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NECESARIO, UN CENTRO DE ADVERTENCIA DE CENIZA VOLCÁNICA

 
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Las cenizas son partículas menores a dos milímetros, las finas tienen menos de 10 micrómetros y son fragmentos de roca, minerales y vidrio que el volcán pulveriza en sus explosiones, con dureza mayor a la de la mayoría de las aleaciones de metales fabricados por el hombre.
Las cenizas son partículas menores a dos milímetros, las finas tienen menos de 10 micrómetros y son fragmentos de roca, minerales y vidrio que el volcán pulveriza en sus explosiones, con dureza mayor a la de la mayoría de las aleaciones de metales fabricados por el hombre.

21 de abril de 2011

• Si bien las autoridades aeronáuticas mexicanas tienen un protocolo estructurado y comunicación con el Cenapred, se debe pensar más allá de los planes y mejorarlos, consideró Hugo Delgado, investigador del IGf de la UNAM

México necesita un centro de advertencia de cenizas volcánicas que permita contar con información pronta no sólo de la actividad de los colosos mexicanos, sino de una región amplia que incluya la parte norte de Sudamérica y Centroamérica, consideró Hugo Delgado Granados, investigador del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM.

En el pasado, volcanes como Santa María (Guatemala), Cosigüina (Nicaragua) e Ilopango (El Salvador) han tenido una fuerte influencia en el territorio nacional. Por ello, “debemos estar preparados, pues tarde o temprano se manifestará actividad”.

Si bien las autoridades aeronáuticas mexicanas tienen un protocolo estructurado, comunicado con el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) para el caso del volcán Popocatépetl, es importante pensar más allá de la situación actual de los planes y mejorarlos.

Existen diversos centros en el mundo que atienden y observan las nubes volcánicas producidas por los diferentes colosos; no obstante, en el caso de México, el centro correspondiente es el de Washington, y los otros dos más cercanos, se ubican en Montreal y Buenos Aires. Entonces, el gobierno mexicano tendría que establecer uno en el país, recalcó el vulcanólogo.

La ceniza volcánica

Las cenizas, explicó, son partículas menores a dos milímetros, las finas tienen menos de 10 micrómetros y son fragmentos de roca, minerales y vidrio que el volcán pulveriza en sus explosiones, con dureza mayor a la de la mayoría de las aleaciones de metales fabricados por el hombre.

Las más pequeñas son transportadas por el viento a miles de kilómetros y pueden permanecer en la atmósfera por días y formar nubes que en muchas ocasiones no pueden distinguirse de las meteorológicas, ni siquiera con el uso de instrumentos de navegación, precisó.

Entonces, si un avión vuela por largos períodos dentro de una nube volcánica, esas partículas provocan la abrasión en los parabrisas, lo que provoca una reducción drástica de la visibilidad. Los pilotos, probablemente, no se percatan de estos efectos durante el viaje, pero sí al aterrizar.

También, se afecta la pintura y el metal de las naves, en particular en las alas y cola, pero el principal problema se registra en las turbinas, que trabajan a más de mil grados centígrados, temperaturas que sobrepasan las de fusión de las cenizas, que se introducen en los espacios más pequeños y reducen el paso de aire y combustible, con la consecuente pérdida de poder de esas máquinas y su posible paralización.

En la actualidad, enfatizó, las autoridades aeronáuticas de todo el mundo están conscientes de los efectos y han tomado medidas de seguridad estrictas, destinadas a proteger y evitar pérdidas humanas y económicas.

Asimismo, concluyó, es necesario reflexionar sobre nuestras condiciones reales a la hora de enfrentar estas eventualidades, para prevenir desastres e instalar un centro de advertencia, que nos permita actuar de manera más rápida y oportuna.

Créditos: UNAM-DGCS-231/2011/unam.mx

Desarrollan en la UNAM software para evaluación e investigación de temas volcánicos

 
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• Especialistas de la Dirección General de Servicios de Cómputo Académico (DGSCA) y del Instituto de Geofísica de la

Investigadores de la UNAM prueban un programa que podría ayudar no sólo a prevenir afectaciones causadas por erupciones, sino daños por sus efectos secundarios, dijo Hugo Delgado Granados, del IGf.
Investigadores de la UNAM prueban un programa que podría ayudar no sólo a prevenir afectaciones causadas por erupciones, sino daños por sus efectos secundarios, dijo Hugo Delgado Granados, del IGf.

UNAM trabajan en el proyecto

• Con esta herramienta se podrán realizar simulaciones y representaciones de eventos eruptivos de diferentes tipos, informó el especialista del IGf, Hugo Delgado

Especialistas de la UNAM desarrollan un software llamado Volworks, diseñado para trabajar con eventos volcánicos.

Con ayuda de la Dirección General de Servicios de Cómputo Académico (DGSCA), investigadores del Departamento de Vulcanología del Instituto de Geofísica (IGf), prueban un programa que podría ayudar no sólo a prevenir afectaciones causadas por las erupciones, sino daños por sus efectos secundarios.

En la primera reunión de la Red Iberoamericana para el Monitoreo y Modernización de Cenizas y Aerosoles Volcánicos y su Impacto en la Infraestructura y Calidad de Aire, Hugo Delgado Granados, especialista de dicho departamento, informó que con esta herramienta (contemplada en varios módulos) se podrán realizar simulaciones y representaciones de eventos eruptivos de diferentes tipos, algunos tan particulares como la precipitación de cenizas.

La ceniza volcánica —producto de la fragmentación del magma— puede afectar severamente la salud, pues al ser aspirada llega a los pulmones. Mientras más fina es, el daño es mayor; además, cuando se concentra en grandes cantidades, puede derrumbar techos, agregó.

Por ello, la finalidad de este sistema será brindar herramientas accesibles y de fácil uso para que cualquier persona, aún sin ser especialista, pueda emplearlo en distintos ámbitos.

“Podemos simular escenarios específicos que contribuyan, de manera sencilla, a visualizar cuáles podrían ser las zonas de mayor impacto, y aunque el programa aún tiene limitaciones, ayuda a prever posibles patrones de dispersión de las cenizas, que permitirían anticipar algunos efectos secundarios”, expuso.

“Esto sería de gran ayuda para la aeronáutica civil, que tiene como uno de sus principales problemas el esparcimiento de ceniza volcánica”, añadió.

Este paquete está pensado para ser cargado en cualquier computadora, no sólo en las especializadas y está programada para que las simulaciones que se lleven a cabo con base en muestras reales, tomadas en campo, y para que los valores se sustenten en experiencias verídicas.

Delgado Granados detalló que este sistema también ayuda a la elaboración de mapas de escenarios de peligro volcánico, que previenen problemas por caída de cenizas y su posible afectación a la salud, infraestructura e industria.

Para su fabricación, se deben involucrar metodologías y datos científicos especializados, con un lenguaje accesible a un público más extenso.

El mapa del volcán Popocatépetl, creado en 1995, necesita ser actualizado. “El conocimiento que se tiene es distinto al de hace 15 años. Además, contamos con más herramientas para su mejoramiento”, concluyó.
Créditos: UNAM. DGCS -238/ unam.mx