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Sede Palmira, líder en formación de agrónomos en el país.

 
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27 de Noviembre del 2012
Esta sede de la UN ha entregado desde 1934, un total de 6.505 profesionales que han fortalecido subsectores como frutas, hortalizas, medicinales, suelos y agricultura campesina.
Tradicionalmente, cada 24 de noviembre se celebra el día del ingeniero agrónomo en Colombia. Precisamente, la formación de estos profesionales, encargados de garantizar la seguridad alimentaria a los cerca de 45 millones de habitantes del país, ha estado a cargo, en gran parte, de la Universidad Nacional de Colombia, que cuenta con tres de los programas académicos más antiguos de todo el territorio nacional.
La Sede Palmira, que inició su funcionamiento con la Escuela Superior de Agricultura Tropical en 1934, fue pionera en la oferta del programa de Ingeniería Agronómica en el suroccidente colombiano, brindándole a esta región sus primeros profesionales en el año de 1940.
Desde allí, un trabajo constante e incansable realizado por docentes e investigadores altamente capacitados, le ha permitido entregar al país un total de 6.505 profesionales, cuya característica fundamental ha sido el diálogo de saberes con campesinos y agricultores.
Según el profesor Héctor Fabio Ramos, secretario académico de la Facultad de Ciencias Agropecuarias en la UN en Palmira, “los ingenieros agrónomos somos los profesionales que mancomunadamente con los agricultores, a través de un diálogo de conocimientos, propendemos porque haya una seguridad alimentaria en las ciudades; si no fuese por este trabajo, prácticamente tendríamos que importar los alimentos que consumimos en nuestros hogares”.
Es por ello, que a lo largo de esta trayectoria académica, la sede ha logrado hacer aportes significativos en lo relacionado con mejoramiento genético de hortalizas, estudio de frutales tropicales, plantas medicinales y en temas de seguridad alimentaria con el apoyo de los campesinos.
“Las fortalezas de nuestra experiencia de casi 80 años de funcionamiento como carrera, se han visto reflejados en investigaciones en zapallo, cilantro, habichuela, tomate y pimentón; así como trabajos importantes en frutas como cítricos, mora, aguacate, pitahaya, entre otros. En cuanto a seguridad alimentaria se trabajan fuertemente las huertas comunitarias, incluyendo la agricultura en materas, patios e inclusive en techos, que tienen mucha acogida en Europa”, dice el profesor Ramos.
Por su parte, la profesora Nora Cristina Mesa, decana de la Facultad en Ciencias Agropecuarias, manifiesta: “nuestros ingenieros agrónomos están altamente formados para entender e interpretar los complejos sistemas de producción agrícola del trópico. También para analizar, divulgar, reflexionar y aplicar los conocimientos técnicos, humanísticos, científicos y administrativos, así como para contribuir a la solución de la problemática de la producción agrícola nacional”.
Entre las fortalezas más destacadas del programa, según la decana, se resalta la alta preparación del talento humano, pues más del 90% corresponde a docentes de planta de tiempo completo y dedicación exclusiva, y el 85% de los docentes tienen formación posgradual.
Con el objetivo de celebrar su día nacional, la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la sede realizará un evento en donde se mostrarán dos casos exitosos de egresados de la UN en Palmira y se reconocerá la labor de los ingenieros agrónomos en el país.
“Vamos a realizar un evento en donde se muestre el compromiso y el reto que tenemos los agrónomos para el desarrollo de país, haciendo un reconocimiento a Gustavo Cataño Junior, un joven egresado empresario que ha logrado posicionar muy bien su empresa, y al doctor Álvaro Amaya, director de Cenicaña, quien quiere compartir su experiencia profesional con nosotros”, sostiene el profesor Ramos.
Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html
Investigaciones en mejoramiento genético de hortalizas es uno de los avances del programa.

Investigaciones en mejoramiento genético de hortalizas es uno de los avances del programa.

27 de Noviembre del 2012

Esta sede de la UN ha entregado desde 1934, un total de 6.505 profesionales que han fortalecido subsectores como frutas, hortalizas, medicinales, suelos y agricultura campesina.

Tradicionalmente, cada 24 de noviembre se celebra el día del ingeniero agrónomo en Colombia. Precisamente, la formación de estos profesionales, encargados de garantizar la seguridad alimentaria a los cerca de 45 millones de habitantes del país, ha estado a cargo, en gran parte, de la Universidad Nacional de Colombia, que cuenta con tres de los programas académicos más antiguos de todo el territorio nacional.

La Sede Palmira, que inició su funcionamiento con la Escuela Superior de Agricultura Tropical en 1934, fue pionera en la oferta del programa de Ingeniería Agronómica en el suroccidente colombiano, brindándole a esta región sus primeros profesionales en el año de 1940.

Desde allí, un trabajo constante e incansable realizado por docentes e investigadores altamente capacitados, le ha permitido entregar al país un total de 6.505 profesionales, cuya característica fundamental ha sido el diálogo de saberes con campesinos y agricultores.

Según el profesor Héctor Fabio Ramos, secretario académico de la Facultad de Ciencias Agropecuarias en la UN en Palmira, “los ingenieros agrónomos somos los profesionales que mancomunadamente con los agricultores, a través de un diálogo de conocimientos, propendemos porque haya una seguridad alimentaria en las ciudades; si no fuese por este trabajo, prácticamente tendríamos que importar los alimentos que consumimos en nuestros hogares”.

Es por ello, que a lo largo de esta trayectoria académica, la sede ha logrado hacer aportes significativos en lo relacionado con mejoramiento genético de hortalizas, estudio de frutales tropicales, plantas medicinales y en temas de seguridad alimentaria con el apoyo de los campesinos.

“Las fortalezas de nuestra experiencia de casi 80 años de funcionamiento como carrera, se han visto reflejados en investigaciones en zapallo, cilantro, habichuela, tomate y pimentón; así como trabajos importantes en frutas como cítricos, mora, aguacate, pitahaya, entre otros. En cuanto a seguridad alimentaria se trabajan fuertemente las huertas comunitarias, incluyendo la agricultura en materas, patios e inclusive en techos, que tienen mucha acogida en Europa”, dice el profesor Ramos.

Por su parte, la profesora Nora Cristina Mesa, decana de la Facultad en Ciencias Agropecuarias, manifiesta: “nuestros ingenieros agrónomos están altamente formados para entender e interpretar los complejos sistemas de producción agrícola del trópico. También para analizar, divulgar, reflexionar y aplicar los conocimientos técnicos, humanísticos, científicos y administrativos, así como para contribuir a la solución de la problemática de la producción agrícola nacional”.

Entre las fortalezas más destacadas del programa, según la decana, se resalta la alta preparación del talento humano, pues más del 90% corresponde a docentes de planta de tiempo completo y dedicación exclusiva, y el 85% de los docentes tienen formación posgradual.

Con el objetivo de celebrar su día nacional, la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la sede realizará un evento en donde se mostrarán dos casos exitosos de egresados de la UN en Palmira y se reconocerá la labor de los ingenieros agrónomos en el país.

“Vamos a realizar un evento en donde se muestre el compromiso y el reto que tenemos los agrónomos para el desarrollo de país, haciendo un reconocimiento a Gustavo Cataño Junior, un joven egresado empresario que ha logrado posicionar muy bien su empresa, y al doctor Álvaro Amaya, director de Cenicaña, quien quiere compartir su experiencia profesional con nosotros”, sostiene el profesor Ramos.

Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

Presenta población mexicana alta predisposición genética hacia sobrepeso y obesidad

 
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Un equipo de trabajo, coordinado por Samuel Canizales Quinteros, de la FQ de la UNAM, identificó una variante de riesgo metabólico exclusiva de los mexicanos, que provoca una disminución en los niveles de colesterol “bueno” o HDL
Un equipo de trabajo, coordinado por Samuel Canizales Quinteros, de la FQ de la UNAM, identificó una variante de riesgo metabólico exclusiva de los mexicanos, que provoca una disminución en los niveles de colesterol “bueno” o HDL

1° de Agosto de 2012

La población mexicana presenta una alta predisposición genética para desarrollar sobrepeso y obesidad, y a generar, en consecuencia, enfermedades crónicas y complicaciones metabólicas, revelan estudios de investigadores de la Facultad de Química (FQ) de la UNAM, realizados en colaboración con el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición (INCMN) Salvador Zubirán, y el Instituto Nacional de Medicina Genómica.

Los hallazgos más relevantes incluyen la identificación de una variante génica de riesgo metabólico, exclusiva de los mexicanos, que altera la función del transportador de colesterol ABCA1, y provoca una disminución en los niveles de colesterol “bueno”, o HDL, encargado de limpiar las arterias.

En entrevista, Samuel Canizales Quinteros, académico de la FQ y coordinador del equipo de trabajo, con 10 años de experiencia, señaló que si ese transportador funciona bien, ocasiona niveles normales o altos de HDL, partículas que poseen propiedades antiinflamatorias y antioxidantes; de hecho, “personas con colesterol bueno alto tienden a ser longevas”.

Asimismo, detalló que este gen, cuya función es obtener colesterol de las células para formar HDL, presenta un cambio de aminoácido (arginina por cisteína en la posición 230) que sólo se ha encontrado en poblaciones con componente indígena.

“Se trata de una variante exclusiva de indígenas y mestizos de este continente. Hemos llevado a cabo estudios en grupos de África, Asia y Europa, y en ninguna de ellas encontramos la alteración”, abundó.

Ello incrementa el riesgo de presentar obesidad y, si está afectado, provoca que el páncreas no libere insulina de forma adecuada, con lo que se incrementan las probabilidades de desarrollar diabetes.

En la actualidad, estos expertos buscan otras variantes exclusivas de América, para explicar por qué ciertas enfermedades como el hígado graso no alcohólico y la diabetes tipo 2, entre otras, son más prevalentes en este espacio geográfico.

Otros genes involucrados

Otros proyectos encabezados por Canizales se relacionan con la indagación de genes que incrementan las posibilidades de presentar obesidad y sobrepeso, que van en aumento y son factores de riesgo para desarrollar diabetes, hipertensión, hígado graso no alcohólico y algunos tipos de cáncer.

Una de las líneas de investigación revela que el gen FTO, vinculado con la cantidad de grasa en el organismo, el receptor de melanocortina 4 (MC4R) y la proteína convertasa 1 (PCSK1), aumentan casi cuatro veces el riesgo de obesidad mórbida, o de tipo III entre los mexicananos, pero no se ve tan aumentado para la obesidad I y II, que son las más comunes, puntualizó.

Otro grupo se ocupa de entender qué sucede con la acumulación de grasa en el hígado, pues otra de las comorbilidades a las que se asocia la obesidad es el hígado graso no alcohólico, que puede progresar hacia complicaciones como cirrosis o hepatocarcinoma.

Por ello, uno de los objetivos planteados en este análisis es determinar marcadores moleculares no invasivos, que permitan identificar sujetos en riesgo de presentar complicaciones.

En cuanto a la prevalencia de este padecimiento, el investigador estimó que se presenta en alrededor del 70 por ciento de las personas con obesidad, cifra que aumenta a 90 puntos porcentuales si padecen obesidad severa o mórbida.

La importancia de iniciativas académicas en este tema radica en que la prevalencia se incrementa. “México ocupa el primer lugar en obesidad infantil, y en adultos también estamos entre los primeros lugares a nivel mundial. Por ello, actualmente realizamos estudios en un grupo de más de cuatro mil niños en edad escolar, que nos permita identificar los factores genéticos y ambientales de riesgo”, explicó.

Canizales, que realiza desde hace más de una década proyectos enfocados a la genómica de la obesidad y comorbilidades relacionadas, sostuvo que este padecimiento no se puede considerar sólo como un problema genómico, sino como una enfermedad compleja que requiere de muchos factores para desarrollarse, como el sedentarismo, la mala alimentación y la susceptibilidad genética.

Trabajo multidisciplinario

Las tareas deben hacerse de manera multidisciplinaria, y con ese enfoque han hecho trabajos conjuntos con otros especialistas, como de los Departamentos de Fisiología de la Nutrición y de Endocrinología del INCMN, con quienes ha indagado la forma como funcionan las dietas en personas con una alteración en el ABCA1, y han encontrado que estos pacientes responden mejor a una dieta rica en soya, con la que elevan sus niveles de HDL.

También, han empezado a analizar, con otros equipos de trabajo, la manera de determinar qué componentes de la dieta pueden aumentar o disminuir el riesgo de obesidad de acuerdo a la composición genética.

“Es importante, porque no se trata de un tratamiento farmacológico, sino dietético. Con esto buscamos entender la genómica como parte de las enfermedades complejas, para encontrar variantes con un efecto mayor que, con intervención de la dieta, puedan tener impactos positivos en la población, en especial en sectores de mayor riesgo, de acuerdo con la composición genómica”, adelantó.

La idea, concluyó, es sumar esfuerzos para tratar de bajar las tasas de obesidad en el país. “Esperamos que nuestros resultados sean útiles para el desarrollo futuro de pruebas de diagnóstico y de programas preventivos, que contribuyan, además, a disminuir los altos costos que destina el sistema nacional de salud para el tratamiento de la misma, y comorbilidades relacionadas”.

Boletín UNAM-DGCS-474
Ciudad Universitaria.