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MEXICANOS CONSIDERAN COMO PARTE DE LA VIDA DIARIA ALGUNAS EXPRESIONES DE VIOLENCIA

 
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expresionesdeviolencia21 de julio de 2014

Los mexicanos han sido socializados en parámetros que los empujan a considerar algunas expresiones de violencia como parte de la cotidianidad; esto significa que esta problemática, en algunas de sus formas, ya se ha normalizado.

“Ejemplo de ello es que muchas mujeres sufrimos insultos o toqueteos en la calle o en el transporte público y no denunciamos porque pensamos que es una situación que ocurre a la generalidad”, afirmó Sonia Frías Martínez, investigadora del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la UNAM.

Según datos de una de sus investigaciones recientes, en la que utiliza la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares, el 23.7 por ciento de las mexicanas ha padecido en alguna ocasión frases de carácter sexual que fueron molestas u ofensivas; 13.6 por ciento tocamientos; 7.8 por ciento ha tenido miedo de ser atacada o abusada sexualmente, y 1.4 fue obligada a ver escenas o actos sexuales.

La violencia de género (algunas de sus expresiones es el acoso y el hostigamiento) en contra de ellas es interpersonal, pues se produce entre individuos. “Dentro de esta clasificación tenemos la de pareja, la que sucede en las escuelas y en el ámbito público”. La forma más visible es la física, aunque hay otras como la sexual, la psicológica, la económica, la patrimonial o la derivada de negligencia.

Aunado a ello está el hecho de que con frecuencia, en las instituciones donde se pueden denunciar esos actos, les restan importancia por no considerarlos graves; en consecuencia, se pierde la confianza en las instancias públicas, consideró la socióloga.

La última Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública muestra que 63.7 por ciento de las y los mexicanos tienen poca o nula confianza en las instituciones de procuración de justicia.

“Para denunciar o hacer evidente un acto de esa naturaleza, en primera instancia se debe reconocer que nos molesta y determinar si se hará algo al respecto; si se decide denunciar, saber a dónde acudir, pues aún hay mucho desconocimiento al respecto”, señaló.

Violencia y Estado

El Estado tiende a ver el problema de manera lineal. “No se piensa que violentar a la mujer no sólo ocurre por su pertenencia a un determinado género, pues en esta situación también influyen los distintos sistemas de desigualdad, como el estrato socioeconómico, la orientación sexual y el origen étnico”.

En ocasiones las políticas públicas que lo abordan constituyen reacciones ante las presiones de los ciudadanos o grupos organizados, pero con frecuencia son sólo parches para solucionar lo que se presenta en torno a esta situación, destacó.
Lo que hace falta, prosiguió, son medidas integrales que tomen en cuenta las múltiples causas asociadas y la posición que ocupan las personas en sus respectivas estructuras sociales.

Si bien es cierto que se han emprendido campañas para combatir formas de violencia, la mayoría de ellas sólo sirve para llamar la atención o dar información. Las estrategias deben ser múltiples y abordar aspectos relacionados con el respeto a los derechos humanos, la tolerancia, la igualdad y la equidad como ejes transversales, pero sobre todo implementarse desde los primeros años de vida.

En este sentido, las agencias de socialización como la escuela, la familia y los medios de comunicación deben intervenir en el ámbito de su competencia, porque de algún modo determinan cómo desarrollamos ciertas actitudes o pensamientos, concluyó.

Créditos: UNAM-DGCS-414-2014

Caja negra: de los aviones a los carros

 
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29 de julio del 2011

El Testigo Digital Automotor, de color verde, transmite los registros del movimiento del automóvil a un computador, donde se puede observar su comportamiento a través de una animación gráfica. - Víctor Manuel Holguín / Unimedios
El Testigo Digital Automotor, de color verde, transmite los registros del movimiento del automóvil a un computador, donde se puede observar su comportamiento a través de una animación gráfica. – Víctor Manuel Holguín / Unimedios

Bogotá, D.C. – Agencia de Noticias UN – Físicos diseñaron un dispositivo que permite esclarecer con alta fiabilidad lo que ocurrió en un accidente de tránsito y así agilizar los procesos judiciales. Una caja negra, pero para automóviles.

Después de un accidente aéreo, parte del trabajo de los socorristas es encontrar la caja negra de la aeronave donde quedan registrados los parámetros de vuelo y grabadas las conversaciones de la tripulación durante la emergencia. La compilación de esos datos permite reconstruir lo sucedido antes del accidente y conocer sus causas.

Inspirado en esta idea, Plinio Teherán, profesor de Física de la Universidad Nacional de Colombia, creó un aparato con el mismo principio, pero con el fin de establecer lo sucedido antes, durante y después de un accidente de tránsito. Se trata del Testigo Digital Automotor (TDA) que, a diferencia de la caja negra de los aviones, no graba ninguna conversación, solo registra las dinámicas del movimiento del vehículo durante un recorrido.

El docente trabaja desde hace 15 años como consultor de la Fiscalía para tratar de esclarecer los hechos en colisiones de vehículos, y ha observado que en muy pocos casos los patrones matemáticos empleados para este propósito logran resultados certeros. “Esta labor la hacemos de manera gratuita, por solicitud de las instituciones judiciales. Requiere de mucho tiempo y de manejar un nivel tecnológico que permita obtener mejores datos con prontitud”, agrega Teherán.

Por eso, junto a dos estudiantes de Física e Ingeniería, construyó el TDA, como lo llaman, con el fin de guardar la información de manera confiable, de modo que la trayectoria, o sea la forma como se mueve un automóvil, se pueda reconstruir.

El aparato compuesto por acelerómetros, memorias y circuitos, es capaz de medir el retroceso de un carro, su giro a la derecha o a la izquierda, si pasa por encima de un puente o de un reductor de velocidad, etc. Al ser digital, procesa los datos en un computador, donde un emulador construye la película animada de los últimos movimientos del auto.

Accidentalidad en aumento

Según estadísticas del Fondo de Prevención Vial, en el país ocurren 5.000 muertes al año por causa de accidentes de tránsito. “En el 2000 hubo picos de 7.000 muertos anuales. Debido a campañas como la de usar cinturones de seguridad, se llegó a los 4.200, pero los accidentes de motociclistas han vuelto a incrementar la cifra”, comenta Teherán.

Los lesionados por estas colisiones llegan a 50 mil en un año. No existen aún datos sobre cuántas de estas personas fallecen en el hospital, debido a que el parte médico siempre dictamina una causa de muerte diferente, como paro cardiorrespiratorio.

La Federación de Aseguradores Colombianos (Fasecolda) registró en el 2010 cerca de 250 mil accidentes de solo latas, sin heridos, y en la gran mayoría no apareció el culpable. “Queda la sensación de que a los conductores no les importa violar las leyes de tránsito porque tienen la certeza de que no los van a poder enjuiciar. Ante esa actitud tan despreocupada, y debido a la incapacidad del sistema para procesar a los responsables, no es extraño que las cifras de accidentalidad aumenten”, explica el físico.

De ahí que la idea es convertir al TDA en una herramienta forense, con la que se puedan establecer responsabilidades y resolver de manera pronta y justa los casos. El sistema es una versión mejorada del Wii que funciona con acelerómetros. “Cuando uno mueve la raqueta, el computador lo registra porque el acelerómetro indica el ángulo que está accionando el dispositivo. Los acelerómetros de la consola de juegos son de menor calidad que los que usamos, porque Wii no está listo para sufrir un incremento de velocidad del orden de los 300 g (gravedad), que es lo que ocurre cuando un carro colisiona con un camión”, indica Yamid Núñez, estudiante de la Maestría en Física de la UN e integrante del proyecto.

El TDA, cuyo tamaño es similar al de un celular, ha sido sometido a procesos de aceleración y probado en diferentes partes del vehículo e incluso en motocicletas, donde se ha comprobado el registro de cada uno de los movimientos. El aparato se ubicaría cerca a la palanca de cambios debajo del radio, zona donde rara vez llega la deformación después de un fuerte choque. Asimismo, el dispositivo estaría cerrado en una caja de acero que solo podría abrir una autoridad competente con el fin de recuperar la información.

El aparato estaría en capacidad de tomar hasta 10 mil datos por segundo, suficientes para reconstruir la historia de la colisión. La información necesaria, con ciertos algoritmos, queda registrada de manera permanente en una memoria inviolable. “Estamos trabajando para concederle al aparato suficiente grado de invulnerabilidad, de tal manera que ni de forma mecánica ni eléctrica, ni por ataques informáticos, se puedan alterar los datos”, advierte Teherán.

Una de las grandes ventajas que ofrecería este dispositivo en los estrados judiciales es la resolución de un caso en menos tiempo. En la actualidad, con el nuevo sistema penal acusatorio, desde el momento en que ocurre el accidente hasta que se imputan los cargos pueden pasar dos años o más. El TDA muestra una animación virtual del accidente en cinco minutos y reduciría bastante los tiempos para decidir un juicio.

Además de estar convencidos del gran aporte del TDA en el esclarecimiento de lo que ocurrió en un accidente de tránsito, Teherán y sus estudiantes están seguros de que, si cada conductor tiene instalado un aparato de estos en su carro, lo pensará dos veces antes de cometer una imprudencia. Así, piensan en la posibilidad de que algún día también los peatones carguen en su cinturón un dispositivo más pequeño similar a este, con el que se resuelva con absoluta claridad cualquier accidente que puedan sufrir.

“Nosotros diseñamos la propuesta y la presentamos, ahora esperamos que la acepten y en eso estamos trabajando”, concluyó el físico de la Universidad Nacional.

Créditos: agenciadenoticias.unal.edu.co