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Diseña UNAM humedal artificial del lago de San Juan de Aragón.

 
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13 de Diciembre del 2012
La Facultad de Química (FQ) de la UNAM diseñó un humedal artificial para el mejoramiento del agua del lago del bosque de San Juan de Aragón, puesto en marcha por autoridades universitarias y del gobierno del Distrito Federal (GDF).
Se trata de una planta única en su tipo en nuestro país y de las más grandes de América Latina (tiene una superficie de ocho mil 130 metros cuadrados), que permitirá producir más de dos mil 500 metros cúbicos de líquido de alta calidad al día.
Este humedal, desarrollado con tecnología 100 por ciento mexicana, busca mejorar las características hídricas de manera natural, mediante el filtrado y tratamiento biológico a través de vegetación acuática, superficial y sumergida, proveniente tanto de la planta de Tlacos, del Sistema de Aguas de la Ciudad de México, como del propio lago.
Fue desarrollado por el equipo de trabajo de Víctor Manuel Luna Pabello, investigador de la FQ, y contó con la participación de académicos y estudiantes de las facultades de Química, Ingeniería, Arquitectura y Ciencias, así como de los posgrados en Ingeniería, Biología y en Ciencias Bioquímicas de la UNAM.El proyecto consta de un sistema de conducción, un tanque sedimentador, un humedal terrestre y uno acuático, que proveen una calidad propia para contacto humano; además, representa un hábitat adecuado para fauna, especialmente aves, tanto residentes como migratorios.
Desde su desarrollo, el proyecto ya ha hecho posible el retorno de unas 16 especies de aves migratorias al lago, cuerpo de agua con una superficie de aproximadamente 12 hectáreas.
También, incrementa los servicios ambientales del bosque, como la regulación del microclima, incremento de la biodiversidad, captura de contaminantes y mejoramiento del entorno, además del potencial didáctico que se integrará a la oferta educativa y cultural del parque.
El costo de este sistema de saneamiento fue aportado por el Comité Técnico del Fideicomiso para Apoyar los Programas, Proyectos y Acciones para la Prevención y Control de la Contaminación Ambiental en la Zona Metropolitana del Valle de México, del GDF.
Humedal artificial
Luna Pabello, del Laboratorio de Microbiología Experimental del Departamento de Biología de la FQ, explicó que este humedal, diseñado como una estructura semicircular sobre una superficie acuática de aproximadamente una hectárea, tiene múltiples ventajas respecto de otras tecnologías de tratamiento: es económico, estético y un reservorio de flora y fauna de la zona; no genera lodo, ruido, ni malos olores; no requiere altos consumos de energía eléctrica, y su tiempo de vida útil es largo.
Además, su diseño es compatible con el entorno, al emplear sistemas con base en filtros de plantas y microorganismos que eliminan los contaminantes mediante procesos naturales que depuran hasta alcanzar el nivel de calidad requerido para actividades recreativas.
“Antes de iniciar la construcción y definir sus características, se requirió conocer el tipo de suelo sobre el que se iba a construir, la superficie disponible para su instalación, la cantidad de agua requerida para sanear y la calidad que se deseaba obtener”, abundó Luna Pabello.
Una vez definido el modelo de esta tecnología novedosa, se sometió a licitación pública para llevar a cabo su construcción.
El universitario indicó que un humedal artificial es un sistema específicamente diseñado y construido por el hombre para tratar aguas residuales, que aumenta la capacidad depuradora o eficiencia del tratamiento mediante la optimización de los procesos físicos, químicos y biológicos que ocurren en los ecosistemas de humedales naturales.
En la primera etapa del proyecto, las entidades involucradas llevaron a cabo análisis geoquímico de los sedimentos del lago, calidad del agua, fauna acuática, estudios asociados al composteo de residuos orgánicos generados por la rehabilitación lacustre, y de impacto ambiental, encaminados a determinar las afectaciones al ambiente, estos últimos a cargo de Química.
Los resultados determinaron que el lago presentaba azolvamiento por la presencia de corrientes discontinuas de sólidos suspendidos, además de acumulación de nitritos y nitrógeno amoniacal, contaminación orgánica y rastros de azufre en los sedimentos del fondo.
Además, mostraba un deterioro marcado, con más de 30 años sin recibir mantenimiento preventivo ni correctivo, por lo que podía representar un foco de infección para visitantes y fauna del lugar.
La propuesta planteada por Luna Pabello, con amplia experiencia en el diseño, construcción y operación de humedales artificiales (desarrolló uno similar que opera en los canales de Cuemanco), cobró relevancia y se presentó como la mejor opción para darle tratamiento natural a las aguas del lago. Ello propició que en 2009 se celebrara el convenio específico de colaboración entre la Secretaría de Medio Ambiente del GDF y la FQ para el diseño.
Boletín UNAM-DGCS-768
Ciudad Universitaria.
Se espera que el humedal no sólo eleve la calidad del líquido lacustre, sino que permite recuperar la flora y fauna del lugar.

Se espera que el humedal no sólo eleve la calidad del líquido lacustre, sino que permite recuperar la flora y fauna del lugar.

13 de Diciembre del 2012

La Facultad de Química (FQ) de la UNAM diseñó un humedal artificial para el mejoramiento del agua del lago del bosque de San Juan de Aragón, puesto en marcha por autoridades universitarias y del gobierno del Distrito Federal (GDF).

Se trata de una planta única en su tipo en nuestro país y de las más grandes de América Latina (tiene una superficie de ocho mil 130 metros cuadrados), que permitirá producir más de dos mil 500 metros cúbicos de líquido de alta calidad al día.

Este humedal, desarrollado con tecnología 100 por ciento mexicana, busca mejorar las características hídricas de manera natural, mediante el filtrado y tratamiento biológico a través de vegetación acuática, superficial y sumergida, proveniente tanto de la planta de Tlacos, del Sistema de Aguas de la Ciudad de México, como del propio lago.

Fue desarrollado por el equipo de trabajo de Víctor Manuel Luna Pabello, investigador de la FQ, y contó con la participación de académicos y estudiantes de las facultades de Química, Ingeniería, Arquitectura y Ciencias, así como de los posgrados en Ingeniería, Biología y en Ciencias Bioquímicas de la UNAM.El proyecto consta de un sistema de conducción, un tanque sedimentador, un humedal terrestre y uno acuático, que proveen una calidad propia para contacto humano; además, representa un hábitat adecuado para fauna, especialmente aves, tanto residentes como migratorios.

Desde su desarrollo, el proyecto ya ha hecho posible el retorno de unas 16 especies de aves migratorias al lago, cuerpo de agua con una superficie de aproximadamente 12 hectáreas.

También, incrementa los servicios ambientales del bosque, como la regulación del microclima, incremento de la biodiversidad, captura de contaminantes y mejoramiento del entorno, además del potencial didáctico que se integrará a la oferta educativa y cultural del parque.

El costo de este sistema de saneamiento fue aportado por el Comité Técnico del Fideicomiso para Apoyar los Programas, Proyectos y Acciones para la Prevención y Control de la Contaminación Ambiental en la Zona Metropolitana del Valle de México, del GDF.


Humedal artificial

Luna Pabello, del Laboratorio de Microbiología Experimental del Departamento de Biología de la FQ, explicó que este humedal, diseñado como una estructura semicircular sobre una superficie acuática de aproximadamente una hectárea, tiene múltiples ventajas respecto de otras tecnologías de tratamiento: es económico, estético y un reservorio de flora y fauna de la zona; no genera lodo, ruido, ni malos olores; no requiere altos consumos de energía eléctrica, y su tiempo de vida útil es largo.

Además, su diseño es compatible con el entorno, al emplear sistemas con base en filtros de plantas y microorganismos que eliminan los contaminantes mediante procesos naturales que depuran hasta alcanzar el nivel de calidad requerido para actividades recreativas.

“Antes de iniciar la construcción y definir sus características, se requirió conocer el tipo de suelo sobre el que se iba a construir, la superficie disponible para su instalación, la cantidad de agua requerida para sanear y la calidad que se deseaba obtener”, abundó Luna Pabello.

Una vez definido el modelo de esta tecnología novedosa, se sometió a licitación pública para llevar a cabo su construcción.

El universitario indicó que un humedal artificial es un sistema específicamente diseñado y construido por el hombre para tratar aguas residuales, que aumenta la capacidad depuradora o eficiencia del tratamiento mediante la optimización de los procesos físicos, químicos y biológicos que ocurren en los ecosistemas de humedales naturales.

En la primera etapa del proyecto, las entidades involucradas llevaron a cabo análisis geoquímico de los sedimentos del lago, calidad del agua, fauna acuática, estudios asociados al composteo de residuos orgánicos generados por la rehabilitación lacustre, y de impacto ambiental, encaminados a determinar las afectaciones al ambiente, estos últimos a cargo de Química.

Los resultados determinaron que el lago presentaba azolvamiento por la presencia de corrientes discontinuas de sólidos suspendidos, además de acumulación de nitritos y nitrógeno amoniacal, contaminación orgánica y rastros de azufre en los sedimentos del fondo.

Además, mostraba un deterioro marcado, con más de 30 años sin recibir mantenimiento preventivo ni correctivo, por lo que podía representar un foco de infección para visitantes y fauna del lugar.

La propuesta planteada por Luna Pabello, con amplia experiencia en el diseño, construcción y operación de humedales artificiales (desarrolló uno similar que opera en los canales de Cuemanco), cobró relevancia y se presentó como la mejor opción para darle tratamiento natural a las aguas del lago. Ello propició que en 2009 se celebrara el convenio específico de colaboración entre la Secretaría de Medio Ambiente del GDF y la FQ para el diseño.

Boletín UNAM-DGCS-768

Ciudad Universitaria.

La pérdida de biodiversidad pone en peligro la existencia humana

 
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Se estima que actualmente el planeta tiene menos del 10 por ciento del total de especies que han existido, señaló Juan Núñez Farfán, investigador del IE de la UNAM
Se estima que actualmente el planeta tiene menos del 10 por ciento del total de especies que han existido, señaló Juan Núñez Farfán, investigador del IE de la UNAM

07 de Agosto de 2012

De no hacer algo para conservar la biodiversidad del planeta, la supervivencia humana corre el peligro de extinguirse, advirtió Juan Núñez Farfán, investigador del Instituto de Ecología (IE) de la UNAM, quien sostuvo que esa riqueza se pierde de manera más acelerada a la formación de especies nuevas, y la causa más importante es la destrucción o pérdida de hábitats.

La humanidad afecta la diversidad de la Tierra porque agota sus recursos naturales; en muchos países como el nuestro, el desarrollo está basado en la explotación no sustentable de los ecosistemas, afirmó.

En el futuro, conseguirlos puede dar origen a guerras. “A pequeña escala, lo observamos en nuetro país con la usurpación de recursos forestales o problemas limítrofes. Debido al tamaño de las poblaciones, llegará el momento en que no podamos consumir productos del mar por su contaminación, y eso a su vez, puede generar hambruna en muchas partes del orbe”, señaló.

La diversidad biológica tiene varios niveles, desde los ecosistemas, hasta las variantes genéticas de las poblaciones, pero se estima que actualmente el planeta tiene menos del 10 por ciento del total de especies que han existido, subrayó.

La extinción ha sido una constante en la historia, pero los humanos la han acelerado. Una amenaza la constituye la introducción de especies exóticas o invasoras, que irrumpen en las comunidades, alteran las interacciones bióticas y provocan el desplazamiento y pérdida de las endémicas, recalcó.

Sin embargo, aclaró, no se puede precisar cuáles son las más afectadas, porque hasta ahora sólo se tienen bien registrados los organismos más visibles, como aves, mamíferos, anfibios y reptiles; otras especies o niveles de la biodiversidad han recibido menor atención.

Se podría decir que prácticamente todos los ecosistemas del mundo han sido afectados por la acción humana, y esta situación continuará porque cada vez hay más luchas por territorios y recursos, lo que implica la destrucción de esos sitios, sostuvo el ecólogo.

Los manglares, por ejemplo, son catalogados en México como amenazados, no porque sus tamaños poblacionales sean reducidos, sino porque tienen una presión constante; por ser el hogar de muchas especies, su destrucción puede implicar una extinción en cadena, refirió.

Algunos expertos consideran que este último fenómeno se relaciona también con el cambio climático global. Hipotéticamente, modificará la distribución de los ecosistemas terrestres; entonces, las especies podrían carecer de la diversidad genética necesaria para responder a esas variaciones y extinguirse.

Otra forma ocurriría si especies emparentadas, al alterar sus rangos de distribución, entran en contacto e intercambian genes. Este proceso, conocido como hibridación introgresiva, puede extinguir o producir la pérdida de adaptaciones.

Además, explicó, se supone que con el cambio climático las áreas de distribución de muchas especies cambiarán, migrarán, y tendrán contacto con las que comparten un pasado común; al fusionarse, a través del intercambio genético, algunas pueden desaparecer.

Este fenómeno no debería preocuparnos, porque en la evolución ha ocurrido con frecuencia; sin embargo, “en ocasiones se presentan adaptaciones muy particulares que se pueden perder a través de la “contaminación” de especies y la extinción genética de las mismas; los transgénicos son un caso particular de ello”, refirió el también profesor de la Facultad de Ciencias (FC).

Hoy en día, lo más valioso es saber que sí hay posibilidades de recuperar los ecosistemas. “Conocemos sus procesos de regenación natural, los cambios que ocurren después de catástrofes naturales, poseemos mejores herramientas para cuantificar la diversidad, tenemos una teoría evolutiva y ecológica sólida, que permitirá restaurar los procesos naturales; hacer biología de la conservación en su sentido más profundo”.

Pero debido a que los organismos se extinguen a una velocidad más alta que la tasa de especiación, se deben emprender acciones inmediatas para recuperar la diversidad biológica y los ecosistemas deteriorados. Además, si se investiga para determinar, por ejemplo, qué especies son potencialemente más perjudiciales, se puede evitar que afecten a otras, dijo.

El valor cultural y estético de la biodiversidad puede brindar opciones sustentables para las poblaciones humanas, además de los procesos ecosistémicos que producen recursos que les son útiles (agua, productos forestales y pesca, entre otros). “Como sociedad, deberemos apreciar nuestra diversidad, conocerla para usarla de forma racional, y fomentar su mantenimiento. Ello implica también valorar la investigación científica en este campo”, concluyó.

Boletín UNAM-DGCS-485
Ciudad Universitaria.

Megadiversidad colombiana en peligro

 
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Muchas especies de flora y fauna ya han desaparecido.
Muchas especies de flora y fauna ya han desaparecido.

2 de Agosto de 2012

Especialistas del medioambiente de la UN en Palmira aseguran que pese a la riqueza natural que tiene el país, la falta de educación y políticas estatales ponen en riesgo los recursos naturales.

Los impactos ambientales por causa del ya conocido cambio climático global no han pasado desapercibidos en Colombia; palabras como ola invernal, sequía, inundaciones y extinción, parecen ser el común denominador de los medios de comunicación del país y del mundo.

Los expertos afirman que los periodos prolongados de sequía y lluvias, que se han presentado recientemente, están alterando los procesos de los fenómenos de El Niño y La Niña; no solo están  acabando con la capa de ozono sino que ponen en peligro, directamente, la vida humana en la Tierra.

Recurso hídrico en peligro

Para el profesor Carlos Escobar Chalarca, magíster en Ciencias Agrarias de la UN en Palmira, la problemática ambiental se ha venido presentando históricamente, pero el agravante actual es la sobrepoblación mundial que ha utilizado de forma inadecuada, y sin consideración, los recursos naturales.

“El agua es un vivo ejemplo de ello. El ser humano y la agroindustria son los mayores demandantes del recurso hídrico y, por su manejo inapropiado, hoy se está agotando”, afirma Chalarca.

Según el especialista agrícola en agua y suelos, Colombia y, específicamente el Valle del Cauca, están enfrentando serios problemas de degradación de los suelos por la escasez del agua y la mala calidad del recurso.

“La producción agropecuaria va a tener una incidencia gravísima en Colombia, ya que los pastos –que son la materia prima para la producción de carne y leche–, se están viendo afectados por la degradación y la desertificación como consecuencia del desabastecimiento del agua”, sostiene el profesor Chalarca.

Fauna y flora amenazadas

El profesor Joel Tupac Otero, director del Instituto de Estudios Ambientales (IDEA) en Palmira, advierte que la biodiversidad de fauna y flora de Colombia se verá seriamente afectada por el cambio abrupto del clima, especialmente por los periodos prolongados de sequía.

“La fauna y la flora tienen unos requerimientos específicos en cuanto a temperatura y humedad para sobrevivir, cualquier alteración en este orden cambiará instantáneamente su desempeño biológico. Esto hace que las especies entren a un ciclo de estrés que, básicamente, se refiere al desarrollo en bajas condiciones”, dice el profesor Tupac.

Algunos de los ejemplos del impacto del cambio climático en la biodiversidad, además de la extinción inminente de cientos de especies endémicas, puede observarse en la vegetación que habita en las partes altas de los árboles, como las orquídeas.

“Hay muchas orquídeas que son epíficas, esto quiere decir que viven sobre otra planta; en el momento en que aumenta la temperatura y los periodos de sequía son prolongados, las especies que viven allí mueren, y así llegue de nuevo el invierno, ya no hay nada que hacer con ellas”, indica el director del IDEA.

Educación y políticas

Los investigadores coinciden en que los factores climáticos actuales no pueden impedirse, pero sí se pueden mitigar los efectos en la megabiodiversidad colombiana, que algún día se acabará si no la protegemos.

“Aunque tenemos una gran diversidad debemos protegerla y sensibilizarnos con ella. Es aquí donde entra el factor cultural y educativo; nosotros, como centro de educación, debemos cambiar el sofisma de que tenemos una biodiversidad inagotable, ya que todos los recursos siempre tienden a consumirse”, afirma el profesor Chalarca.

Por ello, el director del IDEA indica que hacen falta políticas de Estado serias que se comprometan con el cuidado y la protección de nuestra biodiversidad, en la cual hay muchos ojos externos puestos.

“A pesar de que hagamos todos los esfuerzos, el problema climático continuará, solo queda adaptarnos a él y, en ese sentido, el Estado juega un papel fundamental con respecto a la educación y a la elaboración de estrategias para la conservación”, concluye Otero.

Créditos: agenciadenoticias.unal.edu.co

México podría participar en el comercio internacional de flora y fauna

 
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Lunes 11 de abril de 2011

México tiene un gran potencial en biodiversidad que manejado de forma sustentable le permitirá ingresar al comercio internacional y generar ingresos en beneficio de los productores y sus familias, afirmó la doctora Alejandra García-Naranjo Ortiz de la Huerta, coordinadora de la Autoridad Científica de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).

Ante estudiantes de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la BUAP, indicó que para lograrlo se requieren estudios poblacionales que permitan conocer el comportamiento biológico de las especies: cómo se reproducen y pueden mantenerse, garantizando así su existencia.

En México existen alrededor de 2 500 especies de animales y plantas registradas, lo que es una gran responsabilidad para el país, que tiene obligación de protegerlas.

También es necesario estimar su tasa de reproducción, demanda y valor comercial, para que “las comunidades locales con proyectos sustentables aprovechen las diversas especies de flora y fauna que puedan ser comercializadas, sin ponerlas en riesgo”.

Puso como ejemplo el cocodrilo de pantano que está a punto de extinguirse por la sobreexplotación. Los ejemplares que aún existen se mantienen en cautiverio donde se cuida que se reproduzcan de manera natural.

Una especie que sí podría aprovecharse adecuadamente es la candelilla, una planta del desierto que produce una cera que tiene alta demanda en la industria cosmética y de alimentos.

La Doctora García-Naranjo informó que se está realizando un inventario nacional para saber qué cantidad de candelilla hay en el país, dónde se produce y realizar proyectos sustentables para su explotación y beneficio social y económico.

Ante estudiantes que en su vida profesional tendrán que ver con la producción de alimentos, les recordó que la biodiversidad es la base viviente para el desarrollo sustentable, ya que provee de servicios ambientales, materia prima, alimentos, vestido, artículos de ornato, entre otros usos.

Al hablar de la Conservación y uso sustentable de la biodiversidad: el marco y comercio internacional, recordó que la nación tiene una gran diversidad de especies endémicas y posee el 10 por ciento de especies extintas en el mundo.

La especialista aclaró que aunque la Convención para el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre, fue firmada en 1973 y entró en vigor en 1975, México se integró en 1991, sin embargo fue hasta el 2000 que la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), de la que depende la CITES, participó como autoridad científica.

Comentó que este convenio busca la conservación y el uso sostenible de las especies que se encuentran incluidas en tres apéndices: aquéllas que están en peligro de extinción; las que no necesariamente son amenazadas pero que pudieran estarlo si el comercio no es controlado, y el último que se conforma por especies endémicas.

Créditos: BUAP/Comunicación Institucional/buap.mx