológicos de sectores sociales que tienen influencia en el sistema educativo del Estado”, puntualiza.
Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

21 de Enero del 2013

En Colombia aún existe una marcada tendencia a excluir y a no reconocer a amplios segmentos de la población, por su condición económica, social, étnica y de género.

Esto, por supuesto, no es una novedad, pero sí lo es el hecho de que los textos escolares de ciencias sociales perpetúen, de alguna forma, esa situación. Por el contrario, estos deberían ser promotores de la igualdad y del respeto por los ‘otros’.

Con base en los procesos sociales, políticos, económicos y culturales que han originado en Colombia prejuicios sobre grupos humanos, Carlos Yáñez Canal, docente de la Universidad Nacional de Colombia en Manizales, investigó los discursos y representaciones sociales de las élites dominantes que han prevalecido desde el siglo XIX.

Para eso, tomó como objeto de estudio libros escolares de ciencias sociales. En estos encontró una tendencia a excluir a las personas que no hacen parte de las élites sociales, que no ostentan algún grado de poder (económico o político) o que no encajan en el grupo de los “blancos”.

Afrodescendientes, indígenas y mujeres –los ‘otros’ desde la perspectiva de los grupos dominantes– han estado relegados a lo marginal. Así, se han desconocido sus enormes contribuciones a la construcción de nación. El profesor Yáñez encontró que, desde la Independencia, las lógicas de exclusión se mantienen, aunque se hayan transformado.

Por ejemplo, hace dos siglos, la relación entre amos y esclavos no iba más allá de la que existe entre un dueño y su objeto, algo similar a lo que pasa en la actualidad con respecto al trato que familias prestantes les dan a las mujeres que prestan servicios domésticos. De esto da constancia una polémica foto en la cual unas mujeres adineradas de Cali aparecen con dos empleadas de servicio cargando unas bandejas de plata, como “adornos” de la imagen, según se dijo en varios medios de comunicación.

“En la historia colombiana la representación dominante de las identidades culturales presenta continuidad. La investigación también identificó, en las versiones discursivas de las diferentes épocas, una posible prolongación expresada en los manuales escolares. En este sentido, se inquirió si el cambio de perspectiva sobre la complejidad y diversidad de identidades, promulgada en la Constitución de 1991, ha repercutido en los sistemas educativos”, dice el profesor de la UN.

Aunque en Colombia –así como en países como Guatemala, Brasil, México y Perú, entre otros–, se ha reformado la Constitución en términos de multiculturalismo, Yáñez ha encontrado que aún prevalecen lecturas erróneas de la figura del “otro”. El docente indagó hasta qué punto los significados de multiculturalidad y plurietnicidad, expuestos en la nueva Carta Magna, tienen fuerza en el país.

Descubrió que el ‘otro’ comienza a ser visto, ya no según un racismo biológico sino cultural. Un ejemplo de esto es el Artículo 287, que establece la autonomía de las entidades territoriales (incluidos los resguardos indígenas), algo que en la práctica no se da, porque los instrumentos del Estado están hechos para que la toma de decisiones en realidad sea central.

Lo mismo ocurre con el Artículo 70: “La cultura en sus diversas manifestaciones es fundamento de la nacionalidad”; no obstante, los currículos educativos –salvo algunas excepciones– están construidos para que indígenas o afrodescendientes aprendan sobre la cultura “blanca” y no al contrario.

“Uno puede hablar de diversidad, pero el problema es la mirada que a esta se le da. Lo que proyecta la Constitución es que existe ‘el otro’, pero al mismo tiempo lo desaparece y lo asume en forma diferencial. Y así lo estereotipa, estigmatiza y hasta lo excluye”, afirma.


Ejes investigativos

En 1994, el Ministerio de Educación Nacional fijó, en los artículos 23 y 31 de la Ley General de Educación, lineamientos curriculares para el área de ciencias sociales. Allí, se sugirió incluir temas con ejes generadores, preguntas problematizadoras, ámbitos conceptuales, desarrollo de competencias, estructura abierta, flexible e integrada.

“Al estudiar los ejes generadores, se encontró que tienen en cuenta aspectos como identidad, alteridad, diversidad cultural, raza, género, derechos humanos y desigualdades socioeconómicas. Pese a esto, la interculturalidad es reducida al reconocimiento de la diversidad cultural, étnica y de género, es decir, como funcionalidad de convivencia en las sociedades multiculturales; pero no se pregunta por los sentidos de la alteridad (la consideración del otro) y su propuesta en la producción de saberes y la construcción de nación”, argumenta.

Ante esto, la maestra Miryam Almeida, de la comunidad Mallama (en Nariño), sostiene: “en realidad, a los indígenas siempre se les ha relegado o no se les ha integrado. Se les mantiene aislados supuestamente para mantener un patrimonio cultural, lo que redunda en un poco aporte de su parte a la construcción de nación”.


Propuesta

Carlos Yáñez explica que lo que se debe hacer es aumentar la presencia de afrodescendientes, indígenas y mujeres en los textos escolares. Esto es indispensable porque, en la mayor parte de los dos siglos de historia republicana, las instituciones educativas los han desconocido.

“Lo deseable son textos que le permitan al niño, a partir de sus competencias y reflexiones, evidenciar que vive en un país diverso, pero no desde la marginalidad. Hay que elaborar libros que reflejen los procesos dinámicos de las culturas y cómo se han ido transformando (y fusionando) a través del tiempo; pues las representaciones transmitidas no son neutras y obedecen a esquemas ideológicos de sectores sociales que tienen influencia en el sistema educativo del Estado”, puntualiza.

Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

Diésel limpio reduce enfermedades respiratorias.

 
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14 de Enero del 2013
La Ley de Calidad de Aire que obliga la distribución de diésel limpio, de modo que su contenido no supere las 50 partes por millón (ppm) de azufre, debe aplicarse en todo el país a partir de este año.
“La norma (Ley 1205 de 2008) establece que el azufre en el aire, representado por el dióxido de azufre, sí tiene límites. La reducción a valores cercanos a las normas europeas debe ser bienvenida por el país pues nos afecta positivamente”, expresó Carlos Ariel Cardona, profesor titular y director del Grupo de investigación en Procesos Químicos, Catalíticos y Biotecnológicos del Instituto de Biotecnología y Agroindustria de la UN Sede Manizales.
Mejorar la calidad de este combustible es una apuesta para controlar los riesgos ambientales y de salud que se presentan a diario. “El dióxido de azufre es uno de los principales generadores de las llamadas lluvias ácidas y provoca, además, afecciones pulmonares severas ante inhalación constante, incrementando, por ejemplo, problemas de asma”, explicó Cardona.
Conseguir el diésel limpio implicó una inversión de más de un billón de pesos al Estado a través de Ecopetrol, según información del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible. Esta permite optimizar la calidad del combustible para reducir la contaminación producida por la emisión de gases de los vehículos.
Cardona considera que esta cifra es pequeña “si se observa, por ejemplo, lo que a mediano plazo se ahorrará el país en el sector salud. Con el tiempo se verán posibles disminuciones de las tasas de enfermedades crónicas respiratorias”.
Además, “el biodiésel que emite prácticamente cero azufre no puede ser la solución a corto y mediano plazo, ya que las mezclas con el diésel que teníamos de 1.000-5.000 ppm, deberían mezclarse a razón de mínimo 95% de biodiésel y 5% de diésel; y el sector palmero y del biodiésel no sería capaz de crecer a tal ritmo ni de competir con el precio actual del diésel. Esto motiva la necesidad ineludible de mejorar nuestro diésel”, puntualizó el experto.
La Ley de Calidad de Aire en Colombia le permitirá al país, según Ecopetrol, estar en un nivel comparable al autorizado en los mercados más avanzados en exigencias ambientales. “El diésel limpio está a la altura del que se consume en los países desarrollados y, en Latinoamérica, es solo equiparable al que se distribuye en Santiago de Chile, São Paulo, Ciudad de México y Buenos Aires”.
Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html
La Ley de Calidad de Aire obliga la distribución de diésel limpio, es decir, a que su contenido no supere las 50 partes por millón (ppm) de azufre.

La Ley de Calidad de Aire obliga la distribución de diésel limpio, es decir, a que su contenido no supere las 50 partes por millón (ppm) de azufre.

14 de Enero del 2013

La Ley de Calidad de Aire que obliga la distribución de diésel limpio, de modo que su contenido no supere las 50 partes por millón (ppm) de azufre, debe aplicarse en todo el país a partir de este año.

“La norma (Ley 1205 de 2008) establece que el azufre en el aire, representado por el dióxido de azufre, sí tiene límites. La reducción a valores cercanos a las normas europeas debe ser bienvenida por el país pues nos afecta positivamente”, expresó Carlos Ariel Cardona, profesor titular y director del Grupo de investigación en Procesos Químicos, Catalíticos y Biotecnológicos del Instituto de Biotecnología y Agroindustria de la UN Sede Manizales.

Mejorar la calidad de este combustible es una apuesta para controlar los riesgos ambientales y de salud que se presentan a diario. “El dióxido de azufre es uno de los principales generadores de las llamadas lluvias ácidas y provoca, además, afecciones pulmonares severas ante inhalación constante, incrementando, por ejemplo, problemas de asma”, explicó Cardona.

Conseguir el diésel limpio implicó una inversión de más de un billón de pesos al Estado a través de Ecopetrol, según información del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible. Esta permite optimizar la calidad del combustible para reducir la contaminación producida por la emisión de gases de los vehículos.

Cardona considera que esta cifra es pequeña “si se observa, por ejemplo, lo que a mediano plazo se ahorrará el país en el sector salud. Con el tiempo se verán posibles disminuciones de las tasas de enfermedades crónicas respiratorias”.

Además, “el biodiésel que emite prácticamente cero azufre no puede ser la solución a corto y mediano plazo, ya que las mezclas con el diésel que teníamos de 1.000-5.000 ppm, deberían mezclarse a razón de mínimo 95% de biodiésel y 5% de diésel; y el sector palmero y del biodiésel no sería capaz de crecer a tal ritmo ni de competir con el precio actual del diésel. Esto motiva la necesidad ineludible de mejorar nuestro diésel”, puntualizó el experto.

La Ley de Calidad de Aire en Colombia le permitirá al país, según Ecopetrol, estar en un nivel comparable al autorizado en los mercados más avanzados en exigencias ambientales. “El diésel limpio está a la altura del que se consume en los países desarrollados y, en Latinoamérica, es solo equiparable al que se distribuye en Santiago de Chile, São Paulo, Ciudad de México y Buenos Aires”.

Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

Buscan mejorar tratamiento de aguas residuales.

 
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8 de Enero del 2013
En la UN en Manizales se trabaja en el fototratamiento de agua residual industrial mediante la modificación de óxido de titanio, un material catalítico que se activa a través de una fuente de luz.
Para industrias como la alimenticia, farmacéutica, de plásticos y en general de insumos químicos con resinas fenólicas, se está desarrollando un método para descontaminar las aguas que tienen contenido de colorantes y fenoles, los cuales son compuestos altamente tóxicos.
Para este proyecto, Sandra Milena López Zamora, estudiante de la Maestría en Ingeniería Química de la Sede Manizales, está realizando la síntesis y caracterización de óxido de titanio (TiO2) modificado con metales para mejorar su desempeño en la degradación de contaminantes.
“La desventaja que tiene el TiO2 es que solo actúa en luz ultravioleta, la cual representa apenas un 5% del espectro solar y no se puede aprovechar la luz visible, por tanto si se logra ampliar la fracción de luz utilizada será posible emplear el Sol en los procesos de degradación de aguas residuales”, indicó la investigadora.
Bajo esta perspectiva se trabaja con fotocatálisis aprovechando una fuente de luz (que puede ser el Sol o una lámpara) y un material catalítico, con lo cual se logra llevar el contaminante a estados menos fuertes e incluso degradarlo completamente.
“Lo ideal es rebajar los niveles de demanda química de oxígeno o conseguir la mineralización completa, es decir, que se convierta en agua y CO2 que no contaminan”, expresó López Zamora.
El trabajo en el laboratorio consiste en probar ciertos metales para modificar el óxido de titanio y saber cuál actúa mejor en cada proceso, tanto para la degradación de fenoles como para la de colorantes.
Para ello, se toma el material fotocatalítico que se activa con luz; en este caso es un polvo que se le aplica al agua que se desea tratar, se agrega un oxidante que puede ser aire o agua oxigenada y se ubica bajo la fuente de luz.
“Colombia tiene la ventaja de contar con buena cantidad de Sol todo el año porque no hay estaciones, lo que generaría un ahorro energético con el uso de luz directa; y cuando es de noche se podría trabajar con lámparas que se consiguen fácilmente en el comercio, las cuales disminuyen la duración del proceso”, precisó la estudiante de Maestría.
Esta investigación, en la que también están participando grupos de investigación de la Universidad Eafit de Medellín y la Universidad Tecnológica de Lodz en Polonia, ya fue presentada en Italia en un evento de la Federación europea de catálisis, así como en un congreso en Corea. En ambas instancias fue recibida con beneplácito por la comunidad científica.
Crédito: http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html
Se trabaja en el tratamiento de agua residual con colorantes y fenoles.

Se trabaja en el tratamiento de agua residual con colorantes y fenoles.

8 de Enero del 2013

En la UN en Manizales se trabaja en el fototratamiento de agua residual industrial mediante la modificación de óxido de titanio, un material catalítico que se activa a través de una fuente de luz.

Para industrias como la alimenticia, farmacéutica, de plásticos y en general de insumos químicos con resinas fenólicas, se está desarrollando un método para descontaminar las aguas que tienen contenido de colorantes y fenoles, los cuales son compuestos altamente tóxicos.

Para este proyecto, Sandra Milena López Zamora, estudiante de la Maestría en Ingeniería Química de la Sede Manizales, está realizando la síntesis y caracterización de óxido de titanio (TiO2) modificado con metales para mejorar su desempeño en la degradación de contaminantes.

“La desventaja que tiene el TiO2 es que solo actúa en luz ultravioleta, la cual representa apenas un 5% del espectro solar y no se puede aprovechar la luz visible, por tanto si se logra ampliar la fracción de luz utilizada será posible emplear el Sol en los procesos de degradación de aguas residuales”, indicó la investigadora.

Bajo esta perspectiva se trabaja con fotocatálisis aprovechando una fuente de luz (que puede ser el Sol o una lámpara) y un material catalítico, con lo cual se logra llevar el contaminante a estados menos fuertes e incluso degradarlo completamente.

“Lo ideal es rebajar los niveles de demanda química de oxígeno o conseguir la mineralización completa, es decir, que se convierta en agua y CO2 que no contaminan”, expresó López Zamora.

El trabajo en el laboratorio consiste en probar ciertos metales para modificar el óxido de titanio y saber cuál actúa mejor en cada proceso, tanto para la degradación de fenoles como para la de colorantes.

Para ello, se toma el material fotocatalítico que se activa con luz; en este caso es un polvo que se le aplica al agua que se desea tratar, se agrega un oxidante que puede ser aire o agua oxigenada y se ubica bajo la fuente de luz.

“Colombia tiene la ventaja de contar con buena cantidad de Sol todo el año porque no hay estaciones, lo que generaría un ahorro energético con el uso de luz directa; y cuando es de noche se podría trabajar con lámparas que se consiguen fácilmente en el comercio, las cuales disminuyen la duración del proceso”, precisó la estudiante de Maestría.

Esta investigación, en la que también están participando grupos de investigación de la Universidad Eafit de Medellín y la Universidad Tecnológica de Lodz en Polonia, ya fue presentada en Italia en un evento de la Federación europea de catálisis, así como en un congreso en Corea. En ambas instancias fue recibida con beneplácito por la comunidad científica.

Crédito: http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

Sin reconocimiento, la trascendencia de la masticación.

 
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No se le ha estudiado cabalmente, aunque se realiza por lo menos tres veces al día, y para preparar un bocado de un alimento duro de dos gramos para su deglución, se requieren aproximadamente 40 ciclos, explicó Ana María Wintergerst, de la FO.
No se le ha estudiado cabalmente, aunque se realiza por lo menos tres veces al día, y para preparar un bocado de un alimento duro de dos gramos para su deglución, se requieren aproximadamente 40 ciclos, explicó Ana María Wintergerst, de la FO.

18 de Diciembre del 2012

La masticación es una función importante del cuerpo; se lleva a cabo todos los días, sin embargo, no recibe la importancia adecuada. “No se le ha estudiado cabalmente, aunque la realizamos por lo menos tres veces al día, y para preparar un bocado de un alimento duro de dos gramos para su deglución, se requieren aproximadamente 40 ciclos”, señaló Ana María Wintergerst Lavín, de la División de Estudios de Posgrado e Investigación de la Facultad de Odontología (FO) de la UNAM.

Es el primer paso de la digestión y se relaciona con la calidad de vida y salud de las personas. Este proceso es resultado de una compleja organización estructural y funcional en la que participan, entre otros, el sistema nervioso central y periférico, estructuras óseas, músculos, dientes y tejidos blandos.

En el momento en que se introduce un alimento a la cavidad bucal, se realizan movimientos que lo transportan a la zona de los dientes posteriores, que es donde se tritura y procesa. No sólo se “rompe”, sino que se mezcla con saliva y forma un bolo cohesivo y deformable, que puede ser deglutido, explicó.

Las afecciones más comunes en la cavidad bucal, las caries y la enfermedad periodontal, frecuentemente tienen como secuela la pérdida de dientes, que merma la capacidad de preparar la comida para ingerirla.

La evaluación de la función masticatoria se puede hacer de forma objetiva y subjetiva; la primera se realiza al dar alimento a una persona, que lo mastica cierto número de ciclos, o hasta antes de deglutir, y luego lo expulsa en un filtro; así se determina el tamaño de las partículas, que son mayores conforme se registra la pérdida de más dientes. “Preferimos usar alimentos artificiales, para estandarizar la dureza, peso y tamaño del bolo”, indicó.

En tanto, la subjetiva consiste en la percepción del propio individuo sobre su capacidad de masticar. La falta de dientes y los problemas al respecto afectan la calidad de vida de las personas, que aceptan que les molesta o causa tristeza no disfrutar de todo tipo de alimentos, lo que disminuye el placer de comer.

En México, refirió, 25 por ciento de la población de entre 65 y 74 años de edad es edéntula, y de los 18 a 34 años, 1.6 por ciento ya no tiene dientes.

Por ello, Wintergerst y su equipo estudian esta función y desarrollan un instrumento (cuestionario) para la evaluación subjetiva del desempeño masticatorio en adultos, que a diferencia de los existentes, no sólo contiene un dominio relativo a la autopercepción de la función misma, sino sobre el impacto emocional y social derivados por problemas al masticar.

Para ello, seleccionaron a pacientes a quienes sólo les faltaban piezas posteriores. “Todas son importantes; con los anteriores mordemos, se corta, pero las personas valoran más estos dientes por la estética; la masticación se lleva a cabo primordialmente en el sector posterior”.

La universitaria observó que a medida que aquéllos faltan y se afecta la capacidad de fracturar los alimentos, los individuos tratan de compensar con el incremento de los ciclos de masticación de 40, 45 ó 50. Aún así, no alcanzan a hacerlo como quienes tienen todas las piezas.

Si quedan pocas, tres o cuatro posteriores, o se pierden en su totalidad, cambia el patrón. Los pacientes dejan de compensar con un incremento del número de ciclos y degluten prácticamente sin masticar; con ello pueden originarse problemas de salud.

Quienes no tienen dientes dejan de consumir, sobre todo, fibra, frutas y vegetales verdes, y comienzan a ingerir en mayor proporción grasas y carbohidratos, más fáciles de masticar.

“En el instrumento que construimos, evaluamos no sólo un listado de alimentos (que van desde los muy duros, como zanahoria o carne asada, hasta algunos que no lo son tanto, como la pera o el elote desgranado), sino el impacto social y emocional por los problemas respectivos”.

En los cuestionarios convencionales, de acuerdo con los alimentos marcados como aquellos que no se pueden ingerir, se determina qué tan afectada está la función, aunque se recurre a procesos para seguir con su consumo, como mayor cocción, hacerlos papilla o cortarlos en fragmentos pequeños.

Para elaborar el instrumento, primero se recurrió a grupos focales con odontólogos, que comentaron las quejas más frecuentes por la falta de piezas, y preguntas abiertas a 150 pacientes de las propias clínicas de la FO, como ¿qué tipo de problema le ha ocasionado la pérdida de dientes posteriores?

El cuestionario se aplicó a 100 personas de entre 40 y 60 años en el DF y Guerrero.

Consta de 14 preguntas, aunque una de ellas contiene, a su vez, 15 más, en las que se inquiere la dificultad para masticar. Tratamos de ser específicos, y en lugar de enlistar “carne”, por ejemplo, se pregunta sobre “carne de res asada”; también incluye a la “manzana con cáscara partida en cuatro partes”, o “chicharrón sin guisar”. Además, se interroga sobre la modificación de las prácticas alimentarias, como remojar o licuar la comida.

En relación al impacto emocional y social, se encontró que no poder ingerir todo tipo de alimentos puede ser irritante, así como dejar de salir a comer fuera de casa, lo que afecta la vida social. Sin embargo, el impacto es menor a lo esperado, pues muchos consideran que la pérdida de piezas es un “proceso natural” relacionado con el envejecimiento.

Para validar el instrumento, fue necesario comparar los puntajes con la prueba objetiva; algunos pacientes refieren que su masticación es “buena”, aunque carezcan de dientes posteriores.

Se seguirá con su aplicación en las clínicas de la FO, y podría servir para evaluar el efecto de diferentes tratamientos sobre la función masticatoria, como valorar el resultado de los tratamientos de ortodoncia, pues éstos se centran más en el aspecto estético que en la función, o de los tratamientos de rehabilitación bucal, finalizó Wintergerst Lavín.

Boletín UNAM-DGCS-777
Ciudad Universitaria.

UN innova radicalmente exámenes de admisión.

 
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10 de Diciembre del 2012
El Consejo Académico de la Universidad Nacional de Colombia aprobó un cambio significativo en la forma como ingresarán los aspirantes a la alma máter.
A partir del próximo semestre, los estudiantes serán admitidos a la Universidad y no a un programa específico. Según el puntaje obtenido en las pruebas de admisión, podrán seleccionar la carrera: los mayores puntajes tendrán las primeras opciones y los cupos que queden libres serán ofrecidos a los aspirantes con los puntajes siguientes, hasta coparlos en cada carrera.
El proceso de admisión es sumamente exigente y, de cerca de 140 mil aspirantes que se presentan cada año, solo se pueden recibir a unos 10 mil, según el rector de la UN, Ignacio Mantilla Prada.
El director nacional de Admisiones, Mario Alberto Pérez Rodríguez, presentó la propuesta durante el Consejo Académico celebrado el pasado 5 de diciembre. Explicó que se implementará un sistema que aumente la probabilidad de ingreso de los aspirantes con los capitales académicos más altos, permitiéndoles seleccionar varios programas curriculares a los cuales pueden presentarse para obtener un cupo según su prioridad y el puntaje obtenido en la prueba.
En el 2008, la UN introdujo otras modificaciones sin precedentes, orientadas a modernizar la administración de la formación universitaria. Desde esa fecha, a los estudiantes que ingresan se les asigna un cupo de créditos (unidades en las que se miden las asignaturas universitarias) que ellos administran autónomamente durante su formación y su buen rendimiento académico determina la duración de sus estudios y les permite obtener una segunda titulación o acceder a programas de posgrado.
La innovación se apoya en un estudio detallado de los resultados de las pruebas de los últimos años y en la experiencia acumulada, que ha permitido garantizar que el examen de admisión muestre una transparencia absoluta, que es reconocida por los colombianos.
Actualmente, los aspirantes que se inscriben en el proceso de admisión seleccionan uno de los cerca de 96 programas curriculares que ofrece la Institución. Como segunda opción tienen la posibilidad de seleccionar otros dos programas. El aspirante conoce su puntaje y perfil académico, reportado en la prueba, solo hasta el final del proceso.
La Universidad Nacional de Colombia admite al año a unos 11 mil nuevos estudiantes. Según Pérez Rodríguez, con los cambios se consolida el ingreso por mérito académico.
“El aspirante presenta el examen y, una vez que conoce su resultado, puede seleccionar hasta cuatro programas curriculares para los cuales su puntaje le da una probabilidad real de ingreso, según la oferta de programas y los cupos disponibles para cada uno de ellos. Entonces los inscritos serán habilitados, según rangos de puntaje de mayor a menor, para que aspiren a un cupo en un programa en el que aún haya disponibles”, precisó.
Así, a un aspirante lo pueden habilitar más de una vez para seleccionar programas con cupos disponibles, siempre y cuando su puntaje le permita tener alguna probabilidad real de ingresar a ellos.
La Universidad decidió cambiar el sistema tradicional, al ver que en cada proceso de admisión a programas de pregrado más del 60% de los aspirantes se concentra en menos de un tercio de la oferta académica.
Por esa razón, algunos aspirantes con buenos puntajes no son admitidos, pero otros con puntajes inferiores pasan a programas que, pese a su baja demanda, tienen igual importancia para el desarrollo del país.
“Por lo anterior, es necesario implementar un mecanismo que optimice el proceso de selección de los futuros estudiantes de la UN, con los más altos capitales académicos en todos los programas”, aseguró Pérez Rodríguez.
Los cambios regirán a partir del proceso de admisión del segundo periodo académico de 2013. Desde ya se buscan estrategias de divulgación para que los interesados en ingresar tengan información clara y optimicen los resultados de sus pruebas.
El rector Mantilla explicó que el algoritmo por el cual se seleccionan actualmente los estudiantes presenta algunas injusticias con algunos aspirantes que tienen muy buenos puntajes y que quedan por fuera porque eligieron una carrera de mayor demanda.
“Se trata de distribuir mejor esos puntajes para tener un criterio más justo. Actualmente, por ejemplo, 50 mil aspirantes compiten por 450 cupos y los restantes 20 mil, por cerca de cinco mil. Ahí hay, de entrada, una inequidad bastante grande”, señaló.
Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html
Alrededor de 140 mil personas se presentan cada año a la UN para estudiar una carrera.

Alrededor de 140 mil personas se presentan cada año a la UN para estudiar una carrera.

10 de Diciembre del 2012

El Consejo Académico de la Universidad Nacional de Colombia aprobó un cambio significativo en la forma como ingresarán los aspirantes a la alma máter.

A partir del próximo semestre, los estudiantes serán admitidos a la Universidad y no a un programa específico. Según el puntaje obtenido en las pruebas de admisión, podrán seleccionar la carrera: los mayores puntajes tendrán las primeras opciones y los cupos que queden libres serán ofrecidos a los aspirantes con los puntajes siguientes, hasta coparlos en cada carrera.

El proceso de admisión es sumamente exigente y, de cerca de 140 mil aspirantes que se presentan cada año, solo se pueden recibir a unos 10 mil, según el rector de la UN, Ignacio Mantilla Prada.

El director nacional de Admisiones, Mario Alberto Pérez Rodríguez, presentó la propuesta durante el Consejo Académico celebrado el pasado 5 de diciembre. Explicó que se implementará un sistema que aumente la probabilidad de ingreso de los aspirantes con los capitales académicos más altos, permitiéndoles seleccionar varios programas curriculares a los cuales pueden presentarse para obtener un cupo según su prioridad y el puntaje obtenido en la prueba.

En el 2008, la UN introdujo otras modificaciones sin precedentes, orientadas a modernizar la administración de la formación universitaria. Desde esa fecha, a los estudiantes que ingresan se les asigna un cupo de créditos (unidades en las que se miden las asignaturas universitarias) que ellos administran autónomamente durante su formación y su buen rendimiento académico determina la duración de sus estudios y les permite obtener una segunda titulación o acceder a programas de posgrado.

La innovación se apoya en un estudio detallado de los resultados de las pruebas de los últimos años y en la experiencia acumulada, que ha permitido garantizar que el examen de admisión muestre una transparencia absoluta, que es reconocida por los colombianos.

Actualmente, los aspirantes que se inscriben en el proceso de admisión seleccionan uno de los cerca de 96 programas curriculares que ofrece la Institución. Como segunda opción tienen la posibilidad de seleccionar otros dos programas. El aspirante conoce su puntaje y perfil académico, reportado en la prueba, solo hasta el final del proceso.

La Universidad Nacional de Colombia admite al año a unos 11 mil nuevos estudiantes. Según Pérez Rodríguez, con los cambios se consolida el ingreso por mérito académico.

“El aspirante presenta el examen y, una vez que conoce su resultado, puede seleccionar hasta cuatro programas curriculares para los cuales su puntaje le da una probabilidad real de ingreso, según la oferta de programas y los cupos disponibles para cada uno de ellos. Entonces los inscritos serán habilitados, según rangos de puntaje de mayor a menor, para que aspiren a un cupo en un programa en el que aún haya disponibles”, precisó.

Así, a un aspirante lo pueden habilitar más de una vez para seleccionar programas con cupos disponibles, siempre y cuando su puntaje le permita tener alguna probabilidad real de ingresar a ellos.

La Universidad decidió cambiar el sistema tradicional, al ver que en cada proceso de admisión a programas de pregrado más del 60% de los aspirantes se concentra en menos de un tercio de la oferta académica.

Por esa razón, algunos aspirantes con buenos puntajes no son admitidos, pero otros con puntajes inferiores pasan a programas que, pese a su baja demanda, tienen igual importancia para el desarrollo del país.

“Por lo anterior, es necesario implementar un mecanismo que optimice el proceso de selección de los futuros estudiantes de la UN, con los más altos capitales académicos en todos los programas”, aseguró Pérez Rodríguez.

Los cambios regirán a partir del proceso de admisión del segundo periodo académico de 2013. Desde ya se buscan estrategias de divulgación para que los interesados en ingresar tengan información clara y optimicen los resultados de sus pruebas.

El rector Mantilla explicó que el algoritmo por el cual se seleccionan actualmente los estudiantes presenta algunas injusticias con algunos aspirantes que tienen muy buenos puntajes y que quedan por fuera porque eligieron una carrera de mayor demanda.

“Se trata de distribuir mejor esos puntajes para tener un criterio más justo. Actualmente, por ejemplo, 50 mil aspirantes compiten por 450 cupos y los restantes 20 mil, por cerca de cinco mil. Ahí hay, de entrada, una inequidad bastante grande”, señaló.

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