



- En Colombia no se han resuelto los problemas de deficiencia nutricional crónica, y ya hay graves problemas de exceso.
11 de Octubre del 2012
En Colombia, el Estado duplica la capacidad de los programas que subsidian alimentos, pero no logra cambios estructurales en los problemas de pobreza y hambre de las poblaciones.
Así lo hace ver Sara Eloisa del Castillo, profesora de Nutrición Pública de la UN. Ella dice que el problema radica en que el Estado basa principalmente su cumplimiento del derecho a la alimentación en programas como Familias en Acción, que, según ella, han crecido preocupantemente.
Para ella, esto se ha traducido en una disminución de la desnutrición aguda en el país, pero no así de la desnutrición crónica, que permanece. Además, resalta el hecho de que en Colombia no se han resuelto los problemas de deficiencia nutricional crónica histórica y que, paradójicamente, también se están presentando problemas de obesidad.
Esto se debe, según la docente, a que Colombia “es un país que camina hacia los problemas del exceso, sin haber resuelto los problemas de la deficiencia; además, tiene problemas estructurales”.
Y agrega: “En este país la obesidad está ligada a la pobreza, a la monodieta. Nuestras poblaciones son obesas y tienen graves problemas nutricionales que afectan la calidad de vida porque la pobreza ha enfocado la alimentación fundamentalmente en porciones calóricas no nutritivas y porque los programas estatales siguen estando centrados en calorías”.
Una propuesta para cambiar la política pública de seguridad alimentaria y nutricional en Colombia será presentada durante el Congreso Internacional por el Derecho a la Seguridad y la Soberanía Alimentaria y Nutricional en Colombia, que se celebrará del 22 al 24 de octubre en el Auditorio Virginia Gutiérrez de Pineda de la UN en Bogotá.
Del Castillo explicó que el congreso está basado en cuatro mesas.
Una versa sobre la defensa del territorio, la coexistencia con las locomotoras productivas (especialmente las mineras) y la creación de una zona de reserva alimentaria.
Otra está relacionada con la defensa y protección de las semillas nativas y criollas, que son patrimonio cultural ancestral y base de la soberanía alimentaria.
Otra más tiene que ver con el favorecimiento de los circuitos agroalimentarios con enfoque de crecimiento económico para las regiones.
Y la última es sobre la defensa de la cultura alimentaria y los consumos tradicionales, que, según la docente, “ocasionarían una minuta que le permitirá a las instituciones y a los programas de alimentación nacionales plantear propuestas diferenciales más allá del discurso político”.
En el congreso participarán invitados de Canadá, Chile, Ecuador, así como expertos nacionales y de la UN.
Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html