



Martes 5 de abril de 2011
Este 11 de abril, se celebra el Día Mundial del Parkinson, enfermedad que afecta al dos por ciento de la población mayor de 65 años que está considerada como la segunda enfermedad neurodegenerativa, razón por la cual es necesario sensibilizar a la población y hacer un llamado para que se profundice en el estudio de este trastorno reconoció Guillermo Enríquez Coronel, Coordinador de la Academia de Neurología de la Facultad de Medicina de la BUAP.
En México, en un plazo no mayor de 20 años el número de habitantes con más de 60 años aumentará considerablemente y con ello un mayor porcentaje con enfermedades propias de la tercera edad.
El especialista explicó que la enfermedad de Parkinson es un mal del sistema nervioso central, y se caracteriza por ser un padecimiento crónico degenerativo que se produce cuando las células nerviosas o neuronas, que se encuentran en un área del cerebro conocida como sustancia negra, mueren o se dañan.
“Normalmente, estas neuronas producen una sustancia química importante en el cerebro conocida como dopamina; cuando producen patrones anormales de activación nerviosa dentro del cerebro, causan deterioro del movimiento”.
Al hablar de los síntomas, Enríquez Coronel comentó que éstos se presentan gradualmente; las personas afectadas pueden sentir temblores leves o tener dificultad para levantarse de una silla, hablan muy suavemente y su escritura es lenta y parece apretada o pequeña; pueden perder la pista de una palabra o un pensamiento e inclusive sentirse cansados, irritados o deprimidos, sin una razón aparente.
A medida que evoluciona la enfermedad, el temblor que afecta a la mayoría de los pacientes con Parkinson puede comenzar a interferir con las actividades cotidianas, y a menudo desarrollan la llamada marcha parkinsoniana que comprende una tendencia a inclinarse hacia adelante, dar pasos pequeños y rápidos y balanceo disminuido de los brazos.
Señaló que es muy difícil tener un recuento real del número de casos, porque muchas personas en las etapas iniciales de la enfermedad, consideran que sus síntomas son el resultado del envejecimiento normal y no buscan ayuda de un médico.
Reconoció que si bien el Parkinson aún no es curable, es posible controlar los síntomas con la ayuda de las nuevas terapias, pero lo más importante es el diagnóstico temprano, que junto con un tratamiento específico indicado para las necesidades de cada individuo, permite aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Créditos: BUAP/Comunicación Institucional/buap.mx