


11 de Diciembre del 2012
La Escuela de Estudios de Género de la UN, por solicitud de la Secretaría Distrital de Planeación, trabaja en el primer estudio de intersexualidad en Bogotá.
Se trata de un análisis que busca determinar la situación de los derechos de esta población, toda vez que en el país no se dispone de información oficial sobre estas personas.
Nancy Prada, investigadora de la Escuela y coordinadora del estudio, cuenta que se entiende por personas intersexuales a aquellas a las que antes se denominaba hermafroditas. “Este término ya no se usa, porque es mucho más amplio que este fenómeno”, dice.
Y agrega: “hablamos de una persona intersexual cuando los diferentes criterios de asignación del sexo (cromosómico, fenotípico, etcétera) no corresponden todos a lo masculino o a lo femenino. Esto es mucho más complejo, pero de manera sencilla nos referimos a eso”.
Aclara que, en realidad, son dos diagnósticos los que se pretenden hacer con esta investigación. Uno tiene que ver con las necesidades específicas de estas personas. El otro concierne a las necesidades específicas de niños, niñas y adolescentes con orientaciones sexuales o identidades de género no normativas.
El objetivo de estos estudios es obtener información sobre problemáticas específicas, recoger propuestas que surgen de estos sectores y producir un documento de recomendaciones para atender esas problemáticas.
Prada dice que, como es de público conocimiento, Bogotá tiene una política pública para la garantía de derechos de los sectores LGBTI. No obstante, insiste en que, para el cumplimiento de las líneas que se propone esta política, es necesario levantar información sobre necesidades específicas de personas que pertenecen a estos sectores.
Si bien el trabajo de campo está en su etapa final, la investigadora revela que se han producido una serie de documentos, una caracterización sociodemográfica y un estado de la cuestión.
“Lo que hicimos fue recurrir a la metodología que suele usarse para poblaciones ocultas. Ubicamos a personas que se reconocieran como intersexuales y con ellos desarrollamos entrevistas estructuradas en profundidad. Además, hablamos con funcionarios del distrito, con expertos en distintas aproximaciones (área jurídica, médica, social, etc.), entre otras”, indica.
Uno de los problemas más latentes es que es muy poco o casi nada lo que se sabe de la intersexualidad: “esa confusión nos lleva a ubicar a las personas en los lugares equivocados, a asociarlos con orientaciones sexuales diversas y conduce a errores en el tratamiento que se les da en las instituciones del distrito”.
El estudio debe estar listo para comienzos de febrero de 2013. Por eso, lo que sigue es la sistematización de la información recogida, con la cual se producirán tres documentos.
El primero da cuenta de las problemáticas específicas identificadas. El segundo, de demandas y propuestas de personas intersexuales. Y el tercero, que es a lo que le apunta todo este proceso: una serie de recomendaciones para Bogotá, para los distintos sectores de la ciudad y planes de acción locales, entre otros.
Finalmente, asegura que este tipo de asuntos resultan de especial interés para la Escuela de Estudios de Género, pues allí se trabaja en una línea de investigación en biopolítica y sexualidad que está muy concentrada en las sexualidades diversas y la conformación de las identidades de género y las orientaciones sexuales, entre otros temas.
Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

La Escuela de Estudios de Género de la UN es la encargada de llevar a cabo el estudio.
11 de Diciembre del 2012
La Escuela de Estudios de Género de la UN, por solicitud de la Secretaría Distrital de Planeación, trabaja en el primer estudio de intersexualidad en Bogotá.
Se trata de un análisis que busca determinar la situación de los derechos de esta población, toda vez que en el país no se dispone de información oficial sobre estas personas.
Nancy Prada, investigadora de la Escuela y coordinadora del estudio, cuenta que se entiende por personas intersexuales a aquellas a las que antes se denominaba hermafroditas. “Este término ya no se usa, porque es mucho más amplio que este fenómeno”, dice.
Y agrega: “hablamos de una persona intersexual cuando los diferentes criterios de asignación del sexo (cromosómico, fenotípico, etcétera) no corresponden todos a lo masculino o a lo femenino. Esto es mucho más complejo, pero de manera sencilla nos referimos a eso”.
Aclara que, en realidad, son dos diagnósticos los que se pretenden hacer con esta investigación. Uno tiene que ver con las necesidades específicas de estas personas. El otro concierne a las necesidades específicas de niños, niñas y adolescentes con orientaciones sexuales o identidades de género no normativas.
El objetivo de estos estudios es obtener información sobre problemáticas específicas, recoger propuestas que surgen de estos sectores y producir un documento de recomendaciones para atender esas problemáticas.
Prada dice que, como es de público conocimiento, Bogotá tiene una política pública para la garantía de derechos de los sectores LGBTI. No obstante, insiste en que, para el cumplimiento de las líneas que se propone esta política, es necesario levantar información sobre necesidades específicas de personas que pertenecen a estos sectores.
Si bien el trabajo de campo está en su etapa final, la investigadora revela que se han producido una serie de documentos, una caracterización sociodemográfica y un estado de la cuestión.
“Lo que hicimos fue recurrir a la metodología que suele usarse para poblaciones ocultas. Ubicamos a personas que se reconocieran como intersexuales y con ellos desarrollamos entrevistas estructuradas en profundidad. Además, hablamos con funcionarios del distrito, con expertos en distintas aproximaciones (área jurídica, médica, social, etc.), entre otras”, indica.
Uno de los problemas más latentes es que es muy poco o casi nada lo que se sabe de la intersexualidad: “esa confusión nos lleva a ubicar a las personas en los lugares equivocados, a asociarlos con orientaciones sexuales diversas y conduce a errores en el tratamiento que se les da en las instituciones del distrito”.
El estudio debe estar listo para comienzos de febrero de 2013. Por eso, lo que sigue es la sistematización de la información recogida, con la cual se producirán tres documentos.
El primero da cuenta de las problemáticas específicas identificadas. El segundo, de demandas y propuestas de personas intersexuales. Y el tercero, que es a lo que le apunta todo este proceso: una serie de recomendaciones para Bogotá, para los distintos sectores de la ciudad y planes de acción locales, entre otros.
Finalmente, asegura que este tipo de asuntos resultan de especial interés para la Escuela de Estudios de Género, pues allí se trabaja en una línea de investigación en biopolítica y sexualidad que está muy concentrada en las sexualidades diversas y la conformación de las identidades de género y las orientaciones sexuales, entre otros temas.
Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html