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Avanzan investigaciones sobre malaria, pero faltan recursos

 
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BOGOTÁ D. C., 29 de julio de 2016 — Agencia de Noticias UN-

Estos son algunos de los hallazgos de la investigadora Beatriz del Pilar Macías, estudiante de Doctorado en Salud Pública de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), quien evaluó el impacto de los proyectos de investigación en malaria, financiados por Colciencias entre 1995 y 2005. Continue reading Avanzan investigaciones sobre malaria, pero faltan recursos

Tumaco, con problemas de diagnóstico de malaria.

 
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4 de Diciembre del 2012
Problemas de acceso a los diagnósticos y a tratamientos oportunos para las patologías más prevalentes de la región encontraron profesores que fueron en misión médica a Tumaco.
Ángel Sánchez y Victoria Valero, profesores de la Universidad Nacional de Colombia e investigadores del Proyecto “Estrategias de pre-eliminación de malaria en Colombia”, identificaron además la persistencia en malaria y otros determinantes de la crisis sanitaria y hospitalaria en este municipio.
También detectaron alta frecuencia de patologías febriles no asociadas a malaria y que los medicamentos para dicha enfermedad que están fuera de la normatividad vigente, abundan en gran parte de las farmacias locales.
Implementaron 300 pruebas rápidas para malaria donadas por el Instituto Suizo Tropical y de Salud Pública y encontraron que gran parte de la sintomatología compatible con malaria corresponde a otras infecciones transmisibles persistentes en la región. Con las pruebas encontraron un porcentaje pequeño de positivos, menos del 5%.
“Los altos niveles de pobreza, junto a la carencia de agua potable y condiciones ambientales y sanitarias ideales para una buena calidad de vida, son el detonante de la crisis en salud que vive la población tumaqueña”, indicó la profesora Valero.
“Eso llama muchísimo la atención, primero porque el número de casos que registra Tumaco es de los más altos para la Costa Pacífica y no coincide con las estadísticas que refieren tanto la Secretaría de Salud Municipal como la del Departamento. Estamos revisando la literatura para ver qué es lo que podría explicar eso, podría ser que estamos en un momento de baja transmisión por las condiciones climatológicas, pero no coincide porque habiendo mortalidad no encontramos casos de personas  infectadas”, explicó la profesora Victoria Valero, que viajó a la zona con el profesor Ángel Sánchez.
Según Valero, en Tumaco han registrado en la últimas semanas más de 200 casos de malaria, y a pesar de que visitaron varios lugares en los que la población refiere sintomatología compatible con la enfermedad, las pruebas que aplicaron no encontraron el total de casos que sugería el servicio de salud, lo que se puede deber a problemas de automedicación, o al periodo epidemiológico en el que se está, donde gran parte de la población sale de Tumaco por las vacaciones.
“Las dos muertes que encontramos son una alerta seria. En Colombia no se deberían registrar muertes por malaria debido a que se ha reducido considerablemente la transmisión y el número de casos, por las estrategias que se han implementado”, aseguró Valero.
Los investigadores realizaron el estudio entre el 18 y el 24 de noviembre como parte de un convenio de cooperación entre la Universidad Nacional y el Instituto Suizo Tropical y de Salud Pública, para la eliminación de ciertas patologías tropicales con énfasis en malaria.
El objetivo del viaje era investigar qué tanta fiebre y malaria pueden coexistir en un mismo momento. Detectaron que hay desabastecimiento de medicamentos legales y normados por el Ministerio en gran parte de las áreas donde estuvieron.
“Utilizamos encuestas y búsqueda activa, teníamos un formulario diseñado especialmente para capturar pacientes con malaria, pero lo que nos llamó mucho la atención es que estuvimos en las áreas con mayor  crisis sanitaria y encontramos que, a pesar de que las áreas donde se habían registrado dos muertes por malaria este año, los casos no se registran; parece ser que tenemos solo procesos de automedicación que enmascaran el diagnóstico”, indicó la docente.
La malaria se trasmite de un humano a otro por la picadura del vector llamado anófeles, que se alimenta de sangre. El parásito vive dentro de los glóbulos rojos.
“El proyecto tiene extensión a tres años y cuenta con una fase que proyecta trabajar en las áreas que han mostrado estadísticamente que tienen casos y que no los podemos detectar”.
Los investigadores esperan regresar a Tumaco y visitar algunos municipios en una misión médica a mediados de abril porque consideran que la región necesita ayudas humanitarias debido a que vive una emergencia en el sector sanitario y en el hospital que calificaron como bastante delicada.
Para el profesor Petter David Lowy Cerón, director del Instituto de Estudios del Pacífico de la Sede Tumaco, lo más interesante del proyecto son las alertas tempranas que hay sobre casos de malaria.
“En el país los datos de malaria llegan muy tarde, en muchos casos las personas han muerto y luego se conoce que tenían la enfermedad. Con este proyecto de investigación queremos unir la academia con la empresa privada y con alguna institución local, en este caso con el hospital departamental. La idea es que podamos tener alertas tempranas con el uso de tecnología”, indicó el profesor.
Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html
La malaria se trasmite de un humano a otro por la picadura del vector llamado anófeles.

La malaria se trasmite de un humano a otro por la picadura del vector llamado anófeles.

4 de Diciembre del 2012

Problemas de acceso a los diagnósticos y a tratamientos oportunos para las patologías más prevalentes de la región encontraron profesores que fueron en misión médica a Tumaco.

Ángel Sánchez y Victoria Valero, profesores de la Universidad Nacional de Colombia e investigadores del Proyecto “Estrategias de pre-eliminación de malaria en Colombia”, identificaron además la persistencia en malaria y otros determinantes de la crisis sanitaria y hospitalaria en este municipio.

También detectaron alta frecuencia de patologías febriles no asociadas a malaria y que los medicamentos para dicha enfermedad que están fuera de la normatividad vigente, abundan en gran parte de las farmacias locales.

Implementaron 300 pruebas rápidas para malaria donadas por el Instituto Suizo Tropical y de Salud Pública y encontraron que gran parte de la sintomatología compatible con malaria corresponde a otras infecciones transmisibles persistentes en la región. Con las pruebas encontraron un porcentaje pequeño de positivos, menos del 5%.

“Los altos niveles de pobreza, junto a la carencia de agua potable y condiciones ambientales y sanitarias ideales para una buena calidad de vida, son el detonante de la crisis en salud que vive la población tumaqueña”, indicó la profesora Valero.

“Eso llama muchísimo la atención, primero porque el número de casos que registra Tumaco es de los más altos para la Costa Pacífica y no coincide con las estadísticas que refieren tanto la Secretaría de Salud Municipal como la del Departamento. Estamos revisando la literatura para ver qué es lo que podría explicar eso, podría ser que estamos en un momento de baja transmisión por las condiciones climatológicas, pero no coincide porque habiendo mortalidad no encontramos casos de personas  infectadas”, explicó la profesora Victoria Valero, que viajó a la zona con el profesor Ángel Sánchez.

Según Valero, en Tumaco han registrado en la últimas semanas más de 200 casos de malaria, y a pesar de que visitaron varios lugares en los que la población refiere sintomatología compatible con la enfermedad, las pruebas que aplicaron no encontraron el total de casos que sugería el servicio de salud, lo que se puede deber a problemas de automedicación, o al periodo epidemiológico en el que se está, donde gran parte de la población sale de Tumaco por las vacaciones.

“Las dos muertes que encontramos son una alerta seria. En Colombia no se deberían registrar muertes por malaria debido a que se ha reducido considerablemente la transmisión y el número de casos, por las estrategias que se han implementado”, aseguró Valero.

Los investigadores realizaron el estudio entre el 18 y el 24 de noviembre como parte de un convenio de cooperación entre la Universidad Nacional y el Instituto Suizo Tropical y de Salud Pública, para la eliminación de ciertas patologías tropicales con énfasis en malaria.

El objetivo del viaje era investigar qué tanta fiebre y malaria pueden coexistir en un mismo momento. Detectaron que hay desabastecimiento de medicamentos legales y normados por el Ministerio en gran parte de las áreas donde estuvieron.

“Utilizamos encuestas y búsqueda activa, teníamos un formulario diseñado especialmente para capturar pacientes con malaria, pero lo que nos llamó mucho la atención es que estuvimos en las áreas con mayor  crisis sanitaria y encontramos que, a pesar de que las áreas donde se habían registrado dos muertes por malaria este año, los casos no se registran; parece ser que tenemos solo procesos de automedicación que enmascaran el diagnóstico”, indicó la docente.

La malaria se trasmite de un humano a otro por la picadura del vector llamado anófeles, que se alimenta de sangre. El parásito vive dentro de los glóbulos rojos.

“El proyecto tiene extensión a tres años y cuenta con una fase que proyecta trabajar en las áreas que han mostrado estadísticamente que tienen casos y que no los podemos detectar”.

Los investigadores esperan regresar a Tumaco y visitar algunos municipios en una misión médica a mediados de abril porque consideran que la región necesita ayudas humanitarias debido a que vive una emergencia en el sector sanitario y en el hospital que calificaron como bastante delicada.

Para el profesor Petter David Lowy Cerón, director del Instituto de Estudios del Pacífico de la Sede Tumaco, lo más interesante del proyecto son las alertas tempranas que hay sobre casos de malaria.

“En el país los datos de malaria llegan muy tarde, en muchos casos las personas han muerto y luego se conoce que tenían la enfermedad. Con este proyecto de investigación queremos unir la academia con la empresa privada y con alguna institución local, en este caso con el hospital departamental. La idea es que podamos tener alertas tempranas con el uso de tecnología”, indicó el profesor.

Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

Con matemáticas describen comportamiento de la malaria

 
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“Estos modelos representan la teoría de la evolución, planteada por Darwin, acerca de la supervivencia de los más aptos”: Hernando Díaz.
“Estos modelos representan la teoría de la evolución, planteada por Darwin, acerca de la supervivencia de los más aptos”: Hernando Díaz.

1 de mayo de 2012

Se trata de una familia de modelos teóricos a través de los cuales se experimenta con simulaciones numéricas y se pronostica qué medidas de control tomar para combatir esta enfermedad.

Con base en estos modelos matemáticos, cuenta Andrés Olarte, PhD en Ingeniería Eléctrica e investigador del grupo Modelamiento y Control de Sistemas Biológicos de la UN, se han fortalecido los conocimientos sobre la dinámica de la enfermedad y el proceso de transmisión del parásito causante de la malaria.  Además,  los modelos constituyen herramientas de decisión para el apoyo en la tarea de la planeación de estrategias de control y su implementación para combatirla.

A través de dichos modelos, basados en ecuaciones diferenciales y en métodos computacionales, se ha analizado cómo serían los comportamientos e interacciones entre las poblaciones de mosquitos y de humanos en una epidemia.

De este modo, se pudo pronosticar la manera como se controlaría una epidemia y también cómo sería eliminada. En palabras del doctor en Ingeniería Eléctrica y director del grupo de investigación, Hernando Díaz, “en las simulaciones que tenemos con base en datos de ciertas regiones africanas donde la incidencia de la malaria es de un 40%, sería posible reducirla a menos de un 5%, a través de parámetros que son obtenibles desde el punto de vista experimental”, asegura.

Según indica el profesor Díaz, estos modelos representan, fundamentalmente, la teoría de la evolución planteada por Darwin; es decir, cómo se da la supervivencia de los más aptos, en este caso, una nueva variedad de mosquito transmisor de la malaria. “Estudiamos en teoría las poblaciones y sus dinámicas evolutivas”, expresa.

Aunque es una investigación meramente teórica, de acuerdo con los ejecutores del estudio, estos modelos permiten realizar un acercamiento al comportamiento que se tendría en un ecosistema real.

“Es necesario un trabajo experimental en condiciones controladas para validar los resultados de estas simulaciones. Para tratar de ver en condiciones reales, con un ambiente controlado y alimentación similar a la de su ecosistema, si la estrategia de la inclusión de mosquitos de control funciona como se predice con el modelo. Los resultados teóricos son importantes, pues la implementación de este método de control está aún lejos de ser utilizado debido a consideraciones tanto éticas como ambientales”, asegura Díaz. “Por eso, lo hacemos con modelos matemáticos, los cuales nos revelan qué podemos esperar. Podría ser que la inclusión de estos mosquitos no sirviera para nada. Y si dicen eso, hacerlo en el campo sería inútil”, enfatiza.

Pero añade, “con esta investigación, se ha creado la posibilidad de integrar a profesionales de diversas disciplinas para dar inicio a un trabajo conjunto con miras al desarrollo de modelos asociados al caso colombiano, y pensar en cómo optimizar los recursos que se emplean para atacar esas epidemias en el país”.

Créditos: agenciadenoticias.unal.edu.co

La malaria en nuestros días

 
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En 2010, cerca de 3 mil millones de personas (aproximadamente el 50% de la población mundial) estaban expuestas al paludismo o la malaria.
En 2010, cerca de 3 mil millones de personas (aproximadamente el 50% de la población mundial) estaban expuestas al paludismo o la malaria.

25 de abril de 2012

El planeta celebra el Día Mundial contra la Malaria. Con este motivo, investigadores y especialistas de la UN opinan sobre la importancia de los estudios, campañas y avances en esta enfermedad.

El Día Mundial del Paludismo fue instituido por la 60.ª Asamblea Mundial de la Salud en mayo de 2007, como una forma de reconocer los esfuerzos desplegados en todo el mundo para controlar eficazmente la malaria.

La enfermedad ha venido disminuyendo en el mundo en los últimos cinco años, al pasarse de un millón de muertes a 800 mil en este periodo. Si bien, de acuerdo con la ONU cada día mueren más de 1.400 niños por esta causa, se evidencia una mejoría con respecto a los 1.900 registrados el año anterior.

La reducción en Centroamérica ha sido más drástica. Y, aunque Colombia también la ha sentido, sigue encabezando, junto con Brasil, la lista de número de casos reportados en Latinoamérica, debido a los problemas y conflictos sociales que enfrentan estas dos naciones.

Según Vladimir Corredor, profesor asociado al Departamento de Salud Pública de la UN, se trata de una enfermedad muy grave en el África, donde hay millones de personas en riesgo de contagio, en especial los niños. Aunque en América Latina la situación no es tan compleja, dado que el número de casos es muy inferior, esto no quiere decir que sea menos importante.

Para Martha Lucía Quiñones, Ph. D. en Entomología y profesora asociada de la UN, este es un momento muy interesante con relación a la malaria, porque hay muchas iniciativas tendientes a eliminar la enfermedad en muchas partes del mundo.

La experta considera que una celebración de esta naturaleza es muy importante porque crea conciencia, ya que permite reconocer esta enfermedad como un problema serio que necesita muchos aportes y recursos. Dado el interés creciente que se ha despertado, han surgido iniciativas para financiar proyectos en todo el mundo, como el del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID, por sus siglas en inglés), entidad adscrita a los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.

A lo anterior se suma el proyecto aprobado por el programa Redes de Colciencias para el estudio de la malaria y del dengue. En este caso, diferentes instituciones del país se han organizado en torno a este. Entre ellas se encuentran las Universidades del Valle (a través de su Centro Internacional de Vacunas), la de Antioquia y la UN.

Con respecto a la labor desarrollada en la UN, la profesora Quiñones es la investigadora principal en el componente de vectores. Participan, además, el profesor Fernando de la Hoz, en Epidemiología, y el profesor Vladimir Corredor, en la resistencia a medicamentos antimaláricos. También existe un grupo de la Facultad de Ingeniería cuya tarea consiste en desarrollar modelos matemáticos para predecir qué va a suceder, una herramienta útil para la toma de decisiones acerca de medidas de control.

“Es una oportunidad grandísima saber que estos proyectos funcionan actualmente. Por eso, el Ministerio de Salud está muy interesado. La idea es cómo empezamos a eliminar la malaria en ciertas regiones en Colombia y de Latinoamérica”, manifiesta Quiñones.

Por su parte, y con respecto al Día Mundial contra la Malaria, el profesor Corredor coincide con Quiñones en que esta celebración ha permitido que se tome conciencia de la gravedad del problema, particularmente en África. Aunque, según él, también lo ha hecho al mostrar que la enfermedad requiere ser atacada en los sitios de origen. En otras palabras, en África, América Latina y el sudeste asiático.

De igual manera, ha permitido iniciativas importantes, como la de la Fundación Gates, o la financiación de investigaciones en las universidades, con esquemas que buscan agrupar a los centros de investigación de los países desarrollados con los de los países que padecen la epidemia.

Actualmente, el propio Corredor, a través del proyecto de Colciencias, trata de establecer los genotipos de resistencia a los antimaláricos en Colombia, así como los modelos genéticos que permitan explicar esos genotipos de alta resistencia que aparecen en estas tres partes del mundo.

Cabe destacar que la organización Resistencia Mundial Antimaláricos, con sede en Oxford, trabaja en la elaboración de mapas mundiales de los genotipos de resistencia a las drogas antimaláricas, en llave con la Escuela de Medicina Tropical de Londres, la Fundación Gates, el Centro de Investigación Médico Sudafricano y la Universidad de Mahidol de Tailandia.

Créditos: agenciadenoticias.unal.edu.co

Con la acacia farnesiana se podría combatir la malaria

 
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La acacia farnesiana podría contribuir al control e inhibición de la malaria.
La acacia farnesiana podría contribuir al control e inhibición de la malaria.

17 de diciembre de 2011

Un trabajo de maestría adelantado por estudiantes del Departamento de Farmacia logró constatar los principios activos de esta especie de acacia, que tendrían resultados positivos sobre la malaria.

La estudiante de la Maestría en Ciencias Farmacéuticas de la Universidad Nacional de Colombia Ada Zurima Daza indicó que el trabajo adelantado en el Laboratorio de Productos Naturales permitió hacer varias pruebas con extractos de la corteza de este árbol, bajo el mismo procedimiento de análisis con otros productos como las semillas de frutos usados en cosméticos. Es decir, se secan las muestras, se muelen, se hace el percolado y se obtiene el extracto.

“A este se le hacen diferentes fraccionamientos y se le aplica un solvente que puede ser hexano y/o etanol. Todo montado sobre una columna”, dijo.

Las fracciones se envían al Grupo Fametra de la UN, que trabaja en el estudio de antimaláricos y que hace los estudios biológicos con los extractos enviados.

“Fametra detectó que varias de esas fracciones arrojaron resultados positivos. El proceso indica que las vuelven a enviar al Laboratorio de Farmacia, con el fin de purificarlas y llegar a los diferentes compuestos o estructuras que sí se puedan usar como antimalárico”, afirmó la estudiante.

El estudio toma un largo plazo, porque depende de la evolución de las muestras. Cuando el compuesto funcione se envía a resonancia magnética nuclear, que puede ser protónica o de carbón, y se obtiene un espectro cromatográfico que dé cuenta de su estructura molecular futura.

“Definir la estructura del compuesto se puede demorar una semana o varios años. No es tan fácil. Después vendría su aplicación en vivo con ratones”, dijo el profesor Javier Rincón, director del Laboratorio de Productos Naturales.

La malaria

El profesor Rincón indicó que la actual temporada invernal dispara las cifras de la presencia del mosquito Anopheles, transmisor de la malaria. Por ello la importancia del estudio adelantado por el Departamento de Farmacia y la estudiante Daza.

La malaria, o “mala aria”, mal aire en italiano del medioevo, es disparada en el ser humano luego de la picadura del mosquito. El agente patógeno es el Plasmodium en sus diferentes versiones, que al ser inoculado por el insecto viaja por el torrente sanguíneo provocando fiebres altísimas y luego la muerte. Es conocida también como paludismo.

“Un millón 300 mil personas mueren cada año de paludismo; de estos, un 90% son niños menores de cinco años. Cada año se producen 396 millones de casos de paludismo. La mayor parte de la carga de morbilidad se registra en el África, al sur del Sahara (91% del total mundial)”, según el estudio de los doctores Feng, Xu y Joy, “Los orígenes y expansión del Plasmodium falciparum”, publicado por la revista Science en su número 300 (2003).

En América Latina el índice también es alto. En Bogotá, las autoridades distritales de salud anunciaron campañas masivas de vacunación para niños menores de 5 años, y se está a la expectativa una vez las inundaciones de Bosa y Kennedy desciendan. Podría dispararse la incubación de mosquitos transmisores de la malaria.

De acuerdo con un estudio adelantado por expertos de la Universidad de Oxford, se elaboró un mapa mundial donde se muestra el impacto de una variedad de Plasmodium mucho más resistente que el falciparum, aunque menos mortífero: el vivax.

Dice el portal del diario El Universal, de Caracas, que el pasado 6 de diciembre se presentó en Washington “el Proyecto Atlas de la Malaria (MAP)”, durante la reunión anual de la Sociedad Americana de Medicina Tropical e Higiene (Astmh) que se celebra en Estados Unidos y será publicado en el número de diciembre de American Journal of Tropical Medicine and Hygiene.

Dice el informe que, “cada año, unas 2.850 millones de personas corren riesgo de ser infectadas por esta variante. La India es uno de los puntos donde se concentra la amenaza, incluidas zonas urbanas como Mumbai, lo que según los expertos desmitifica que la malaria afecta solo a las zonas rurales. En Latinoamérica, la mayor preocupación afecta a un área muy extensa, aunque poco poblada, de la Amazonia Norte, que afecta sobre todo a Brasil. Sin embargo, el punto de acceso también incluye partes de Perú, Colombia y Venezuela, casi toda Nicaragua, y zonas de Honduras y Guatemala”.

A diferencia de los estudios del científico Manuel Elkin Patarroyo, quien utilizó síntesis de compuestos de proteína y los probó en micos del Amazonas, esta investigación adelantada por la UN se basa en los principios activos de las plantas, como la acacia farnesiana, una especie nativa colombiana de buena presencia en el Tolima (Armero) y los Santanderes.

Créditos: agenciadenoticias.unal.edu.co