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ALUMNA UNIVERSITARIA GANA CONCURSO NACIONAL DE POESÍA

 
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ganadoradepoesia06 de agosto de 2014

Violeta Orozco Barrera, alumna de la licenciatura en Filosofía de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán, ganó el Premio Nacional al Estudiante Universitario José Emilio Pacheco en la categoría Poesía, convocado por la Universidad Veracruzana.

En el certamen, donde contendieron 77 poemarios, la joven presentó uno integrado por Costa primera y Neptuno, bajo el seudónimo Dalia Coral.

Los versos están inspirados en el mar, una de las obsesiones de Orozco y Pacheco. Cada sección narra experiencias de encuentro, misterio, arrebato, belleza, temor, recuerdo, reencuentro, plenitud, despedida, separación, desolación y desafío.

La atracción de Violeta por el océano surgió en la niñez, al jugar en la playa Las Cuevas, en Bahía de Banderas, Nayarit, pero su privatización le dejó mal sabor de boca. Fue hasta hace unos meses, en Cozumel, que encontró de nuevo esa plenitud; dicho acercamiento inspiró Costa primera.

Aunque el poema fue concebido en diciembre, meses después vio la convocatoria y decidió concursar con esta poesía en prosa, género híbrido y delicado, por lo que le dio una estructura de historia. “No es una narración de paisaje y estado de ánimo, sino de una experiencia”.

En una semana, en la que durmió poco, “lo pulí para dejarlo completo y que no sobrara ni faltara nada”. Al final, el empeño tuvo su recompensa, obtuvo el premio que rinde homenaje a Pacheco, “uno de los más grandes poetas de Latinoamérica y de todos los tiempos”.

Este esfuerzo es el primer paso de Violeta en el camino literario, pues tras concluir sus estudios persistirá en esa vocación. “Me dedicaré a la divulgación de la ciencia y espero escribir otras cosas”, afirmó.

Orozco invitó a los universitarios a acercarse a la poesía porque es un género que se lee en poco tiempo y condensa mucho; “es una belleza no evidente y te debes aproximar a ella por varios lados para apreciarla y agotarla. Puedes leerla las veces que quieras y no se acabarán sus significados. Como el mar, no tienen fin”, concluyó.

Créditos: UNAM-DGCS-447-2014

RECIBE ACADÉMICA DE LA UNAM PREMIO NACIONAL A LA INVESTIGACIÓN SOCIO-HUMANÍSTICA 2013

 
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lilianaweinberg“Formar significa también dialogar, contagiar la razón y la pasión por el conocimiento. Implica integrarnos en un espacio de encuentro intelectual que no pierda de vista la dimensión humana y la vocación humanística”, consideró Liliana Weinberg Marchevsky, académica del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC) de la UNAM, quien recibió el Premio Nacional a la Investigación Socio-Humanística 2013, que otorga la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

El galardón reconoce la obra y aportaciones de la universitaria en el campo de la teoría y crítica literaria en el ámbito latinoamericano, la formación de recursos humanos, la creación de grupos de investigación, además de su trayectoria internacional.

Weinberg Marchevsky indicó que estamos ante el despegue de una nueva era, la del conocimiento, en la que ya no es posible pensar en la educación como mera transmisión de contenidos, sino como un proceso formativo que ayude a las nuevas generaciones a “aprender a aprender”.

No sólo se trata de transmitir contenidos, “sino de enseñar a los jóvenes para que encuentren ellos mismos las herramientas del conocimiento y la comprensión, a que se apasionen por lo que hacen, se comprometan con los temas y se metan a fondo en los distintos aspectos que implican”.

En ese contexto, la ensayista y crítica literaria comentó que al leer los trabajos de sus alumnos de posgrado y licenciatura de la Facultad de Filosofía y Letras constató que, en efecto, “se logró diálogo, compromiso y apasionamiento hacia los distintos temas que se trabajan en clase, fundamentalmente el ensayo, un género que siempre queda un poco marginado con respecto a otras formas literarias y discursivas ligadas a la producción del conocimiento científico y filosófico”.

La universitaria, cuya línea principal de investigación es el ensayo latinoamericano de los siglos XIX y XX, resaltó que este género es de actualidad, pues permite comprender la realidad y sentirla. En clase enseña a sus alumnos a recuperar la experiencia propia del conocimiento, comprometerse y apasionarse con los temas que trabajan.

“Les insisto en la necesidad de comprender a los autores y las obras a partir de su querer decir, esto es, no sólo a través de las biografías individuales de los escritores, sino del momento histórico en que viven, la experiencia que han tenido en su sociedad, en su cultura”. A partir de ahí deben ver la relación entre el propio texto y el contexto y no considerarlo de forma separada.

Además, reiteró que defiende al ensayo como un medio que genera conocimiento. Por ejemplo, El laberinto de la soledad es uno de los textos más certeros de interpretación de México y los valores ligados a lo mexicano: “lo que hizo Octavio Paz, aunque no obedezca a los requisitos de la historia como disciplina académica, es una interpretación brillante de los valores que acompañan a una sociedad, una interpretación que se funda a través de su propio proceso interpretativo; la clave es que todo ensayo debe estar bien fundamentado”.

En la actualidad, junto con sus colaboradores de instituciones nacionales e internacionales, desarrolla la línea de estudio “El ensayo en diálogo, hacia una lectura densa del ensayo”, que cuenta con financiamiento del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.

En este caso, dijo, me interesa rescatar el diálogo intelectual, el aspecto de amistad que se genera a través de este tipo de textos, pues a partir de ellos se tejen redes de sociabilidad intelectual que se imbrican con proyectos editoriales como revistas y periódicos. Es un género que pertenece a una familia más grande: la prosa de ideas, que abarca una gama de textos en prosa no estrictamente ficcional en el que participan las cartas, discursos públicos, conferencias y artículos periodísticos.

En cuanto al premio, comentó que se trata de una distinción importante porque es la primera ocasión que se reconoce la investigación socio humanística. “Mi formación de origen se dio en el campo de la antropología y luego me dediqué a la literatura; es así como en mi propio perfil reúno lo social y lo humanístico”.

Además, “el premio mismo, al reunir ambas dimensiones, constituye una invitación para pensar en el papel de las humanidades en nuestra época”.

Trayectoria

Weinberg Marchevsky es doctora en Letras Hispánicas por El Colegio de México (1991); doctora honoris causa por la Universidad Nacional y Kapodistríaca de Atenas, Grecia (2011). Es investigadora nivel III del SNI y miembro de la Academia Mexicana de Ciencias.

Entre sus estudios sobre escritores latinoamericanos se cuentan los dedicados a Esteban Echeverría, Domingo Faustino Sarmiento, Ignacio Ramírez, José Martí, Rubén Darío, José Enrique Rodó, José Vasconcelos, Alfonso Reyes, Pedro Henríquez Ureña, Ezequiel Martínez Estrada, Jorge Luis Borges, Octavio Paz, Mariano Picón Salas, Max Aub, Jesús Silva Herzog, Leopoldo Zea, Fernando Ortiz, Gilberto Freyre y Darcy Ribeiro, así como a escritores y pensadores del exilio español como Max Aub, José Gaos y Tomás Segovia.

Asimismo, se interesa por la tradición crítica en América Latina, con trabajos sobre las ideas estéticas de Alfonso Reyes, Pedro Henríquez Ureña, José Carlos Mariátegui o Ángel Rama.

Créditos: UNAM-DGCS-062-2014

OBTIENE ALUMNO DE LA UNAM PRIMER LUGAR EN LA EXPOCIENCIAS NACIONAL 2013

 
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expocienciasAlberto Brian Fernández Alducin, estudiante de la licenciatura en Tecnología de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán de la UNAM y Premio Nacional de la Juventud 2012, obtuvo el primer lugar en el área de Medio Ambiente en la ExpoCiencias Nacional 2013, celebrada en Mazatlán, Sinaloa, al presentar un proyecto basado en energía solar.

De ese modo, recibió una acreditación para participar en el Foro Internacional de Ciencia Joven en Londres, Inglaterra, donde presentará su proyecto “Sistema autorregulado para tortillerías ecológicas (SARTE) fase I, implementación de calentadores solares para el suministro de agua caliente”, que desarrolla desde hace meses en esa unidad multidisciplinaria como parte de la materia Estancia de Investigación.

El certamen fue organizado por entidades como el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y la Dirección General de Educación Tecnológica e Industrial, a través de la Red Nacional de Actividades Juveniles en Ciencia y Tecnología. Participaron 850 estudiantes de educación básica, media superior y superior, así como de instituciones públicas y privadas de todo el país, que expusieron 400 proyectos en 11 áreas.

Este trabajo busca “que la ecología no esté peleada con la economía”. El sistema propuesto, que ya fue empleado en una tortillería, consigue un ahorro de energía de hasta 80 por ciento, lo que tiene un impacto significativo si se toma en cuenta que estos negocios constituyen uno de los giros más grandes del país, consideró Fernández Alducin.

Busca disminuir el grado de contaminación del agua, pues cada kilogramo de tortillas implica un litro y medio del líquido procesado, conocido como nejayote, un fluido muy alcalino. De forma paralela, se reduce el dióxido de carbono emitido, inevitable con el uso de combustibles fósiles.

En la tortillería donde fue implementado el sistema, el consumo de gas se redujo 65 por ciento. Si bien la inversión inicial en el calentador solar puede ser de aproximadamente 10 mil pesos, el dinero es recuperado en no más de tres semanas, debido al ahorro de gas. “Es factible porque, después de eso, ya es ganancia”, dijo.

Con ello se bajaría el costo real de la tortilla, que podría disminuir a dos pesos con 30 centavos, aseguró. “Esto ayudaría mucho en el aspecto económico”, sobre todo para aminorar la inflación en los productos básicos.

En ExpoCiencias 2013, el universitario sólo presentó la primera de cinco fases del proyecto, en la que se incorporan calentadores solares al proceso de producción. Evaluó los tres modelos disponibles: de placa plana, de tubos de borosilicato y de tipo CPC (parabólico compuesto).

Después de valorar materiales, durabilidad, factibilidad económica y cantidad de agua a calentar (una tortillería llega a emplear hasta dos mil litros), se encontró que el último permite un mejor control de temperatura, con una vida útil de hasta 25 años.

Por último, el estudiante de la FES señaló que en el evento a realizarse en Inglaterra los asistentes intercambiarán experiencias con otros jóvenes, investigadores e inversionistas del orbe, lo que permitirá concretar y difundir sus proyectos a través de una red mundial de empresarios.

Créditos: UNAM-DGCS-048-2014