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Microorganismos podrían sellar fisuras en el cemento

 
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fisurascementomicroManizales, feb. 13 de 2014 – Agencia de Noticias UN – Con el aislamiento de microorganismos que forman calcita (cristales de carbonato de calcio) se estudia la producción de un material que aporta mayor durabilidad al cemento.

Este tipo de microorganismos ayudan a sellar, de manera amigable con el ambiente, las microfisuras presentes en la estructura interna del biocemento, ya que en la mezcla para elaborarlo pueden quedar pequeños espacios.

Para ello, Sandra Milena Montaño Salazar, estudiante de Biología de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá, recolectó muestras de paredes y andenes de distintas edificaciones de la U.N., y en el Laboratorio de Microbiología las sumergió en solución salina y las sometió a un proceso de agitación a 10 grados centígrados por 15 días, con lo cual aisló el material para la respectiva liberación de los microorganismos.

Posteriormente, los sembró en plaquetas de cultivo, generando así la precipitación de calcita y permitiendo, a su vez, conocer cuáles son los microorganismos que la producen.

“Como resultado se encontraron dos cepas que generan carbonato de calcio, algo que no se han registrado en la literatura científica; además se halló una bacteria que ayuda a mejorar la durabilidad y resistencia del cemento”, expresó la investigadora.

Actualmente se realizan estudios para conocer la composición exacta de la calcita, mediante la identificación molecular y la caracterización de los cristales que la forman.

A futuro se realizarán ensayos agregando las bacterias a la mezcla de cemento y se moldearán cubos para probar el desempeño frente a otros que no contengan las calcitas.

Créditos: UNAL-115-2014

APLICA UNIVERSITARIO MICROCRISTALES DE UN VIRUS PARA ENCAPSULAR VACUNAS Y PURIFICAR PROTEÍNAS

 
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Una singular estructura en forma de poliedro producida por el virus Autographa californica, parásito del gusano de la seda, es utilizada por Luis Vaca Domínguez, investigador del Instituto de Fisiología Celular (IFC) de la UNAM, como recipiente para encapsular vacunas y evitar su refrigeración y caducidad.
Con más de 20 años de estudiar al microorganismo, el médico y doctor en ciencias biomédicas ha logrado identificar, aislar, modificar y clonar la proteína poliedrina, la cual forma esta estructura proteica de origen viral.
El científico tiene tres meses con una patente nacional a punto de ser transferida a una empresa farmacéutica, que permitirá usar su tecnología para trasladar y almacenar vacunas en zonas rurales y lejanas sin necesidad de invertir en la costosa refrigeración. Mientras, otra internacional está en trámite.
En el camino de su investigación, Vaca Domínguez ha encontrado en los microcristrales de poliedrina una segunda aplicación: la purificación eficiente y rápida de proteínas, un proceso que la industria realiza lo mismo para producir medicinas, que nuevos materiales, explicó en entrevista.
Encapsular vacunas
Varios años antes de emplear la poliedrina, el investigador y sus colaboradores se adentraron en el mecanismo de sobrevivencia del virus y encontraron que, como parte de su proceso evolutivo, éste ha desarrollado proteínas que se cristalizan para protegerlo del ambiente, la temperatura y la luz, mientras llega a un hospedero para sobrevivir y reproducirse.
La estructura organizada, ordenada y estable de los cristales existe en la naturaleza en varios tamaños. Algunos son grandes, como los del azúcar y la sal; otros pequeños, como los que utiliza el científico mexicano.
“Los que desarrollamos a partir de la poliedrina son de una a cinco micras y tienen la capacidad de formar cristales de manera espontánea”, indicó el universitario.
Dentro de esa estructura, el microorganismo permanece en un estado de suspensión, sin contacto con el exterior; esta ventaja es la que ha logrado mantenerse con las vacunas, para así evitar su caducidad y refrigeración.
Introducir con éxito una sustancia externa –la vacuna– en la poliedrina requirió descubrir cómo ingresar a esa estructura, es decir, conocer una secuencia de 25 aminoácidos de la proteína que funciona como llave de entrada. “Si tomamos esa serie de aminoácidos y se la ponemos a cualquier proteína que queramos, podemos dirigir su entrada al cristal de manera selectiva”, explicó.
Vaca Domínguez está en negociaciones con una farmacéutica mexicana para transferir la tecnología e iniciar la producción de vacunas de nueva generación.
Purificar rápido y a bajo costo
“Con esta tecnología hemos desarrollado nuevas aplicaciones, pues descubrimos que los microcristales sirven para purificar proteínas recombinantes de uso en humanos, animales y en biotecnología”, comentó.
La purificación se realiza de forma sencilla, rápida y económica, pues como dentro de la estructura se forman cristales, éstos se precipitan fácilmente. Con ayuda de una centrifugación, el proceso ocurre en unos cuantos segundos
Los cristales se precipitan solos, son como talco en agua, donde primero, las partículas flotan y se mueven en el líquido, pero después se precipitan y se depositan en el fondo. Si se centrifugan bajan mucho más rápido. Hacemos un proceso parecido, ejemplificó.
A las partículas de microcristales se pega la proteína de interés, por ejemplo, una hormona. “Centrifugamos y obtenemos en unos segundos la proteína purificada”, remarcó.
La purificación es un paso obligado en la producción industrial, que se utiliza para dejar a punto sustancias de importancia médica como el interferón, que se usa para la hepatitis y otras enfermedades; la hormona del crecimiento, útil para atender el enanismo, y muchas enzimas que se llevan al mercado.
“La mayoría de las empresas gastan mucho dinero en la purificación, que se realiza dentro de columnas en donde la proteína se separa por peso molecular o con diferentes métodos y nunca se obtiene un grado de pureza absoluto, siempre es relativo”, acotó.
Su tecnología abarata el costo de la purificación, lo hace rápido (en segundos y no en días) y no hay pérdida de la actividad de la enzima, hormona o proteína. Además, es un proceso que puede purificar, de manera masiva, cientos de litros en un paso.
Varias compañías están interesadas en usar la poliedrina como sistema de purificación y el investigador universitario ya tramita una ampliación de su patente para esta segunda aplicación.
Créditos: UNAM-DGCS-732-2013

vacunasyproteinasUna singular estructura en forma de poliedro producida por el virus Autographa californica, parásito del gusano de la seda, es utilizada por Luis Vaca Domínguez, investigador del Instituto de Fisiología Celular (IFC) de la UNAM, como recipiente para encapsular vacunas y evitar su refrigeración y caducidad.

Con más de 20 años de estudiar al microorganismo, el médico y doctor en ciencias biomédicas ha logrado identificar, aislar, modificar y clonar la proteína poliedrina, la cual forma esta estructura proteica de origen viral.

El científico tiene tres meses con una patente nacional a punto de ser transferida a una empresa farmacéutica, que permitirá usar su tecnología para trasladar y almacenar vacunas en zonas rurales y lejanas sin necesidad de invertir en la costosa refrigeración. Mientras, otra internacional está en trámite.

En el camino de su investigación, Vaca Domínguez ha encontrado en los microcristrales de poliedrina una segunda aplicación: la purificación eficiente y rápida de proteínas, un proceso que la industria realiza lo mismo para producir medicinas, que nuevos materiales, explicó en entrevista.

Encapsular vacunas

Varios años antes de emplear la poliedrina, el investigador y sus colaboradores se adentraron en el mecanismo de sobrevivencia del virus y encontraron que, como parte de su proceso evolutivo, éste ha desarrollado proteínas que se cristalizan para protegerlo del ambiente, la temperatura y la luz, mientras llega a un hospedero para sobrevivir y reproducirse.

La estructura organizada, ordenada y estable de los cristales existe en la naturaleza en varios tamaños. Algunos son grandes, como los del azúcar y la sal; otros pequeños, como los que utiliza el científico mexicano.

“Los que desarrollamos a partir de la poliedrina son de una a cinco micras y tienen la capacidad de formar cristales de manera espontánea”, indicó el universitario.

Dentro de esa estructura, el microorganismo permanece en un estado de suspensión, sin contacto con el exterior; esta ventaja es la que ha logrado mantenerse con las vacunas, para así evitar su caducidad y refrigeración.

Introducir con éxito una sustancia externa –la vacuna– en la poliedrina requirió descubrir cómo ingresar a esa estructura, es decir, conocer una secuencia de 25 aminoácidos de la proteína que funciona como llave de entrada. “Si tomamos esa serie de aminoácidos y se la ponemos a cualquier proteína que queramos, podemos dirigir su entrada al cristal de manera selectiva”, explicó.

Vaca Domínguez está en negociaciones con una farmacéutica mexicana para transferir la tecnología e iniciar la producción de vacunas de nueva generación.

Purificar rápido y a bajo costo

“Con esta tecnología hemos desarrollado nuevas aplicaciones, pues descubrimos que los microcristales sirven para purificar proteínas recombinantes de uso en humanos, animales y en biotecnología”, comentó.

La purificación se realiza de forma sencilla, rápida y económica, pues como dentro de la estructura se forman cristales, éstos se precipitan fácilmente. Con ayuda de una centrifugación, el proceso ocurre en unos cuantos segundos

Los cristales se precipitan solos, son como talco en agua, donde primero, las partículas flotan y se mueven en el líquido, pero después se precipitan y se depositan en el fondo. Si se centrifugan bajan mucho más rápido. Hacemos un proceso parecido, ejemplificó.

A las partículas de microcristales se pega la proteína de interés, por ejemplo, una hormona. “Centrifugamos y obtenemos en unos segundos la proteína purificada”, remarcó.

La purificación es un paso obligado en la producción industrial, que se utiliza para dejar a punto sustancias de importancia médica como el interferón, que se usa para la hepatitis y otras enfermedades; la hormona del crecimiento, útil para atender el enanismo, y muchas enzimas que se llevan al mercado.

“La mayoría de las empresas gastan mucho dinero en la purificación, que se realiza dentro de columnas en donde la proteína se separa por peso molecular o con diferentes métodos y nunca se obtiene un grado de pureza absoluto, siempre es relativo”, acotó.

Su tecnología abarata el costo de la purificación, lo hace rápido (en segundos y no en días) y no hay pérdida de la actividad de la enzima, hormona o proteína. Además, es un proceso que puede purificar, de manera masiva, cientos de litros en un paso.

Varias compañías están interesadas en usar la poliedrina como sistema de purificación y el investigador universitario ya tramita una ampliación de su patente para esta segunda aplicación.

Créditos: UNAM-DGCS-732-2013

Desarrollan prototipo de biofertilizante sólido

 
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Prototipo de formulación sólido de biofertilizante. Foto: archivo particular.
Prototipo de formulación sólido de biofertilizante.

31 de marzo de 2012
Investigación muestra que un microorganismo es capaz de sobrevivir en un fertilizante sólido, sin perder sus capacidades fisiológicas. Su uso ha mostrado óptimos resultados en cultivos de leguminosas.

Según el ingeniero biotecnológico Diego Rivera, estudiante de la Maestría en Ciencias Farmacéuticas de la UN, se trata de un prototipo especial en sí mismo y todo un desafío como prueba de biofertilizante sólido seco, toda vez que en el mercado nacional no se encuentran bioproductos de esta naturaleza, pues comercialmente solo se los produce de forma líquida.

“Se alcanzaron buenos rendimientos en el proceso de nodulación (simbiosis entre la bacteria y la leguminosa), debido a que se tiene constantemente una dosificación localizada (continuo intercambio de nutrientes entre estas) en la zona rizosférica, lo que hace que el microorganismo se esté liberando gradualmente en la formulación”, señala Rivera.

La formulación de este biofertilizante sólido garantiza una mejor respuesta en el proceso de nodulación y rendimiento en la planta. Según el ingeniero, “este modelo permite liberar, de forma controlada, la bacteria y cederla constantemente en el medio, a través de la utilización de polímeros compatibles con el microorganismo”.

“Este prototipo ofrece una mayor versatilidad, protege al microorganismo de condiciones de estrés ambiental y le permite desarrollar su actividad biológica de forma eficiente”, agrega.

Es de resaltar, según el investigador, que los resultados de este arquetipo —en invernadero— evidencian el potencial de este avance tecnológico, que le apunta a la sostenibilidad del medio ambiente y a contribuir de forma integral a la seguridad alimentaria de los agricultores.

Helber Barbosa Barbosa, director de la tesis, define este trabajo “como una buena propuesta, pues le apunta a resolver problemas de gente que realmente lo necesita. Sin duda, un aporte farmacéutico”.

De este modo, su contribución está relacionada, antes que nada, con la mitigación de los efectos del uso de agroquímicos (que alteran las capacidades del suelo y su biodiversidad nativa), debida a la utilización de forma sostenible de recursos propios del suelo colombiano. Pero es igualmente relevante para el agricultor, que puede utilizar insumos biológicos que le hacen obtener igual o mayor rendimiento en sus cultivos de leguminosas, lo que la convierte en una propuesta biotecnológicamente sustentable. En otras palabras, mejora su calidad de vida.

De acuerdo con el investigador, entre las recomendaciones que se hacen están: la realización de estudios a nivel de campo para evidenciar una mejor respuesta a las condiciones normales a las que el microorganismo se enfrenta; y, la efectuar evaluaciones para estandarizar y validar los resultados obtenidos, dado que este es el primer modelo de aplicación de este tipo.

La base del prototipo

Rhizobium sp. es una especie de bacilo que se mueve por medio de flagelos. Las colonias son generalmente de color blanco o beis, de características mucoides y pueden crecer en el medio de un cultivo YMA dentro de tres a cinco días. Estas bacterias pueden contribuir a la sustitución de fertilizantes de síntesis nitrogenada hasta en un 100%, al permitir fijar el nitrógeno atmosférico y ponerlo a disposición de la planta leguminosa mediante un proceso simbiótico entre el microorganismo y la planta hospedera.

Créditos: agenciadenoticias.unal.edu.co

Genera universitario nanopartículas a partir de proteinas del rotavirus

 
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10 de Agosto de 2011

Germán Plascencia Villa, egresado del posgrado del Instituto de Biotecnología de la UNAM
Germán Plascencia Villa, egresado del posgrado del Instituto de Biotecnología de la UNAM

• Con la proteína polimórfica VP6, Germán Plascencia Villa, del Instituto de Biotecnología, ensaya nuevos materiales útiles en biomedicina y electrónica; este proyecto cuenta con una patente internacional
• Con esta investigación, desarrollada como tesis de doctorado, ganó el Premio Weizmann 2010 en el área de Ingeniería y Tecnología

A partir de una proteína del rotavirus, llamada VP6, capaz de convertirse en una esfera o en un tubo, Germán Plascencia Villa, egresado del posgrado del Instituto de Biotecnología (IBt) de la UNAM, genera nanopartículas constituyentes de nuevos materiales útiles en biomedicina y electrónica.

Con esta investigación, desarrollada para obtener su doctorado en Biotecnología, obtuvo el Premio Weizmann 2010 en Ingeniería y Tecnología, un galardón que, desde 1986, otorgan anualmente la Academia Mexicana de Ciencias y la Asociación Mexicana de Amigos del Instituto Weizmann de Ciencias de Israel.

El rotavirus es un microorganismo con partículas en forma de rueda, y es la principal causa de enfermedades diarreicas y de deshidratación en niños pequeños.

Según datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), se presenta en todo el orbe, afecta a más del 90 por ciento de la población global antes de los tres años de edad, y es responsable de 20 de cada 100 decesos por diarrea, en el mundo, en menores de cinco años; cada minuto fallece un niño por su causa.

Proteína VP6

Con la proteína VP6, el científico mexicano diseña aplicaciones muy distintas.

“Es polimórfica, capaz de adaptar diferentes estructuras o arreglos, según las condiciones de pH (acidez o alcalinidad), presencia de iones (calcio y zinc) y de la propia concentración de la proteína. Se pueden obtener estructuras de formas tubular o esférica; producir en forma recombinante (en cantidades suficientes para originar los nanobiomateriales) y obtener un producto de alta pureza y calidad, libre de ADN y, por lo tanto, bioseguro y biocompatible”, explicó el investigador del IBt.

Para desarrollar las nanopartículas, el universitario obtuvo una producción recombinante –por medio de organismos modificados genéticamente– de las proteínas estructurales de rotavirus.

“Se siguieron varios procesos hasta obtener la proteína pura y con la estructura adecuada. Se realizaron análisis de caracterización para ver distribución de tamaño, propiedades y calidad. Después, se hizo la funcionalización o bioconjugacion de nanopartículas (mediante reducción química en medio acuoso); nuevamente, se purificó y, finalmente, se caracterizó mediante técnicas de espectroscopía, microscopía electrónica y medición de algunas propiedades catalíticas o de conductividad”, describió.

Este proceso se realiza para cada tipo de nanopartículas que se desee sintetizar, y se obtienen nanobiomateriales con diversas características, propiedades y funciones.

Futuras aplicaciones

En el área biomédica, detalló Plascencia, podrán emplearse como sistemas de diagnóstico o de entrega de medicamentos, agentes de contraste en imagenología y en algunos tratamientos de enfermedades al bioconjugarlos con moléculas específicas, como marcadores moleculares, fármacos o ácidos nucleicos.

“Varios tipos de nanopartículas han demostrado ya su utilidad dentro del área de nanomedicina, incluso algunos productos están en estudios de fase clínica”, comentó.

En tanto, en la ciencia de materiales estos componentes se usarán para sintetizar dispositivos nanoelectrónicos (nanoalambres y nanotubos); películas delgadas; nanofibras; materiales útiles para generar, almacenar o transportar energía (nanobaterías), con propiedades catalíticas, y nanomateriales con capacidad de memoria para almacenamiento de información.

Este proyecto, que se realizó entre 2006 y 2010 en el IBt, dentro del grupo de Octavio Tonatiuh Ramírez Reivich y Laura Alicia Palomares, está protegido con una patente internacional, por lo que se puede realizar la transferencia tecnológica hacia industrias que estén dentro del ramo de los dispositivos electrónicos, materiales funcionales o de la farmacéutica.

Actualmente, precisó el científico, se crean nuevos métodos de funcionalización y bioconjugación con diferentes nanopartículas metálicas y magnéticas, y se prueban las propiedades de estos nuevos tipos de biomateriales.

La mayor parte del trabajo de Plascencia se llevó a cabo en el IBt, pero contó con colaboraciones o acceso a equipos de los institutos de Ciencias Físicas y de Ciencias Nucleares, del Centro de Ciencias Aplicadas y Tecnología Avanzada, y de la Facultad de Ciencias de la UNAM.

También, con apoyo de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y del Instituto Nacional de Salud Pública. “La diversidad de las entidades se debe a que este tipo de proyectos requiere de una perspectiva multidisciplinaria”, señaló.

Nanobiotecnología, nueva frontera

Plascencia Villa es especialista en nanobiotecnología, una disciplina de frontera cuyo reto es integrar a la biotecnología, la nanotecnología y la ingeniería en nuevos productos.

Para desarrollarla, precisó el experto, se debe conocer a detalle el proceso original que se encuentra en la naturaleza, y las características bioquímicas y estructurales de las biomoléculas. Con esta información, se hacen modificaciones a los procesos de bioconjugación para llegar al nuevo material.

“Se vuelve un ciclo, en el que al querer crear un nuevo tipo de nanobiomaterial hay que optimizar las condiciones de funcionalización (o bioconjugación), pero siempre según las condiciones previas. Adicionalmente, se puede efectuar la modificación a nivel genético para otorgar nuevas funciones, propiedades o capacidades específicas a las proteínas empleadas como biotemplados, que serán usadas para sintetizar algunos tipos de nanomateriales muy específicos”, detalló.

Este trabajo fue también galardonado en junio pasado con el Premio Alfredo Sánchez Marroquín, como mejor tesis de doctorado en Biotecnología y Bioingeniería, en el XIV Congreso Nacional de ambas disciplinas, organizado por la Sociedad Mexicana de Biotecnología y Bioingeniería.

Actualmente, Plascencia Villa labora en el Centro Internacional de Nanotecnología y Materiales Avanzados (ICNAM) de la Universidad de Texas en San Antonio, Estados Unidos.

Créditos:  unam.mx/boletín/2011_469

Difícil la vida en Titán a temperaturas de 200 grados bajo cero: Rafael Navarro

 
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Rafael Navarro González, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM.
Rafael Navarro González, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM.

24 de junio de 2010
• El astrobiólogo del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM opinó que la reducción de acetileno e hidrógeno en el suelo de esa luna de Saturno, detectado por la sonda Cassini, no es concluyente sobre la presencia de vida
• En 2005, sus colegas de la NASA, Christopher McKay y Heather Smith, propusieron que ambos gases disminuían al ser “respirados” por algún microorganismo

Es muy difícil que exista algún tipo de vida en Titán, una de las lunas de Saturno, porque la temperatura ahí es de 200 grados Celsius bajo cero, afirmó el astrobiólogo Rafael Navarro González, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) de la UNAM.

Hace unos días, la sonda Cassini de la NASA detectó en la atmósfera de Titán la disminución de dos gases, acetileno e hidrógeno, que podrían ser fuentes energéticas en esa luna rica en metano.

El hallazgo apoyó una hipótesis desarrollada en 2005 por los científicos de la Agencia Espacial de Estados Unidos (NASA), Christopher McKay y Heather Smith, quienes propusieron desde la teoría que la reducción de acetileno e hidrógeno en Titán podría deberse a que ambos son “respirados” por algún microorganismo exótico.

Otro estudio, publicado en la revista Journal of Geophysical Research, desarrolló un mapa de los hidrocarburos presentes en la superficie de Titán. Justamente faltaba el acetileno, considerado como la mejor fuente de alimento y energía para una potencial forma de vida basada en el metano.

Colega de McKay en la NASA, Navarro consideró que la hipótesis de los estadounidenses, apoyada en los resultados de Cassini y el mapa, “es interesante, pero definitivamente no es concluyente”.

“Muchos científicos que trabajamos química planetaria concluimos que Titán es un buen ejemplo de lo que pudo ser la vida primitiva en la Tierra, hace cuatro mil millones de años, cuando se llevaban a cabo los procesos de evolución que condujeron a la formación de compuestos orgánicos complejos necesarios para la vida.

Pero una característica que lo hace totalmente diferente a la Tierra primitiva es su baja temperatura, de 200 grados bajo cero, que deriva en agua. Consideramos que una de las características para la vida es la existencia de agua líquida. Eso hace difícil pensar en la vida en Titán”, opinó.

Es muy difícil que exista algún tipo de vida en Titán, una de las lunas de Saturno, porque la temperatura en ese sitio es de 200 grados Celsius bajo cero.
Es muy difícil que exista algún tipo de vida en Titán, una de las lunas de Saturno, porque la temperatura en ese sitio es de 200 grados Celsius bajo cero.

Atmósfera rica en metano

McKay y Smith propusieron que en Titán podría haber vida sin agua líquida en lagos, acuíferos y océanos basados en metano. Estimaron que la existencia podría ser posible, y que hay compuestos orgánicos necesarios para que pudieran ocurrir reacciones químicas.

“La hipótesis de los estadounidenses sostiene que Titán tiene una atmósfera rica en metano, que se descompone con la luz ultravioleta en la estratósfera del satélite, formando acetileno e hidrógeno. Ambos gases fluyen hacia la parte inferior de esa luna, y ellos consideraron que organismos exóticos podrían utilizarlos como forma de obtención de energía”.

En teoría, tomarían el acetileno (formado por dos átomos de carbono unidos por una triple ligadura) y, en presencia de hidrógeno, formarían etano e incluso metano, y esto cerraría el ciclo. El alimento sería el metano, un hidrocarburo abundante.
Esta hipótesis sería comprobable al medir la disminución del acetileno y el hidrógeno en la atmósfera baja de Titán.

“Pero no necesariamente esos resultados demuestran la existencia de vida, pues pueden haber otros mecanismos que consuman los gases. Por ejemplo, si hubiera metales en la superficie de Titán, podrían atrapar al hidrógeno, y la disminución del hidrógeno se debería a una reacción química. Otra posibilidad es que esta tesis se basa en modelos teóricos y no en experimentación, y podrían estar equivocados”, destacó Navarro.

Frío y lentas reacciones químicas

“Considero que el principal argumento en contra de la posible vida exótica en Titán son las bajas temperaturas. Sabemos que las reacciones químicas dependen de una energía de activación, requieren esa misma para proceder, pero además su velocidad depende de la temperatura. Entre más alta es la temperatura, más rápido se realizan las reacciones, y en temperaturas bajas, los procesos son muy lentos”, señaló.

Como ejemplo, citó a la contaminación ambiental, que se agudiza cuando hay temperaturas altas debido a que los óxidos de los autos en días cálidos y sin nubes se convierten rápidamente en ozono.

Además, explicó que los mamíferos controlamos la temperatura, pero no los reptiles ni las bacterias, que dependen del exterior.

“Y estamos hablando de cambios de temperatura entre 25 y cero grados Celsius. Muy lejos de los 200 grados bajo cero que hay en Titán”, recordó.

El investigador del ICN consideró curioso que un artículo considerado en su publicación como “muy especulativo”, cause entusiasmo entre la comunidad de astrobiología.

“Lo interesante sería que estos debates científicos impulsen nuevas misiones a Titán y a otros posibles sitios con vida”, dijo.

Navarro apuntó que podría haber vida en lugares cercanos, como la luna Europa de Júpiter.

“Europa tiene una temperatura superficial tan baja como la de Titán, pero la diferencia es que tiene mareas gravitacionales al rotar con Júpiter, que hacen que se caliente por fricción, y ello hace que el agua congelada pase a estado líquido”, concluyó.
Créditos: UNAM. DGCS -370/unam.mx