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Polen apícola de Boyacá y Cundinamarca es rico en antioxidantes

 
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polenapicolaBogotá D. C., feb. 03 de 2014 – Agencia de Noticias UN- Altos niveles de antioxidantes, en comparación con las frutas, y valores superiores de vitamina E con relación a huevos, granos y frutos secos, se encontraron en polen apícola proveniente del altiplano cundiboyacense.

Así se logró determinar a partir del trabajo de investigación realizado por Claudia Salazar González, ingeniera química y estudiante de la Maestría en Ciencia y Tecnología de Alimentos de la Universidad Nacional de Colombia.

“El consumo de polen apícola se relaciona con tratamientos naturistas, pero su potencial como alimento está desaprovechado en el país”, afirma Salazar.

“Se trata de uno de los pocos estudios realizados en Colombia con el objetivo de investigar las propiedades de este tipo de polen como alimento”, amplía Consuelo Díaz Moreno, profesora del Instituto de Ciencias y Tecnología de Alimentos (ICTA), tutora de este trabajo de tesis.

La investigación se desarrolló como parte del “Programa en alternativas para la generación de valor en productos apícolas en Colombia a través de la innovación y el desarrollo tecnológico”, financiado por Colciencias, cuyo propósito es darles valor agregado a los productos de la colmena.

Una de las características principales de este trabajo es que se adelantó en la zona del bosque alto-andino en alianza con productores apícolas de Boyacá y Cundinamarca, una de las regiones más productivas del país en este tipo de polen.

Algunos cálculos indican que cada colmena produce entre 35 y 40 kilogramos de polen apícola al año, por lo que los resultados de investigaciones como esta les ayudarán a los apicultores a promocionar y posicionar sus productos, así como a impulsar las ventas.

Se estima que el polen apícola es el segundo producto de la colmena más consumido, después de la miel de abejas. Este contiene nutrientes como proteínas, carbohidratos, lípidos, vitaminas y algunos compuestos bioactivos y antioxidantes como polifenoles, flavonoides y carotenoides, entre otros.

“Las sustancias bioactivas presentes en la composición del polen ayudan en otras funciones además de la nutrición. Entre estas se encuentran los antioxidantes”, amplía Salazar.

Dichos compuestos tienen como función principal neutralizar los radicales libres y las especies reactivas de oxígeno asociadas a enfermedades degenerativas y a daño celular.

Créditos: UNAL-35-2014

ANALIZAN UNIVERSITARIOS LA MALA NUTRICIÓN EN MÉXICO

 
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De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012, 2.8 por ciento de los menores de cinco años del país presentan bajo peso, 13.6 muestran baja talla y 1.6 desnutrición aguda.
Por otra parte, los niños en edad escolar (de cinco a 11 años) de ambos sexos presentan una prevalencia nacional combinada de sobrepeso y obesidad de 34.4 por ciento: 19.8 para sobrepeso y 14.6 para obesidad. Asimismo, 35 por ciento de los adolescentes de entre 12 y 19 años, así como 73 por ciento de mujeres adultas y 69.4 de hombres adultos, tienen sobrepeso u obesidad.
En cuanto a la prevalencia de anemia, en los preescolares (menos de cinco años) es de 23.3 por ciento y en los niños de 12 a 23 meses de edad, de 38.
A partir de esta realidad, el Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD, por sus siglas en alemán) y la UNAM, a través de la Facultad de Química (FQ) y el Programa Universitario de Alimentos (PUAL), organizaron el seminario multidisciplinario La mala nutrición en México. Problemática y posibles soluciones.
El encuentro se llevó a cabo en el auditorio Alberto Barajas Celis, de la Facultad de Ciencias, bajo la supervisión académica de Amanda Gálvez Mariscal, profesora de la FQ y coordinadora del PUAL, y Carolina Peña Montes, ex alumna del DAAD, con la colaboración de Gabriela Salinas y Rocío Fernández.
Cuatro ejes temáticos
Dividido en cuatro ejes temáticos (Nutrición, Biodiversidad, Abasto de Alimentos y Seguridad Alimentaria, así como Legislación y Política), contó con la participación de diversos especialistas que aportaron sus conocimientos e ideas.
Alrededor del tema de la nutrición hay una serie de factores que lo vuelven complejo. No es fácil resolverlo y, por lo tanto, la idea fue analizarlo de manera multidisciplinaria para estar en condiciones de elaborar un paquete interdisciplinario de propuestas.
En un extremo del problema de la mala nutrición se encuentra la gente sumida en la pobreza extrema, a la que le falta alimento y, en el otro, las personas obesas, que ingieren más calorías de las que necesitan y requieren de una educación alimentaria.
“Necesitábamos saber cuál es el estado de la nutrición en el país, por eso asistió Teresa Shamah Levy, coordinadora de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición.
“Tuvimos también a Héctor Bourges Rodríguez, una autoridad en cuestiones de nutrición del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, y a Luis Alberto Vargas Guadarrama, del Instituto de Investigaciones Antropológicas, quien conoce bien cómo se comía antes y cuáles son las plantas comestibles y alimentos que poco a poco se han abandonado”, indicó Gálvez Mariscal.
Las plantas de la milpa, como los quelites y los quintoniles, son algunas de las que se consumen cada vez menos, junto con alimentos ancestrales como el amaranto, un seudocereal con un buen valor nutrimental en términos de la calidad de su proteína, que no ha vuelto a cobrar la importancia que debería tener en la alimentación de los mexicanos, destacó.
Las bondades del amaranto
Desde el punto de vista de la biodiversidad, no basta con rescatar estos cultivos: la gente debe demandarlos y, al mismo tiempo, el sistema de abasto de los mercados y los supermercados tiene que acogerlos.
Por ello, se invitó también a Matthias Jäger, de Bioversity International, un especialista en el rescate de la quinua, otro seudocereal que se da en los países andinos y que ha resultado un éxito en el mundo.
“Es un equivalente del amaranto de México, pero este último posee incluso mejor valor nutrimental en cuanto a los aminoácidos indispensables. Lo ideal, entonces, sería que la gente tuviera acceso a más productos con amaranto, pero antes tenemos que involucrarla en un sistema de educación alimentaria que rescate la tradición en un contexto moderno y para eso probablemente necesitaremos legislación y política”, consideró.
De ahí que se haya invitado a investigadores que trabajan con bancos de semillas, como Flavio Aragón Cuevas, del Campo Experimental Valles Centrales de Oaxaca, del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias, y Edelmira Linares Mazari, del Instituto de Biología, así como a otros que estudian el tema del abasto de alimentos, como Gerardo Torres Salcido, del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades.
Derecho a la alimentación
Rodrigo Gutiérrez Rivas, del Instituto de Investigaciones Jurídicas, indicó que el derecho a la alimentación ya es constitucional. Ahora, en opinión de Gálvez Mariscal, se deben crear leyes y normativas que acojan el rescate de la biodiversidad y de la tradición mexicana en términos de educación, de recetas y de intervenciones sociales.
“Al mismo tiempo, hay que considerar la situación nutricional de la población y sus posibles soluciones. Es indispensable que los alimentos estén disponibles a unos precios correctos, pero también que representen un buen negocio para los agricultores que los producen”.
Al respecto, se contó con la presencia de Romel Olivares, de la Universidad Autónoma Chapingo; Fernando de la Torre, del Centro Nacional de Recursos Genéticos; Eduardo Benítez Paulín, de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) en México, y Martín Puchet, de la Facultad de Economía de la UNAM.
Una vez que concluyó el seminario, las coordinadoras académicas y los ponentes se reunieron en un taller cerrado para ordenar ideas y promover los lineamientos o posibles acciones interdisciplinarias que habrán de involucrar a la sociedad, las ONG, los educadores, las universidades, los investigadores en nutrición y en tecnologías de alimentos, los nutriólogos, los juristas y los estudiosos de las ciencias sociales, entre otros.
Por su lado, Peña Montes comentó que otro de los objetivos fue que la comunidad académica y estudiantil tome conciencia del problema que implica la mala nutrición en México y sopesen las consecuencias de no tener una buena educación alimentaria.
“No debemos olvidar que, cada año, aproximadamente ocho mil personas mueren en nuestro país debido a la desnutrición y más de 80 mil lo hacen por complicaciones de la diabetes mellitus tipo 2, enfermedad que se previene con una buena alimentación”.
Créditos:UNAM-DGCS-725-2013

malanutricionunam-1De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012, 2.8 por ciento de los menores de cinco años del país presentan bajo peso, 13.6 muestran baja talla y 1.6 desnutrición aguda.

Por otra parte, los niños en edad escolar (de cinco a 11 años) de ambos sexos presentan una prevalencia nacional combinada de sobrepeso y obesidad de 34.4 por ciento: 19.8 para sobrepeso y 14.6 para obesidad. Asimismo, 35 por ciento de los adolescentes de entre 12 y 19 años, así como 73 por ciento de mujeres adultas y 69.4 de hombres adultos, tienen sobrepeso u obesidad.

En cuanto a la prevalencia de anemia, en los preescolares (menos de cinco años) es de 23.3 por ciento y en los niños de 12 a 23 meses de edad, de 38.

A partir de esta realidad, el Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD, por sus siglas en alemán) y la UNAM, a través de la Facultad de Química (FQ) y el Programa Universitario de Alimentos (PUAL), organizaron el seminario multidisciplinario La mala nutrición en México. Problemática y posibles soluciones.

El encuentro se llevó a cabo en el auditorio Alberto Barajas Celis, de la Facultad de Ciencias, bajo la supervisión académica de Amanda Gálvez Mariscal, profesora de la FQ y coordinadora del PUAL, y Carolina Peña Montes, ex alumna del DAAD, con la colaboración de Gabriela Salinas y Rocío Fernández.

Cuatro ejes temáticos

Dividido en cuatro ejes temáticos (Nutrición, Biodiversidad, Abasto de Alimentos y Seguridad Alimentaria, así como Legislación y Política), contó con la participación de diversos especialistas que aportaron sus conocimientos e ideas.

Alrededor del tema de la nutrición hay una serie de factores que lo vuelven complejo. No es fácil resolverlo y, por lo tanto, la idea fue analizarlo de manera multidisciplinaria para estar en condiciones de elaborar un paquete interdisciplinario de propuestas.

En un extremo del problema de la mala nutrición se encuentra la gente sumida en la pobreza extrema, a la que le falta alimento y, en el otro, las personas obesas, que ingieren más calorías de las que necesitan y requieren de una educación alimentaria.

“Necesitábamos saber cuál es el estado de la nutrición en el país, por eso asistió Teresa Shamah Levy, coordinadora de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición.

“Tuvimos también a Héctor Bourges Rodríguez, una autoridad en cuestiones de nutrición del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, y a Luis Alberto Vargas Guadarrama, del Instituto de Investigaciones Antropológicas, quien conoce bien cómo se comía antes y cuáles son las plantas comestibles y alimentos que poco a poco se han abandonado”, indicó Gálvez Mariscal.

Las plantas de la milpa, como los quelites y los quintoniles, son algunas de las que se consumen cada vez menos, junto con alimentos ancestrales como el amaranto, un seudocereal con un buen valor nutrimental en términos de la calidad de su proteína, que no ha vuelto a cobrar la importancia que debería tener en la alimentación de los mexicanos, destacó.

Las bondades del amaranto

Desde el punto de vista de la biodiversidad, no basta con rescatar estos cultivos: la gente debe demandarlos y, al mismo tiempo, el sistema de abasto de los mercados y los supermercados tiene que acogerlos.

Por ello, se invitó también a Matthias Jäger, de Bioversity International, un especialista en el rescate de la quinua, otro seudocereal que se da en los países andinos y que ha resultado un éxito en el mundo.

“Es un equivalente del amaranto de México, pero este último posee incluso mejor valor nutrimental en cuanto a los aminoácidos indispensables. Lo ideal, entonces, sería que la gente tuviera acceso a más productos con amaranto, pero antes tenemos que involucrarla en un sistema de educación alimentaria que rescate la tradición en un contexto moderno y para eso probablemente necesitaremos legislación y política”, consideró.

De ahí que se haya invitado a investigadores que trabajan con bancos de semillas, como Flavio Aragón Cuevas, del Campo Experimental Valles Centrales de Oaxaca, del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias, y Edelmira Linares Mazari, del Instituto de Biología, así como a otros que estudian el tema del abasto de alimentos, como Gerardo Torres Salcido, del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades.

Derecho a la alimentación

Rodrigo Gutiérrez Rivas, del Instituto de Investigaciones Jurídicas, indicó que el derecho a la alimentación ya es constitucional. Ahora, en opinión de Gálvez Mariscal, se deben crear leyes y normativas que acojan el rescate de la biodiversidad y de la tradición mexicana en términos de educación, de recetas y de intervenciones sociales.

“Al mismo tiempo, hay que considerar la situación nutricional de la población y sus posibles soluciones. Es indispensable que los alimentos estén disponibles a unos precios correctos, pero también que representen un buen negocio para los agricultores que los producen”.

Al respecto, se contó con la presencia de Romel Olivares, de la Universidad Autónoma Chapingo; Fernando de la Torre, del Centro Nacional de Recursos Genéticos; Eduardo Benítez Paulín, de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) en México, y Martín Puchet, de la Facultad de Economía de la UNAM.

Una vez que concluyó el seminario, las coordinadoras académicas y los ponentes se reunieron en un taller cerrado para ordenar ideas y promover los lineamientos o posibles acciones interdisciplinarias que habrán de involucrar a la sociedad, las ONG, los educadores, las universidades, los investigadores en nutrición y en tecnologías de alimentos, los nutriólogos, los juristas y los estudiosos de las ciencias sociales, entre otros.

Por su lado, Peña Montes comentó que otro de los objetivos fue que la comunidad académica y estudiantil tome conciencia del problema que implica la mala nutrición en México y sopesen las consecuencias de no tener una buena educación alimentaria.

“No debemos olvidar que, cada año, aproximadamente ocho mil personas mueren en nuestro país debido a la desnutrición y más de 80 mil lo hacen por complicaciones de la diabetes mellitus tipo 2, enfermedad que se previene con una buena alimentación”.

Créditos:UNAM-DGCS-725-2013

Disminuye lactancia materna en México

 
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7 de noviembre de 2013

 La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 revela que a nivel nacional, sólo 14.4 por ciento de las progenitoras amamantan.
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 revela que a nivel nacional, sólo 14.4 por ciento de las progenitoras amamantan.

• Sólo 14.4 por ciento de las mujeres amamanta a sus bebés, expuso Maritza Guerra Hernández, enfermera egresada de la FES Iztacala

La lactancia materna ha disminuido en México. La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 revela que a nivel nacional, sólo 14.4 por ciento de las progenitoras amamantan, principalmente por cuestiones laborales.

“Ni siquiera alimentan 45 días a sus hijos. Suspenden 20 días antes de regresar a sus ocupaciones, pues les preocupa lo difícil que es desapegar al bebé del seno”, señaló Maritza Guerra Hernández, enfermera egresada de la FES Iztacala de la UNAM.

Otro factor que influye es que tanto instituciones públicas como privadas sólo otorgan 45 días después del parto, como establece el artículo 170 de la Ley Federal del Trabajo.

Tampoco, como establece esa norma, tienen el derecho mínimo a dos descansos de 30 minutos para la extracción de leche en un lugar higiénico y adecuado, porque pocas empresas poseen cuartos especiales para ello e incluso en las instituciones de salud apenas se ha comenzado a pugnar por espacios con estas características.

Las cesáreas —que se han incrementado—, limitan la lactancia materna, pues la anestesia empleada “pone trabas al apego inmediato, pues es preciso amamantar en los primeros 30 minutos para fomentar el vínculo”, señaló Guerra Hernández, especialista en Enfermería Perinatal por la ENEO.

Desnutrición de las progenitoras, características fisiológicas del seno materno (pezón invertido o plano) e incluso cuestiones sociales, también se cuentan entre las dificultades.

Además, muchas jóvenes no lo hacen “porque les preocupa la estética”. En una encuesta aplicada a madres de 12 a 44 años de edad con vástagos de 10 meses o menos, se mencionaron tres razones recurrentes para suspenderla: se deforman los senos, la glándula mamaria se torna flácida y el miedo de no gustar lo mismo a su pareja.

Sin embargo, más que perjuicios, la lactancia brinda beneficios. Al referirse al informe académico elaborado en coautoría con Xóchitl Hernández Morales y expuesto en el Tercer Congreso de Estudios de Posgrado 2013, Maritza Guerra señaló que “el apego madre-hijo es el principal aspecto positivo, pues reduce las hemorragias —primera causa de mortalidad materna— y en los 30 primeros minutos después del parto ayuda a que el útero involucione más rápido al reducir el sangrado”.

En las madres, su práctica previene el cáncer cérvico-uterino y el de mama, ayuda a bajar el peso ganado en el embarazo y evita enfermedades crónico-degenerativas, como hipertensión y diabetes. En los bebés, permite establecer un patrón de succión-deglución-respiración, previene la obesidad, diabetes mellitus tipo 2, enfermedades gastrointestinales y respiratorias, y fortalece el sistema inmunológico, ya que las mejores defensas las provee la lecha materna. Además, diversos estudios indican que los infantes alimentados con seno tienen mejor nivel mental y son más seguros.

La Organización Mundial de la Salud recomienda mínimo seis meses. Luego inicia la ablactación, periodo en que se empieza a dar otro tipo de alimentos al pequeño y, en caso que madre e hijo lo requieran, se prolonga hasta los cinco años. En México, el proceso se suspende entre los dos y tres años.

En el primer medio año, agregó Guerra Hernández, la lactancia debe ser exclusiva: sólo con seno materno, sin mezclar fórmulas ni otro tipo de alimentos. Por creencias de las abuelas, se da té u otros comestibles a los bebés, sin saber que el organismo de los lactantes no está adaptado para digerirlos o degradarlos.

Esa práctica puede incrementar el riesgo de infecciones gastrointestinales, sobre todo en áreas rurales, donde por falta de recursos e información no se hierve el agua o no hay higiene adecuada. Estadísticas del INEGI y de la Secretaría de Salud cuentan a estos padecimientos entre las 10 primeras causas de muerte infantil.

En atención a este fenómeno, diversas instituciones públicas fomentan la alimentación de bebés por seno materno. La Secretaría de Salud del Estado de México, donde labora Maritza Guerra, pide a su personal tomar el Curso Avanzado de Apoyo a la Lactancia Materna (CAALMA).

En éste, profesionales de la salud, sobre todo los involucrados en áreas materno-infantiles, aprenden a proporcionar información durante el puerperio inmediato (primeras 24 horas a partir del parto). Se imparte en dos sesiones y abarca anatomía, fisiología, beneficios de la lactancia, medicamentos permitidos, enfermedades y técnicas para alimentar niños con malformaciones o síndrome de Down.

En los primeros niveles de atención se crean clubes de embarazo. Además, dos veces por mes se imparten talleres a embarazadas. También, mediante cursos de estimulación temprana, se informa sobre los beneficios de esta práctica, respaldados por programas como Diez Pasos para una Lactancia Exitosa y Hospital Amigo del Niño y de la Madre, promovidos por la UNICEF.

“Independientemente de sus beneficios psicológicos y físicos, se hace hincapié en los costos. Una lata de fórmula dura una semana, según las onzas y no son baratas. ¿Y cuál es mejor? La materna contiene más agua, vitaminas, minerales e inmunoglobulinas que ayudan al sistema inmunológico, por lo que es más fácil de absorber, sin causar alteración en el bebé. En cambio, la otra es rica en ácidos grasos y caseína, difícil de digerir y provoca cólicos y estreñimiento”.

Los pequeños no deben pasar más de tres horas sin ser alimentados, lapsos mayores causan hipoglucemia y esa baja de glucosa en la sangre lleva a otras complicaciones. En el recién nacido, la lactancia materna efectiva debe ser de 30 a 45 minutos por seno. Sin embargo, ¿cuánta leche produce una mujer y cuánto consume el hijo? “Eso depende del individuo, edad de gestación y día de lactancia. No hay parámetros establecidos”, explicó.

Para fomentarla, se han creado consejerías en los nosocomios. Uno de los centros precursores es el Hospital General de México, donde se enseñan técnicas de lactancia y sus beneficios, importantes porque con frecuencia las madres dejan de amamantar al sentir sus glándulas mamarias inflamadas por una mala técnica o higiene. Si el bebé sólo succiona el pezón, genera grietas que pueden infectarse y provocar fiebre y dolor.

Para evitarlo, se adiestra a las mujeres a posicionar la boca del bebé, a sujetar el seno y a usar una cobija o almohada sobre las piernas para acostar al pequeño y evitar el cansancio, pues las madres suelen pasar hasta 40 minutos en una misma posición. “Se les enseña a amamantar en diferentes posiciones (acostadas, sentadas) y cómo alimentar a un pequeño con Síndrome de Down, labio paladar hendido o alteraciones cardíacas”.

Creditos: UNAM-DGCS-666

Hoja de ruta para la seguridad alimentaria y la nutrición.

 
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26 de Octubre del 2012
A través de un sólido documento construido entre organizaciones sociales, academia y expertos se busca garantizar este derecho, así como fortalecer el movimiento agroalimentario en el país.
Así lo anunció la profesora Sara del Castillo, líder del Observatorio de Seguridad Alimentaria y Nutricional de la UN, tras el cierre del I Congreso Internacional en el que se debatió y reflexionó sobre el tema, con el fin de formular propuestas.
La docente y coordinadora de la actividad describió el resultado como el punto de partida. Aquí comienza la tarea, un compromiso con el país y con las instituciones. Por eso, la idea es que los participantes, desde sus regiones, contribuyan y apoyen para que se logre exigibilidad, espacios de gobernanza y de comunicación. “Tratar de respaldar lo trabajado en este Congreso es la tarea que tenemos todos”, afirmó.
Juan Carlos Morales, representante de la FIAN Colombia (Fighting Hunger with Human Rights), una de las organizadoras del Congreso, expresó que Colombia se encuentra en una situación alimentaria vergonzosa y se enfrenta a una situación económica, política y social que la pone en un riesgo mayor. Si a esto se le suma el contexto global, la perspectiva de la garantía de esos derechos se pone en riesgo de manera preocupante.
Por eso, señala que es necesario que esta otra forma de pensar el problema sea de conocimiento no solo de las organizaciones sociales, sino de las personas que desde el Estado están legítimamente interesadas y comprometidas con el tema.
En el trabajo intenso de tres días se abordaron cuatro temas cruciales. En primer lugar, los circuitos agroalimentarios, vistos desde el ámbito económico, asociados como una propuesta de salida a la crisis alimentaria. También se revisó la vinculación que hay entre la defensa del derecho a la tierra y el territorio, así como su construcción y  apropiación.
Otro tema importante fue el de las semillas y especies animales nativas, teniendo en cuenta la enorme preocupación que hay en la población rural al respecto, así como la gestión autónoma que podríamos tener sobre los recursos genéticos. Y, finalmente, se habló de cultura y alimentación.
Sobre el documento
Juan Carlos Morales, quien hizo las veces de relator, expuso públicamente un resumen del documento final que será entregado la semana entrante a los asistentes, representantes de las organizaciones y comunidades (campesinos, etnias, indígenas) quienes se reconocen como “titulares de una serie de derechos como la seguridad alimentaria, la soberanía y la autonomía”, según el documento; pero que, de igual manera, “conocen que el Estado tiene una serie de obligaciones a través de sus instituciones y funcionarios”.
La síntesis de la relatoría indica también que el Estado debe reconocer que las comunidades tienen unas exigencias claras y legítimas en relación con la gobernanza, control y defensa de los territorios y que en la medida que esta sea respetada y protegida, las comunidades podrán hacer efectivo el derecho a la soberanía, autonomía y seguridad alimentaria.
Con respecto al territorio, el experto deja en claro que no solo se limita al suelo y sus recursos, sino que alude a los territorios marinos, fluviales y lacustres en los que viven multitud de comunidades, quienes obtienen de estos su sustento.
Asimismo, exige el derecho de intervenir en la elaboración, gestión, monitoreo y rendición de cuentas de cualquier iniciativa del Gobierno a escala nacional, regional o local, atinente al tema alimentario.
Se reconoce que la construcción de una política pública relacionada con el tema alimentario es un proceso activo y dinámico que implica la participación amplia de los titulares de esos derechos, el cual debe ser respetado por las autoridades.
Este apenas es un breve esbozo de una sólida propuesta de largo aliento que propende por el derecho a la alimentación, en el que se incluye, entre otras, que la comunidad sea consultada para los procesos de TLC, para una regulación efectiva de los medios masivos de comunicación, así como para el rechazo a las actividades económicas extractivas y el empoderamiento de las mujeres en su territorio.
También se busca el reconocimiento de la academia, la participación activa de la comunidad en los procesos de vigilancia de la situación alimentaria y nutricional del país y la participación en los diálogos de paz, ya que los temas rural y alimentario hacen parte de esta agenda.
El documento fue entregado a representantes del Defensoría del Pueblo, la Procuraduría General de la Nación, el Instituto de Bienestar Familiar y del Consejo para la Información sobre la Seguridad Alimentaria y Nutrición (Cisan).
Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html
Hoja de ruta para garantizar el derecho a la seguridad alimentaria y nutrición, alimentación y soberanía alimentaria.

Hoja de ruta para garantizar el derecho a la seguridad alimentaria y nutrición, alimentación y soberanía alimentaria.

26 de Octubre del 2012

A través de un sólido documento construido entre organizaciones sociales, academia y expertos se busca garantizar este derecho, así como fortalecer el movimiento agroalimentario en el país.

Así lo anunció la profesora Sara del Castillo, líder del Observatorio de Seguridad Alimentaria y Nutricional de la UN, tras el cierre del I Congreso Internacional en el que se debatió y reflexionó sobre el tema, con el fin de formular propuestas.

La docente y coordinadora de la actividad describió el resultado como el punto de partida. Aquí comienza la tarea, un compromiso con el país y con las instituciones. Por eso, la idea es que los participantes, desde sus regiones, contribuyan y apoyen para que se logre exigibilidad, espacios de gobernanza y de comunicación. “Tratar de respaldar lo trabajado en este Congreso es la tarea que tenemos todos”, afirmó.

Juan Carlos Morales, representante de la FIAN Colombia (Fighting Hunger with Human Rights), una de las organizadoras del Congreso, expresó que Colombia se encuentra en una situación alimentaria vergonzosa y se enfrenta a una situación económica, política y social que la pone en un riesgo mayor. Si a esto se le suma el contexto global, la perspectiva de la garantía de esos derechos se pone en riesgo de manera preocupante.

Por eso, señala que es necesario que esta otra forma de pensar el problema sea de conocimiento no solo de las organizaciones sociales, sino de las personas que desde el Estado están legítimamente interesadas y comprometidas con el tema.

En el trabajo intenso de tres días se abordaron cuatro temas cruciales. En primer lugar, los circuitos agroalimentarios, vistos desde el ámbito económico, asociados como una propuesta de salida a la crisis alimentaria. También se revisó la vinculación que hay entre la defensa del derecho a la tierra y el territorio, así como su construcción y  apropiación.

Otro tema importante fue el de las semillas y especies animales nativas, teniendo en cuenta la enorme preocupación que hay en la población rural al respecto, así como la gestión autónoma que podríamos tener sobre los recursos genéticos. Y, finalmente, se habló de cultura y alimentación.


Sobre el documento

Juan Carlos Morales, quien hizo las veces de relator, expuso públicamente un resumen del documento final que será entregado la semana entrante a los asistentes, representantes de las organizaciones y comunidades (campesinos, etnias, indígenas) quienes se reconocen como “titulares de una serie de derechos como la seguridad alimentaria, la soberanía y la autonomía”, según el documento; pero que, de igual manera, “conocen que el Estado tiene una serie de obligaciones a través de sus instituciones y funcionarios”.

La síntesis de la relatoría indica también que el Estado debe reconocer que las comunidades tienen unas exigencias claras y legítimas en relación con la gobernanza, control y defensa de los territorios y que en la medida que esta sea respetada y protegida, las comunidades podrán hacer efectivo el derecho a la soberanía, autonomía y seguridad alimentaria.

Con respecto al territorio, el experto deja en claro que no solo se limita al suelo y sus recursos, sino que alude a los territorios marinos, fluviales y lacustres en los que viven multitud de comunidades, quienes obtienen de estos su sustento.

Asimismo, exige el derecho de intervenir en la elaboración, gestión, monitoreo y rendición de cuentas de cualquier iniciativa del Gobierno a escala nacional, regional o local, atinente al tema alimentario.

Se reconoce que la construcción de una política pública relacionada con el tema alimentario es un proceso activo y dinámico que implica la participación amplia de los titulares de esos derechos, el cual debe ser respetado por las autoridades.

Este apenas es un breve esbozo de una sólida propuesta de largo aliento que propende por el derecho a la alimentación, en el que se incluye, entre otras, que la comunidad sea consultada para los procesos de TLC, para una regulación efectiva de los medios masivos de comunicación, así como para el rechazo a las actividades económicas extractivas y el empoderamiento de las mujeres en su territorio.

También se busca el reconocimiento de la academia, la participación activa de la comunidad en los procesos de vigilancia de la situación alimentaria y nutricional del país y la participación en los diálogos de paz, ya que los temas rural y alimentario hacen parte de esta agenda.

El documento fue entregado a representantes del Defensoría del Pueblo, la Procuraduría General de la Nación, el Instituto de Bienestar Familiar y del Consejo para la Información sobre la Seguridad Alimentaria y Nutrición (Cisan).

Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

Modificación de hábitos nutricionales, estrategia para una alimentación sana.

 
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16 de Octubre del 2012
Ante el incremento generalizado de los precios de los alimentos a nivel mundial, y los niveles de pobreza, sobrepeso y obesidad en México, se requieren estrategias para impulsar y consolidar el sector agropecuario, modificar los hábitos nutricionales de la población y promover estilos saludables de vida, consideró Blanca Rubio, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM.
Los efectos son más evidentes en países que requieren importar esos productos para satisfacer su demanda interna, con repercusiones graves en sectores más vulnerables, como mujeres, niños, migrantes y población rural.
Para afrontar la situación, México debe impulsar la producción interna y evitar la importación; ello es fundamental para garantizar la autosuficiencia y no depender de la fluctuación de precios, dijo.
Si se les pagara a los productores un monto rentable, implicaría garantizar la satisfacción de la demanda de alimentos con la producción nacional; el gobierno podría establecer precios subsidiados para la población, y así sortear la especulación y el alza.
En la coyuntura mundial de elevación de precios, las naciones que fortalezcan sus agriculturas serán las que se posicionarán mejor. En tanto, las que no actúen profundizarán su dependencia, y sus soberanías podrían estar en entredicho, añadió.
Pobreza y malos hábitos
La exclusión y marginación, explicadas por un esquema económico centrado en el mercado, generan desnutrición, sobrepeso y obesidad, entre otros problemas de salud. El fenómeno global de alzas generalizadas sólo los profundizó, dijo.
Además, las carencias de amplios sectores poblacionales, que les impiden acceder a alimentos nutritivos, concurren con un modelo que promueve el consumo de productos industrializados, ricos en conservadores, aditivos y sodio, que provocan esos males. También influyen aquéllos con alto contenido de carbohidratos, presentes en harinas, y productos con azúcar, que llegan a ocasionar adicción.
Rubio refirió que el problema de la obesidad es complejo, pues se combina la disminución de la capacidad de compra de la sociedad marginal, con un modelo de consumo dirigido. Se ha comprobado que la mayor parte de los apoyos que reciben las poblaciones más pobres del país, que deberían destinarse a la alimentación sana de los niños, son gastados en comida chatarra, refirió.
Comer un cereal en la mañana equivale, en términos de nutrientes, a ingerir un pan blanco con una taza de azúcar, más la leche. En términos reales, los menores consumen grandes cantidades de carbohidratos, lo que explicaría el incremento de la obesidad infantil, explicó.
Regulación, indispensable
Recientemente, recordó, se informó acerca del fracaso de los planes para reducir la obesidad. Los esfuerzos de las instituciones de salud pública son loables, sin embargo, implican nadar contra la corriente.
En general, estos programas consisten en recomendar una dieta saludable y en convencer de los beneficios que implica reducir de peso, pero no atacan la raíz del problema, sostuvo.
Para resolverlo, un elemento fundamental es la regulación de las actividades de las empresas transnacionales, para evitar la especulación y el alza de precios. Además, desde la sociedad civil, debe pugnarse por erradicar la venta de productos chatarra en las escuelas, y promover el consumo de sanos.
Hoy se debate la relación consumo de maíz transgénico, alergias y resistencia a antibióticos. En México no existe una reglamentación para etiquetar las importaciones del grano modificado; ingresa de manera indiscriminada al país y es utilizado para alimentar al ganado destinado al consumo humano. Por ello, es necesario imponer una reglamentación estricta al respecto, concluyó la universitaria.
Boletín UNAM-DGCS-634
Ciudad Universitaria.
Los efectos de la crisis mundial en la materia son más evidentes en países que dependen de las importaciones para satisfacer su demanda interna, con repercusiones más graves en sectores más vulnerables como mujeres, niños, migrantes y población rural.

Los efectos de la crisis mundial en la materia son más evidentes en países que dependen de las importaciones para satisfacer su demanda interna, con repercusiones más graves en sectores más vulnerables como mujeres, niños, migrantes y población rural.

16 de Octubre del 2012

Ante el incremento generalizado de los precios de los alimentos a nivel mundial, y los niveles de pobreza, sobrepeso y obesidad en México, se requieren estrategias para impulsar y consolidar el sector agropecuario, modificar los hábitos nutricionales de la población y promover estilos saludables de vida, consideró Blanca Rubio, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM.

Los efectos son más evidentes en países que requieren importar esos productos para satisfacer su demanda interna, con repercusiones graves en sectores más vulnerables, como mujeres, niños, migrantes y población rural.

Para afrontar la situación, México debe impulsar la producción interna y evitar la importación; ello es fundamental para garantizar la autosuficiencia y no depender de la fluctuación de precios, dijo.

Si se les pagara a los productores un monto rentable, implicaría garantizar la satisfacción de la demanda de alimentos con la producción nacional; el gobierno podría establecer precios subsidiados para la población, y así sortear la especulación y el alza.

En la coyuntura mundial de elevación de precios, las naciones que fortalezcan sus agriculturas serán las que se posicionarán mejor. En tanto, las que no actúen profundizarán su dependencia, y sus soberanías podrían estar en entredicho, añadió.


Pobreza y malos hábitos

La exclusión y marginación, explicadas por un esquema económico centrado en el mercado, generan desnutrición, sobrepeso y obesidad, entre otros problemas de salud. El fenómeno global de alzas generalizadas sólo los profundizó, dijo.

Además, las carencias de amplios sectores poblacionales, que les impiden acceder a alimentos nutritivos, concurren con un modelo que promueve el consumo de productos industrializados, ricos en conservadores, aditivos y sodio, que provocan esos males. También influyen aquéllos con alto contenido de carbohidratos, presentes en harinas, y productos con azúcar, que llegan a ocasionar adicción.

Rubio refirió que el problema de la obesidad es complejo, pues se combina la disminución de la capacidad de compra de la sociedad marginal, con un modelo de consumo dirigido. Se ha comprobado que la mayor parte de los apoyos que reciben las poblaciones más pobres del país, que deberían destinarse a la alimentación sana de los niños, son gastados en comida chatarra, refirió.

Comer un cereal en la mañana equivale, en términos de nutrientes, a ingerir un pan blanco con una taza de azúcar, más la leche. En términos reales, los menores consumen grandes cantidades de carbohidratos, lo que explicaría el incremento de la obesidad infantil, explicó.


Regulación, indispensable

Recientemente, recordó, se informó acerca del fracaso de los planes para reducir la obesidad. Los esfuerzos de las instituciones de salud pública son loables, sin embargo, implican nadar contra la corriente.

En general, estos programas consisten en recomendar una dieta saludable y en convencer de los beneficios que implica reducir de peso, pero no atacan la raíz del problema, sostuvo.

Para resolverlo, un elemento fundamental es la regulación de las actividades de las empresas transnacionales, para evitar la especulación y el alza de precios. Además, desde la sociedad civil, debe pugnarse por erradicar la venta de productos chatarra en las escuelas, y promover el consumo de sanos.

Hoy se debate la relación consumo de maíz transgénico, alergias y resistencia a antibióticos. En México no existe una reglamentación para etiquetar las importaciones del grano modificado; ingresa de manera indiscriminada al país y es utilizado para alimentar al ganado destinado al consumo humano. Por ello, es necesario imponer una reglamentación estricta al respecto, concluyó la universitaria.

Boletín UNAM-DGCS-634

Ciudad Universitaria.