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Indígenas yuri se resisten al “mundo blanco”.

 
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Su supervivencia era una incertidumbre, pero allí están, esquivando la civilización occidental. Imagen de la región tomada en el año 2010.
Su supervivencia era una incertidumbre, pero allí están, esquivando la civilización occidental. Imagen de la región tomada en el año 2010.

28 de Enero del 2013

En la selva amazónica colombiana viven los yuri, uno de los últimos pueblos aborígenes aislados del planeta. El reto para el país es preservar intacta la forma de vida de estas personas.

El último registro de contacto entre el grupo indígena de los yuri o caraballos con la sociedad occidental data de 1969, cuando el cauchero Julián Gil entró en su territorio y desapareció. Su hermano y unos militares lo buscaron, pero nunca lo encontraron.

Lo que sí hallaron fue a un grupo de nativos que nadie conocía y que los miraña (otro grupo aborigen de la zona) llamaban arojes o gente de guama. Se decía que estaban estancados en la edad de piedra y que comían humanos. Los blancos, en represalia por la desaparición de Gil, secuestraron a una de las familias aborigen y la llevaron al pueblo La Pedrera, en el Amazonas colombiano.

Nunca encontraron el cadáver del hombre ni comprobaron que se lo hubieran comido. Por eso, regresaron a los indígenas a su territorio. El hecho tuvo resonancia mediática. Incluso, la historia quedó registrada en el libro Perdido en el Amazonas, de Germán Castro Caicedo.

Desde entonces, la existencia de este pueblo oculto en la selva había permanecido en la incertidumbre. Solo perduraban historias de madereros y guerrilleros que decían haberlos visto.

Derecho al aislamiento

Solo cuarenta años después, luego de una exhaustiva investigación –corroborada con una expedición de sobrevuelo–, se determinó su supervivencia. Se calcula que solo hay catorce grupos. Fue un trabajo desarrollado por el politólogo Roberto Franco, Eliana Martínez, jefa del Parque Nacional Natural Río Puré y el fotógrafo Cristóbal von Rothkirch.

Es algo significativo, pues se trata de humanos que han decidido alejarse de la influencia de la civilización occidental. En el mundo, solo hay unas cien comunidades de este tipo, la mayoría en la Amazonia y en el gran Chaco paraguayo y boliviano. Se trata de una gran cantidad de culturas y lenguas.

A partir del estudio, Franco escribió el libro Cariba malo: episodios de resistencia de un pueblo indígena aislado del Amazonas, que editó este año la Universidad Nacional de Colombia y fue financiado por la ONG Amazon Conservation Team (ACT). Uno de sus objetivos centrales es contribuir a garantizar la forma de vida de estos pueblos indígenas.

Él y Juan Álvaro Echeverri, profesor de la UN en la Amazonia, coinciden en que el Gobierno debe garantizar ese aislamiento y evitar que se contagien de enfermedades a las que son altamente vulnerables (como gripa, malaria, hepatitis, paludismo y afecciones gastrointestinales).

“Son comunidades con elementos culturales muy valiosos que deben preservarse el mayor tiempo posible”, dice Franco. Los expertos coinciden en la necesidad de crear un plan de contingencia en caso de que los yuri entren en contacto con el resto de la sociedad. Y en convenio con la UN, ya se trabaja en este.

Detrás de sus huellas

La hipótesis que plantea Franco en su libro es que son descendientes de grandes cacicazgos –sociedades más complejas que las tribales– del río Amazonas, que migraron aguas arriba por el Caquetá y Putumayo a lo largo de varios siglos. Decidieron aislarse en la región del río Puré a finales del siglo XIX, dadas las malas experiencias que tuvieron con los blancos, la esclavitud y las enfermedades.

Franco explica que la hipótesis era que los indígenas caraballo y los yuri eran los mismos. Para comprobarla, Echeverri emprendió una tarea lingüística. Comparó 38 palabras yuri que un cura recopiló, durante la estadía de la familia indígena secuestrada en La Pedrera, con 10 lenguas compiladas en el siglo XIX. Así, determinó la conexión entre los dos grupos.

“Revisando las crónicas de Cristóbal de Acuña (1597-1675) y del padre Samuel Fritz (1673-1725), advertí una serie de correspondencias de tipo lingüístico, histórico y geográfico que indican que los yuri y sus vecinos, unos grupos que se tatuaban la cara y se la pintaban de negro, vivieron sobre el río Amazonas en la época de la Conquista”, explica Franco.

Añade que eran cacicazgos capaces de controlar el inmenso río, militarmente muy fuertes, con una organización social compleja, jerarquizada y con oficios especializados; y no un grupo igualitario, en el que todos hacen de todo, como las tribus comunes de la tierra firme amazónica.

Para escribir el libro, Franco hizo unas cincuenta entrevistas a indígenas, colonos, narcotraficantes, autoridades, biólogos, antropólogos, militares y exguerrilleros que aseguran haberlos visto.

Revisó archivos en Bogotá y bibliografía española, portuguesa, brasileña, peruana y colombiana. Además, viajó por Caquetá, Putumayo y Leticia. Finalmente, en noviembre del año 2010, sobrevoló la Amazonia y vio seis malocas.

“Ellos usan una técnica de resistencia muy pacífica de no enfrentarse ni atacar. Prefieren poner trampas en los caminos (con estacas agujadas y chuzos), para cerrarlos, como señal clara de que no se debe pasar”, explica.

Forma de vida

El profesor Echeverri destaca que, según registros de siglos anteriores, los yuri eran muy cultos, tenían ritos de iniciación, mucho conocimiento sobre su entorno, máscaras, bailes y cantos. “Probablemente han conservado todo eso”.

Franco señala que viven, sobre todo, de los productos de la selva, tienen agricultura y son sedentarios, pero se mueven cuando se ven amenazados. “Desde el aire vimos mucho plátano y chontaduro. Viven de peces y de la cacería; no tienen muchos anzuelos, cazan con lanzas grandes y pesadas”.

Ahora, su protección está en manos del Ministerio del Interior y de Parques Nacionales, que han dado algunos pasos con la ONG ACT para definir una política pública y conseguir recursos para proteger ese tipo de comunidades. Por lo pronto, viven relativamente tranquilos en el Parque Nacional Natural Río Puré, un paraíso natural en donde los cariba (‘hombres blancos’) no tienen cabida.

Créditos: http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

Con cáscara de coco puede descontaminarse el agua.

 
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Carbón activado.
Carbón activado.

7 de Noviembre del 2012

Obtener carbones activados a partir de la cáscara de coco, para tratar aguas contaminadas con níquel, cadmio y cobalto, es el objetivo de una tesis del Doctorado en Ciencias Químicas de la UN.

Paola Rodríguez, estudiante a cargo del proyecto, ya produjo carbones activados que adsorben bien el níquel y el cadmio.

Este carbón es un material indispensable para descontaminar aguas. Se puede obtener de cualquier material que tenga un alto contenido de carbono, como llantas, residuos de frutas, madera, breas de  petróleo o de carbón mineral.

La profesora Liliana Giraldo Gutiérrez, directora de la tesis, explica que lo obtienen de la cáscara de coco y que se le hacen modificaciones químicas sobre su superficie, proceso que ayuda a incrementar la adsorción del metal contaminante.

“Mantenemos toda la estructura porosa, pero modificamos la química superficial. Lo que hacemos es poner grupos de oxígeno, tipo ácido, alcohol y cetona sobre la superficie. Eso hace que las interacciones con los solutos, en este caso los metales, sean más efectivas”, cuenta.

La contribución del trabajo, según la docente, consiste en conseguir carbón activado que adsorba específicamente níquel, cadmio y cobalto, metales pesados altamente contaminantes, de fuentes de agua.

Para producirlo, se somete la cáscara de coco a procesos de alta temperatura y flujo de nitrógeno en un horno. Y, tras la pérdida del material volátil, se cambia el flujo de gas por dióxido de carbono para así activar la superficie.

Mediante tratamientos posteriores a la preparación del sólido, se la somete a oxidación con agentes químicos como ácido nítrico y peróxido de hidrógeno. Esto con el objetivo de aumentar la cantidad de grupos químicos unidos a la superficie del sólido, los cuales favorecen el proceso de adsorción de iones metálicos.

Para hacer la caracterización energética del sólido, se recurre a la calorimetría de inmersión usando equipos fabricados por el grupo. Son equipos especializados con los cuales se mide la cantidad de calor que se libera cuando un líquido como el benceno, el agua y las mismas soluciones de los metales se ponen en contacto con el carbón activado que se ha preparado.

“Esto es crucial porque la cantidad de calor refleja la capacidad de interacción que tienen el sólido y el líquido. Así, indica si es capaz o no de retener el contaminante estudiado”, explica la profesora Giraldo.

Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

Interculturalidad: de una formación indígena propia a una incluyente.

 
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16 de Octubre del 2012
El investigador guatemalteco Sergio Mendizábal compartió en la UN los resultados de su trabajo sobre educación intercultural en comunidades indígenas de su país.
Durante el año 2011 y con un equipo de once investigadores mayas, Sergio Mendizábal hizo una pesquisa con respecto a la impresión que tenían las comunidades indígenas de Guatemala q’ekchi, k’iche’, kaqchikel y mam sobre la educación que estaban recibiendo.
“El trabajo se adelantó con sesenta grupos focales de los cuatro territorios de ascendencia maya más representativos y que, además, pertenecen a los municipios con los indicadores sociales más deprimidos del país”, precisó.
Los doce investigadores construyeron un modelo de excavación socioantropológica. En palabras de Mendizábal: “penetramos en profundidad los territorios según una amplia perspectiva teórica y metodológica desde y para las comunidades, para ver con los ojos propios, mayas observando mayas”.
La labor fue un laboratorio prolongado patrocinado por la Agencia de Cooperación Alemana GTZ, que, desde la firma de los acuerdos de paz en Guatemala, en conjunto con el Gobierno, planteó un proyecto de calidad educativa. Se piensa la educación como vehículo principal de promoción de cultura e identidad en pro del rescate de las comunidades indígenas.
“Se establecieron con mucha claridad los parámetros que, con relación a la calidad y cobertura de la educación, el Estado se comprometía a promover en el ámbito de la interculturalidad”, aseguró.
Resultados
El proceso de indagación para entender en qué consistía y de qué manera se mostraban los conocimientos mayas en interacción con las prácticas sociales arrojó que, desde hace 3 mil años, existen tres grandes pautas de concepción de mundo e interacción.
“Los grandes temas que permiten la interculturalidad y los saberes que permanecen a través del tiempo son: la relación entre la naturaleza y la humanidad; la sacralización del mundo y la voluntad de prevalecer en el tiempo; y la adecuación estratégica de la resistencia a desaparecer”.
Conclusiones
Lo que Mendizábal encontró fue un desacierto en la intención del Gobierno para atender las problemáticas: “los temas de calidad y pertinencia educativa eran un mito porque Guatemala impone un modelo neoliberal que está despoblando al país, porque no se forma a un sujeto estudiantil que ame su territorio, que quiera quedarse”.
Por eso, deben fortalecerse los procesos de educación. El modelo educativo que requieren los países hispanoamericanos es uno enraizado en el proyecto histórico y social de los territorios para definir el tipo de nación que se requiere.
Los pueblos deben asumir la soberanía en la decisión de su ruta de formación pedagógica para repensar el modelo social y ver la problemática a partir de un concepto renovado de evolución sociocultural.
La interculturalidad de la educación debe pasar de una formación indígena propia a una incluyente, porque se reduce el tema de las identidades a “lo indígena y lo no indígena; por cultura se está entendiendo solo el fenómeno de la etnicidad, lo que causa discriminación, racismo y autoexclusión”.
Llamado
En su primera visita a Colombia, Sergio Mendizábal, invitado por el Instituto de Investigación en Educación de la Facultad de Ciencias Humanas de la UN, hizo un llamado a la comunidad investigativa. “Que se atrevan a salir de los lugares comunes, a reformular sus parámetros conceptuales mediante una intensa y comprometida dedicación a la práctica: a hacer lo que decimos que hacemos; no a simular que lo hacemos”.
Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html
El estudio se hizo en sesenta grupos representativos de los principales territorios mayas.

El estudio se hizo en sesenta grupos representativos de los principales territorios mayas.

16 de Octubre del 2012

El investigador guatemalteco Sergio Mendizábal compartió en la UN los resultados de su trabajo sobre educación intercultural en comunidades indígenas de su país.

Durante el año 2011 y con un equipo de once investigadores mayas, Sergio Mendizábal hizo una pesquisa con respecto a la impresión que tenían las comunidades indígenas de Guatemala q’ekchi, k’iche’, kaqchikel y mam sobre la educación que estaban recibiendo.

“El trabajo se adelantó con sesenta grupos focales de los cuatro territorios de ascendencia maya más representativos y que, además, pertenecen a los municipios con los indicadores sociales más deprimidos del país”, precisó.

Los doce investigadores construyeron un modelo de excavación socioantropológica. En palabras de Mendizábal: “penetramos en profundidad los territorios según una amplia perspectiva teórica y metodológica desde y para las comunidades, para ver con los ojos propios, mayas observando mayas”.

La labor fue un laboratorio prolongado patrocinado por la Agencia de Cooperación Alemana GTZ, que, desde la firma de los acuerdos de paz en Guatemala, en conjunto con el Gobierno, planteó un proyecto de calidad educativa. Se piensa la educación como vehículo principal de promoción de cultura e identidad en pro del rescate de las comunidades indígenas.

“Se establecieron con mucha claridad los parámetros que, con relación a la calidad y cobertura de la educación, el Estado se comprometía a promover en el ámbito de la interculturalidad”, aseguró.


Resultados

El proceso de indagación para entender en qué consistía y de qué manera se mostraban los conocimientos mayas en interacción con las prácticas sociales arrojó que, desde hace 3 mil años, existen tres grandes pautas de concepción de mundo e interacción.

“Los grandes temas que permiten la interculturalidad y los saberes que permanecen a través del tiempo son: la relación entre la naturaleza y la humanidad; la sacralización del mundo y la voluntad de prevalecer en el tiempo; y la adecuación estratégica de la resistencia a desaparecer”.


Conclusiones

Lo que Mendizábal encontró fue un desacierto en la intención del Gobierno para atender las problemáticas: “los temas de calidad y pertinencia educativa eran un mito porque Guatemala impone un modelo neoliberal que está despoblando al país, porque no se forma a un sujeto estudiantil que ame su territorio, que quiera quedarse”.

Por eso, deben fortalecerse los procesos de educación. El modelo educativo que requieren los países hispanoamericanos es uno enraizado en el proyecto histórico y social de los territorios para definir el tipo de nación que se requiere.

Los pueblos deben asumir la soberanía en la decisión de su ruta de formación pedagógica para repensar el modelo social y ver la problemática a partir de un concepto renovado de evolución sociocultural.

La interculturalidad de la educación debe pasar de una formación indígena propia a una incluyente, porque se reduce el tema de las identidades a “lo indígena y lo no indígena; por cultura se está entendiendo solo el fenómeno de la etnicidad, lo que causa discriminación, racismo y autoexclusión”.


Llamado

En su primera visita a Colombia, Sergio Mendizábal, invitado por el Instituto de Investigación en Educación de la Facultad de Ciencias Humanas de la UN, hizo un llamado a la comunidad investigativa. “Que se atrevan a salir de los lugares comunes, a reformular sus parámetros conceptuales mediante una intensa y comprometida dedicación a la práctica: a hacer lo que decimos que hacemos; no a simular que lo hacemos”.

Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html