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IPN descubre osamentas mortuorias del año 1 100 D.C.

 
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24 de abril de 2018

Ignacio Leyva Valencia, investigador del Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas (Cicimar), del Instituto Politécnico Nacional (IPN), descubrió en las playas del Conchalito, restos mortuarios de los antiguos californianos que datan del periodo 1 100 después de Cristo (d.C.) y el término de la etapa misional (1768) que se ubica en el periodo recolector de moluscos (etapa desierto). Continue reading IPN descubre osamentas mortuorias del año 1 100 D.C.

EN RIESGO, EDIFICIOS CONSIDERADOS MONUMENTOS HISTÓRICOS O ARTÍSTICOS

 
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riesgoedificios18 de agosto de 2014

En las colonias Roma, Condesa, Santa María la Ribera y San Rafael hay edificios catalogados como monumentos históricos o artísticos por los institutos nacionales de Antropología e Historia (INAH) o de Bellas Artes (INBA), sin la debida protección o restauración.

Esta situación parece no importar a sus moradores ni a las autoridades, porque no son palacios donde vivieron grandes personajes, oficinas de gobierno, ni tienen en sus muros obra plástica.

En la Guerrero hay algunos de principios del siglo XX con relevancia arquitectónica, como el ubicado en la calle Camelia 59, objeto de un ejercicio académico realizado por Jorge Ramos Ruiz, estudiante del posgrado de Arquitectura de la UNAM. El también rockero pretende reestructurar ese espacio y mejorar las condiciones de vida de sus habitantes como parte de su tesis de maestría en Restauración de Monumentos.

En su investigación, titulada La vecindad en los inicios de la colonia Guerrero (1870-1910). Estudio de caso: edificio Camelia 59, señala que este tipo de inmuebles han sido modificados y subdivididos hasta convertirse en espacios reducidos.

Patrimonio arquitectónico revalorado

La vivienda referida comenzó a construirse en 1876 para albergar obreros de ferrocarril que trabajaban en la estación Buenavista. Se hicieron edificios con cuartos pequeños para ellos, no para sus familias.

Fue concebida como vecindad, con una distribución de departamentos alrededor del patio. Su apariencia es de estilo porfiriano, como la mayoría de los edificios de la Guerrero en sus comienzos, que exhibían fachadas de cantera, muros de tabique, así como entrepisos y azoteas con vigas de madera y enladrillados. “Eran los techos de la época, sin acero como ahora”.

El inmueble (vecindad habitada y abierta) es ejemplo de cómo se han modificados edificios similares en la zona (muchos tienen daño estructural y están tapiados). Después de los sismos de 1985, las cocinas y los baños quedaron dentro de las habitaciones y los balcones y patios de cada departamento ahora están divididos. Además, la azotea, antes habitable, es inaccesible porque se quitó la escalera.

El problema para emprender trabajos de restauración en la colonia Guerrero es que las viviendas son propiedad privada y es difícil lograr consensos entre los dueños, que usualmente carecen de recursos para este tipo de rescate. “Como nadie va a meter un peso, hay que proponer maneras para que los edificios restaurados sobrevivan por sí solos”, dijo.

En Camelia 59 hay seis departamentos de 40 metros cuadrados abajo y otros tantos arriba (antes eran cuatro) en los que viven cinco o seis personas. Jorge Ramos propone restaurar la construcción como estaba originalmente, mejorar los espacios y construir en la azotea una extensión para cada demarcación con cuartos de servicios y roof garden, además de un área para comercio o una escuela de danza para gente de la tercera edad en la parte baja, lo que ayudaría a recaudar recursos.

Como en el interior la altura es de cinco metros, creará segundos niveles con tapancos, generará habitaciones nuevas y redistribuirá las cocinas y baños para que tengan ventilación. Además, se restaurará y conservará la fachada de cantera rosa en la parte inferior, se aplicarán aplanados de cal y se recuperarán dos puertas que originalmente eran accesos y hoy fungen como ventanas.

El proyecto incluye una investigación histórica y un levantamiento fotográfico y de daños, con planos e información escrita sobre la fachada y departamentos.

Entre las afectaciones figura el desprendimiento de cantera de la parte frontal por lluvia y contaminación. Otro problema son las perforaciones realizadas por compañías de servicios, pues los cables instalados acumulan agua y tierra que, a la postre, degradan las cornisas, los balcones y la cantera.

Sin embargo, esta tarea se complica porque no se trata de un palacio, sino de un edificio pequeño con muchos dueños; además, se requiere apoyo financiero de instituciones o de la misma delegación, por lo que Ramos Ruiz elaborará una propuesta para proteger no sólo este inmueble, sino el barrio completo.

En una segunda etapa de su tesis —y como la arquitectura no se circunscribe a una fachada—, el próximo mes comenzará a trabajar en un proyecto de contexto del lugar.

“Al desaparecer un edificio histórico —no importa que esté catalogado como tal, porque hoy se tramita una licencia y al día siguiente ya hay una cuadrilla de demoledores— perdemos poco a poco ese barrio. Esto se ve en la Condesa, que ya no es la colonia del siglo pasado”.

En la Roma o en Santa María la Ribera, por citar dos casos, los grandes constructores convencen a los dueños de estos espacios, “los marean con poco dinero para que vendan y luego acaban con ellos para erigir edificios mal hechos y con espacios pequeños para vender cada departamento en tres o cuatro millones de pesos”.

Con este ejercicio académico, “susceptible de hacerse realidad”, Jorge Ramos abrió la percepción a los vecinos de Camelia 59, que ahora saben que en dicho edificio “se puede vivir mejor”.

Créditos: UNAM-DGCS-472-2014

Nuevos hallazgos ubican a Monte Albán en códices Mixtecos

 
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12 de Agosto de 2011

Lugar descrito como “Monte que se abre-insecto”, corresponde a Oaxaca.
Lugar descrito como “Monte que se abre-insecto”, corresponde a Oaxaca.

Una cueva, una pared rocosa y un camino detectados recientemente en la zona arqueológica, guardan relación con las imágenes de cuatro documentos pictográficos
Lo anterior refuerza la hipótesis de que el lugar descrito como “Monte que se abre-insecto”, sí corresponde a este sitio arqueológico de Oaxaca

La hipótesis de que la urbe prehispánica de Monte Albán, en Oaxaca, aparece descrita en códices mixtecos como un lugar denominado “Monte que se abre-insecto”, cobra fuerza con el reciente hallazgo en esa zona arqueológica de tres sitios que tienen mucha similitud con elementos que se observan en diversos documentos pictográficos.

Se trata del descubrimiento de una cueva, un camino y una pared rocosa detectados en recorridos de superficie en ese sitio prehispánico, a cargo del arqueólogo mexicano Dante García, y cuyo hallazgo ha servido para reforzar el planeamiento del iconólogo holandés Maarten Jansen, que de comprobarse “sería la primera vez que se ‘lee’ a Monte Albán en un documento pictográfico”, toda vez que hasta el momento no se conoce una representación fiel de esta antigua ciudad en este tipo de documentos antiguos.

Mientras que otros investigadores relacionan a Monte Albán con un sitio llamado Cerro de Avispas, cercano al poblado de Tilantongo, Oaxaca, Maarten Jansen señala que las imágenes de los códices Nuttall, Bodley, Selden y Vindobonensis, presentan ciertos paralelismos con las nuevas evidencias detectadas en la zona arqueológica, lo que apunta a que “Monte que se abre-insecto” es dicho lugar.

“Encontrar a Monte Albán en códices sería de gran relevancia, toda vez que tendríamos más información sobre la relación que hubo entre las culturas zapoteca y mixteca, principalmente de lo que pasó con el colapso de Monte Albán, tras ser abandonada por los zapotecos, hacia finales del periodo Clásico (antes de 800 d.C.)”, comentó el arqueólogo Dante García.

Al respecto, Jansen, especialista de la Universidad de Leiden, Países Bajos, puntualizó que “después del periodo Clásico nació otra sociedad, de la cual hablan los códices mixtecos, pero no refieren las razones del fin de sus antecesores, en tanto que los señores del Posclásico (800-1200 d.C.) destacaron su origen como una nueva fundación en vez de conectarse con los linajes anteriores; es decir, la ruptura con el pasado no sólo fue económica, sino también ideológica e historiográfica; los señores del Posclásico no se consideraron descendientes de los habitantes de Monte Albán del periodo Clásico (200-800 d.C.)”.

Sin embargo, dijo, “para armar una visión general de la antigua historia mesoamericana es necesario saber qué pensaba la gente del Posclásico de sus ancestros. Esta etapa de ‘oscuridad’ la estamos investigando, y en ese sentido, leer a Monte Albán en los códices arrojaría nuevas luces para entender cómo se definieron los mixtecos del Posclásico respecto a Monte Albán”.

Tras 12 años de investigación, el estudioso holandés propone que el lugar donde se llevaban a cabo las actividades rituales descritas en el “Monte que se Abre-Insecto”, es Monte Albán, hipótesis que se ha visto reforzada con la detección de una cueva en la parte oriental de la zona arqueológica, de un camino que conduce desde lo alto de la loma hasta el valle, así como de una pared rocosa (“El Paredón”) en la parte sur de Monte Albán, tal como se ve en la página 19 del Códice Nuttall.

El paisaje de las lomas con las cuevas y el camino muestra paralelismo con las imágenes de los otros tres códices mixtecos referidos (Bodley, Selden y Vindobonensis), toda vez que aparecen todos estos puntos del sitio arqueológico, indicó Jansen, tras abundar que junto con el arqueólogo Dante García, hizo un registro fotográfico de tales lugares siguiendo las ubicaciones que indican los documentos pictográficos.

El iconólogo comentó que en 1998 emprendió una línea de investigación que lo ha llevado a proponer que la antigua capital zapoteca aparece en los cuatro documentos pictográficos, como un sitio de gran relevancia durante el inicio de los reinos mixtecos, hacia el año 692, y cuya referencia después desaparece.

“Para responder a la pregunta: dónde está Monte Albán, he buscado en los códices referencias a un sitio que fue importante en la época de los orígenes de las dinastías mixtecas, pero que después desaparece y ya no se plasma como una urbe”, expresó Maarten Jansen,  al señalar que su hipótesis tiene implicaciones para interpretar el papel de Monte Albán en la fundación de los reinos mixtecos posteriores, en la época posclásica (1200 d.C.).

Sobre la relación de los sitios representados en el Códice Nuttall y los detectados recientemente en el sitio arqueológico, el especialista europeo abundó que en el manuscrito está la representación de una cueva en la que se observa un rito premarital entre la Señora 3 Pedernal y el Señor 12 Viento.

La cavidad guardaría relación con la detectada en la zona arqueológica, a lo que se suma un camino pintado de colores con huellas de pies, sobre el cual van dos personajes llevando a la Señora 3 Pedernal a su boda, sendero que tendría relación con el registrado recientemente, y que conduce de lo alto de la loma hasta el valle.

Asimismo, añadió el iconólogo Jansen, en la parte derecha de dicho códice aparece dibujado un insecto sobre la loma, que hace alusión al llamado Cerro de la Mosca, mismo que coincide con un cerro de Monte Albán que está representado de la misma manera en un mapa colonial de la localidad de Xoxocotlán, Oaxaca.

Finalmente, el iconólogo añadió que otra línea de investigación que sigue para dilucidar el tema, es el estudio de manuscritos de la Colonia, como dicho mapa y el Escudo de Armas de Cuilapan, en los que sí se representa explícitamente a Monte Albán.

Créditos:inah.gob.mx/boletines/14-hallazgos/5178

Relevante el 150 Aniversario de la Batalla del 5 de Mayo

 
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Lunes 11 de abril de 2011

A un año de cumplirse los 150 años de la Batalla del 5 de Mayo, es relevante participar en los festejos de un momento trascendental de la historia, con actividades que permitan revalorar este hecho histórico que es importante para los poblanos y mexicanos, destacó el Director de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la BUAP, Alejandro Palma Castro, durante la inauguración del Coloquio Hacia la Conmemoración del 150 Aniversario de la Batalla del 5 de Mayo.

Afirmó que crear espacios de reflexión y análisis sobre el desarrollo histórico y cultural del país, permitirá que los especialistas puedan presentar sus investigaciones y lograr una mayor retroalimentación.

Víctor Hugo Valencia Varela, delegado en Puebla del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), indicó que este Coloquio que se realiza de manera conjunta con el Colegio de Historia de la FFyL., es el primero de una serie de actividades que desarrollarán en el futuro.

Durante el resto del año y hasta cerrar en el 2012, se presentarán “exposiciones, reediciones de libros y ediciones nuevas, e incluso se hará la reestructuración de uno de los museos más importantes para Puebla y el país, que es el de la No Intervención en el fuerte de Loreto”, señaló.

Por su parte, la doctora Celia Salazar Exaire, coordinadora del Seminario de Estudios sobre Los Fuertes de Loreto y Guadalupe, informó que para ver cumplida esta idea, se realiza una investigación de las ocho salas del Museo con el fin de fortalecer la identidad nacional.

La también académica del Colegio de Historia de la BUAP, detalló que la primera sala -que fue una capilla-, se fundó en 1655, sin embargo durante la guerra de Independencia se construye una fortaleza a su alrededor, estableciéndose así los Fuertes de Loreto y Guadalupe, hecho histórico a la que está dedicada.

Las demás salas serán reestructuradas para abordar el periodo de la Reforma, la Intervención Francesa y la Batalla del 5 de Mayo; éste último es trascendental para la identidad de los mexicanos tanto los que se encuentran en el país, como los que por diversas razones han emigrado.

La doctora Salazar Exaire puntualizó que se invitará a académicos e investigadores de la BUAP para que se integren y conformen un cuerpo interdisciplinario de historiadores, arquitectos y antropólogos.

En la primera mesa Los Museos Históricos y su función didáctica, el maestro Víctor Hugo Jasso Ortiz, director del Centro INAH-Guerrero, relató la modificación que tuvo el Museo Histórico de Acapulco conocido como Fuerte de San Diego, desde que era un baluarte, pasando por su reconstrucción, hasta llegar al museo que es hoy en día.

Explicó que se encuentra en la parte más alta del cerro de Acapulco y sirvió para la defensa de mercancías; el Fuerte de San Diego fue un punto estratégico para el comercio nacional e internacional.

Lamentó que la gente no acuda con frecuencia a los museos y sitios históricos, para conocer su historia y así entender parte de su presente, valorando el lugar donde vive e identificarse con él.

Créditos: BUAP/Comunicación Institucional/buap.mx

Avanza investigación multidisciplinaria en Palenque

 
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Templo de las inscripciones (cortesía Francisco Riquelme)
Templo de las inscripciones (cortesía Francisco Riquelme)

1 de abril de 2011
• Los adelantos, en áreas como paleontología, arqueometría, geología y arqueología
• Los mayas utilizaron en sus construcciones rocas con fósiles provenientes de la Formación Tenejapa, del Paleoceno, con una antigüedad aproximada de 60 millones de años
• Están enriquecidas con magnesio y se extraen en forma de lajas; además, tienen propiedades refractarias e hidráulicas particulares, informó Francisco Riquelme, del IGL de la UNAM
• La meta, detectar el uso de fósiles como elemento agregado o materia prima en el estuco del Templo de las Inscripciones

Un equipo multidisciplinario de los institutos de Geología (IGL) y Física (IF) de la Universidad Nacional, e integrantes del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), registran avances relevantes en las investigaciones en la zona arqueológica de Palenque, Chiapas, en las áreas de paleontología, arqueología, arqueometría y geología.

A partir de los resultados recientes, el grupo ha encontrado que los mayas de ese sitio utilizaron en la edificación de su ciudad rocas provenientes de la Formación Tenejapa, unidad geológica con una edad aproximada de 61 a 65 millones de años, del periodo del Paleoceno.

Consisten en dolomitas y calcitas microcristalinas, enriquecidas con magnesio, que fueron depositadas en una plataforma carbonatada marina. Las características físicas y químicas, así como su extracción en forma de lajas o bloques planos, y su naturaleza refractaria, resistente a ataques de soluciones ácidas, posibilitan su empleo como materia prima en la construcción de edificios y producción de estuco.

José Luis Ruvalcaba Sil, del IF, señaló que, por ello, los materiales se conservan mejor en esa área que en otros sitios mayas, como Calakmul, donde las estelas hechas de elementos calcáreos, que no son ricos en magnesio, se deterioran con el tiempo; su dureza y propiedades mecánicas son muy distintas.

 Martha Cuevas García, Francisco Riquelme y José Luis Ruvalcaba, integrantes del equipo multidisciplinario de los institutos de Geología y Física de la UNAM, y del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Martha Cuevas García, Francisco Riquelme y José Luis Ruvalcaba, integrantes del equipo multidisciplinario de los institutos de Geología y Física de la UNAM, y del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

En la Formación Tenejapa también se han hallado organismos marinos fosilizados, integrados en el estuco. Además, a partir de las labores de prospección paleontológica en distintos afloramientos, dentro y fuera de la zona arqueológica, se ha identificado el posible origen de los fósiles en el entorno geológico que ese grupo humano explotaba para recuperar estos materiales.

Este proyecto, recordó Martha Cuevas García, investigadora del INAH, inició en 2007 en conjunto con el paleontólogo Jesús Alvarado Ortega, del Instituto de Geología, con el objetivo de estudiar los fósiles marinos encontrados en Palenque. “Hay ofrendas que contienen dientes de tiburón, espinas de raya, lajas con peces fosilizados; se han localizado como parte de tumbas, pero también de material constructivo”.

Conocer su procedencia, “porque no sabíamos si eran locales o si venían de otras regiones”, llevó a las instituciones a establecer la colaboración, abundó.

De ese modo, se encontraron y reconocieron los afloramientos fosilíferos, se recuperaron muestras y se compararon. “Así, los paleontólogos universitarios determinaron que los fósiles empleados por los mayas proceden de las mismas formaciones geológicas donde se asienta la ciudad”.

También, era relevante saber si tuvieron otros usos, y la importancia o significado de los mismos para esa cultura, porque fueron depositados en contextos rituales. “Lo primero fue hacer una revisión de los edificios para detectar su empleo como elemento agregado o materia prima en el estuco de los muros de las escaleras que conducen a la tumba de Pakal, en el Templo de las Inscripciones”.

Uno de los objetivos del proyecto es reconocer si los mayas sabían que el sitio donde habitaban, alguna vez fue ocupado por el mar. “Estaban en contacto con un ambiente donde había muchos recursos paleontológicos, que utilizaban en cuestiones prácticas, como la manufactura de estuco, y como componente importante en las ofrendas a sus dioses y muertos”.

A partir de esa evidencia, y de otras como textos epigráficos y escenas iconográficas, se pretende determinar si pueblos mesoamericanos consideraron que el mundo había cambiado, que antes no era como lo conocían, que en el pasado existieron otras eras, creaciones y destrucciones, indicó.

“Aún no podemos confirmar si las características del ambiente y de eventos geológicos tuvieron peso en el desarrollo de sus ideas míticas, en su cosmogonía, y si al encontrar fósiles marinos con tal abundancia pensaron que hubo un mar”, acotó.

Francisco Riquelme, estudiante del posgrado en Ciencias Biológicas de la UNAM, apuntó que los fósiles son evidencia de vida antigua; si se encuentran en un ambiente ajeno al que corresponde su naturaleza (un organismo marino en un entorno continental, por ejemplo) un acto inmediato es cuestionar qué son y por qué están aquí. Aún en grupos tan ancestrales como Neandertal, se puede observar la colecta de fósiles.

Las exploraciones geológicas en Palenque se han efectuado previamente de manera regional, pero sin un trabajo paleontológico detallado como el que se realiza con este proyecto de investigación que, entre uno de sus resultados, muestra que son tres las principales formaciones que cruzan el sitio: La Formación Tenejapa, la Formación Lomut (del Eoceno, con unos 40 millones de años) y la Formación Tulijá (del Mioceno, con aproximadamente unos 25 millones de años).

Cada una de ellas, con una composición litológica característica, que abarca rocas carbonatadas, arcillosas y areniscas con diversos horizontes fosilíferos de ambientes marinos. Al contrastar la roca fuente (o materia prima) con el estuco, se pudo determinar la procedencia de los materiales empleados en el Templo de las Inscripciones.

Para ello, refirió Ruvalcaba, se empleó el acelerador de partículas Pelletron del IF, así como análisis de alta resolución mediante el uso de microscopía electrónica de barrido y microsondas de espectrometrías de rayos X, con equipos de los institutos de Geofísica, de Ciencias del Mar y Limnología, y de Geología.

El objetivo era buscar restos y señales químicas asociadas a la roca fuente y a fósiles de organismos calcáreos, como conchas de bivalvos y gasterópodos, para identificar la materia prima en la producción de los elementos de construcción.

Los resultados muestran fósiles marinos calcáreos incorporados al estuco, y aunque están fragmentados pueden ser identificados. Además, existen huellas químicas que permite asociar la roca fuente a los estratos de la Formación Tenejapa.

“Para esos casos es importante hacer un análisis químico de los elementos marcadores que permitan saber si se utilizaron realmente como material precursor en la preparación de los estucos, o la fabricación de ciertos objetos”.

El Pelletron, abundó el físico, se emplea para hacer estudios más detallados si las cantidades por detectar son muy pequeñas; técnicas como PIXE, son entre 100 y mil veces más sensibles que el análisis con el microscopio electrónico.

En cuanto al trabajo detallado de prospección paleontológica, recordó Riquelme, se ha establecido cada formación y sus edades, los taxones o grupos de animales presentes.

“Se ha realizado una importante labor de peces e invertebrados, que aún continúa. El paleoambiente donde se depositaron estos fósiles representa un ambiente marino restringido, donde ocurren organismos asociados a sistemas arrecifales, una notable presencia de organismos de cuerpos calcáreos como ostras, caracoles, esponjas, corales, además de peces, tiburones, cangrejos, galerías de gusanos, galletas de mar, erizos, incluso restos de manatí”.

Por eso, las conchas de los bivalvos y gasterópodos que se componen básicamente de carbonato de calcio pudieron servir como materia prima en la elaboración de materiales de construcción, abundó el biólogo.

Ruvalcaba resaltó que la empleada en Palenque es una metodología en desarrollo, para una problemática especial de estudio de los fósiles y su presencia en monumentos arqueológicos. Por ello, a partir de su optimización se aplicará a otras partes de la zona y a otros sitios mayas, como Toniná.

Finalmente, Cuevas García señaló que se pretende “comparar con un edificio más temprano que el Templo de las Inscripciones, a fin de ver si se utilizó una ‘receta’ diferente para hacer el estuco. Vamos a muestrear el Templo 20 y el Templo Olvidado”.

Créditos: UNAM-DGCS-193/2011/unam.mx