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Sin conexión las erupciones del Kilauea y del Fuego, y menos con el Popo-UNAM

 
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07 de junio de 2018

En el mundo hay aproximadamente mil 600 volcanes activos, con potencial de entrar en erupción. De ellos, entre 20 y 50 están en actividad en forma alternada, así que siempre hay alguno en erupción, y es muy probable que al menos dos coincidan, pero sólo por casualidad. Continue reading Sin conexión las erupciones del Kilauea y del Fuego, y menos con el Popo-UNAM

COLABORA LA UNAM EN ESTUDIO GEOFÍSICO PARA EXPLICAR HUNDIMIENTOS DE TIERRA EN GUATEMALA

 
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Andrés Tejero, René Chávez y Esteban Hernández,
Andrés Tejero, René Chávez y Esteban Hernández,

17 de abril de 2011

• Universitarios colaboraron con autoridades locales para determinar las causas de grandes socavones registrados en 2007 y 2010

En 2007 y 2010, la ciudad de Guatemala sufrió socavones de grandes dimensiones. Para explicarlos, un grupo de investigadores, dirigidos por René Chávez Segura, del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM, colaboró con autoridades locales.

Los universitarios realizaron el estudio Detección de zonas de riesgo (cavidades) a lo largo del colector del drenaje poniente de la ciudad de Guatemala, para localizar oquedades subterráneas entre la ubicación de cada desplome y analizarlas con métodos científicos.

Fue un trabajo de exploración para evitar pérdidas humanas y materiales en un futuro, precisó el también jefe del Departamento de Geomagnetismo y Exploración del IGf.

Con los resultados de la tomografía eléctrica 2D, se determinó que varios puntos estaban saturados debido al drenaje natural del subsuelo, el colapso de la red superficial y la filtración de agua pluvial. Estas causas, junto con las estructuras civiles que imponen condiciones sobre el drene del líquido y las características geológicas, provocaron la formación de las cavidades, informó Andrés Tejero, de la Facultad de Ingeniería (FI).

El especialista explicó que la técnica consiste en colocar una serie de electrodos sobre un perfil (varillas de cobre de 80 centímetros de largo), separados de manera equidistante con el propósito de “inyectar” una corriente eléctrica al subsuelo con dos electrodos (llamados de emisión) y observar la caída de potencial con otros dos (electrodos de recepción).

La serie de estas herramientas se combina y aumenta la separación entre ellos, de tal manera que se obtiene información relativa a la profundidad y el ángulo lateral, lo que permite definir el parámetro anómalo de resistividad aparente.

La determinación de las resistividades verdaderas en el subsuelo se realiza mediante programas de inversión, que muestran en color la distribución de los niveles en el subsuelo, lo que permite la localización de estructuras de interés.

Los resultados finales

La zona de estudio se ubica en un graven (bloque de tierra parcialmente hundido), entre las fallas geológicas de Mixco y El Trébol. La composición del suelo es compleja, producto de varias erupciones en el pasado.

En 2007, se registró el hundimiento más grande en el barrio San Antonio, con 30 metros de diámetro, y 65 de profundidad. Tres años después, en la colonia Ciudad Nueva de la capital guatemalteca, se formó otro socavón, con 22 metros de diámetro y 45 de profundidad.

Los universitarios detectaron que entre ambos puntos el subsuelo está compuesto por piedra pómez y ceniza volcánica; estos materiales absorben líquidos y se deslavan fácilmente, detalló Chávez.

El investigador informó que detectaron, a 30 metros de profundidad, una “anomalía”. A partir de esta información, el gobierno municipal de Guatemala perforó y encontraron una cavidad, con cuatro metros de altura y 12 de diámetro”, señaló.

A partir de esos estudios, fue posible el hallazgo de tramos compactos (totalmente sólidos), que requieren ser verificados a través de la perforación de pozos. El más importante colinda con un hospital adscrito al Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, abundó.

Al respecto, Esteban Hernández, investigador del IGf, acotó que la responsabilidad del equipo fue señalar las zonas de riesgos y las medidas de protección y prevención, son competencia directa de las autoridades locales.

Créditos: UNAM-DGCS-222/2011/unam.mx

Presentan Guía de Arquitectura y Paisajes Maya

 
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Además de una introducción general, La Guía de Arquitectura y Paisajes Mayas cuenta con 15 capítulos que muestran igual número de regiones del territorio que ocupó ese pueblo.
Además de una introducción general, La Guía de Arquitectura y Paisajes Mayas cuenta con 15 capítulos que muestran igual número de regiones del territorio que ocupó ese pueblo.

25 de febrero de 2011

• Reúne los elementos arquitectónicos de urbanismo y arte de una amplia zona del continente americano que hoy es compartida por Honduras, El Salvador, Belice, Guatemala y México.

Para ofrecer un panorama de la historia y cosmovisión de una de las culturas más importantes de Mesoamérica, la Junta de Andalucía de España y el Centro de Estudios Mayas del Instituto de Investigaciones Filológicas (IIFl) de la UNAM, coeditaron la Guía de Arquitectura y Paisajes Mayas.

En la presentación del texto derivado de un convenio de colaboración académica, Aurelia Vargas Valencia, titular del IIFl, señaló que se trata de una investigación realizada por más de 40 académicos de esta casa de estudios y de otros organismos que colaboraron bajo la coordinación y supervisión del Centro.

En el convenio, reiteró, se acordó que la guía contendría una descripción de los edificios, centros arqueológicos, espacios naturales y anotaciones antropológicas seleccionados por el equipo de trabajo, incluidos una reseña planimétrica y documentación gráfica.

El texto reúne los elementos arquitectónicos de urbanismo y arte de una amplia zona del continente americano que hoy es compartida por cinco naciones: Honduras, El Salvador, Belice, Guatemala y México.

En su intervención, María del Carmen Valverde, coordinadora General de la obra e investigadora del Instituto, detalló que en la elaboración participaron arqueólogos nacionales, de Guatemala y España.

La información no sólo se basa en un amplio conocimiento de las ciudades y experiencia de campo, también incluye los hallazgos e investigaciones más recientes.

En el caso de nuestro país, el grupo de arqueólogos pertenecen a la UNAM, al Instituto Nacional de Antropología e Historia, y a otras instancias de educación superior, mientras que los guatemaltecos y españoles están adscritos a distintos proyectos de investigación.

La Guía, mencionó, quedó conformada por una introducción general, cuya intención es ofrecer un panorama de la cultura maya, de su historia y cosmovisión; además, cuenta con 15 capítulos que muestran igual número de regiones del territorio que ocupó ese pueblo.

Por último, Jerónimo Andreu, coordinador de la Cooperación con México de la Consejería de Obras Públicas y Vivienda de la Junta de Andalucía de España, comentó que el impreso contiene una serie de elementos considerados positivos para todos los países con los que esa cultura tuvo algún nexo.
Con información de: UNAM-DGCS-114-2011/unam.mx

El volcán de Colima, en extrema vigilancia

 
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De los volcanes todavía activos en México, el de Colima está en extrema vigilancia, pues ha tenido, desde los años 70, mucha actividad, con períodos de reposo.
De los volcanes todavía activos en México, el de Colima está en extrema vigilancia, pues ha tenido, desde los años 70, mucha actividad, con períodos de reposo.

21 de enero de 2011

• Los colosos están ligados a procesos geológicos, como la tectónica de placas, pero no están conectados y no se activan uno tras otro, explicó Gerardo Carrasco Núñez, director del CGeo de la UNAM, campus Juriquilla
• El monitoreo es fundamental para la prevención; se pueden elaborar mapas de peligro para evitar daños a la población, consideró

Los registros de actividad del Pacaya, en Guatemala; del Monte Merapi, en Indonesia; de los volcanes activos en Ecuador, en la isla de Montserrat, en la península de Kamchatka, en Rusia, y algunos más “son coincidencias; los colosos están ligados a procesos geológicos, como la tectónica de placas, pero no están conectados y no se activan uno tras otro”, explicó Gerardo Carrasco Núñez, director del Centro de Geociencias (CGeo) de la UNAM, campus Juriquilla.

Lo anterior, aclara las cadenas de correos electrónicos conocidas como hoax (del inglés, engaño), que circulan en Internet con cierta regularidad, donde se muestran fotografías de colosos en erupción y ciudades devastadas, con información descontextualizada acerca del “despertar de los volcanes” y alerta sobre “las erupciones en cadena”, como signo inminente “de una gran catástrofe en el Distrito Federal”.

México cuenta con la faja volcánica, una provincia con orientación este-oeste que se extiende más de mil 200 kilómetros, y cuyo ancho varía de 20 a 150 kilómetros, y se extiende desde Tepic hasta Veracruz, con aproximadamente 12 volcanes, todavía activos, dijo.

De éstos, el de Colima, ubicado entre los estados de Jalisco y Colima, está en extrema vigilancia, “ha tenido, desde los años 70, mucha actividad, con períodos de reposo: se construye un domo en el cráter, que se vuelve inestable conforme asciende y se colapsa”, detalló el experto.

Hasta el momento, prosiguió, los colapsos han sido “relativamente pequeños” y los materiales no han llegado a las poblaciones cercanas. Actualmente, su actividad está monitoreada “muy de cerca”, porque hay un domo en la cima, y es muy posible que se vuelva inestable.

El monitoreo del también denominado “Gigante de Fuego” es constante, pues “una alta explosividad podría generar una erupción de dimensiones mayores, y representaría un gran peligro, pues alcanzaría áreas más distantes”, explicó.

En tal escenario, parte del edificio se colapsaría y el volumen de material volcánico sería tan grande, que afectaría áreas extensas. Se espera que esto ocurra en el lado sur del volcán, pues al norte está reforzado por estructuras geológicas más antiguas, añadió Carrasco Núñez.

En otra proyección de peligro, se registraría actividad volcánica muy explosiva. “El problema sería la formación de nubes de ceniza, que descenderían a gran velocidad y no darían tiempo suficiente para alertar a la población”, advirtió.

Por último, el domo “podría sufrir un colapso pequeño que, por gravedad, se canalizaría en las barrancas cercanas; sólo las poblaciones colindantes sufrirían daños y, en tal caso, se les movilizaría para evitar su afectación”.

El gigante de Sicilia

El Etna es el volcán más activo de Europa, es un complejo edificio que mide tres mil 342 metros, localizado en Italia, al este de Sicilia, y formado por la sucesión de diferentes erupciones. Es uno de los más documentados en el mundo, con registros de su actividad que datan del año 1500 antes de Cristo.

“Es muy particular, no sigue los modelos tradicionales. Tiene un comportamiento que a veces es muy tranquilo, con emisión de lava y, a veces, erupciones explosivas, con duraciones breves, pero peligrosas”, abundó Carrasco.

Es un estratovolcán que cuenta con varias bocas eruptivas, por las cuales expulsa enormes masas de gas, humo, cenizas y rocas incandescentes, que se pueden proyectar por diversas zonas de su estructura. Por esta característica, se debe “monitorear muy bien su actividad, porque no siempre estará concentrada en su cráter central”, añadió.

El pasado 3 de enero incrementó su actividad, con emisión de material incandescente. Es algo “relativamente común, no sale del patrón que lo caracteriza. Lo más apropiado es continuar con el monitoreo, para detectar alguna manifestación que salga de los parámetros conocidos y sugiera algún cambio en su comportamiento eruptivo”.

Los mapas de peligro

No es posible realizar predicciones certeras respecto a la actividad volcánica; sin embargo, con el monitoreo se pueden elaborar mapas de peligro para evitar daños a la población, consideró.

Con escenarios construidos a partir de esos datos, se indican las zonas de peligro en diferentes niveles y los daños que pueden sufrir; con ese conocimiento, es posible la coordinación efectiva y eficiente de los recursos humanos y técnicos y, en consecuencia, la reducción del riesgo.

La elaboración de los planes de prevención, se toman en cuenta las características de cada estructura geológica. “Se ha tratado de conceptualizarlos con modelos generales de funcionamiento, y al estudiarlos con detalle, encontramos particularidades de un volcán a otro”, detalló.

Los mapas de peligro se sustentan en la historia eruptiva de cada coloso y en la frecuencia e intensidad de la misma. Es fundamental conocer con precisión cada estructura geológica para determinar los parámetros de magnitud y periodicidad de su actividad.

Los productos volcánicos

Son varios los productos que lanza un volcán en cada erupción; las cenizas y la lava constituyen lo más común. Es posible proyectar, de acuerdo a la topografía de cada estructura, la trayectoria que seguirá el material incandescente, uno de los productos volcánicos “menos peligrosos”, porque se puede predecir con mayor certeza las áreas que podría afectar en su camino.

La ceniza se genera por la fragmentación producida por actividad volcánica explosiva. Puede causar molestias a niños, ancianos y personas con enfermedades respiratorias; desgasta y atasca la maquinaria; contamina y obstruye la ventilación, suministros de agua y drenajes; causa cortos circuitos eléctricos en las líneas de la transmisión, en computadoras, y componentes electrónicos. A largo plazo, la exposición de la ceniza húmeda puede corroer los metales.

Las nubes de ceniza, que bajan por las laderas de los volcanes representan mayor peligrosidad. Viajan a temperaturas y velocidades muy altas, carbonizan todo a su paso y son letales para el ser humano, pues “roban” el oxígeno en su trayectoria.

Los flujos de lodo, en particular, son altamente destructivos. Se forman al mezclarse el agua ubicada en las laderas de los volcanes con cenizas y otros materiales volcánicos; forma torrentes de gran volumen que pueden destruir todo lo que encuentran a su paso.

Un ejemplo actual es la erupción del Nevado de Ruiz, en Colombia, en 1985. La cumbre del volcán estaba recubierta por un casquete de hielo y al ascender el magma se fundió el glaciar, lo que formó avalanchas de lodo que invadieron el valle del río Lagunilla y sepultaron la ciudad de Armero.

“Las nubes de ceniza y las avalanchas de lodo son las que más muertes causaron el siglo pasado”, concluyó el experto.
Créditos: UNAM-DGCS-043-2011/unam.mx