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Compuestos de hongos nativos atacan bacterias resistentes

 
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hongo

08 de junio de 2015

Bogotá D. C., jun. 08 de 2015 – Agencia de Noticias UN.- Los extractos vegetales de las especies Ganoderma, proveniente del Chocó;Poliporácea, del Huila; y Laccaria laccata, de Bogotá, poseen actividad antibiótica capaz de matar bacterias como el Staphylococcus aureus, muy común en infecciones intrahospitalarias. Continue reading Compuestos de hongos nativos atacan bacterias resistentes

HISTOPLASMOSIS, MÁS QUE UNA ENFERMEDAD LABORAL

 
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histoplasmosisLa histoplasmosis, micosis sistémica causada por el hongo Histoplasma capsulatum (descrito originalmente en América), es una enfermedad de distribución mundial que, por lo general, cursa en una forma clínica benigna, aunque bajo ciertas circunstancias puede ser mortal.

Las áreas endémicas más importantes se concentran en Estados Unidos (valles del Mississippi y Ohio), así como en Centro y Sudamérica. En América Latina, Brasil y México reportan el mayor número de brotes epidémicos.

¿Cuál es la morbilidad en nuestro país? De acuerdo a Maria Lucia Taylor, jefa del grupo de Inmunología de Hongos de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, se desconoce la actual prevalencia en el país porque a finales de la década de los años 80 del siglo pasado fue eliminada de la lista de enfermedades reportables.

En excretas de murciélagos y aves

H. capsulatum crece en excretas de murciélagos y aves por el alto contenido de fósforo y nitrógeno de éstas. Aunque el riesgo de infección es mayor en ambientes cerrados como cuevas, grutas, minas, casas abandonadas y recintos arqueológicos, donde se refugian murciélagos en grandes colonias; también se puede adquirir en ambientes abiertos como parques públicos, traspatios caseros, gallineros y granjas donde se acumulan excretas de aves.

La infección se adquiere por inhalación de esporas aerosolizadas del morfotipo micelial. Los principales órganos de choque son los pulmones.

“Dada la ubicuidad del hongo, todos estamos expuestos. ¿Por qué, entonces, no todos enfermamos?, porque la mayoría de los sujetos somos inmunocompetentes y no somos blancos naturales del patógeno; por lo tanto, aunque nos infectemos temporalmente, no desarrollamos el padecimiento”, explicó Taylor, quien desde hace más de 30 años estudia la histoplasmosis.

La mayoría de las personas puede auto-limitar la infección causada por una cepa de H. capsulatum de baja virulencia, que deja sólo la huella inmunológica de una infección primaria. Sin embargo, un sujeto inmunosuprimido (consciente o no de su condición) puede adquirir la infección que, con frecuencia, evoluciona a enfermedad severa o grave, e incluso culmina en muerte.

Asimismo, está asociada a individuos que realizan ciertas actividades ocupacionales y recreativas (mineros, geólogos, biólogos, arqueólogos, espeleólogos o ecoturistas, entre otros), por lo que se le considera una enfermedad laboral en la Ley Federal del Trabajo.

Tres variedades taxonómicas

H. capsulatum presenta tres variedades taxonómicas: H. capsulatum var. capsulatum (descrita en América), H. capsulatum var. duboisii (asociada a casos clínicos en África) y H. capsulatum var. farciminosum (produce la afección en equinos –caballos y mulas– en Asia).

Actualmente, con base en análisis filogenéticos se ha determinado que H. capsulatum es un complejo de especies crípticas. “Éstas, están distribuidas mundialmente; en América, el hongo ha sido reportado desde Alberta, Canadá, hasta la provincia de Neuquén, en la Patagonia, Argentina (en ambos lugares se describieron brotes epidémicos autóctonos)”, agregó.

Las poblaciones genéticas de H. capsulatum se iniciaron probablemente en América del Sur entre tres y 13 millones de años atrás y se distribuyeron en el planeta antes de la separación de los continentes.

En ese proceso de microevolución del parásito resalta la coevolución con su huésped silvestre (el murciélago) y es posible que a lo largo de millones de años se hayan generado nuevas poblaciones hermanadas, pero distintas, como las que conforman el complejo H. capsulatum.

Murciélago de cola libre

En los últimos años, Taylor y sus colaboradores han propuesto una nueva población genética y dos nuevos linajes de H. capsulatum, asociados a una especie de murciélago que forma colonias grandes, con hábito migratorio y que es posiblemente la mejor dispersora del hongo en la naturaleza: Tadarida brasiliensis (murciélago de cola libre).

Los quirópteros no deben ser satanizados por su relación con la histoplasmosis. Son animales útiles, fertilizadores y controladores de plagas y su vínculo con esa micosis en humanos se debe a la mala costumbre de estos últimos de invadir los refugios de aquéllos y alterar su entorno ambiental.

 En la actualidad, Taylor trabaja en su laboratorio de la FM en la caracterización de esta nueva población genética y de los dos linajes filogenéticos de H. capsulatum, mediante análisis de secuencias de más de 10 genes.

Diagnóstico inmunológico y molecular

En la Unidad de Micología del Departamento de Microbiología y Parasitología de la FM, Taylor y otros académicos ofrecen el servicio de diagnóstico inmunológico y molecular para detectar a pacientes con histoplasmosis.

“Concepción Toriello produce los antígenos y nosotros estandarizamos las pruebas inmunológicas”, señaló.

Para complementar el diagnóstico inmunológico también hacen ensayos moleculares en muestras clínicas (sangre, suero, orina y biopsias de distintos tejidos del que se extrae ADN –ácido desoxirribonucleico– total) enviadas por los hospitales u obtenidas directamente de los pacientes en la referida unidad.

“Además del servicio inmunológico y molecular, damos a los médicos interesados orientación relacionada con el pronóstico de la enfermedad y con la eficiencia del tratamiento. Se debe tomar en cuenta que, al considerar los resultados de las pruebas moleculares para definir la persistencia de la carga fúngica en el huésped infectado, es posible inferir si hay evidencia de que la cura clínica se complementa con la biológica”, dijo la investigadora.

La histoplasmosis es curable si se detecta a tiempo y se administra el antifúngico adecuado. Las excretas de murciélagos y aves acumuladas en sitios con óptimas condiciones ambientales constituyen el nicho ecológico de H. capsulatum y son las principales fuentes de infección.

Los murciélagos son los reservorios y dispersores naturales de H. capsulatum más importantes en la naturaleza, pero no transmiten la enfermedad. Los mamíferos terrestres, las aves y el viento también pueden dispersar los propágulos infectivos.

Biopelículas

Como parte de un proyecto de colaboración bilateral México-Brasil, Maria Lucia Taylor y las investigadoras brasileñas María José Soares Mendes Giannini y Ana Marisa Fusco Almeida describen la formación de biopelículas por H. capsulatum.

El hongo forma una capa de cultivo sobre materiales inertes e incluso en ciertas superficies del propio huésped. Debido a esa habilidad, en algunos procesos de infección nosocomial se pueden formar colonias fúngicas sobre material de uso hospitalario, como catéteres y otros elementos aparentemente inertes.

Se piensa que la formación de biopelículas no es privativa de cualquier cepa de H. capsulatum, sino que está asociada a ciertas características de algunas cepas en particular.

Las investigadoras desarrollan estudios más detallados sobre el transcriptoma y el secretoma de biopelículas inducidos por una cepa brasileña y una mexicana (esta última es la más virulenta dentro de los ejemplares depositados en la Colección de cepas de Histoplasma capsulatum, del Laboratorio de Inmunología de Hongos de la FM, de la cual Taylor es creadora y curadora).

Brotes epidémicos en humanos y animales

Por medio del servicio de diagnóstico que brinda gratuitamente el Laboratorio de Inmunología de Hongos de la FM a las comunidades de bajos recursos económicos, Taylor y sus colaboradores saben que en los últimos 10 años se han registrados brotes importantes en Sinaloa y Guerrero, así como otros pequeños en Morelos, Querétaro, Oaxaca, Puebla, Chiapas y Michoacán.

Créditos:UNAM-DGCS-240-2014

Con desechos agroindustriales obtienen flavorizantes.

 
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A partir de los hongos que atacan cultivos tropicales como el tomate de árbol se obtienen microorganismos para obtener flavorizantes.
A partir de los hongos que atacan cultivos tropicales como el tomate de árbol se obtienen microorganismos para obtener flavorizantes.

7 de Noviembre del 2012

A partir de desechos como la tusa de maíz y el bagazo de caña, así como de hongos fitopatógenos que atacan la papaya, el aguacate y el tomate de árbol, se pueden obtener agentes de aroma y sabor.

Así lo demuestra una investigación que adelanta Manuel Alejandro Numpaque, magíster en Ciencia y Tecnología de los Alimentos de la UN. Él desarrolló procesos biotecnológicos para conseguir flavorizantes, es decir, sustancias que poseen sabor y aroma y, en esa medida, un alto valor para la industria.

Numpaque explica que existen cerca de 2.500 compuestos flavorizantes que pueden ser utilizados en la industria de alimentos y que se extraen por vía natural y sintética.

Estos procesos tienen ventajas y desventajas que se pueden estandarizar con biotecnología, pues, por ejemplo, con el primer método, los procesos son arduos y costosos, mientras que la extracción sintética es contaminante.

Su trabajo revela que a los hongos fitopatógenos que se encuentran en sistemas tropicales como en Colombia y que atacan cultivos como el tomate y el aguacate se les puede sacar un beneficio, pues poseen unas enzimas especializadas capaces de producir las moléculas necesarias para fabricar flavorizantes.

Así, al microorganismo surgido de los hongos y los desechos agroindustriales de tusa de maíz, bagazo de caña y turba de coco, entre otros, se lo somete al hidrolizado básico y a otros procesos biotecnológicos a fin de lograr las reacciones específicas y conseguir que las moléculas se transformen en los agentes flavorizantes.

El investigador de la UN cuenta que trabajos como este son adelantados por expertos en muchas partes del mundo. Sin embargo, aclara que el suyo se diferencia en el uso de estos desechos, a los cuales, en lugar de darles una mala disposición (frecuentemente se queman o se botan de manera no controlada), se les extraen componentes químicos; además de aprovechar patógenos que atacan cultivos tropicales.

Con estos procesos se pueden obtener aromas como el de la vainilla, el 2-fenil etanol, el 4-vanilguaicol y muchos otros que se podrían escalar a nivel industrial y que se usan en la industria cosmética o en el sector alimentario gourmet.

La pesquisa de Manuel Alejandro Numpaque se ha desarrollado a escala de laboratorio y hace parte de su trabajo de grado para obtener el título de magíster en Ciencia y Tecnología de Alimentos de la Facultad de Ciencias Agrícolas de la UN en Medellín.

Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

Aceites de tomillo y orégano combaten hongos en mazorcas.

 
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23 de Octubre del 2012
Algunos hongos ocasionan pérdidas durante el almacenamiento poscosecha del maíz tierno. Para evitarlas, un estudio de la UN evaluó el efecto microbicida y conservante de estos aceites esenciales.
El maíz (Zea mays L.) se constituye como el alimento de mayor importancia para muchos países de América, ya que tiene un amplio aprovechamiento para el consumo humano y animal, así como en la industria.
Sin embargo, hongos como Rizophus y Mucor, se manifiestan  en la etapa de poscosecha, lo que deteriora su calidad nutricional, sus características organolépticas y su vida útil.
Por ello, y como aporte para el desarrollo de conservantes naturales que permitan garantizar su inocuidad, investigadores de la UN en Palmira evaluaron el efecto microbicida y conservante de los aceites esenciales del tomillo (Thymus vulgaris) y el orégano (Origanum vulgare) sobre mazorcas de maíz tierno.
Según el profesor Pedro Vanegas, director de la investigación, “los aceites esenciales son sustancias odoríferas (que producen olor) de naturaleza oleosa encontradas casi en todos los vegetales. Los de plantas aromáticas y medicinales presentan bioactividades (actividades biológicas) notables y un efecto biocida contra bacterias, hongos, virus, protozoos, insectos y plantas (es decir, aniquilación o inhibición de su efecto), lo que atrae la atención de la industria por sus posibles y viables aplicaciones”.
Por la baja toxicidad que estas sustancias causan frente a los antibióticos, era necesario que en la investigación se evaluara el efecto que pueden tener contra microorganismos patógenos en alimentos.
July Alexandra Campo Velasco, estudiante de Ingeniería Agroindustrial de la UN en Palmira, explica la función del timol y el carvacrol, dos compuestos que tienen los aceites y a los que se les atribuye una actividad microbicida.
“El carvacrol se encuentra presente en aceites esenciales de orégano (60–70% de carvacrol) y tomillo (45% carvacrol). Por otro lado, el timol ha sido reportado por tener efectos inhibitorios sobre bacterias y hongos, según investigadores como Guiza y Rincón en el 2007”, afirma Campo.
Tomillo, el más efectivo
Los investigadores adquirieron el material de T. vulgaris y O. vulgare en el mercado local, y lo sometieron previamente a una operación de oreado. “Se sometieron al proceso de extracción por arrastre de vapor en el equipo de hidrodestilación del Laboratorio de Química de la Universidad, y se obtuvieron rendimientos de 1,1% para el primero y 0,2% para el segundo”, dice la estudiante.
Así mismo, en el estudio se observó la actividad antimicrobiana de los aceites en cepas de los hongos Fusarium, Mucor y Rizophus aisladas de las mazorcas, usando el método de dilución en agar a diferentes concentraciones para el desarrollo in vitro (evaluación del crecimiento del micelio).
“Para in situ se utilizó una sola concentración, determinando el índice de severidad, porcentaje de infección y pérdida de peso. Los resultados in vitro demostraron que el aceite de tomillo fue el más efectivo y que contó con una  actividad antifúngica mayor a la de Origanum vulgare, siendo la especie microbiana más sensible Fusarium y la más agresiva Rizophus”, afirma el profesor Vanegas.
Igualmente en in situ los experimentos con ambos aceites fueron efectivos para reducir la pudrición fúngica y la pérdida de peso en el producto investigado, siendo una alternativa para el control de estos hongos durante el almacenamiento poscosecha.
Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html
Durante el almacenamiento poscosecha de las mazorcas tiernas, algunos hongos como Rizophus y Mucor ocasionan pérdidas.

Durante el almacenamiento poscosecha de las mazorcas tiernas, algunos hongos como Rizophus y Mucor ocasionan pérdidas.

23 de Octubre del 2012

Algunos hongos ocasionan pérdidas durante el almacenamiento poscosecha del maíz tierno. Para evitarlas, un estudio de la UN evaluó el efecto microbicida y conservante de estos aceites esenciales.

El maíz (Zea mays L.) se constituye como el alimento de mayor importancia para muchos países de América, ya que tiene un amplio aprovechamiento para el consumo humano y animal, así como en la industria.

Sin embargo, hongos como Rizophus y Mucor, se manifiestan  en la etapa de poscosecha, lo que deteriora su calidad nutricional, sus características organolépticas y su vida útil.

Por ello, y como aporte para el desarrollo de conservantes naturales que permitan garantizar su inocuidad, investigadores de la UN en Palmira evaluaron el efecto microbicida y conservante de los aceites esenciales del tomillo (Thymus vulgaris) y el orégano (Origanum vulgare) sobre mazorcas de maíz tierno.

Según el profesor Pedro Vanegas, director de la investigación, “los aceites esenciales son sustancias odoríferas (que producen olor) de naturaleza oleosa encontradas casi en todos los vegetales. Los de plantas aromáticas y medicinales presentan bioactividades (actividades biológicas) notables y un efecto biocida contra bacterias, hongos, virus, protozoos, insectos y plantas (es decir, aniquilación o inhibición de su efecto), lo que atrae la atención de la industria por sus posibles y viables aplicaciones”.

Por la baja toxicidad que estas sustancias causan frente a los antibióticos, era necesario que en la investigación se evaluara el efecto que pueden tener contra microorganismos patógenos en alimentos.

July Alexandra Campo Velasco, estudiante de Ingeniería Agroindustrial de la UN en Palmira, explica la función del timol y el carvacrol, dos compuestos que tienen los aceites y a los que se les atribuye una actividad microbicida.

“El carvacrol se encuentra presente en aceites esenciales de orégano (60–70% de carvacrol) y tomillo (45% carvacrol). Por otro lado, el timol ha sido reportado por tener efectos inhibitorios sobre bacterias y hongos, según investigadores como Guiza y Rincón en el 2007”, afirma Campo.


Tomillo, el más efectivo

Los investigadores adquirieron el material de T. vulgaris y O. vulgare en el mercado local, y lo sometieron previamente a una operación de oreado. “Se sometieron al proceso de extracción por arrastre de vapor en el equipo de hidrodestilación del Laboratorio de Química de la Universidad, y se obtuvieron rendimientos de 1,1% para el primero y 0,2% para el segundo”, dice la estudiante.

Así mismo, en el estudio se observó la actividad antimicrobiana de los aceites en cepas de los hongos Fusarium, Mucor y Rizophus aisladas de las mazorcas, usando el método de dilución en agar a diferentes concentraciones para el desarrollo in vitro (evaluación del crecimiento del micelio).

“Para in situ se utilizó una sola concentración, determinando el índice de severidad, porcentaje de infección y pérdida de peso. Los resultados in vitro demostraron que el aceite de tomillo fue el más efectivo y que contó con una  actividad antifúngica mayor a la de Origanum vulgare, siendo la especie microbiana más sensible Fusarium y la más agresiva Rizophus”, afirma el profesor Vanegas.

Igualmente en in situ los experimentos con ambos aceites fueron efectivos para reducir la pudrición fúngica y la pérdida de peso en el producto investigado, siendo una alternativa para el control de estos hongos durante el almacenamiento poscosecha.

Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

Hongos de las orquídeas protegen cultivos de arroz.

 
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Las micorrizas de las orquídeas disminuyen la patogenicidad de los cultivos de arroz. Se espera que tengan el mismo efecto en otros cultivos.
Las micorrizas de las orquídeas disminuyen la patogenicidad de los cultivos de arroz. Se espera que tengan el mismo efecto en otros cultivos.

20 de Septiembre del 2012
El uso de micorrizas de las orquídeas disminuye el nivel de patogenicidad de los cultivos de arroz, al funcionar como una vacuna contra plagas. Se espera emplearlas en otras plantas.

Después de inocular plántulas de arroz con hongos de las raíces de las orquídeas (o micorrizas) en condiciones de invernadero, investigadores del Departamento de Ciencias Biológicas de la UN en Palmira corroboraron un efecto de protección. Pues el hongo actúa como una “vacuna” para la planta y activa sus defensas, lo que le permite evitar el ataque de patógenos.

Este hallazgo permitirá desarrollar nuevas técnicas de biocontrol de plagas que reduzcan las aplicaciones de pesticidas.

“A pesar de que solo hemos trabajado en cultivos de arroz, este trabajo abre muchas perspectivas. Así, queremos evaluar qué pasa fuera del invernadero con otros cultivos, como la papa, uno de los más atacados”, asegura el profesor de la UN en Palmira Joel Tupac Otero, director del Instituto de Estudios Ambientales (IDEA).

De esta manera, el Grupo de Investigación en Orquídeas de la Facultad de Ciencias Agropecuarias continúa trabajando con otros grupos e instituciones en la implementación de métodos de control eficientes y ecológicos.

De las orquídeas a los grandes cultivos

Se estima que existen unas 30.000 especies de la llamada “flor nacional”, que exhiben llamativos mecanismos de polinización gracias a sus perfumes y contextura.

Estas interactúan con los hongos de sus raíces, de los cuales obtienen nutrientes y ayuda para que sus semillas germinen.

Sin embargo, las micorrizas actúan de una manera diferente en otras plantas, cuando las condiciones físicas de temperatura y humedad son adecuadas para su desarrollo.

“La micorriza patógena penetra en el cuello y bloquea los tejidos vasculares de algunas plantas hasta matarlas. En fríjol, papa, arroz, maíz y algunas plántulas de especies forestales, han sido devastadoras y han causado muchos daños económicos a los productores”, agrega el profesor Otero.

Por esta razón, el trabajo de los investigadores adquiere una mayor importancia, tras usarlas en arroz como mecanismo de defensa.

Finalmente, el trabajo continuará para extender su uso en cultivos en los que aún no se ha identificado resistencia ni tolerancia a plagas, pues la micorriza de la orquídea podría ser una respuesta eficiente y amigable con el ambiente.

Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html