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Tensiones y encuentros de ser mujer, artista y discapacitada.

 
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21 de Febrero del 2013
La investigación “Arte, discapacidad y género” visibiliza y explora las dualidades de este subgrupo poblacional poco explorado en Colombia. Es una invitación a seguir investigando.
“El interés surge de cuando visitaba diferentes regiones del país y me encontraba con mujeres discapacitadas que ejercían un papel como artistas. Ellas se cuestionaban muchas cosas sobre una posición ambivalente, que provoca tenciones: ser mujer y ser discapacitada”, afirma Merly Bocanegra, maestra en Artes Plásticas de la UN.
Por un lado, cuenta, todas las luchas de género a las que ellas se ha sumado promulgan una búsqueda de independencia, autogestión y libertad. Pero la discapacidad les origina una dependencia, a la que se ven abocadas sin tener otra salida, que las pone en una posición de vulnerabilidad, incluso en lo que atañe al cuidado de su propio cuerpo.
“Ellas no podían llegar a alcanzar sus ideales de la lucha de género por su condición de discapacidad, siempre iban a depender. Veían eso como posiciones encontradas”, precisa.
Cuando deciden ser artistas se separan del grupo de mujeres discapacitadas, pues, sin dejar de cuestionarse sobre esas mismas tensiones, toman conciencia de su papel social como constructoras de cultura. Pero se encuentran con que no están abiertos los escenarios para que ellas se realicen.
En ese sentido, asegura: “Salvo algunas participaciones en salones regionales, no vemos la intervención de las mujeres discapacitadas en el arte en Colombia. Entonces, deben dedicarse a la artesanía, a la decoración o al trabajo con fundaciones, que solo promueven el comercio de manufacturas”.
Pero esta confluencia entre ser mujer, discapacitada y artista también tiene unos puntos de encuentro. Uno de ellos es la ruptura con las vivencias emocionales y las sensibilidades humanas que se han erigido como normales.
“Por ejemplo, cuando se trabaja en psicología transpersonal o se hace psicogenealogía, nosotros tomamos lo masculino como lo fuerte, como la libertad, y lo femenino, como lo suave, como la protección. Pero, en ellas, esa vivencia emocional es compartida, pues muchas tienen hijos, pero son cuidadas por ellos mismos. Ellas deben asumir un rol, entre comillas, masculino y femenino, madre e hijo al mismo tiempo. Entonces, esas vivencias emocionales y esas sensibilidades que ellas trabajan no se rigen por los mismos valores de las demás personas”, detalla como primer punto la investigadora.
El segundo punto es la perspectiva de la muerte y del dolor. Todas las personas tienden a la discapacidad. Por vejez o por enfermedad, en algún momento tendrán una discapacidad, pero no lo tienen presente, evitan la muerte.
Los discapacitados no, el dolor y el enfrentamiento a la muerte se hace permanente y persistente día tras día. Esto produce un pensamiento frente al convivir.
“Cuando una mujer con discapacidad se piensa a través del arte, y entiende su condición abocada a la muerte y al dolor, nos presenta eso como su vida cotidiana. Nos provoca una reacción emocional que nos hace pensar en el otro y nos hace darnos cuenta de varias cosas: no podemos vivir el dolor del otro, pero sabemos qué es el dolor. Entonces reconocemos la humanidad en esa persona y, al hacerlo, lo convertimos en un interlocutor válido. O sea es alguien para nosotros, lo reconocemos como uno de los objetivos de las minorías para acceder a los derechos humanos y como ciudadanos”, asegura.
El tercer punto es sobre las prácticas de cuidado y educación en la primera infancia. Históricamente se le han atribuido a la mujer, pero, en muchas perspectivas de la lucha de género, esto se ha querido revaluar, incluyendo un papel más activo del hombre.
Pero, para las mujeres discapacitadas, las prácticas de cuidado son vitales y no podrían ser realizadas por cualquier persona, normalmente son las mamás quienes las hacen.
El último punto es la perspectiva del cuerpo como lugar donde lo público y lo privado tienen lugar. En sus obras, las artistas discapacitadas sacan del ámbito de lo privado toda su vivencia y la ponen en el de lo público. El cuerpo discapacitado se expresa a sí mismo, pero no se puede entender qué está expresando porque se lee desde las lógicas normales.
Así, Bocanegra asegura que, si se hace una apertura al proceso de construcción simbólica de una persona con discapacidad, se puede comprender qué es lo que está tratando de expresar.
Y concluye: “en últimas, lo que se busca es abrir un espacio, un lugar, un campo de investigación…, provocar a otras personas para que comiencen a investigar, porque hay muchos aspectos sobre los cuales indagar”.
En Colombia, hay una asociación de pintores con boca y pie que tiene mujeres. Pero el trabajo que allí hacen no está inserto en los círculos del arte y no promueve el pensamiento artístico, que es la expresión de la sensibilidad humana y no está construida, en estos momentos, a partir de la diferencia y la diversidad.
“La investigación pone de manifiesto que visibilizar esos procesos artísticos de las mujeres con discapacidad permite construir un concepto de paz en un estado dinámico, al reconocernos como seres humanos que dependemos del sistema, pero que también somos responsables de él. Los ideales modernos de la individualidad se están dejando de lado, porque necesitamos de un convivir en el que haya interdependencia y nos hagamos cargo del otro y que el otro se haga cargo de nosotros”, concluye.
Bocanegra presentará una ponencia sobre esta investigación en el coloquio internacional Arte, Emociones y Género, que se celebrará en la UN, los días 7, 8 y 9 de marzo, y al que también asistirán invitados de Francia.
Créditos: http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html
"Sobre la maternidad", obra de Frida Kahlo.

“Sobre la maternidad”, obra de Frida Kahlo.

21 de Febrero del 2013

La investigación “Arte, discapacidad y género” visibiliza y explora las dualidades de este subgrupo poblacional poco explorado en Colombia. Es una invitación a seguir investigando.

“El interés surge de cuando visitaba diferentes regiones del país y me encontraba con mujeres discapacitadas que ejercían un papel como artistas. Ellas se cuestionaban muchas cosas sobre una posición ambivalente, que provoca tenciones: ser mujer y ser discapacitada”, afirma Merly Bocanegra, maestra en Artes Plásticas de la UN.

Por un lado, cuenta, todas las luchas de género a las que ellas se ha sumado promulgan una búsqueda de independencia, autogestión y libertad. Pero la discapacidad les origina una dependencia, a la que se ven abocadas sin tener otra salida, que las pone en una posición de vulnerabilidad, incluso en lo que atañe al cuidado de su propio cuerpo.

“Ellas no podían llegar a alcanzar sus ideales de la lucha de género por su condición de discapacidad, siempre iban a depender. Veían eso como posiciones encontradas”, precisa.

Cuando deciden ser artistas se separan del grupo de mujeres discapacitadas, pues, sin dejar de cuestionarse sobre esas mismas tensiones, toman conciencia de su papel social como constructoras de cultura. Pero se encuentran con que no están abiertos los escenarios para que ellas se realicen.

En ese sentido, asegura: “Salvo algunas participaciones en salones regionales, no vemos la intervención de las mujeres discapacitadas en el arte en Colombia. Entonces, deben dedicarse a la artesanía, a la decoración o al trabajo con fundaciones, que solo promueven el comercio de manufacturas”.

Pero esta confluencia entre ser mujer, discapacitada y artista también tiene unos puntos de encuentro. Uno de ellos es la ruptura con las vivencias emocionales y las sensibilidades humanas que se han erigido como normales.

“Por ejemplo, cuando se trabaja en psicología transpersonal o se hace psicogenealogía, nosotros tomamos lo masculino como lo fuerte, como la libertad, y lo femenino, como lo suave, como la protección. Pero, en ellas, esa vivencia emocional es compartida, pues muchas tienen hijos, pero son cuidadas por ellos mismos. Ellas deben asumir un rol, entre comillas, masculino y femenino, madre e hijo al mismo tiempo. Entonces, esas vivencias emocionales y esas sensibilidades que ellas trabajan no se rigen por los mismos valores de las demás personas”, detalla como primer punto la investigadora.

El segundo punto es la perspectiva de la muerte y del dolor. Todas las personas tienden a la discapacidad. Por vejez o por enfermedad, en algún momento tendrán una discapacidad, pero no lo tienen presente, evitan la muerte.

Los discapacitados no, el dolor y el enfrentamiento a la muerte se hace permanente y persistente día tras día. Esto produce un pensamiento frente al convivir.

“Cuando una mujer con discapacidad se piensa a través del arte, y entiende su condición abocada a la muerte y al dolor, nos presenta eso como su vida cotidiana. Nos provoca una reacción emocional que nos hace pensar en el otro y nos hace darnos cuenta de varias cosas: no podemos vivir el dolor del otro, pero sabemos qué es el dolor. Entonces reconocemos la humanidad en esa persona y, al hacerlo, lo convertimos en un interlocutor válido. O sea es alguien para nosotros, lo reconocemos como uno de los objetivos de las minorías para acceder a los derechos humanos y como ciudadanos”, asegura.

El tercer punto es sobre las prácticas de cuidado y educación en la primera infancia. Históricamente se le han atribuido a la mujer, pero, en muchas perspectivas de la lucha de género, esto se ha querido revaluar, incluyendo un papel más activo del hombre.

Pero, para las mujeres discapacitadas, las prácticas de cuidado son vitales y no podrían ser realizadas por cualquier persona, normalmente son las mamás quienes las hacen.

El último punto es la perspectiva del cuerpo como lugar donde lo público y lo privado tienen lugar. En sus obras, las artistas discapacitadas sacan del ámbito de lo privado toda su vivencia y la ponen en el de lo público. El cuerpo discapacitado se expresa a sí mismo, pero no se puede entender qué está expresando porque se lee desde las lógicas normales.

Así, Bocanegra asegura que, si se hace una apertura al proceso de construcción simbólica de una persona con discapacidad, se puede comprender qué es lo que está tratando de expresar.

Y concluye: “en últimas, lo que se busca es abrir un espacio, un lugar, un campo de investigación…, provocar a otras personas para que comiencen a investigar, porque hay muchos aspectos sobre los cuales indagar”.

En Colombia, hay una asociación de pintores con boca y pie que tiene mujeres. Pero el trabajo que allí hacen no está inserto en los círculos del arte y no promueve el pensamiento artístico, que es la expresión de la sensibilidad humana y no está construida, en estos momentos, a partir de la diferencia y la diversidad.

“La investigación pone de manifiesto que visibilizar esos procesos artísticos de las mujeres con discapacidad permite construir un concepto de paz en un estado dinámico, al reconocernos como seres humanos que dependemos del sistema, pero que también somos responsables de él. Los ideales modernos de la individualidad se están dejando de lado, porque necesitamos de un convivir en el que haya interdependencia y nos hagamos cargo del otro y que el otro se haga cargo de nosotros”, concluye.

Bocanegra presentará una ponencia sobre esta investigación en el coloquio internacional Arte, Emociones y Género, que se celebrará en la UN, los días 7, 8 y 9 de marzo, y al que también asistirán invitados de Francia.

Créditos: http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

Egresado UN ganó concurso internacional de caricatura.

 
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26 de Noviembre del 2012
Sensibilidad, belleza y emotividad inspiradas en la mujer son las temáticas de la propuesta de Daniel Ospina Hurtado, maestro en Artes Plásticas de la Facultad de Arquitectura de la UN en Medellín.
De forma unánime los jurados lo eligieron como el ganador de esta versión. “Todos coincidimos en la elección de este trabajo. La caricatura de Daniel logró con una sola imagen reflejar sentimientos de ternura, amor y superación”, dijo María Eugenia Aristizábal, socióloga y funcionaria de la sede.
Para este año, el tema central fue la mujer como homenaje a la artista antioqueña Débora Arango. “Esta caricatura le sonríe a la vida, es una mujer que se mira con orgullo y felicidad en un espejo y que aunque no tiene un seno, tiene su cicatriz y con ella se dibuja una carita feliz. Es una reflexión no solo para las mujeres que han padecido o pueden padecer cáncer de mama, sino también para sus esposos, hijos, padres, porque perder un seno no les resta ser mujeres ni es impedimento para que sigan disfrutando la vida”, contó Daniel Ospina Hurtado.
Y agregó: “para mí fue muy grato que mi trabajo fuera tan bien apreciado, porque su factura y nivel técnico es simple, pero es una simpleza sentida, refleja una sensación, una idea, que es la finalidad del arte”.
Al concurso se postularon más de 750 trabajos de alrededor de 50 países, entre ellos: China, Grecia, Argentina, México y Colombia. El jurado estuvo integrado por los caricaturistas Ana Cecilia Montes, de México; Ana Von Rebeur, de Argentina; Arturo Kemchs Dávila, de México; Fabián Arnaldi, de Argentina; y la socióloga y funcionaria de la sede, María Eugenia Aristizábal.
El Festival busca mantener viva la memoria del caricaturista colombiano Ricardo Rendón Bravo, nacido en Rionegro y conocido como “El emperador” de la caricatura.
Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html
Caricatura con la que Daniel Ospina ganó en el 19.º Festival Internacional de Caricatura “Ricardo Rendón”.

Caricatura con la que Daniel Ospina ganó en el 19.º Festival Internacional de Caricatura “Ricardo Rendón”.

26 de Noviembre del 2012

Sensibilidad, belleza y emotividad inspiradas en la mujer son las temáticas de la propuesta de Daniel Ospina Hurtado, maestro en Artes Plásticas de la Facultad de Arquitectura de la UN en Medellín.

De forma unánime los jurados lo eligieron como el ganador de esta versión. “Todos coincidimos en la elección de este trabajo. La caricatura de Daniel logró con una sola imagen reflejar sentimientos de ternura, amor y superación”, dijo María Eugenia Aristizábal, socióloga y funcionaria de la sede.

Para este año, el tema central fue la mujer como homenaje a la artista antioqueña Débora Arango. “Esta caricatura le sonríe a la vida, es una mujer que se mira con orgullo y felicidad en un espejo y que aunque no tiene un seno, tiene su cicatriz y con ella se dibuja una carita feliz. Es una reflexión no solo para las mujeres que han padecido o pueden padecer cáncer de mama, sino también para sus esposos, hijos, padres, porque perder un seno no les resta ser mujeres ni es impedimento para que sigan disfrutando la vida”, contó Daniel Ospina Hurtado.

Y agregó: “para mí fue muy grato que mi trabajo fuera tan bien apreciado, porque su factura y nivel técnico es simple, pero es una simpleza sentida, refleja una sensación, una idea, que es la finalidad del arte”.

Al concurso se postularon más de 750 trabajos de alrededor de 50 países, entre ellos: China, Grecia, Argentina, México y Colombia. El jurado estuvo integrado por los caricaturistas Ana Cecilia Montes, de México; Ana Von Rebeur, de Argentina; Arturo Kemchs Dávila, de México; Fabián Arnaldi, de Argentina; y la socióloga y funcionaria de la sede, María Eugenia Aristizábal.

El Festival busca mantener viva la memoria del caricaturista colombiano Ricardo Rendón Bravo, nacido en Rionegro y conocido como “El emperador” de la caricatura.

Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

Si se cuida la salud de la mujer, hay desarrollo social

 
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 Actualmente, el distrito busca políticas para superar las precarias condiciones actuales de la salud de la mujer.
Actualmente, el distrito busca políticas para superar las precarias condiciones actuales de la salud de la mujer.

17 de Agosto de 2012

Así lo afirma la Dra. Renata González, decana de la Facultad de Enfermería, al referirse a la promoción de políticas para el cuidado de la mujer, “cuidadora” de la familia y la sociedad.

Las mujeres son el 52% de la población de Bogotá, y la sociedad debe ser capaz de responder a sus necesidades. En la actualidad, se ven afectadas por factores como el estrés, el mal ambiente, el consumo de tabaco y la mala alimentación, entre otros.

“El ritmo de vida que llevan las mujeres les ocasiona muchos problemas de salud, como condiciones crónicas cardiovasculares, cáncer y afecciones respiratorias”, asegura la enfermera especialista María de Jesús Olivos, del Referente de Condiciones Crónicas de la Secretaría Distrital de Salud.

En respuesta a este panorama, la Facultad de Enfermería de la UN promovió el desarrollo del Primer Seminario Internacional de la Mujer: “Una responsabilidad de todos”.

Para la vicerrectora de la UN en Bogotá, María Clemencia Vargas, existen condiciones de desventaja y discriminación de la mujer, influenciadas por aspectos sociales y culturales.

Este tipo de espacios buscan llamar la atención sobre el cuidado temprano de la salud femenina, la comprensión de su situación y el trabajo en su desarrollo cultural desde edades tempranas, para incidir positivamente en su futuro.

Atención a la salud de la mujer

Según la enfermera Olivos, el distrito busca, a través de sus políticas, superar las condiciones actuales para tener una verdadera salud integral. Además, actualmente, está avanzando en estrategias sectoriales e intersectoriales en temas de ambiente, nutrición, actividad física, entre otros, para abordar el tema desde diferentes enfoques.

Asimismo, se han creado programas como la Red Materno-Perinatal, una estrategia política que sirve para organizar tanto los servicios de salud como a la comunidad, en busca del mejoramiento de la calidad de vida y la salud de la familia gestante.

“Nosotros no hablamos de mujeres gestantes, sino de ‘familias gestantes’, donde toda la familia se involucra en el proceso de traer vida al mundo”, afirma la enfermera epidemióloga Martha Lucía Mora, gerente en servicios de salud de la Secretaría Distrital de Salud.

Finalmente, cada uno de estos acercamientos al progreso de las condiciones de la salud de la mujer hace parte de un enfoque académico que reconoce en ella a un sujeto de cuidado, con una función social y familiar de cuidadora.

“Queremos mirar la problemática de salud pública, con respecto a lo materno-perinatal, a las enfermedades crónicas degenerativas (como el cáncer) y a las coronarias, desde diferentes enfoques investigativos, para establecer estrategias de impacto que contribuyan a la solución de estos problemas”, precisa la profesora de Enfermería Fanny Rincón, coordinadora del seminario.

Créditos: agenciadenoticias.unal.edu.co

Frágil, una obra que dignifica la vida

 
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El punto débil que existe entre la presencia y la ausencia, así como el tiempo que se conjuga entre la vida y la muerte, "Frágil"
El punto débil que existe entre la presencia y la ausencia, así como el tiempo que se conjuga entre la vida y la muerte, “Frágil”

2 de Agosto de 2012

El punto débil que existe entre la presencia y la ausencia, así como el tiempo que se conjuga entre la vida y la muerte, son los temas presentes en este trabajo plástico.

Así lo define Angélica Ballesteros, aspirante al título de maestra en Artes Plásticas de la UN, quien es su creadora. “Se trata de hablar del desarrollo desde el primer momento de la vida, de las membranas, de todo esto que está tan frágil, como tan débil, hasta el momento de la partida; pero también habla del tiempo entre el primer momento y el final”, asegura.

Señala además que es una dignificación de la vida. Con el hecho de darle valor desde el primer momento en el que aparece en la mujer, por ejemplo. En otras palabras, dignificación “es dar ese mensaje de que hay alguien muy importante allí, a quien vale la pena reconocer”, enfatiza.

Frágil es una muestra que integra varios elementos suspendidos, colgados y pegados, puestos en cajas, los cuales hacen referencia a esos mundos que se abren, pero que están envueltos entre la vida y la muerte.

Con respecto a los materiales, es como el resumen mismo de todo lo que la artista ha podido trabajar: collage, pintura, dibujo y lo que sugiere la misma obra. Además, involucra hilos, filigranas y tejidos, un largo etcétera de materias primas delicadas y femeninas, “que dan esa levedad que exige la temática. La técnica es lo que surge a través de esas imágenes poéticas que vienen a la mente a partir del tema”.

La obra

Su recorrido describe el primer momento de la mujer, y a través de la representación de tres vestidos con un espejo en el vientre, busca confrontar al ser humano. Luego continúa con unas aves que se refieren a ese alzar vuelo, que puede quedarse o permanecer, por eso está en sombras. Posteriormente, hace referencia al tiempo, hacia adelante y hacia atrás.

“Los objetos suspendidos hablan de la huella, de la ausencia; y las membranas, de la parte sutil de la primera vida. Los vestidos que no tienen cuerpo también hablan de ausencia, así como los pájaros”, cuenta.

Y, finalmente, la obra tiene que ver con ese recorrido hacia la muerte, que es cíclico. Incluye también una serie de mariposas, con nombre propio como “Crisálida”, esa primera parte de la cual emerge la mariposa, a la que no se le da importancia, y que la artista relaciona con el óvulo.

“Desde mi punto de vista es una protesta en contra de la muerte, en contra de matar, del aborto. Es como poner mi voz en la obra”, afirma.

Créditos: agenciadenoticias.unal.edu.co

La mujer ha ganado derechos, respeto y reconocimiento en la historia

 
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Teresita de Barbieri, especialista del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM.
Teresita de Barbieri, especialista del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM.

8 de marzo de 2011

• Despojadas por siglos de decidir sobre asuntos que tienen que ver con su vida, han sabido ganarse un lugar protagónico en todos los campos, desde el político hasta el familiar, dijo Teresita de Barbieri, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM

En la Grecia de Platón y Aristóteles ser mujer no era algo deseable. Tenían casi el mismo estatus que los esclavos, no podían participar en la política, carecían de derechos cívicos y sus ocupaciones eran básicamente el cuidado de la casa y los niños.

“Después de muchas batallas, las mujeres han ganado reconocimiento y respeto. Ahora podemos defender no sólo lo que pensamos, sino lo que queremos, incluso si somos madres o no”, aseguró Teresita de Barbieri, especialista del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM.

Los seres humanos necesitamos cuidados y amor, principalmente en los primeros años de vida. Eso nos obliga a repensar y entender que sólo pueden nacer los niños queridos, los que dispondrán de un espacio afectivo y serán bien recibidos, dijo.

“Por ello, las mujeres luchamos y demandamos ser libres de decidir en relación a nuestro cuerpo y maternidad, eso debería ser un derecho universal. Hijos, sólo los deseados y los que somos capaces de atender”.

Al conmemorar el Día Internacional de la Mujer, recordó que su creación, en 1910, como parte del crecimiento de la lucha social femenina, en el marco de la Segunda Internacional, fue el inicio de todo un movimiento.

A mediados de los 60, un grupo de mujeres buscó la liberación del sexo femenino. Pedían su reconsideración, como seres humanos, en igualdad de condiciones, es decir, ser personas libres cuyos límites fueran impuestos no por el arbitrio, sino por la justicia.

La participación femenina en las cámaras representativas, en puestos de poder o al frente de un Estado o nación, ha ido creciendo, cuando antes eran exclusivo del hombre.

En el pasado, las mujeres destacadas eran las esposas de los líderes, pero no determinaban la organización política ni los pasos a seguir en esta materia, ni a nivel nacional ni internacional, comentó la investigadora del IIS.

Las occidentales querían avanzar en una dirección más plena, en la que sus derechos fueran asumidos y puestos en práctica.

Teresita de Barbieri subrayó que fue un camino de avances, retrocesos y conflictos internos que ha dado permitido que sean vistas como seres humanos con capacidades iguales y garantías.

“Debemos festejar que somos mujeres, que tenemos derechos, libertad para actuar y códigos que no nos juzgan de manera distinta debido a nuestro género”.

Los derechos políticos fueron uno de los grandes triunfos de la ola feminista que se dio entre 1870 y 1914; sin embargo, éstos no fueron suficientes, por ello, en los 60 se retomaron varios temas y, actualmente, seguimos en pie de lucha, destacó.

El Día Internacional de la Mujer ha servido para analizar y estudiar temas como la violencia, desigualdades, injusticias y demás demandas. “Es momento de redefinir la vida que queremos como sociedad”, expuso.

“Debemos pensar qué clase de vida y trabajo queremos, qué clase de servicios necesitamos, qué vida laboral debemos desarrollar y cómo vamos adecuarnos a estos cambios. Es preciso replantear muchas cosas y, para ello, la voz de las mujeres es fundamental, al igual que la de los hombres. Tenemos que discutir y condensar acuerdos y normas que nos permitan un desarrollo pleno como sociedad”, concluyó.
Créditos: UNAM-DGCS-136-2011/unam.mx