Tag Archives: IGF

Proponen incremento en la investigación y vigilancia del Sol ante el inminente aumento de su actividad

 
Facebooktwittergoogle_plusmail

Las tormentas solares o geomagnéticas se originan en el Sol, en el momento en que éste produce una “eyección de masa coronal” (EMC) que se compone principalmente de partículas de alta energía que tardan en llegar a nuestro mundo de tres a cuatro días (según su velocidad).
Las tormentas solares o geomagnéticas se originan en el Sol, en el momento en que éste produce una “eyección de masa coronal” (EMC) que se compone principalmente de partículas de alta energía que tardan en llegar a nuestro mundo de tres a cuatro días (según su velocidad).

4 de marzo de 2012
• Con el inicio del ciclo solar 24 se esperan tormentas energéticas que podrían afectar severamente satélites, equipos de comunicaciones y de navegación aérea y marítima, alertó Esteban Hernández Quintero, del IGf de la UNAM
• Sugirió aumentar el monitoreo científico del astro y considerar el replanteamiento del blindaje de transformadores eléctricos como una posible medida preventiva de protección de los instrumentos tecnológicos

Una tormenta solar muy energética, ocurrida los días 23 y 24 de enero, dio muestra del ciclo solar número 24, que comenzó a fines del año pasado y suma, hasta ahora, una decena de eventos caracterizados por la emisión de partículas cargadas, generadas en el Sol y recibidas en la Tierra.

En una época en la que los satélites que orbitan el planeta son indispensables para que recibamos servicios cotidianos como electricidad, telefonía, Internet, sistemas de posicionamiento global (GPS) y rutas aéreas o marítimas, la probabilidad de un daño a esos equipos por la actividad solar es preocupante, consideró Esteban Hernández Quintero, académico del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM.

Ante este panorama, el ingeniero geofísico y maestro en ciencias de la Tierra propuso aumentar la indagación científica y la vigilancia de ese fenómeno, con la consolidación de proyectos científicos como el Laboratorio Virtual Sol-Tierra (VESO, por las siglas en inglés de Virtual Earth-Sun Observatory), un conjunto de cuatro observatorios con el que especialistas del IGf monitorean la actividad solar y sus efectos en nuestro planeta (Clima Espacial).

“Un mayor estudio nos ayuda a conocer mejor los orígenes y efectos de eventos como las tormentas geomagnéticas o solares, y es útil para saber qué hacer si éstos se aproximan a la Tierra; por ejemplo, dar recomendaciones a los tomadores de decisiones y proteger equipos que pueden afectarse”, consideró.

Entre otras medidas para salvaguardar esas tecnologías en órbita, está la interrupción parcial de su operación. En el caso de la superficie terrestre, se propone reforzar las estaciones, subestaciones y transformadores eléctricos que alimentan a las ciudades de electricidad; con ello, se evitarían los apagones generalizados, como el de Quebec ocurrido el 13 marzo de 1989.

Tormentas solares o geomagnéticas

Las tormentas solares o geomagnéticas se originan en el Sol, en el momento en que éste produce una “eyección de masa coronal” (EMC) que se compone principalmente de partículas de alta energía, que tardan en llegar a nuestro mundo de tres a cuatro días (según su velocidad).

Esas emisiones llegan a las capas más exteriores que rodean al planeta: la magnetósfera, la ionósfera y la zona de los cinturones de radiación.

“Por el carácter neutro de nuestra atmósfera, los efectos no llegan directamente a la superficie terrestre. La energía que traen consigo se diluye parcialmente, pero tiende a inducir grandes corrientes eléctricas sobre la superficie en forma inusual, y es claro que las instalaciones tecnológicas que tienen los países en ciertas latitudes –como satélites, cables submarinos interoceánicos, sistemas de navegación en aeronaves, transformadores y tuberías, entre otras— se ven repentinamente sobrecargadas; no tenemos suficiente información para saber el alcance de los efectos sobre la vida cotidiana y la tecnología”, señaló.

Estropicios en la Tierra

El académico universitario, que desde 2005 es responsable del Servicio Magnético de la UNAM, y de la Red de Estaciones Magnéticas de Repetición de la República Mexicana, aclaró que una tormenta solar no tiene los efectos devastadores de un terremoto, pero en contraste, su alcance es global y afecta a todo el planeta, especialmente a las tecnologías basadas en plataformas electromagnéticas.

“Nunca se han reportado personas muertas o heridas por una tormenta solar, pero sus efectos pueden influir en el quehacer humano en campos que no conocemos con detalle, como lo son la energía y trayectoria de un huracán, el comportamiento de un tsunami o la ocurrencia de una erupción volcánica”, destacó.

Algunos daños causados por estos fenómenos sucedieron el 29 de octubre de 2003, momento en que una (durante el ciclo número 23 del astro) causó pérdidas millonarias (de hasta 450 millones de dólares) por la descompostura del satélite Midori-2, así como el erróneo funcionamiento de varios sistemas de comunicación vía satélite y por cable interoceánico.

“En esa ocasión se observaron auroras boreales en latitudes inusuales, como en Austria, Florida y Yucatán”, recordó.

VESO, Laboratorio Virtual Sol-Tierra

Hernández Quintero explicó que, desde 2007 (Primer Año Heliofísico Internacional), el IGf realiza un esfuerzo para coordinar y mejorar los diversos equipos de vigilancia de la actividad solar.

El más desarrollado, consideró, es el VESO, que cuenta con cuatro equipos: un Radio Interferómetro Solar (ubicado en la azotea del propio Instituto); un Observatorio de Centelleo Interplanetario (con sede en Coeneo, Michoacán); una Estación de Rayos Cósmicos (junto a la Facultad de Medicina Veterinaria, también en Ciudad Universitaria), y un Observatorio Geomagnético (en Teoloyucan, Estado de México).

El académico propuso combinar esta infraestructura con tecnología internacional, desarrollada principalmente en el espacio extraterrestre, para hacer frente al ciclo solar número 24, que ya está en marcha y durará aproximadamente 11 años.

Créditos: unam.mx/boletin/137/2012

Urgente para México dimensionar sus recursos solares

 
Facebooktwittergoogle_plusmail

Para México es urgente evaluar los recursos solares, porque a pesar de su importancia en el actual contexto de crisis energética y caída de las reservas de petróleo, hasta hoy no se cuenta con información confiable al respecto, afirmó Mauro Germán Valdés, investigador del Instituto de Geofísica (IGf).
Para México es urgente evaluar los recursos solares, porque a pesar de su importancia en el actual contexto de crisis energética y caída de las reservas de petróleo, hasta hoy no se cuenta con información confiable al respecto, afirmó Mauro Germán Valdés, investigador del Instituto de Geofísica (IGf).

26 de diciembre de 2011

• A pesar de su importancia en el actual contexto de crisis energética y caída de las reservas de petróleo, hasta hoy no se cuenta con información confiable al respecto, afirmó Mauro Germán Valdés, investigador del IGf
• Para enfrentar esta situación, la UNAM, con financiamiento de la Secretaría de Energía, se encargará de hacer la calibración de los sensores de radiación solar instalados en 133 estaciones meteorológicas, a cargo del Servicio Meteorológico Nacional, ubicadas en todo el territorio

Para México es urgente evaluar los recursos solares, porque a pesar de su importancia en el actual contexto de crisis energética y caída de las reservas de petróleo, hasta hoy no se cuenta con información confiable al respecto, afirmó Mauro Germán Valdés, investigador del Instituto de Geofísica (IGf).

Para corregir esta situación, explicó el científico, la Universidad Nacional, con financiamiento de la Secretaría de Energía (Sener), se encargará de hacer la calibración de los sensores de radiación solar instalados en 133 Estaciones Meteorológicas Automáticas (EMA’s) a cargo del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), ubicadas en todo el territorio.

“Para evaluar estos elementos solares primero hay que medirlos, conocer cuánto, cómo, cuándo y, sobre todo, dónde llega, porque de ello depende aprovecharlo en aplicaciones de ‘baja temperatura’, y determinar zonas probables para aprovechamientos de ‘alta temperatura’ o industriales”.

El integrante de la Sección de Radiación Solar del IGf explicó que mientras la red no se calibre “su información no sirve como referencia”. Y hasta el momento, a pesar de que ha habido diversos intentos, no existe una sola evaluación confiable.

Mauro Germán Valdés recordó que la Sener abrió una convocatoria a través del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología para apoyar trabajos relativos a energías. “El SMN y la UNAM hicimos una propuesta conjunta para obtener información verídica de los sensores de todas las estaciones del país. El proyecto implica sustituir los equipos de las 133 estaciones por otros, calibrados”.

Además, abundó el experto, sería estadísticamente probable rescatar los datos que se han recabado desde hace una década en las EMA´s y, con ello, crear una gran base de datos. Vamos a tener información sistematizada en diferentes puntos del país que será útil para la industria, físicos de la atmósfera, arquitectos y biólogos, entre otros.

Ello traerá múltiples beneficios porque hasta para los usos más simples (como un calentador de agua, cuyo funcionamiento varía con la ubicación geográfica o la época del año, por ejemplo), los sistemas requieren información. “Se deben adquirir de acuerdo con la cantidad de energía disponible en el sitio de aprovechamiento y la eficiencia del equipo”.

Germán Valdés precisó que en distancias muy cortas dentro del territorio nacional existen grandes variaciones altitudinales. Eso implica, a la vez, la existencia de una gran variedad de climas por lo que el régimen solar también varía mucho en distancias cortas del terreno.

Sin necesidad de colocar tantas estaciones, se podría monitorear todo el país mediante imágenes de satélite, con una resolución de un kilómetro cuadrado. Pero, una vez más, se requieren sensores calibrados.

Se trata de los llamados piranómetros, que miden la radiación solar, la cual se descompone en radiación solar directa y difusa –esta última, en el momento en el que interactúa con partículas, nubes, etcétera, y es absorbida, reflejada o dispersada-. La suma de ambas es la radiación solar global.

Dentro de los piranómetros, la termopila es la parte encargada de medir. Produce una cantidad de energía eléctrica proporcional a la radiación solar que recibe, esta porción dada es la llamada constante instrumental. Por ejemplo, por cada watt por metro cuadrado un instrumento puede producir 10 microvolts.

Sin embargo, los disponibles se han deteriorado con el paso del tiempo y esa relación puede cambiar. Por ello, deben ser calibrados periódicamente, aclaró el universitario.

El proyecto se realizará en tres años. En el primero, se calibrarán casi la mitad de los equipos, y el resto, en el segundo, debido básicamente a que son diferentes tipos de estaciones meteorológicas. “Una vez concluido ese proceso tendremos la metodología para, colocar los 133 en el tercer año”.
Créditos: unam.mx/boletin/762/2011

Medio siglo de conocimiento inédito en la revista Geofísica Internacional

 
Facebooktwittergoogle_plusmail

Geofísica Internacional27 de junio de 2011

• La publicación del IGf tiene 50 años de presentar artículos originales sobre sismología, vulcanología, geología, paleomagnetismo, tectónica, física espacial, hidrología, oceanografía física, geología terrestre y marina, ciencias atmosféricas y geoquímica
• Está incluida en los índices Scopus, Science Citation Index, Open Access Journals, SciELO, AFSA, Latindex e Irmicyt, entre otros, dijo su editora, Andrea Rostan

Con 51 años de rigor científico y la tarea de presentar conocimiento inédito en sus páginas, la revista Geofísica Internacional, publicada trimestralmente por el Instituto de Geofísica (IGf) de esta casa de estudios, aborda los grandes temas de las ciencias de la Tierra.

Sus artículos, presentados en inglés, con resúmenes en ese idioma y en español, se refieren a sismología, vulcanología, geología, paleomagnetismo, tectónica, física espacial, hidrología y exploración, oceanografía física, geología terrestre y marina, ciencias atmosféricas y geoquímica, comentó su editora técnica, Andrea Rostan Robledo.

Sus principales lectores son investigadores y estudiantes de posgrado, quienes también ofrecen artículos originales en la edición, una vez que aprueban el estricto arbitraje que realizan dos o tres expertos, señaló.

Además de este último, que se realiza con expertos mundiales, cada texto requiere el visto bueno del editor asociado, Óscar Campos, y del editor en jefe, Cinna Lomnitz, sismólogo e investigador emérito de la UNAM.

 Andrea Rostan Robledo, editora técnica de la revista Geofísica Internacional.
Andrea Rostan Robledo, editora técnica de la revista Geofísica Internacional.

Índices internacionales

Aparte de su arraigo entre la comunidad geofísica universitaria y nacional, uno de los grandes logros de la publicación es su inclusión en índices internacionales de primer nivel mundial, que le permiten mantener su prestigio, ser citada por especialistas de otros países y tener una mayor visibilidad y competencia a nivel global, destacó.

Actualmente, está incluida en los índices Science Citation Index Expanded (SCI), Scopus, Aquatic Sciences and Fisheries Abstracts (ASFA), Biological Abstracts, Chemical Abstracts, Índice de Revistas Mexicanas de Investigación Científica y Tecnológica del Conacyt, E-Journal, Geo Abstracts and GEOBASE, GEOMEX, GeoRefs, Geophysics and Tectonics Abstracts, Geographical Abstracts, Part B-Climatology and Hydrology, INIS Atomindex (International Nuclear Information System), Latindex, Meteorogical and Geoastrophysical Abstracts, Periódica (Índice de Revistas Latinoamericanas en Ciencias) y SciELO.

Algo de historia

Fue creada en 1960 por Julián Adem, investigador emérito de la UNAM, como órgano de la Unión Geofísica Mexicana (UGM), que el propio científico fundó ese año.

En el número de aniversario (enero-marzo de 2011), el editor en jefe, Cinna Lomnitz, recordó que la revista fue publicada, desde sus inicios y hasta 1972, por el paleontólogo Manuel Maldonado Koerdell; en su primera etapa fue bilingüe (inglés-español), y posteriormente admitió artículos en esos idiomas, además del francés.

A partir de 1990, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) decidió que las revistas científicas se difundieran exclusivamente en inglés. En el texto, Lomnitz relató que esa decisión causó controversia en México y Estados Unidos, pues los autores del país vecino del norte favorecían la publicación de material inédito porque era un medio de mostrar su labor en el mundo científico de habla hispana.

Sin embargo, el proceso de globalización y el impacto de Internet afianzaron al inglés como la lengua científica universal, y permitió divulgar en ese idioma los trabajos mexicanos y latinoamericanos por todo el orbe.

Desde 1997, Geofísica Internacional está en línea, tanto en la página del IGf como en el Portal de Revistas Científicas y Arbitradas de la UNAM (www.revistas.unam.mx), donde puede consultarse de forma gratuita, destacó Rostan.

En sus páginas, difunden sus textos especialistas de diversas naciones como Estados Unidos, Camerún, Turquía, Argentina, Rusia, Brasil, Japón y México, entre otras.

Créditos: UNAM-DGCS-380-2011/unam.mx

La acidificación en los océanos modificará los ecosistemas submarinos

 
Facebooktwittergoogle_plusmail

Pruebas de bióxido de carbono y acidificación en los océanos.
Pruebas de bióxido de carbono y acidificación en los océanos.

12 de junio de 2011

• Sólo sobrevivirán los organismos que se adapten, advirtió Rosa María Prol Ledesma, del IGf

La presencia de bióxido de carbono (CO2) en los océanos va en aumento; el pH diminuye y la acidificación modificará los ecosistemas submarinos, y sólo sobrevivirán los organismos que se adapten, como los que no tienen concha. Otros, como almejas, caracoles, erizos o corales podrían no acostumbrarse, advirtió Rosa María Prol Ledesma, investigadora del Instituto de Geofísica (IGf).

Al participar en la mesa Geofísica y Biología de las Ventilas Hidrotermales, organizada en el Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL), refirió que éstas son salidas en el fondo oceánico de sistemas convectivos, donde se registra agua de mar que se calienta, interacciona con las rocas y sale a diferentes temperaturas, desde 20 ó 50 grados, hasta más de 400.

Existen someras o costeras, de temperaturas menores; otras son profundas. También hay cold seeps o emanaciones frías donde, junto con el agua, emana una gran cantidad de gas natural, metano y otros compuestos.

Casi 90 por ciento del gas es bióxido de carbono, explicó la experta. También metano, ácido sulfhídrico, hidrógeno y helio. A eso se suma que una gran cantidad del CO2 atmosférico, casi 30 por ciento, se disuelve en el océano.

En algunos sitios estudiados, dijo Prol Ledesma, integrante del Departamento de Recursos Naturales del IGf, hay agua de mar muy caliente, pero no es pura, tiene una gran cantidad de metales: hierro, plomo, zinc, en algunos casos oro, sulfuros, y componentes de origen magmático. Otras ventilas arrojan agua “limpia”, es decir, sin sal, porque entra en ebullición (se produce vapor que no lleva nada disuelto).

También, refirió que las ventilas sostienen comunidades muy diversas porque en ellas hay presencia de nutrientes.

Por su parte, Guadalupe Cordero, del Departamento de Ciencias Espaciales del Instituto de Geofísica, habló del caso del satélite de Júpiter llamado Europa, donde comenzaron las observaciones desde Tierra en los años 60; entonces, se percataron que su superficie era de hielo de agua. Para 1977, ya se tenían algunos modelos de su interior y se mencionaba que podría haber agua líquida debajo de esa capa helada.

La vida, como la conocemos, necesita de tres elementos: agua líquida, compuestos orgánicos y una fuente de energía, todos ellos presentes en Europa, sostuvo Cordero.

Con datos obtenidos por la misión Galileo, se empezaron a hacer modelos más finos del interior de ese satélite: para determinar qué es lo que había debajo de la corteza de hielo, los geólogos comenzaron a fijarse en las estructuras externas, como los cráteres de impacto, más someros que otros.

“Esto indica que la onda de choque que forma este tipo de estructuras se encontró con una capa muy poco viscosa, lo que refiere que puede haber agua líquida allá abajo, pero también una especie de hielo tibio (lodoso)”.

Luego, se encontraron estructuras llamadas lentículas que son hoyos o domos, en forma más o menos elíptica que tienen un diámetro o longitud de entre siete y 15 kilómetros. También, se halló criovulcanismo, donde la lava no es de silicato, sino de hielo; eso revela que este material fue fluido en algún momento, que salió del interior, e indica que en el interior hay cierta cantidad de calor y, abajo, magma de agua.

En el sistema solar se reconocen cinco fuentes de energía, pero en los satélites de los planetas exteriores sólo actúan dos: decaimiento por elementos radioactivos y las fuerzas de mareas –en este caso, la que ejerce Júpiter sobre sus satélites, entre ellos Io y Europa – que producen fracturas a partir de las que se forman las crestas que caracterizan a esta última “luna”.

La observación importante que aclaró lo que había dentro de Europa fue el estudio del campo magnético. La nave Galileo notó al pasar cerca que ese campo no es intrínseco del satélite, sino que variaba con el de Júpiter, es decir, era magnético inducido, para lo que se requiere un conductor: agua salada, presente debajo de la corteza.

Después de observar que no sólo Europa tenía un océano de agua, sino Ganímedes y Calisto, se trató de ver cómo es y caracterizarla. Así nació la oceanografía planetaria, relató Guadalupe Cordero.

Ahora, se prueba un instrumento que pueda ser llevado para atravesar la corteza de hielo y ver que hay debajo; se espera encontrar ventilas hidrotermales, dijo.

Hasta ahora, hay más preguntas que respuestas sobre Europa, como determinar los parámetros físicos de las plumas hidrotermales y si éstas son consistentes con la formación de las regiones caóticas que se registran (hielo que parece que se rompió y se movió).

Además, si existe una circulación horizontal en gran escala, el efecto de la topografía del fondo oceánico y cómo es la interacción de las rocas con el fluido, entre otras.

Las ventilas hidrotermales son importantes porque pueden producir agua al estado líquido, funden hielo y producen su ascenso desde acuíferos profundos; pueden crear un ambiente donde exista mezcla de fluidos, desequilibrio químico y nutrientes favorables a la síntesis de compuestos orgánicos, además de la cristalización a bajas temperaturas de carbonatos y silicatos que pueden fosilizar y preservar organismos microbianos. En Europa, “los sistemas hidrotermales podrían ser más de los que existen en la Tierra”.

Por último, Cordero mencionó que la NASA tiene un proyecto que consta de una misión con dos orbitadores, uno alrededor de esa luna de Júpiter, y otro en torno a Ganímedes, para caracterizar el océano debajo de las cortezas de hielo.
Créditos: UNAM-DGCS-347-2011/unam.mx

Con un georradar e imágenes en 3D, colabora UNAM en la exploración del inframundo teotihuacano

 
Facebooktwittergoogle_plusmail
CON UN GEORRADAR E IMÁGENES EN 3D, COLABORA UNAM EN LA EXPLORACIÓN DEL INFRAMUNDO TEOTIHUACANO
• Sergio Gómez Chávez, del INAH, encabeza la excavación de un túnel ubicado debajo del Templo de la Serpiente Emplumada, clausurado hace mil 800 años; al final del pasaje se encuentran varias cámaras, donde pudieran estar los restos de los gobernantes de esa civilización
• Se halla a 14 metros de profundidad, con orientación de oeste a este; de acuerdo a relatos de culturas mesoamericanas, la entrada al inframundo es precisamente en esa dirección
• Con un georradar, Víctor Manuel Velasco Herrera, del IGf de la Universidad, detectó la ubicación del túnel, y con una cámara de video 3D, graba las primeras imágenes tridimensionales del sitio
Científicos mexicanos encontraron, debajo del Templo de la Serpiente Emplumada, un túnel clausurado por los teotihuacanos hace mil 800 años. Ahí, la Universidad Nacional participa con un georradar, que desde la superficie detecta lo que hay en el subsuelo, y con el registro del complejo arqueológico, mediante una cámara de video en 3D.
Con el georradar, que barre con ondas electromagnéticas desde la superficie para detectar materiales y objetos del subsuelo, Víctor Manuel Velasco Herrera, académico del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM, detectó la ubicación de ese pasaje, sus dimensiones y las cámaras al final de éste.
Ese túnel “es una representación del inframundo. Se trataba de un lugar de creación, donde residen las fuerzas telúricas, emanadas de las deidades; el sitio donde se crea y se recrea la vida de forma constante”, consideró Sergio Gómez Chávez, del Instituto de Antropología e Historia (INAH).
El arqueólogo, tras años de dirigir al equipo que ha hecho posible extraer con palas y cubeta más de 200 toneladas de tierra y piedra, también ha encontrado una ruta de símbolos, cuya conclusión serán las cámaras funerarias ubicadas en el extremo del corredor.
Ahora, se avanza en la exploración del túnel, que se encuentra a 14 metros de profundidad, con orientación de oeste a este –de acuerdo a distintos relatos o mitos que compartían diversas culturas mesoamericanas, la entrada al inframundo es precisamente en esa dirección–, con una longitud de 120 metros.
Pero al final, se encuentran varias cámaras, donde pudieran estar los restos de los gobernantes de esa civilización mesoamericana. De confirmarse, será uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes del siglo XXI a nivel mundial, consideró.
Rastreo con georradar
En la zona, Velasco trabaja con un georradar que, desde la superficie, detecta lo que hay en el subsuelo. Con este equipo no invasivo, propiedad del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS) de la UNAM, el universitario ha detectado la longitud de la oquedad y el mítico sitio al que conduce.
“Se utiliza desde la superficie del suelo, y emite ondas electromagnéticas para localizar diferencias de materiales”. Así, se han podio distinguir trozos de cerámica, huesos, piedras, agua o huecos del sitio, lo que ayuda a la reconstrucción del túnel y de sus contenidos. Con esa evidencia, se completa la información de los arqueólogos quienes, al excavar, han localizado fragmentos de objetos de ofrendas.
El uso de la tecnología para explorar la zona ha sido fundamental. Por la formación de la ingeniería del sitio vemos que en Teotihuacan hubo un gran conocimiento científico, de matemáticas, geografía, construcción, y de los materiales, que indican que hubo un gran desarrollo, destacó.
Teotihuacan tridimensional
Otra participación de la UNAM en la exploración del Templo de la Serpiente Emplumada consiste en un registro del complejo arqueológico con una cámara de video en 3D.
En el país, esta tecnología se aplica en diferentes áreas de la ciencia y la tecnología. En especial, Velasco la ha utilizado en la percepción remota aeroespacial para el estudio de los cuerpos celestes, del cambio climático, de los huracanes y, ahora, la emplea en la zona arqueológica de San Juan Teotihuacan.
“Generamos los primeros videos tridimensionales de uno de los lugares más sagrados del México prehispánico, como es el inframundo teotihuacano, y próximamente se harán animaciones y recreaciones virtuales del túnel, de su arquitectura, de los restos de cerámicas y otros objetos”, adelantó Velasco.
Uno de los planes, es realizar con ese material un museo o paseo virtual, para dar a conocer este hallazgo a nivel global.
Requieren nuevo equipo
Además de la tecnología 3D, se requiere de una nueva para analizar con detalle las condiciones de las paredes de ese pasaje, “porque sería importante saber si hay fracturas que pudieran poner en peligro la vida de los arqueólogos del INAH, u ocasionar derrumbes como ocurre comúnmente en las minas”, añadió.
“Este equipo es un escáner-láser, y es necesario emplearlo constantemente dadas las condiciones, por lo que sería fundamental que se apoyara a la Universidad para la adquisición de este instrumento, que no sólo se usaría en ese sitio arqueológico, sino en todo el país, para resolver diferentes problemas”, indicó.
El uso de nuevas herramientas ha permitido un encuentro entre el México moderno y el prehispánico, “me parece que solamente si hemos alcanzado un desarrollo científico, somos dignos de encontrar y comprender este hallazgo en San Juan Teotihuacan”.
Además de la importancia arqueológica y del valor cultural, los tehotihuacanos legaron un mensaje: “no cometan nuestros errores o se colapsarán como nosotros”, aseguró Velasco. Esto es relevante, continuó, porque “el estudio de nuestro pasado es fundamental para resolver los grandes problemas que tiene actualmente una mega urbe como la Ciudad de México”.
Víctor Manuel Velasco Herrera, académico del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM, colabora con un georradar en la ubicación del túnel
Víctor Manuel Velasco Herrera, académico del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM, colabora con un georradar en la ubicación del túnel

26 de mayo de 2011

• Sergio Gómez Chávez, del INAH, encabeza la excavación de un túnel ubicado debajo del Templo de la Serpiente Emplumada, clausurado hace mil 800 años; al final del pasaje se encuentran varias cámaras, donde pudieran estar los restos de los gobernantes de esa civilización
• Se halla a 14 metros de profundidad, con orientación de oeste a este; de acuerdo a relatos de culturas mesoamericanas, la entrada al inframundo es precisamente en esa dirección
• Con un georradar, Víctor Manuel Velasco Herrera, del IGf de la Universidad, detectó la ubicación del túnel, y con una cámara de video 3D, graba las primeras imágenes tridimensionales del sitio
Científicos mexicanos encontraron, debajo del Templo de la Serpiente Emplumada, un túnel clausurado por los teotihuacanos hace mil 800 años. Ahí, la Universidad Nacional participa con un georradar, que desde la superficie detecta lo que hay en el subsuelo, y con el registro del complejo arqueológico, mediante una cámara de video en 3D.
Con el georradar, que barre con ondas electromagnéticas desde la superficie para detectar materiales y objetos del subsuelo, Víctor Manuel Velasco Herrera, académico del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM, detectó la ubicación de ese pasaje, sus dimensiones y las cámaras al final de éste.
Ese túnel “es una representación del inframundo. Se trataba de un lugar de creación, donde residen las fuerzas telúricas, emanadas de las deidades; el sitio donde se crea y se recrea la vida de forma constante”, consideró Sergio Gómez Chávez, del Instituto de Antropología e Historia (INAH).
El arqueólogo, tras años de dirigir al equipo que ha hecho posible extraer con palas y cubeta más de 200 toneladas de tierra y piedra, también ha encontrado una ruta de símbolos, cuya conclusión serán las cámaras funerarias ubicadas en el extremo del corredor.
Ahora, se avanza en la exploración del túnel, que se encuentra a 14 metros de profundidad, con orientación de oeste a este –de acuerdo a distintos relatos o mitos que compartían diversas culturas mesoamericanas, la entrada al inframundo es precisamente en esa dirección–, con una longitud de 120 metros.
Pero al final, se encuentran varias cámaras, donde pudieran estar los restos de los gobernantes de esa civilización mesoamericana. De confirmarse, será uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes del siglo XXI a nivel mundial, consideró.
Rastreo con georradar

En la zona, Velasco trabaja con un georradar que, desde la superficie, detecta lo que hay en el subsuelo. Con este equipo no invasivo, propiedad del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS) de la UNAM, el universitario ha detectado la longitud de la oquedad y el mítico sitio al que conduce.
“Se utiliza desde la superficie del suelo, y emite ondas electromagnéticas para localizar diferencias de materiales”. Así, se han podio distinguir trozos de cerámica, huesos, piedras, agua o huecos del sitio, lo que ayuda a la reconstrucción del túnel y de sus contenidos. Con esa evidencia, se completa la información de los arqueólogos quienes, al excavar, han localizado fragmentos de objetos de ofrendas.
El uso de la tecnología para explorar la zona ha sido fundamental. Por la formación de la ingeniería del sitio vemos que en Teotihuacan hubo un gran conocimiento científico, de matemáticas, geografía, construcción, y de los materiales, que indican que hubo un gran desarrollo, destacó.
Teotihuacan tridimensional

Otra participación de la UNAM en la exploración del Templo de la Serpiente Emplumada consiste en un registro del complejo arqueológico con una cámara de video en 3D.
En el país, esta tecnología se aplica en diferentes áreas de la ciencia y la tecnología. En especial, Velasco la ha utilizado en la percepción remota aeroespacial para el estudio de los cuerpos celestes, del cambio climático, de los huracanes y, ahora, la emplea en la zona arqueológica de San Juan Teotihuacan.
“Generamos los primeros videos tridimensionales de uno de los lugares más sagrados del México prehispánico, como es el inframundo teotihuacano, y próximamente se harán animaciones y recreaciones virtuales del túnel, de su arquitectura, de los restos de cerámicas y otros objetos”, adelantó Velasco.
Uno de los planes, es realizar con ese material un museo o paseo virtual, para dar a conocer este hallazgo a nivel global.
Requieren nuevo equipo

Además de la tecnología 3D, se requiere de una nueva para analizar con detalle las condiciones de las paredes de ese pasaje, “porque sería importante saber si hay fracturas que pudieran poner en peligro la vida de los arqueólogos del INAH, u ocasionar derrumbes como ocurre comúnmente en las minas”, añadió.
“Este equipo es un escáner-láser, y es necesario emplearlo constantemente dadas las condiciones, por lo que sería fundamental que se apoyara a la Universidad para la adquisición de este instrumento, que no sólo se usaría en ese sitio arqueológico, sino en todo el país, para resolver diferentes problemas”, indicó.
El uso de nuevas herramientas ha permitido un encuentro entre el México moderno y el prehispánico, “me parece que solamente si hemos alcanzado un desarrollo científico, somos dignos de encontrar y comprender este hallazgo en San Juan Teotihuacan”.
Además de la importancia arqueológica y del valor cultural, los tehotihuacanos legaron un mensaje: “no cometan nuestros errores o se colapsarán como nosotros”, aseguró Velasco. Esto es relevante, continuó, porque “el estudio de nuestro pasado es fundamental para resolver los grandes problemas que tiene actualmente una mega urbe como la Ciudad de México”.
Créditos: UNAM-DGCS-309-2011/unam.mx