



*La principal causa de los niveles de desigualdad social actuales es la “perversa relación” entre el Estado y el mercado
En los años recientes ha prevalecido la construcción y conservación de condiciones de dominación económico-políticas en las que las relaciones de igualdad-desigualdad tienden a ser cada vez más profundas, ya que se reproduce un juego en el que la corrupción alcanza niveles y formas indescriptibles, resaltando los intereses corporativos y clientelares.
Durante el Seminario Internacional 2010 Bienestar y Desigualdad, organizado en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), sostuvo lo anterior el doctor Jorge Velázquez Delgado, investigador del Departamento de Filosofía de la Unidad Iztapalapa, quien explicó que para esta filosofía política la construcción de un marco de legitimidad de carácter democrático no implica reducir los niveles de desigualdad existentes.
El investigador indicó que al ser imposible que el neoliberalismo fomente un serio compromiso con un sistema de protección e intervencionismo estatal, la tarea del Estado es reducida y limitada a un papel de garantizar “la igualdad de oportunidades”.
Sin embargo, contrario a la idea de que el sistema brinda las oportunidades y el individuo decide o no aprovecharlas, subrayó que la elección individual por cierto modo de vida no es lo que determina el problema de la desigualdad social, sino la violación de ésta lo “que convierte a la libertad en una quimera más del imaginario social y económico-político neoliberal”.
Velázquez Delgado mencionó que la teoría e ideología neoliberal pretende percibir en las relaciones de desigualdad un suceso natural. Esa es la causa de que millones de individuos no puedan elegir su modo de vida, pues se trata “de un privilegio restringido al potencial económico de cada quien” (…) obedeciendo las posibilidades que les ofrecen las férreas leyes del mercado, en las que están presentes las “fatales ocurrencias de un grupo de incapaces tecnócratas o prepotentes planificadores, que decidirá el futuro de un sinnúmero de individuos”.
La principal causa de los niveles de desigualdad social actuales es la “perversa relación” entre el Estado y el mercado, cuya primordial preocupación ha sido desmantelar y obstruir a las más representativas instituciones del bienestar, subrayó.
Velázquez Delgado apuntó que con las políticas de desarrollo neoliberal y sobre todo con las intensas y profundas campañas de privatización neoconservadora, no se busca atacar ni superar la desigualdad social, sino generar un plan de subsidios como recurso para paliar el incremento en los índices de inequidad económico-social que tiende a ser cada día mayor.
El doctor Francisco Piñón Gaytán, también investigador del Departamento de Filosofía de la Unidad Iztapalapa, consideró que las globalizaciones han producido no una sociedad de bienestar, sino más bien la universalización del conflicto, una comunidad de riesgos y una tecnociencia aplicada a una revolución industrial y comercial en la que no hay lugar para un mundo común.
En el caso de México, puntualizó que es necesario plantear una serie de preguntas complejas e importantes, como “qué definición de globalización asumimos, en qué filosofía de la historia nos colocamos o en qué horizonte sociológico o económico medimos nuestras valoraciones o aplicamos el criterio de nuestras críticas y con qué ética política o con qué filosofía moral enjuiciamos nuestra problemática histórico política mexicana”.
Créditos: Dirección de Comunicación Social. UAM.