



17 de Septiembre del 2012
Aunque la vainilla –insumo básico de productos mundiales como la Coca-Cola– crece en temperaturas húmedas, un estudio de la UN impulsa su cultivo en sistemas agroforestales áridos.
La vainilla es una sustancia que está presente en el olor de variada gastronomía; en el sabor de la heladería y la pastelería; en la fragancia cosmética; y en un sinnúmero de productos que se aderezan con sus bondades. Pero lo más importante es que desde la UN se pretende potenciar este cultivo con alternativas como su articulación en terrenos alternos donde también pueden prosperar.
Pero lo más importante es que en la UN se pretende potenciar este cultivo mediante su adaptación a terrenos alternos donde también pueda prosperar.
De ese modo, Natalia María Gómez López, investigadora del proyecto de Cultivo e Industrialización de la Vainilla en Colombia, del Departamento de Ciencias Forestales de la UN, menciona: “Queríamos ver cómo microclimas contrastantes (árido para este caso) permitían mejorar el desarrollo y el crecimiento de la vainilla y qué modificaciones tenían en lo funcional, por ejemplo, cuáles fotosintetizaban más o menos”.
Para tal identificación, se conoció que para que el cultivo se desarrolle debe estar sobre un tutor o árbol hospedero, pues requiere de sombra, así que la protección que le proveen las ramas y hojas de esos árboles es fundamental.
Las pruebas se desarrollaron con dos especies tutoras: el achote y el matarratón. Estas arrojaron que, con la primera, que es una especie de hojas grandes, se impide el paso de la luz hasta el nivel de la planta; mientras que, con la segunda, de ramas esparcidas y hojas pequeñas, se da mayor paso a la luz y se obtiene un mayor crecimiento de la vainilla.
Gómez López dice que la adaptación de dichos sistemas debe ejecutarse con plantas hospederas que no superen los dos metros, para proporcionar un manejo ágil de la vainilla, pues en condiciones normales, por ejemplo, en bosques, esta puede alcanzar alturas tan grandes como se las permita el árbol que la hospede.
Y agrega: “nuestro trabajo tiene una importancia de orden práctico alta, porque en nuestro país es una especie relativamente nueva y nosotros podemos dar en este momento algunas recomendaciones técnicas para pequeños o grandes cultivadores, como, por ejemplo, el tipo de densidades de siembra o tamaños de la planta hospedera”.
Estas alternativas se presentan como una oportunidad para competir con una especie que está monopolizada en un 95% por Indonesia, Madagascar, China, México y Tonga. El establecimiento de mecanismos de industrialización en Colombia podría impulsar una economía viable a gran escala y para pequeños productores; luego de unos buenos sistemas productivos se podrían alcanzar utilidades de hasta 20 millones de pesos por familia, según calcula Flavio Moreno, codirector de la pesquisa.
Los resultados del trabajo sobre la producción de la vainilla, adelantado por 14 investigadores de la UN, han sido expuestos en países como Perú y Guatemala. Además han realizado talleres de acercamiento a las comunidades con el producto para entender cómo se cultiva, así como para recoger dudas y experiencias sobre lo que han desarrollado.
El proyecto contó con el apoyo del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural. Y el caso específico sobre respuesta de vainilla ante variaciones microambientales sirvió como trabajo de tesis para optar a magíster de la profesional Natalia María Gómez López.
Créditos: http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html