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Manejo integrado de cultivos mitiga enfermedades.

 
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19 de Febrero del 2013
Según el fitopatólogo Alberto Rojas Triviño, docente de la UN en Palmira, las prácticas ecológicas, sumadas a productos químicos, son una alternativa efectiva para el control fitosanitario de cultivos.
La orientación fitosanitaria que los expertos deben hacer en las siembras del país, con el objetivo de controlar adecuadamente las enfermedades que se presentan en cada uno de ellas, depende de las zonas donde están establecidas y de sus condiciones ambientales.
Según el profesor Rojas, solo es posible vigilar los patógenos con el objetivo de lograr convivir con el problema a niveles tolerables, es decir, “que las enfermedades no afecten en gran medida las producciones de los agricultores ni sus economías”.
En la actualidad, este manejo se efectúa a través de herramientas ecológicas (conocidas por algunos productores como prácticas limpias) o herramientas de síntesis química, utilizadas en gran parte por los agricultores nacionales.
Sin embargo, el fitopatólogo explica que el control químico “es una herramienta dañina no solo para el medioambiente, sino también para los consumidores de los alimentos sometidos a estas prácticas, por lo cual se debe racionalizar su uso”.
Por eso, asegura que el manejo integrado de cultivos, una práctica que combina actividades ecológicas con herramientas actuales de síntesis química, es una buena estrategia para llevar a cabo acciones de mitigación de enfermedades.
“Aunque hay muchos detractores del uso de productos químicos, hay que entender que estos ofrecen una respuesta inmediata a los agricultores. Sin embargo, apoyados por prácticas limpias, el consumo de estos puede reducirse significativamente”, precisa.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), la gestión integrada de cultivos permite a los pequeños productores que adoptan tecnologías y sistemas de producción sostenibles ser conscientes, en todo momento, de su influencia en la conservación del medioambiente, mediante la planificación de la producción anual y la valoración de la disponibilidad y de las limitaciones de los recursos humanos, técnicos y naturales.
A diferencia de los programas de extensión que proveen capacitación dirigida a un componente de la finca o un cultivo en particular, el enfoque integrado provee a los agricultores de la flexibilidad necesaria para producir una cartera de cultivos, según un enfoque de sistema productivo que responda a sus necesidades y a las demandas del mercado.
En este contexto, el ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, se mostró altamente preocupado por los graves alcances que tendría, para el estatus sanitario y fitosanitario del país, el fallo de una tutela (interpuesta por los productores de palma de aceite) que limita la competencia y acciones del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) para atacar y erradicar de estos cultivos la “pudrición del cogollo”.
Esta es considerada la más grave enfermedad fitosanitaria de Colombia, y su erradicación, en el sur del país, estaría supeditada a consultas previas, según un informe de prensa del ministerio de Agricultura.
El investigador indica que “los agricultores deben estar atentos a las alertas que emite permanentemente el ICA, ya que estas advierten sobre diferentes tipos de amenazas para sus siembras y las de nivel nacional”.
Créditos: http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html
Las prácticas ecológicas, sumadas a los productos químicos, son una alternativa efectiva para el manejo fitosanitario de los cultivos.

Las prácticas ecológicas, sumadas a los productos químicos, son una alternativa efectiva para el manejo fitosanitario de los cultivos.

19 de Febrero del 2013

Según el fitopatólogo Alberto Rojas Triviño, docente de la UN en Palmira, las prácticas ecológicas, sumadas a productos químicos, son una alternativa efectiva para el control fitosanitario de cultivos.

La orientación fitosanitaria que los expertos deben hacer en las siembras del país, con el objetivo de controlar adecuadamente las enfermedades que se presentan en cada uno de ellas, depende de las zonas donde están establecidas y de sus condiciones ambientales.

Según el profesor Rojas, solo es posible vigilar los patógenos con el objetivo de lograr convivir con el problema a niveles tolerables, es decir, “que las enfermedades no afecten en gran medida las producciones de los agricultores ni sus economías”.

En la actualidad, este manejo se efectúa a través de herramientas ecológicas (conocidas por algunos productores como prácticas limpias) o herramientas de síntesis química, utilizadas en gran parte por los agricultores nacionales.

Sin embargo, el fitopatólogo explica que el control químico “es una herramienta dañina no solo para el medioambiente, sino también para los consumidores de los alimentos sometidos a estas prácticas, por lo cual se debe racionalizar su uso”.

Por eso, asegura que el manejo integrado de cultivos, una práctica que combina actividades ecológicas con herramientas actuales de síntesis química, es una buena estrategia para llevar a cabo acciones de mitigación de enfermedades.

“Aunque hay muchos detractores del uso de productos químicos, hay que entender que estos ofrecen una respuesta inmediata a los agricultores. Sin embargo, apoyados por prácticas limpias, el consumo de estos puede reducirse significativamente”, precisa.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), la gestión integrada de cultivos permite a los pequeños productores que adoptan tecnologías y sistemas de producción sostenibles ser conscientes, en todo momento, de su influencia en la conservación del medioambiente, mediante la planificación de la producción anual y la valoración de la disponibilidad y de las limitaciones de los recursos humanos, técnicos y naturales.

A diferencia de los programas de extensión que proveen capacitación dirigida a un componente de la finca o un cultivo en particular, el enfoque integrado provee a los agricultores de la flexibilidad necesaria para producir una cartera de cultivos, según un enfoque de sistema productivo que responda a sus necesidades y a las demandas del mercado.

En este contexto, el ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, se mostró altamente preocupado por los graves alcances que tendría, para el estatus sanitario y fitosanitario del país, el fallo de una tutela (interpuesta por los productores de palma de aceite) que limita la competencia y acciones del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) para atacar y erradicar de estos cultivos la “pudrición del cogollo”.

Esta es considerada la más grave enfermedad fitosanitaria de Colombia, y su erradicación, en el sur del país, estaría supeditada a consultas previas, según un informe de prensa del ministerio de Agricultura.

El investigador indica que “los agricultores deben estar atentos a las alertas que emite permanentemente el ICA, ya que estas advierten sobre diferentes tipos de amenazas para sus siembras y las de nivel nacional”.

Créditos: http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

Cartilla para combatir el tráfico ilegal de tortugas.

 
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22 de Octubre del 2012
Se trata de una guía que pretende apoyar técnicamente la gestión ambiental en materia de fauna silvestre. En este caso, de las tortugas, especie que enfrenta serias amenazas.
La cartilla —producida gracias a una alianza entre el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y el Departamento de Biología de la UN en Bogotá— revela en cien páginas que en el país se hallan 36 especies de tortugas: 28 de agua dulce (incluida una introducida: la hicotea de orejas rojas, Trachemys scripta elgans), 2 terrestres (conocidas como morrocoyos: Chelonoidis carbonaria y Chelonoidis denticulata) y 6 marinas.
La publicación está dedicada a las tortugas terrestres y de agua dulce, que suman 30 especies (es decir, el 50% del total en el planeta); pero tiene un enfoque muy claro, y es el manejo de los decomisos.
“Lo que hicimos fue identificar cuáles eran las especies sujetas al tráfico ilegal en Colombia y nos dimos cuenta de que todas se ven afectadas por este fenómeno”, asegura María Argenis Bonilla Gómez, directora del grupo de investigación en Biología de Organismos Tropicales de la UN (Biotún), cabeza visible del proyecto.
La guía proporciona información sobre aspectos de biología y ecología de estos reptiles; el ciclo de vida de la tortuga hicotea; las familias, géneros y especies; su distribución  geográfica; las amenazas que enfrentan las poblaciones; y los decomisos de los últimos años. Asimismo, incluye una serie de recomendaciones para el manejo de los animales decomisados, apoyados en una serie de fotografías e ilustraciones.
La profesora Bonilla Gómez afirma que el trabajo también estuvo orientado al análisis de la red de tráfico en Colombia; particularmente de la hicotea, la más traficada en el Caribe.
Señala que la cartilla está dirigida fundamentalmente a las autoridades ambientales que forman parte del Sistema Nacional Ambiental, la Policía y la comunidad en general.
Y resalta que los productos que emergen de la labor que llevan a cabo, a través de las líneas de investigación, se han constituido en elementos para que el Ministerio de Ambiente ejecute políticas en términos de fauna silvestre.
Así, explica que se llevó a cabo una labor pedagógica, a través de una serie de talleres, con la Dijín, la Sijín, la Interpol y la Policía de Carabineros y Comunitaria, para que dichas autoridades encargadas del control al tráfico ilegal tengan herramientas para identificar a los animales y posean información básica sobre su biología y los hábitats donde se encuentran.
“Esto forma parte de un proceso de formación para estas autoridades, para que reconozcan las especies de tortugas y así cuenten con más elementos cuando desarrollan su labor en campo. Además, no todo su trabajo es coercitivo, pues ellos también hacen trabajo con la comunidad”, aclara la profesora Bonilla Gómez.
Asimismo, indica que el ejercicio se extiende a la Fiscalía, toda vez que se acaban de formar los primeros fiscales ambientales de Colombia.
“Estos son elementos que tienen los fiscales para desarrollar su trabajo, por ejemplo, en un cadena de custodia o como una guía. Normalmente la información de las tortugas, así como de otras especies, está dispersa y es necesario tener en una sola herramienta la información”, explica.
Y agrega: “también es una herramienta para los peritos, que son los que certifican realmente si cierta especie es o no silvestre. Es una orientación”.
Finalmente, dice que esta guía, en términos de la biología, surge  porque es necesario que exista información divulgativa con alta rigurosidad científica para que la gente se pueda aproximar a los reptiles, pues hay muchos mitos acerca de que son “malos o dañinos y que afectan a las especies de formas muy diversas”.
Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html
Cartilla "Tortugas terrestres y de agua dulce de Colombia y manejo de los decomisos".

Cartilla “Tortugas terrestres y de agua dulce de Colombia y manejo de los decomisos”.

22 de Octubre del 2012

Se trata de una guía que pretende apoyar técnicamente la gestión ambiental en materia de fauna silvestre. En este caso, de las tortugas, especie que enfrenta serias amenazas.

La cartilla —producida gracias a una alianza entre el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y el Departamento de Biología de la UN en Bogotá— revela en cien páginas que en el país se hallan 36 especies de tortugas: 28 de agua dulce (incluida una introducida: la hicotea de orejas rojas, Trachemys scripta elgans), 2 terrestres (conocidas como morrocoyos: Chelonoidis carbonaria y Chelonoidis denticulata) y 6 marinas.

La publicación está dedicada a las tortugas terrestres y de agua dulce, que suman 30 especies (es decir, el 50% del total en el planeta); pero tiene un enfoque muy claro, y es el manejo de los decomisos.

“Lo que hicimos fue identificar cuáles eran las especies sujetas al tráfico ilegal en Colombia y nos dimos cuenta de que todas se ven afectadas por este fenómeno”, asegura María Argenis Bonilla Gómez, directora del grupo de investigación en Biología de Organismos Tropicales de la UN (Biotún), cabeza visible del proyecto.

La guía proporciona información sobre aspectos de biología y ecología de estos reptiles; el ciclo de vida de la tortuga hicotea; las familias, géneros y especies; su distribución  geográfica; las amenazas que enfrentan las poblaciones; y los decomisos de los últimos años. Asimismo, incluye una serie de recomendaciones para el manejo de los animales decomisados, apoyados en una serie de fotografías e ilustraciones.

La profesora Bonilla Gómez afirma que el trabajo también estuvo orientado al análisis de la red de tráfico en Colombia; particularmente de la hicotea, la más traficada en el Caribe.

Señala que la cartilla está dirigida fundamentalmente a las autoridades ambientales que forman parte del Sistema Nacional Ambiental, la Policía y la comunidad en general.

Y resalta que los productos que emergen de la labor que llevan a cabo, a través de las líneas de investigación, se han constituido en elementos para que el Ministerio de Ambiente ejecute políticas en términos de fauna silvestre.

Así, explica que se llevó a cabo una labor pedagógica, a través de una serie de talleres, con la Dijín, la Sijín, la Interpol y la Policía de Carabineros y Comunitaria, para que dichas autoridades encargadas del control al tráfico ilegal tengan herramientas para identificar a los animales y posean información básica sobre su biología y los hábitats donde se encuentran.

“Esto forma parte de un proceso de formación para estas autoridades, para que reconozcan las especies de tortugas y así cuenten con más elementos cuando desarrollan su labor en campo. Además, no todo su trabajo es coercitivo, pues ellos también hacen trabajo con la comunidad”, aclara la profesora Bonilla Gómez.

Asimismo, indica que el ejercicio se extiende a la Fiscalía, toda vez que se acaban de formar los primeros fiscales ambientales de Colombia.

“Estos son elementos que tienen los fiscales para desarrollar su trabajo, por ejemplo, en un cadena de custodia o como una guía. Normalmente la información de las tortugas, así como de otras especies, está dispersa y es necesario tener en una sola herramienta la información”, explica.

Y agrega: “también es una herramienta para los peritos, que son los que certifican realmente si cierta especie es o no silvestre. Es una orientación”.

Finalmente, dice que esta guía, en términos de la biología, surge  porque es necesario que exista información divulgativa con alta rigurosidad científica para que la gente se pueda aproximar a los reptiles, pues hay muchos mitos acerca de que son “malos o dañinos y que afectan a las especies de formas muy diversas”.

Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

Invernaderos controlados de forma inalámbrica.

 
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El sistema de manejo automático en invernaderos puede escalarse a áreas de hasta una hectárea.
El sistema de manejo automático en invernaderos puede escalarse a áreas de hasta una hectárea.

26 de Septiembre del 2012
Usando protocolos de comunicación e indicadores de control para invernaderos, expertos de la UN automatizan el cuidado y mantenimiento de cultivos de manera ágil y cómoda para los productores.

De esta manera, los investigadores diseñaron un modelo para manejar plantaciones de cilantro, pepino, uchuvas y variedad de hortalizas, en el cual las condiciones climáticas pueden ser controladas mediante un sistema de control en el que también se conocen variables como radiación fotosintéticamente activa, velocidad y dirección del viento, humedad relativa, temperatura, entre otros.

Ana Paola Montoya, estudiante del Doctorado en Agrónica de la UN en Medellín, indica que “se trata de un sistema automático que facilita el trabajo en campo porque ni siquiera es necesario estar en el mismo país, ya que se puede manejar desde internet”.

El software recibe los datos del invernadero y, desde cualquier lugar con acceso al sistema, se le puede enviar diferentes órdenes; por ejemplo, cerrar o abrir las ventanas para efectuar la aspersión de los cultivos.

Los líderes del proyecto resaltan que algunas bondades son el ahorro de agua (debido al control de la aspersión), comodidad en la mano de obra (pues los trabajadores no tienen que estar presentes en la manipulación de los invernaderos) y un buena nutrición (gracias a su carácter aeropónico, en el cual las raíces están en el aire).

Gonzalo Vargas Quiroz, docente de la Escuela de Física, explica que cualquier persona con formación técnica podría ser asesorada para manejar la herramienta computacional; que se hace amigable con íconos en los que toda la información del invernadero se dirige a un servidor en donde se adquieren los datos y se toman las decisiones de tiempos y espacios en los cuales se ejecutará la acción especificada.

Por su parte, Juan Gonzalo Morales, docente del Departamento de Ciencias Agronómicas, anota que la implementación puede tener un costo considerable en energía eléctrica, pues es necesaria para accionar las bombas que proveen la solución nutritiva a la raíz. Pero aclara que hay una compensación en la disminución de agua y un aumento en la productividad. Pues, según asegura, en campo abierto se puede alcanzar en cosecha la producción de un kilo de pepinos, mientras que el sistema pudo alcanzar hasta ocho kilos del producto, teniendo en cuenta que es de rápido crecimiento.

Aunque el trabajo está adecuado a invernaderos, se puede escalar para espacios de hasta una hectárea. Esta puede ser controlada con normalidad por el software, que está en proceso de refinamiento para estar disponible en el sector productivo.

El proyecto integró a docentes y estudiantes de varias disciplinas, y ya recibió mención de honor, en 2011, en el IV Salón de Inventores y Alta Tecnología en Medellín.

Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html