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APLICAN UNIVERSITARIOS ACUPUNTURA EN CABALLOS PARA TRATAR PATOLOGÍAS

 
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acupunturaencaballos28 de julio de 2014

Desde hace años, el uso de la acupuntura en caballos se ha convertido en un método terapéutico, no sólo como complemento en el tratamiento de algunas patologías, sino como un modo de relajación para antes y después de realizar alguna actividad o trabajo.

En el Hospital de Equinos de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán, es una herramienta eficaz para atender y aliviar afecciones en estos mamíferos, en particular después de una cirugía.

Tras una intervención quirúrgica abdominal se colocan agujas alrededor de la herida, que contribuyen a desinflamar el tejido subcutáneo y el músculo, además de reducir el edema.

Cecilia Barragán Segura, jefa de ese nosocomio, mencionó que esa terapia alternativa puede utilizarse en la mayoría de los casos clínicos, sobre todo si se trata de cuestiones metabólicas o músculo-esqueléticas, a excepción de tumores o fracturas, aunque en este último caso “es útil para drenar el líquido de inflamación y reducir el dolor”.

Esta técnica es empleada en la medicina china tradicional y en la clínica universitaria se encuentra determinada como protocolo para caballos que salen de cirugía. Se trata de una medicina complementaria, es decir, “a veces puede actuar por sí sola y en otras se acompaña de medicina alópata”.

“Si no tenemos un tratamiento específico o el animal reaccionó de manera desfavorable a los antibióticos o a algún otro fármaco, evitamos suministrar más porque dañamos su estómago, hígado y riñones, entonces aplicamos la acupuntura, porque no daña el organismo y reaccionan más rápido”, comentó.

Para aplicarla, además de las agujas se utiliza un electro acupuntor, tecnología que permite la estimulación eléctrica del sistema nervioso, tanto motor como sensitivo; sus ondas de salida son de baja frecuencia para la estimulación de los puntos de interés.

En cuanto a las agujas –de diferente tamaño, espesor y material como acero inoxidable, cobre, plata y oro; son estériles, se usan una vez y se desechan–, introducirlas y manipularlas es difícil al principio, pues al sentir la punción se inquietan y en ocasiones patean, pero después se tranquilizan, a veces bajan la cabeza y cierran los ojos, aún parados se quedan medio dormidos.

“El tratamiento dura aproximadamente 20 minutos, en ese lapso en el interior del caballo se generan sustancias como las endorfinas que relajan y modulan el dolor. Tras la terapia, cambian su expresión corporal y se nota la diferencia al día siguiente”.

Para muchas personas la acupuntura es una charlatanería, pero si la practica alguien capacitado es totalmente funcional, pues las emociones constituyen la base de todas nuestras enfermedades y si aprendemos a manejarlas tendremos un cuerpo más sano, consideró Barragán Segura.
Finalmente, informó que el Hospital de Equinos acude a los municipios aledaños a modo de clínica ambulatoria; en esas jornadas se atiende a los caballos que jalan carretas recolectoras de basura. “Se les aplica quiropráctica, otro método alternativo con el que se les brinda bienestar. “Si su columna vertebral está alineada se sienten reconfortados porque ya no les duele tanto el lomo y se mueven mucho mejor. Además, les recortamos los cascos, los desparasitamos y vitaminamos”.

Créditos: UNAM-DGCS-430-2014

CUENTA LA UNAM CON CLÍNICA DE DOLOR OROFACIAL Y TRASTORNOS TEMPOROMANDIBULARES

 
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A nivel mundial, entre ocho y 10 por ciento de la población presenta trastornos temporomandibulares (TTM), que si no son atendidos oportuna y adecuadamente, pueden ocasionar dolor crónico en los pacientes, alertó Manuel Saavedra García, profesor de la Facultad de Odontología (FO) de la UNAM.
Se trata de alteraciones en las articulaciones y músculos de la masticación (que unen la mandíbula al cráneo) y son ocasionadas por lesiones o parafunciones como el bruxismo y otros hábitos, apuntó.
También, se sabe que entre 80 y 90 por ciento de la población reporta sonidos como chasquidos o crepitaciones y no poder abrir o cerrar la boca en algún momento de su vida; eso origina dolor orofacial.
Los TTM son más prevalentes en mujeres que en hombres. “Podemos decir que de cinco pacientes, cuatro corresponden al género femenino, quizá por factores socioculturales. En cuanto a la edad, se observa que de los 36 a 47 años es la etapa más crítica”, indicó.
Si bien el dolor agudo es tratado con éxito por los odontólogos, el crónico implica un procedimiento más integral, pues se ha demostrado que su origen es multifactorial, subrayó.
Para atender estos casos, en la FO se creó la Clínica de Dolor Orofacial y TTM, donde “aplicamos el modelo biopsicosocial mediante la utilización de los Criterios diagnósticos para la investigación de los trastornos temporomandibulares, que abarca tanto los síntomas biológicos del dolor, como los psicosociales”, destacó.
La Asociación Internacional para Estudio del Dolor define a éste como una experiencia sensorial y/o emocional ante una lesión real o imaginaria. En cuanto a su duración, hay dos tipos: agudo y crónico.
En las clínicas de odontología de esta casa de estudios el primero es la causa principal por la que acuden los pacientes para ser tratados de manera adecuada, sin embargo, con el crónico, que es el que se mantiene después de seis meses, no sucede lo mismo.
Aunque en México hay clínicas que manejan el dolor desde hace mucho tiempo, lo hacen de manera general. “Nosotros tratamos sólo el dolor crónico y lo delimitamos a cabeza, cuello, articulaciones temporomandibulares y en los músculos, sobre todo los de la sien y las mejillas”, refirió.
La clínica
La Clínica de Dolor Orofacial y TTM inició actividades hace ocho años y en este tiempo hemos diagnosticado y manejado tres mil 650 pacientes, alrededor de 400 al año. Aquí se han realizado tesis de licenciatura y posgrado y la principal difusión que hacemos es al asistir a congresos y seminarios, mencionó.
Nuestro manejo es totalmente conservador y está basado en un modelo biopsicosocial, aunque si “hablamos en términos sensitivos, una de las causas del dolor puede ser la inflamación, un bloqueo o la reacción a algún agente externo”, apuntó.
En el modelo que emplean los universitarios se considera que el motivo del dolor no sólo es biológico, también está relacionado con factores psicológicos y sociales. “De modo que el origen no es unifactorial y probablemente la causa más importante es el entorno, por estar relacionado con estrés y la respuesta que tengamos ante éste”, dijo.
La valoración se basa en dos ejes; el primero es un examen físico y el segundo es un cuestionario donde se miden factores como el dolor discapacitante, la depresión, la somatización y la ansiedad.
Con el uso de algoritmos, se determina un diagnóstico y se aplica un manejo que consiste en ejercicios musculares, automasaje y aplicación de calor o frío. “Promovemos el autocuidado”, enfatizó.
Las cuestiones psicológica y del entorno las manejamos con las dos técnicas más conocidas de relajación. Una es la muscular progresiva de Jacobson y el entrenamiento autógeno de Schultz, basadas en la autosugestión, puntualizó.
Otro manejo es cognitivo-conductual, con el uso de una tabla de sustitución de pensamientos. Aquí se pretende que el paciente, si empieza con dolor, en vez de pensar que se sentirá mal, discurra que desaparecerá pronto. “Si se trata de problemas severos de depresión o ansiedad, los remitimos con otros especialistas para que complementen el tratamiento”, aclaró.
A nivel mundial, se ha reportado que 85 por ciento de los pacientes responden a estas terapias y en esta clínica más de 90 por ciento logran una mejoría, aseveró.
En una segunda fase se aplica un tratamiento dental y se hacen férulas estabilizadoras o ajustes oclusales, también, se envían a otras especialidades (ortodoncia, prótesis) o áreas médicas (psicología, neurología).
Trabajamos con pacientes de todas las edades y por lo regular al llegar a la clínica son remitidos por los hospitales de Admisión de la FO y de instituciones externas como el Instituto Nacional de Neurología, el Hospital General Manuel Gea González y otros, concluyó.
Créditos: UNAM-DGCS-772-2013

clinicaunamA nivel mundial, entre ocho y 10 por ciento de la población presenta trastornos temporomandibulares (TTM), que si no son atendidos oportuna y adecuadamente, pueden ocasionar dolor crónico en los pacientes, alertó Manuel Saavedra García, profesor de la Facultad de Odontología (FO) de la UNAM.

Se trata de alteraciones en las articulaciones y músculos de la masticación (que unen la mandíbula al cráneo) y son ocasionadas por lesiones o parafunciones como el bruxismo y otros hábitos, apuntó.

También, se sabe que entre 80 y 90 por ciento de la población reporta sonidos como chasquidos o crepitaciones y no poder abrir o cerrar la boca en algún momento de su vida; eso origina dolor orofacial.

Los TTM son más prevalentes en mujeres que en hombres. “Podemos decir que de cinco pacientes, cuatro corresponden al género femenino, quizá por factores socioculturales. En cuanto a la edad, se observa que de los 36 a 47 años es la etapa más crítica”, indicó.

Si bien el dolor agudo es tratado con éxito por los odontólogos, el crónico implica un procedimiento más integral, pues se ha demostrado que su origen es multifactorial, subrayó.

Para atender estos casos, en la FO se creó la Clínica de Dolor Orofacial y TTM, donde “aplicamos el modelo biopsicosocial mediante la utilización de los Criterios diagnósticos para la investigación de los trastornos temporomandibulares, que abarca tanto los síntomas biológicos del dolor, como los psicosociales”, destacó.

La Asociación Internacional para Estudio del Dolor define a éste como una experiencia sensorial y/o emocional ante una lesión real o imaginaria. En cuanto a su duración, hay dos tipos: agudo y crónico.

En las clínicas de odontología de esta casa de estudios el primero es la causa principal por la que acuden los pacientes para ser tratados de manera adecuada, sin embargo, con el crónico, que es el que se mantiene después de seis meses, no sucede lo mismo.

Aunque en México hay clínicas que manejan el dolor desde hace mucho tiempo, lo hacen de manera general. “Nosotros tratamos sólo el dolor crónico y lo delimitamos a cabeza, cuello, articulaciones temporomandibulares y en los músculos, sobre todo los de la sien y las mejillas”, refirió.

La clínica

La Clínica de Dolor Orofacial y TTM inició actividades hace ocho años y en este tiempo hemos diagnosticado y manejado tres mil 650 pacientes, alrededor de 400 al año. Aquí se han realizado tesis de licenciatura y posgrado y la principal difusión que hacemos es al asistir a congresos y seminarios, mencionó.

Nuestro manejo es totalmente conservador y está basado en un modelo biopsicosocial, aunque si “hablamos en términos sensitivos, una de las causas del dolor puede ser la inflamación, un bloqueo o la reacción a algún agente externo”, apuntó.

En el modelo que emplean los universitarios se considera que el motivo del dolor no sólo es biológico, también está relacionado con factores psicológicos y sociales. “De modo que el origen no es unifactorial y probablemente la causa más importante es el entorno, por estar relacionado con estrés y la respuesta que tengamos ante éste”, dijo.

La valoración se basa en dos ejes; el primero es un examen físico y el segundo es un cuestionario donde se miden factores como el dolor discapacitante, la depresión, la somatización y la ansiedad.

Con el uso de algoritmos, se determina un diagnóstico y se aplica un manejo que consiste en ejercicios musculares, automasaje y aplicación de calor o frío. “Promovemos el autocuidado”, enfatizó.

Las cuestiones psicológica y del entorno las manejamos con las dos técnicas más conocidas de relajación. Una es la muscular progresiva de Jacobson y el entrenamiento autógeno de Schultz, basadas en la autosugestión, puntualizó.

Otro manejo es cognitivo-conductual, con el uso de una tabla de sustitución de pensamientos. Aquí se pretende que el paciente, si empieza con dolor, en vez de pensar que se sentirá mal, discurra que desaparecerá pronto. “Si se trata de problemas severos de depresión o ansiedad, los remitimos con otros especialistas para que complementen el tratamiento”, aclaró.

A nivel mundial, se ha reportado que 85 por ciento de los pacientes responden a estas terapias y en esta clínica más de 90 por ciento logran una mejoría, aseveró.

En una segunda fase se aplica un tratamiento dental y se hacen férulas estabilizadoras o ajustes oclusales, también, se envían a otras especialidades (ortodoncia, prótesis) o áreas médicas (psicología, neurología).

Trabajamos con pacientes de todas las edades y por lo regular al llegar a la clínica son remitidos por los hospitales de Admisión de la FO y de instituciones externas como el Instituto Nacional de Neurología, el Hospital General Manuel Gea González y otros, concluyó.

Créditos: UNAM-DGCS-772-2013

Estudia universitaria polímeros para desarrollo de músculos artificiales

 
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En el caso de personas que han perdido una mano, se puede transmitir información del cerebro a un miembro fabricado a base de estos materiales, para que tenga movimiento y fuerza
En el caso de personas que han perdido una mano, se puede transmitir información del cerebro a un miembro fabricado a base de estos materiales, para que tenga movimiento y fuerza.

2 de Agosto de 2012

La Sociedad Mexicana de Electroquímica (SMEQ) reconoció la trayectoria de Martha Aguilar Martínez, académica adscrita al Departamento de Fisicoquímica de la Facultad de Química (FQ) de la UNAM, por sus contribuciones en nuestro país a esta área del conocimiento, al estudio de las relaciones de la estructura de ciertos compuestos orgánicos, y por sus análisis de polímeros orgánicos conductores.

Polímeros orgánicos conductores

Uno de los proyectos de la universitaria aborda el análisis de polímeros orgánicos conductores, un campo que adquiere cada vez mayor importancia. Los polímeros son conocidos normalmente como compuestos aislantes. “Sin embargo, los que estudiamos pertenecen a una nueva clase; pueden tener propiedades semejantes a las de los semiconductores, o a las de los metales, en cuanto a que presentan una significativa conductividad electrónica”.

Además de sus múltiples aplicaciones como inhibidores de la corrosión, sensores electroanalíticos, materiales electrocrómicos o electroluminiscentes, y como recubrimientos en aviones de reconocimiento, son de gran importancia e impacto, porque se crean y diseñan nuevos materiales que permiten el desarrollo de músculos artificiales.

En este sentido, expuso que en el caso de personas que han perdido una mano, se puede transmitir información del cerebro a un miembro fabricado a base de estos materiales, para que tenga movimiento y fuerza.

Electroquímica

En cuanto a la electroquímica, Aguilar Martínez explicó que ésta formula preguntas y desarrolla las bases para la interpretación de diversos fenómenos de la naturaleza, es decir, interpreta y racionaliza sobre una base cuantitativa un gran número de hechos experimentales que se extienden más allá de los dominios estrictamente de este campo.

Por ello, tiene múltiples aplicaciones y gran impacto en áreas como la medicina, biología, ciencia de materiales, geología e ingeniería, entre otras.

Precursora en el estudio de la electroquímica orgánica en México, la definió como una rama que analiza las reacciones que involucran interacciones específicas de los compuestos orgánicos con el material del electrodo; considera a este último como una molécula de gran tamaño, cuya habilidad para transferir electrones puede ser ajustada con gran precisión en el control del potencial.

Algunas de las aportaciones de la investigadora, que inició su labor docente en la FQ en el campo de la química orgánica en 1981, ha sido el estudio de las relaciones de la estructura de ciertos compuestos orgánicos.

“Lo que hacemos es relacionar la estructura química y las propiedades electroquímicas de ciertos compuestos nitro, orto-difenólicos, quinonas y amidas, entre otros, con su actividad biológica. Esto es importante en el diseño de fármacos más eficientes y con menores efectos secundarios”, indicó.

Respecto al futuro de la electroquímica, consideró que es prometedor porque tiene muchas aplicaciones en diversas áreas, como el desarrollo de procesos para la conversión de energía, en cuestiones de remediación ambiental (agua, aire y suelo), y en nuevas tecnologías, pues son procesos menos contaminantes y más eficientes con respecto al uso de energía y materias primas.

En cuanto al reconocimiento, que le fue entregado en el Centro de Investigación en Química Sustentable de la Universidad Autónoma del Estado de México, en el marco del XXVII Congreso de la SMEQ y del Fifth Meeting of the Mexican Section of the International Society of Electrochemistry, se dijo satisfecha, pues representa un gran estímulo a su labor y reconoce el trabajo y las aportaciones realizadas por más de 30 años.

Boletín UNAM-DGCS-475
Ciudad Universitaria.