Tag Archives: panorama

Ciencias e ingeniería también son tema de mujeres.

 
Facebooktwittergoogle_plusmail
Con experimentos, ejemplos concretos sobre física, ciencias e ingeniería, las niñas conocen mejor un futuro panorama profesional.

Con experimentos, ejemplos concretos sobre física, ciencias e ingeniería, las niñas conocen mejor un futuro panorama profesional.

9 de Noviembre del 2012
Natalia Andrea García ya no cree que si estudia Ingeniería Mecánica se mantendrá embadurnada de aceite y con la ropa engrasada. Los talleres para mujeres adolescentes de la UN le cambiaron ese concepto.
El proyecto de “Aproximación a las ciencias para mujeres adolescentes de Medellín”, es una propuesta de la Facultad de Minas que surgió de preguntarse por qué, si en la básica secundaria el desempeño de las niñas y niños es similar en áreas como matemáticas, física y química, se presenta un desbalance en el momento de elegir las carreras universitarias, pues hay una tendencia a no elegir aquellas consideradas como “masculinas”.
Por esta razón, cada sábado en la mañana, en mesa redonda y con el apoyo de un monitor, 25 niñas entre los 14 y 17 años conocen sobre conceptos de presión, temperatura, fluidos, astronomía y medioambiente, entre otros temas que las introducen en ese mundo de las ciencias e ingeniería que en ocasiones ven con apatía.
Por el contrario, se busca “que pueda ser una alternativa para su futuro y para que empiecen a visualizarse dentro de la Universidad, a crear ideas propias, discutirlas, argumentarlas y sacar sus propias conclusiones”, destaca Diana López, docente del Departamento de Ingeniería Mecánica de la UN en Medellín y coordinadora del proyecto pedagógico.
Mientras tanto, a sus 14 años, Natalia Andrea ya considera, con seguridad, que le gustaría “por ejemplo, cuando sea grande, explorar algo que nadie haya experimentado todavía y que no se haya visto en la Tierra”, dice mientras disfruta de los talleres en los que aprende desde cómo se hace un imán con una barra de hierro, un martillo y una brújula, hasta cómo se generan los efectos climáticos.
Sumado a ello, la profesora López dice que tratan conceptos de área, volumen, perímetro, fraccionarios, álgebra y otras alternativas para que las niñas ganen autonomía y salgan del desconocimiento sobre muchas opciones que dejan de elegir, más por estereotipos que por convicción, situación que también se presenta en los niños, pero en menor medida.
Rompiendo la mecánica educativa
La directora de la Escuela de Estudios de Género de la UN en Bogotá, Luz Gabriela Arango, considera que lo que ha pasado a lo largo de la educación básica y media es que “las niñas y jóvenes son estimuladas para acceder a opciones profesionales no tradicionalmente asociadas con lo femenino, como la docencia o las carreras en salud”, por lo que se crea un imaginario falso, como asociar la Ingeniería  Mecánica con la imagen de un hombre bañado en aceite arreglando un carro.
Por esa razón, además de introducir a las niñas en las ciencias, el proyecto las motiva con actividades como lectura de biografías de mujeres científicas y charlas con expertas que se desempeñan en el área de las ciencias.
El proyecto lleva dos semestres de vigencia en los que se desarrollan mensualmente ejes temáticos como botánica, materiales, mecánica y  bioingeniería, entre otros, que se acompañan con salidas de campo a lugares de la ciencia como el Parque Explora y parques biblioteca.
Luego del productivo proceso, Natalia afirma: “hay cosas que dicen que las mujeres no podemos hacer, porque somos mujeres, pero hay mujeres que tenemos cómo hacerlo”.
Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

9 de Noviembre del 2012

Natalia Andrea García ya no cree que si estudia Ingeniería Mecánica se mantendrá embadurnada de aceite y con la ropa engrasada. Los talleres para mujeres adolescentes de la UN le cambiaron ese concepto.

El proyecto de “Aproximación a las ciencias para mujeres adolescentes de Medellín”, es una propuesta de la Facultad de Minas que surgió de preguntarse por qué, si en la básica secundaria el desempeño de las niñas y niños es similar en áreas como matemáticas, física y química, se presenta un desbalance en el momento de elegir las carreras universitarias, pues hay una tendencia a no elegir aquellas consideradas como “masculinas”.

Por esta razón, cada sábado en la mañana, en mesa redonda y con el apoyo de un monitor, 25 niñas entre los 14 y 17 años conocen sobre conceptos de presión, temperatura, fluidos, astronomía y medioambiente, entre otros temas que las introducen en ese mundo de las ciencias e ingeniería que en ocasiones ven con apatía.

Por el contrario, se busca “que pueda ser una alternativa para su futuro y para que empiecen a visualizarse dentro de la Universidad, a crear ideas propias, discutirlas, argumentarlas y sacar sus propias conclusiones”, destaca Diana López, docente del Departamento de Ingeniería Mecánica de la UN en Medellín y coordinadora del proyecto pedagógico.

Mientras tanto, a sus 14 años, Natalia Andrea ya considera, con seguridad, que le gustaría “por ejemplo, cuando sea grande, explorar algo que nadie haya experimentado todavía y que no se haya visto en la Tierra”, dice mientras disfruta de los talleres en los que aprende desde cómo se hace un imán con una barra de hierro, un martillo y una brújula, hasta cómo se generan los efectos climáticos.

Sumado a ello, la profesora López dice que tratan conceptos de área, volumen, perímetro, fraccionarios, álgebra y otras alternativas para que las niñas ganen autonomía y salgan del desconocimiento sobre muchas opciones que dejan de elegir, más por estereotipos que por convicción, situación que también se presenta en los niños, pero en menor medida.


Rompiendo la mecánica educativa

La directora de la Escuela de Estudios de Género de la UN en Bogotá, Luz Gabriela Arango, considera que lo que ha pasado a lo largo de la educación básica y media es que “las niñas y jóvenes son estimuladas para acceder a opciones profesionales no tradicionalmente asociadas con lo femenino, como la docencia o las carreras en salud”, por lo que se crea un imaginario falso, como asociar la Ingeniería  Mecánica con la imagen de un hombre bañado en aceite arreglando un carro.

Por esa razón, además de introducir a las niñas en las ciencias, el proyecto las motiva con actividades como lectura de biografías de mujeres científicas y charlas con expertas que se desempeñan en el área de las ciencias.

El proyecto lleva dos semestres de vigencia en los que se desarrollan mensualmente ejes temáticos como botánica, materiales, mecánica y  bioingeniería, entre otros, que se acompañan con salidas de campo a lugares de la ciencia como el Parque Explora y parques biblioteca.

Luego del productivo proceso, Natalia afirma: “hay cosas que dicen que las mujeres no podemos hacer, porque somos mujeres, pero hay mujeres que tenemos cómo hacerlo”.

Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

Incierto, el panorama mundial ante la crisis alimentaria.

 
Facebooktwittergoogle_plusmail
18 de Septiembre del 2012
La sequía en Estados Unidos, los desastres climáticos registrados en Europa y Asia, la especulación financiera, la volatilidad en los mercados agrícolas y la orientación de cultivos a la producción de biocombustibles, configuran una nueva tendencia en el alza de precios de granos básicos y plantean un escenario mundial incierto ante la crisis alimentaria, coincidieron académicos y expertos en el V Seminario de Actualización Crisis, Seguridad y Soberanía alimentaria, realizado en la UNAM.
Las consecuencias de esta problemática tienen múltiples aristas en México, desde el alza en los productos de la canasta básica, el precio de los energéticos y el impacto en los recursos naturales, hasta la disminución de la superficie agrícola, el abandono y deterioro de tierras cultivables, así como el bajo aprovechamiento del potencial productivo del campo, a lo que se suman la violencia en el medio rural y la migración.
Nuestro país importa 40 por ciento de los alimentos que requiere, para lo que se destinan más de 20 mil millones de dólares al año. Tan sólo en el primer semestre de 2012, se gastaron dos mil millones de dólares para satisfacer las necesidades de consumo de maíz. Ello revela la urgencia de impulsar estrategias que aseguren la soberanía alimentaria nacional, advirtieron.
Hasta el 5 de octubre, las actividades del Seminario se realizarán en las instalaciones del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) y el Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA) de la UNAM.
En el encuentro, organizado por el Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de esta casa de estudios y la Asociación Mexicana de Estudios Rurales (AMER), en colaboración con el IIEc y el IIA, participan más de 40 especialistas provenientes de 11 instituciones; representantes de organizaciones civiles y consultores privados.
Panorama incierto
En la apertura del Seminario, Elena Lazos Chavero, investigadora del IIS y coordinadora académica del encuentro, subrayó que la crisis alimentaria es un problema grave, caracterizado por el control de ciertas compañías transnacionales sobre las cadenas agroalimentarias.
Verónica Villarespe, directora del IIEc, señaló que el aumento desmesurado de los precios al consumidor en el mundo confluye en México, con el deterioro del ingreso de amplios sectores de la población, el desempleo y el acceso cada vez más restringido a servicios básicos de salud y alimentación. Tenemos el reto de avanzar en el análisis de esta problemática con el objetivo de proponer soluciones viables.
En la sala de videoconferencias del IIEc, Rosalba Casas Guerrero, directora del IIS, resaltó que la problemática se profundiza por distintos factores, que explican la situación actual. Es un foro para nuevos planteamientos, con el fin de abordar los temas relacionados con la seguridad alimentaria, orientados a la solución de los problemas nacionales.
Escasez, especulación y crisis
En la mesa redonda Especulación financiera en los mercados, bolsas de productos agrícolas y su impacto en la seguridad alimentaria, Blanca Rubio Vega, también del IIS, expuso que al coincidir desastres climáticos y restricciones a las exportaciones de alimentos, con el declive de las ganancias especulativas, se generan condiciones para la crisis en la materia, en la que está inmersa la economía mundial desde 2008. El panorama es incierto, ante la evidente recesión en Estados Unidos y la volatilidad de los precios en los mercados agrícolas, advirtió.
Al respecto, Víctor Suárez Carrera, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo, sostuvo que México requiere recuperar soberanía a través de políticas públicas orientadas a reducir las importaciones, equivalentes a más de 20 mil millones de dólares por año; restablecer las reservas públicas de alimentos, impulsar a pequeños y medianos productores, fomentar sistemas regionales y locales de producción, y eliminar los monopolios. Con recursos propios, la nación podría satisfacer sus necesidades de maíz hasta 2050, ejemplificó.
A su vez, Miguel Meza Castillo, del Instituto de Estudios para el Desarrollo Rural “Maya”, refirió que en 2010, un total de 21 millones de mexicanos padecían condiciones de pobreza alimentaria, lo que muestra las repercusiones de la tendencia a la alza en los mercados agrícolas y la volatilidad en los incrementos. La crisis se profundiza, con impactos negativos en la población de escasos recursos, precisó.
Alternativas energéticas y crisis alimentaria
En la mesa Biocombustibles y competencia con la producción de alimentos, Edit Antal, del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM, mencionó que el uso de esos energéticos es un fenómeno global, propiciado por la demanda de países industrializados. Como alternativa, sólo ofrecen una solución parcial y limitada en el tiempo, y colocan a la soberanía alimentaria en peligro.
Michelle Chauvet Sánchez Pruneda, de la UAM Azcapotzalco, sostuvo que México carece de una política de generación de energía alternativa. La estrategia nacional en este rubro consiste en un viraje hacia la promoción del biodiésel, sin un análisis integral de la relación compleja de este sector con la producción de alimentos.
Yolanda Massieu Trigo, de la UAM Xochimilco, estableció que ante la expansión reciente de los agrocombustibles, que representa un nuevo vinculo entre el sector agroalimentario, el hambre creciente y la crisis energética, es necesario plantear otro modo de vida, sostenido por un menor consumo energético y la disminución de la desigualdad social.
En su oportunidad, Arcelia González Merino, de la UAM Azcapotzalco, expuso que el monocultivo de cualquier producto agrícola implica la pérdida de biodiversidad, como sucede con la producción de etanol. Por ello, la promoción y el desarrollo de biocombustibles es un riesgo a la sostenibilidad, advirtió.
A su vez, Yolanda Castañeda, de la misma instancia, consideró que México no tiene una política energética integral a largo plazo, sustentada en estrategias que garanticen la seguridad alimentaría del país. No se ha implementado ningún proyecto acorde a la realidad nacional.
Boletín UNAM-DGCS-572
Ciudad Universitaria.
En el primer semestre de 2012, México gastó dos mil millones de dólares para satisfacer las necesidades de consumo de maíz.

En el primer semestre de 2012, México gastó dos mil millones de dólares para satisfacer las necesidades de consumo de maíz.

18 de Septiembre del 2012

La sequía en Estados Unidos, los desastres climáticos registrados en Europa y Asia, la especulación financiera, la volatilidad en los mercados agrícolas y la orientación de cultivos a la producción de biocombustibles, configuran una nueva tendencia en el alza de precios de granos básicos y plantean un escenario mundial incierto ante la crisis alimentaria, coincidieron académicos y expertos en el V Seminario de Actualización Crisis, Seguridad y Soberanía alimentaria, realizado en la UNAM.

Las consecuencias de esta problemática tienen múltiples aristas en México, desde el alza en los productos de la canasta básica, el precio de los energéticos y el impacto en los recursos naturales, hasta la disminución de la superficie agrícola, el abandono y deterioro de tierras cultivables, así como el bajo aprovechamiento del potencial productivo del campo, a lo que se suman la violencia en el medio rural y la migración.

Nuestro país importa 40 por ciento de los alimentos que requiere, para lo que se destinan más de 20 mil millones de dólares al año. Tan sólo en el primer semestre de 2012, se gastaron dos mil millones de dólares para satisfacer las necesidades de consumo de maíz. Ello revela la urgencia de impulsar estrategias que aseguren la soberanía alimentaria nacional, advirtieron.

Hasta el 5 de octubre, las actividades del Seminario se realizarán en las instalaciones del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) y el Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA) de la UNAM.

En el encuentro, organizado por el Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de esta casa de estudios y la Asociación Mexicana de Estudios Rurales (AMER), en colaboración con el IIEc y el IIA, participan más de 40 especialistas provenientes de 11 instituciones; representantes de organizaciones civiles y consultores privados.

Panorama incierto

En la apertura del Seminario, Elena Lazos Chavero, investigadora del IIS y coordinadora académica del encuentro, subrayó que la crisis alimentaria es un problema grave, caracterizado por el control de ciertas compañías transnacionales sobre las cadenas agroalimentarias.

Verónica Villarespe, directora del IIEc, señaló que el aumento desmesurado de los precios al consumidor en el mundo confluye en México, con el deterioro del ingreso de amplios sectores de la población, el desempleo y el acceso cada vez más restringido a servicios básicos de salud y alimentación. Tenemos el reto de avanzar en el análisis de esta problemática con el objetivo de proponer soluciones viables.

En la sala de videoconferencias del IIEc, Rosalba Casas Guerrero, directora del IIS, resaltó que la problemática se profundiza por distintos factores, que explican la situación actual. Es un foro para nuevos planteamientos, con el fin de abordar los temas relacionados con la seguridad alimentaria, orientados a la solución de los problemas nacionales.

Escasez, especulación y crisis

En la mesa redonda Especulación financiera en los mercados, bolsas de productos agrícolas y su impacto en la seguridad alimentaria, Blanca Rubio Vega, también del IIS, expuso que al coincidir desastres climáticos y restricciones a las exportaciones de alimentos, con el declive de las ganancias especulativas, se generan condiciones para la crisis en la materia, en la que está inmersa la economía mundial desde 2008. El panorama es incierto, ante la evidente recesión en Estados Unidos y la volatilidad de los precios en los mercados agrícolas, advirtió.

Al respecto, Víctor Suárez Carrera, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo, sostuvo que México requiere recuperar soberanía a través de políticas públicas orientadas a reducir las importaciones, equivalentes a más de 20 mil millones de dólares por año; restablecer las reservas públicas de alimentos, impulsar a pequeños y medianos productores, fomentar sistemas regionales y locales de producción, y eliminar los monopolios. Con recursos propios, la nación podría satisfacer sus necesidades de maíz hasta 2050, ejemplificó.

A su vez, Miguel Meza Castillo, del Instituto de Estudios para el Desarrollo Rural “Maya”, refirió que en 2010, un total de 21 millones de mexicanos padecían condiciones de pobreza alimentaria, lo que muestra las repercusiones de la tendencia a la alza en los mercados agrícolas y la volatilidad en los incrementos. La crisis se profundiza, con impactos negativos en la población de escasos recursos, precisó.

Alternativas energéticas y crisis alimentaria

En la mesa Biocombustibles y competencia con la producción de alimentos, Edit Antal, del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM, mencionó que el uso de esos energéticos es un fenómeno global, propiciado por la demanda de países industrializados. Como alternativa, sólo ofrecen una solución parcial y limitada en el tiempo, y colocan a la soberanía alimentaria en peligro.

Michelle Chauvet Sánchez Pruneda, de la UAM Azcapotzalco, sostuvo que México carece de una política de generación de energía alternativa. La estrategia nacional en este rubro consiste en un viraje hacia la promoción del biodiésel, sin un análisis integral de la relación compleja de este sector con la producción de alimentos.

Yolanda Massieu Trigo, de la UAM Xochimilco, estableció que ante la expansión reciente de los agrocombustibles, que representa un nuevo vinculo entre el sector agroalimentario, el hambre creciente y la crisis energética, es necesario plantear otro modo de vida, sostenido por un menor consumo energético y la disminución de la desigualdad social.

En su oportunidad, Arcelia González Merino, de la UAM Azcapotzalco, expuso que el monocultivo de cualquier producto agrícola implica la pérdida de biodiversidad, como sucede con la producción de etanol. Por ello, la promoción y el desarrollo de biocombustibles es un riesgo a la sostenibilidad, advirtió.

A su vez, Yolanda Castañeda, de la misma instancia, consideró que México no tiene una política energética integral a largo plazo, sustentada en estrategias que garanticen la seguridad alimentaría del país. No se ha implementado ningún proyecto acorde a la realidad nacional.

Boletín UNAM-DGCS-572

Ciudad Universitaria.