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PARTICIPARÁ LA UNAM EN COMPETENCIA LATINOAMERICANA DE ROBÓTICA EN BRASIL

 
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competenciarobotica29 de septiembre de 2014

En octubre un equipo tricolor volverá a competir en Brasil. En esta ocasión deberá vencer a 29 conjuntos de Brasil, Uruguay, Chile y Perú, que participarán en la Competencia Latinoamericana de Robótica (LARC, por sus siglas en inglés),en la categoría Kit Estándar para la Educación.

La escuadra del Laboratorio de Algoritmos para la Robótica (LAR), de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán de la UNAM, representará al país en el certamen más importante del rubro en la región, organizado por el Consejo Latinoamericano de Robótica del Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE, por sus siglas en inglés).

En el campus San Carlos de la Universidad de São Paulo, el conjunto puma deberá armar y programar robots autónomos con un kit educativo aprobado para la justa; la finalidad es solucionar un problema determinado.

El reto

Sebastián Bejos, coordinador del LAR, refirió que el grupo fue campeón en la categoría en el Torneo Mexicano de Robótica y obtuvo el pase a la justa latinoamericana.

La competencia regional fue diseñada por la IEEE, sociedad profesional internacional para el desarrollo de tecnología, con miembros de la academia, gobierno y empresas en 150 países. Cada año se propone un reto distinto y se entrega a los participantes un set estándar de piezas para resolverlo con un robot autónomo.

Este año la prueba consiste en armar y programar máquinas para recolectar pelotas pequeñas distribuidas en una superficie de dos por dos metros, clasificarlas y dejarlas en campo propio o lanzarlas al del rival. Al final, las bolas azules en cancha propia cuentan como puntos a favor y las anaranjadas, en contra.

En las instalaciones del LAR, ubicadas en el Centro de Desarrollo Tecnológico de la FES, el académico y un grupo de estudiantes de la licenciatura en Matemáticas Aplicadas y Computación instalaron un escenario similar al de la competencia para perfeccionar detalles antes de partir a tierras amazónicas.

Ahí, ensayan con un robot armado con piezas de Lego, equipado con sensores para distinguir las tonalidades de los esféricos y detectar la proximidad de las paredes, una pala para colectarlos y motores especiales.

Bejos dijo que el proyecto es resultado de meses de trabajo para construir, calibrar, optimizar algoritmos, replantear ideas y realizar pruebas. “En Brasil representaremos a la FES Acatlán, a la UNAM y a México”, concluyó.

Créditos: UNAM-DGCS-565-2014

MEJORA INSTITUTO DE BIOLOGÍA SU INFRAESTRUCTURA

 
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institutodebiologia09 de agosto de 2014

Con la adquisición de un escáner de alta resolución y la apertura del Laboratorio de Biología Molecular del Departamento de Zoología, el Instituto de Biología (IB) de la UNAM mejora su infraestructura en materia de equipamiento digital y de microscopía.

El escáner Bookeye 4 professional es un equipo satelital con el que se ha iniciado la digitalización de libros históricos; esta tarea se lleva a cabo con el máximo cuidado por tratarse de obras antiguas –de entre 1603 y 1950–, que constituyen el acervo más importante del país en el área de la biología.

El aparato, que se obtuvo con apoyo de la Coordinación de la Investigación Científica (CIC) de la UNAM, utiliza luz fría para no dañar los documentos; brinda la posibilidad de trabajar con o sin cristal superpuesto y tiene una base basculante, apta para diferentes grosores. Con este procedimiento, además de conservar las obras, se busca la posibilidad de socializar el conocimiento a través de la base de datos que se generará y que será de acceso libre.

El IB resguarda cuatro mil 700 libros históricos, cinco mil iconografías y dos colecciones más, una de revistas antiguas y otra de manuscritos, ambas en proceso de consolidación.

Laboratorio de Biología Molecular

Por otra parte, se inauguró el Laboratorio de Biología Molecular del Departamento de Zoología, área que complementa al Laboratorio Temático de Biología Molecular y Secuenciación de la Biodiversidad y de la Salud. “La importancia de los laboratorios temáticos radica en que todo el personal del instituto y de la UNAM tiene acceso a ellos”, comentó Víctor Manuel Sánchez-Cordero Dávila, director de la entidad universitaria.

Este nuevo espacio, cuyo impacto se refleja en el incremento de la producción científica, atiende a estudiantes de licenciatura, maestría y doctorado.

Al respecto, Carlos Arámburo de la Hoz, titular de la CIC, dijo que este tipo de unidades son una herramienta poderosa para estimular a otros investigadores a incorporarse en el abordaje de un problema con la aplicación de nuevas metodologías.

En un recorrido por las instalaciones, conoció otra adquisición reciente: un microscopio de alta resolución Carl Zeiss, para el Laboratorio de Microscopía y Fotografía de la Biodiversidad (disponible para la comunidad del IB); es uno de los dos que existen en Latinoamérica y se obtuvo mediante un proyecto Conacyt a cargo de Santiago Zaragoza.

Además, un aparato de digitalización robótica GigaPan Epic Pro. Se trata de una cámara y un lente que permitirán automatizar la digitalización de las cajas entomológicas; con este proyecto se espera hacer un registro de esas colecciones, que se convertiría en el primer depósito de especímenes tipo en ese formato. Las imágenes e información serán colocadas en la página web de la entidad.

La primera compilación que pasará por este proceso es la de escarabajos del Orden Coleoptera, representativa en la Colección Nacional de Insectos, para continuar con la de Hemiptera (chinches), la más grande después de la de coleópteros, de acuerdo con Martín Zurita García, investigador del IB.

También obtuvieron una serie de microscopios para el Aula 1 del posgrado en Ciencias Biológicas, con cámaras integradas, que podrán ser utilizadas por alumnos y maestros.

De igual manera, dieron a conocer los nuevos servidores que dan soporte a las bases de datos de las colecciones nacionales del instituto, ubicados en la Unidad de Informática para la Biodiversidad (Unibio).

Créditos: UNAM-DGCS-456-2014

EN MARCHA, LABORATORIO ACADÉMICO DE INGENIERÍA TISULAR Y MEDICINA TRASLACIONAL EN LA FES IZTACALA

 
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laboratorioacademico04 de agosto de 2014

La Clínica Odontológica Cuautepec de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala dispone de un nuevo Laboratorio Académico de Ingeniería Tisular y Medicina Traslacional.

Ubicado en la planta baja del edificio principal, cuenta con tres áreas divididas en colores: la blanca, en la que se realizarán procedimientos con células; la gris, transitoria y donde los estudiantes cambiarán sus ropas por prendas esterilizadas, y la negra, que operará como recepción.

Rossana Sentíes Castellá, jefa de la carrera Cirujano Dentista en la unidad multidisciplinaria, refirió que se trata del primer espacio de su tipo especializado en el área referida.

“Se enfoca a la investigación de células troncales. Se trata de crear tejidos para que, a futuro, sean implantados en pacientes con pérdida ósea o con merma en estructuras de soporte dental”, dijo.

Sobre la palabra “tisular”, explicó que hace referencia a tejidos que pueden sustituir hueso y añadió que el laboratorio representa la vanguardia ingenieril en el área.

“Ayudará a formar a alumnos de licenciatura. La idea es que se integren tesistas de maestría y doctorado en el área odontológica”, señaló.

Entre los padecimientos más recurrentes de los mexicanos están las caries (en la niñez) y las enfermedades periodontales (en los adultos). En estas últimas “se pierde el tejido sostén de los dientes y las piezas se aflojan y caen”, indicó.

Para pacientes que han perdido hueso, la implantación de esos tejidos es una alternativa que repercutirá en una mejor calidad de vida.

Al inaugurar este espacio, Patricia Dolores Dávila Aranda, directora de la FES Iztacala, comentó que se trata de un evento trascendental. “Este laboratorio es producto del esfuerzo de un grupo de profesores de odontología que se puso la camiseta”.

Por su parte, Raúl Rosales Ibáñez, de la Universidad de San Luis Potosí y coordinador del Proyecto de Ingeniería de Tejidos en las Disciplinas Odontológicas, aseveró que, con las nuevas instalaciones, la UNAM se coloca al nivel de universidades como Cambridge, Sheffield, Yale, Berkeley, Harvard, Rice y Columbia.

“Con las instalaciones de Cuautepec, estudiantes e investigadores aplicarán ciencia básica en el laboratorio para luego llevarla a los pacientes”, concluyó.

créditos: UNAM-DGCS-445-2014

EL LABORATORIO DE PALEOETNOBOTÁNICA Y PALEOAMBIENTE REVELA CÓMO ERA LA VIDA COTIDIANA EN TEOTIHUACAN

 
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lavidacotidianaentehotihucan31 de julio de 2014

El Laboratorio de Paleoetnobotánica y Paleoambiente se especializa en la identificación de restos de plantas conservados en excavaciones arqueológicas, así como en el análisis de sedimentos, suelos y otros depósitos geológicos en los que puede haber evidencia botánica en buen estado de preservación, expuso Emily McClung, del Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA) de la UNAM.

“Desde su fundación, se planteó la recuperación e identificación de semillas y otras partes vegetales conservadas en excavaciones, en áreas tanto domésticas como de almacenamiento o preparación de alimentos, por ejemplo, en fogones y vasijas”, explicó.

De esta manera, es posible analizar los restos referidos para establecer cómo vivían los habitantes de Teotihuacan. “Como arqueólogos entrenados en botánica vemos aspectos de subsistencia, alimentación y diferencias entre distintos sectores de la población al determinar quiénes tuvieron posibilidad de usar o consumir ciertos productos y quiénes no”, dijo McClung.

Al respecto, recordó que en 1972 inició sus trabajos en excavaciones en Teotihuacan con otros investigadores y así surgió el interés en la posibilidad de recuperar restos botánicos.

Iniciaron un programa detallado con una técnica llamada “de flotación”, que consiste en tomar muestras del sedimento, separarlas en agua mediante mallas finas —de menos de 0.5 mm de apertura— y observarlas en el microscopio estereoscópico.

“Esto nos permite ver y evaluar las condiciones de conservación. Así, descubrimos datos no evidentes a simple vista porque muchas semillas económicamente importantes en México son diminutas (algunas tienen 0.5 incluso 0.2 milímetros de diámetro, como las de la chía, verdolaga, epazote y huauzontle)”.

El equipo de McClung ha encontrado simientes que no imaginaban que se hubieran usado hace dos mil años, como la verdolaga y el jaltomate (pariente del tomate y el jitomate, pero en miniatura y morado). “Nos parecía inconcebible que se consumiera en Teotihuacan, pero lo encontramos por todos lados”.

Indudablemente, su alimentación incluyó plantas y animales en un número mayor de lo registrado, porque la conservación durante dos mil años se logra con dificultad. Sin embargo, los investigadores tienen una idea amplia sobre qué variedades pudieron haber utilizado como fuentes de vitaminas y proteínas.

Aunque el universitario no trabaja animales, en términos generales encontró que se alimentaron de venados, guajolotes, perros, aves y varios tipos de roedores silvestres. En una de las unidades habitacionales se encontró una amplia selección de peces que probablemente eran utilizados por sus escamas, empleadas para adornar trajes. Ésta es un área en la que ha laborado la investigadora emérita de la UNAM, Linda Manzanilla.

Los pescados también servían como alimento; hay restos de especies provenientes de la Costa del Golfo, sobre todo, y en menor medida, del Pacífico.

Los científicos han registrado una larga lista de plantas en Teotihuacan, como maíz, amaranto, huauzontle, epazote, verdolaga, aguacate, frijol, ayocote, huizache, biznaga, chile, tomate, calabaza, ciruela, tejocote y capulín. “Otro producto importante fue el nopal y su fruto, la tuna. Con seguridad usaban las pencas y su fibra”, apuntó.

Todo eso da a los antropólogos una idea de cómo vivía y qué consumía la sociedad teotihuacana antes de desaparecer. “Hemos encontrado plantas parecidas en el sur de la cuenca de México y en el valle de Teotihuacan, que datan del periodo formativo (del 2500 antes de nuestra era hasta el año 100 dC), aunque no propiamente en la ciudad prehispánica referida”.

Ofrendas y entierros

En los edificios monumentales en Teotihuacan, en las pirámides de la Luna, del Sol y en la de Quetzalcóatl, hay entierros a manera de ofrenda de las que algunos individuos forman parte. Esto se relaciona con el inicio de la construcción, de una nueva etapa o con la terminación.

“Los templos son interesantes porque no tienen que ver con el uso cotidiano de las plantas, sino con que están cimentados en distintas etapas y al inicio de cada una se protegía lo correspondiente a la anterior. No se sellaba intencionalmente, pero quedaba así al edificar algo más encima”.

En la construcción de la Pirámide de la Luna se han detectado siete niveles. El que vemos es el más reciente, pero llama la atención que en los rellenos entre cada uno se conservan sedimentos con restos botánicos provenientes de tierra de cultivo.

Esta información es muy importante porque no tiene que ver con ofrendas ni con la utilización de plantas cotidianas, sino con la tierra para rellenar los edificios. “Sabemos que no ha sido alterada desde que fue puesta en la construcción, por lo tanto nos permite conocer los tipos presentes en los campos de cultivo que estuvieron relativamente cerca del centro ceremonial”, dijo.

Para levantar una estructura a una altura determinada se necesitaba tierra, piedra, tabique y adobe. Mucho de este material vino de sitios próximos a la ciudad.

Desde el punto de vista económico, se eliminan campos de cultivo, lo que significa que no se produjeron los alimentos necesarios para la urbe. “Uno se puede imaginar la organización sociopolítica y socioeconómica de Teotihuacan. Pensemos en una comunidad que se da el lujo de arrasar con sus campos”.

En el aspecto político se demuestra que las autoridades tienen la capacidad de construir algo inmenso; por otro lado, está el simbolismo de la pirámide, que refiere poder y control. “Desde la perspectiva referida, es una representación del poder del Estado”.

Es interesante porque hay un paralelo con lo que pasa hoy. Áreas que fueron primordiales en la producción de comestibles ahora son utilizadas para fraccionamientos, edificios gubernamentales, hospitales y aeropuertos. Se arrasan los campos agrícolas en aras de una imagen de modernización, desarrollo y bienestar.

“Actualmente atribuimos a la época azteca el uso de plantas –que hoy son parte de la alimentación– y herbolaria tradicional en el país, pero no es así, ellos documentaron estos conocimientos que ya tenían más de dos mil años antes de su llegada al Valle de México”, explicó.

“Eso es algo que solemos ignorar, pero el estudio de sitios arqueológicos más antiguos arroja dicha información. No siempre podemos decir cómo preparaban sus alimentos, qué mezclas hacían o cómo elaboraban sus salsas, aunque sabemos que el conocimiento de estas plantas es mucho más antiguo de lo que se piensa”, finalizó.

Créditos: UNAM-DGCS-438-2014

MODERNIZA CFATA SU LABORATORIO DE DIFRACCIÓN DE RAYOS X

 
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Conocer a nivel atómico la estructura de materiales tan diversos como cristales líquidos, metales, polímeros, catalizadores, fármacos, semiconductores o cerámicas, es posible con la difracción de rayos X (con ésta se descubrió, en 1953, la estructura de la doble hélice del ADN. Entre otras aplicaciones, actualmente ayuda a determinar la estructura de las proteínas).
Esta técnica utiliza la difracción, un fenómeno físico característico de las ondas, que consiste en dispersarlas al interaccionar con un objeto ordenado. Ocurre en todo tipo de ondas, las sonoras y las electromagnéticas, como la luz y los rayos X.
Estos últimos tienen longitudes de onda parecidas a las distancias que existen entre los átomos en los materiales cristalinos, por eso su difracción puede usarse para indagar la naturaleza de la estructura molecular. Los rayos X penetran en cuerpos opacos, como el nuestro, y además de fotografiar los huesos, sirven para detectar microfracturas en metales y para analizar obras de arte.
Con un equipo de vanguardia para servicios analíticos, el Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada (CFATA) modernizó, con un segundo difractómetro, su Laboratorio de Difracción de Rayos X, con el que puede profundizar en estudios de materiales y estructuras orgánicas.
Laboratorio certificado
La instalación cuenta, desde 2004, con una certificación internacional de acuerdo a la norma ISO 9001:2008 en Sistemas de Gestión de Calidad y pertenece a la red internacional IQNet, que garantiza un estricto control de calidad en los servicios que ofrece, con equipos calibrados mediante un estándar certificado ante el National Institute of Standards and Technology (NIST), explicó Eric Mauricio Rivera Muñoz, investigador del CFATA y responsable del laboratorio.
Ante Carlos Arámburo de la Hoz, coordinador de la Investigación Científica, Rivera Muñoz detalló que en 2012 se analizaron, con el difractrómetro original, más de 500 muestras, que apoyaron investigaciones del CFATA, tesis profesionales y brindó servicio de análisis a empresas como Helvex, Sandoz y Siemens, entre otras.
Nuevo equipo
Con el nuevo difractómetro, obtenido este año con financiamiento de la UNAM y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, será posible aumentar el análisis de muestras y adentrar a los alumnos de posgrado en esta técnica.
“Ahora tenemos dos equipos, uno de vanguardia y único en cuanto a su configuración, pues cuenta con un detector ultrarrápido de estado sólido, que permite implementar varias técnicas de gran utilidad para realizar investigación de frontera en ciencia básica y que tiene grandes aplicaciones en diferentes industrias”, detalló Rivera Muñoz.
La modernización del laboratorio abre un amplio panorama para la caracterización de materiales. Por ejemplo, en investigación básica y de frontera puede analizar nanoestructuras, nuevas aleaciones metálicas, cristales líquidos, material biológico y alimentos.
Para la industria, esta instalación ofrece un servicio especializado de análisis para identificar fases cristalinas en las que se puede comprobar la presencia de ingredientes activos de futuros fármacos, algo esencial en el ramo y para la validación de medicamentos por parte de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS).
El laboratorio también es útil para analizar materias primas de productos cerámicos y de pigmentos, así como procesos de corrosión.

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Conocer a nivel atómico la estructura de materiales tan diversos como cristales líquidos, metales, polímeros, catalizadores, fármacos, semiconductores o cerámicas, es posible con la difracción de rayos X (con ésta se descubrió, en 1953, la estructura de la doble hélice del ADN. Entre otras aplicaciones, actualmente ayuda a determinar la estructura de las proteínas).

Esta técnica utiliza la difracción, un fenómeno físico característico de las ondas, que consiste en dispersarlas al interaccionar con un objeto ordenado. Ocurre en todo tipo de ondas, las sonoras y las electromagnéticas, como la luz y los rayos X.

Estos últimos tienen longitudes de onda parecidas a las distancias que existen entre los átomos en los materiales cristalinos, por eso su difracción puede usarse para indagar la naturaleza de la estructura molecular. Los rayos X penetran en cuerpos opacos, como el nuestro, y además de fotografiar los huesos, sirven para detectar microfracturas en metales y para analizar obras de arte.

Con un equipo de vanguardia para servicios analíticos, el Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada (CFATA) modernizó, con un segundo difractómetro, su Laboratorio de Difracción de Rayos X, con el que puede profundizar en estudios de materiales y estructuras orgánicas.

Laboratorio certificado

La instalación cuenta, desde 2004, con una certificación internacional de acuerdo a la norma ISO 9001:2008 en Sistemas de Gestión de Calidad y pertenece a la red internacional IQNet, que garantiza un estricto control de calidad en los servicios que ofrece, con equipos calibrados mediante un estándar certificado ante el National Institute of Standards and Technology (NIST), explicó Eric Mauricio Rivera Muñoz, investigador del CFATA y responsable del laboratorio.

Ante Carlos Arámburo de la Hoz, coordinador de la Investigación Científica, Rivera Muñoz detalló que en 2012 se analizaron, con el difractrómetro original, más de 500 muestras, que apoyaron investigaciones del CFATA, tesis profesionales y brindó servicio de análisis a empresas como Helvex, Sandoz y Siemens, entre otras.

Nuevo equipo

Con el nuevo difractómetro, obtenido este año con financiamiento de la UNAM y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, será posible aumentar el análisis de muestras y adentrar a los alumnos de posgrado en esta técnica.

“Ahora tenemos dos equipos, uno de vanguardia y único en cuanto a su configuración, pues cuenta con un detector ultrarrápido de estado sólido, que permite implementar varias técnicas de gran utilidad para realizar investigación de frontera en ciencia básica y que tiene grandes aplicaciones en diferentes industrias”, detalló Rivera Muñoz.

La modernización del laboratorio abre un amplio panorama para la caracterización de materiales. Por ejemplo, en investigación básica y de frontera puede analizar nanoestructuras, nuevas aleaciones metálicas, cristales líquidos, material biológico y alimentos.

Para la industria, esta instalación ofrece un servicio especializado de análisis para identificar fases cristalinas en las que se puede comprobar la presencia de ingredientes activos de futuros fármacos, algo esencial en el ramo y para la validación de medicamentos por parte de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS).

El laboratorio también es útil para analizar materias primas de productos cerámicos y de pigmentos, así como procesos de corrosión.

Créditos: UNAM-DGCS-696-2013