Tres integrantes del Instituto de Energías Renovables (IER) de la UNAM, fueron reconocidos con el Mérito Estatal de Investigación (REMEI), galardón que otorga la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología del estado de Morelos.
Joseph Sebastian Pathiyamattom, Teresa de Jesús Ruiz Sánchez y Cynthia Gutiérrez Lara, fueron distinguidos por estimular la investigación científica y tecnológica de calidad, así como su promoción y difusión.
A Sebastian Pathiyamattom le entregaron la distinción en la categoría Reconocimiento al Mérito con base en su trayectoria y aportaciones al conocimiento científico y tecnológico. Sus investigaciones se centran en celdas solares de película delgada y nanoestructuradas; tecnología del hidrógeno; celdas de combustible y biocombustibles.
De esa forma ha desarrollado materiales nuevos como semiconductores, catalizadores y nanomateriales, así como diseño e instrumentación de nuevos procesos y dispositivos, innovación y desarrollo tecnológico sobre sistemas híbridos que aprovechan fuentes renovables de energía y fabricación de prototipos de plantas que producen biocombustibles.
De Ruiz Sánchez reconocieron su tesis doctoral Diseño preliminar de sistemas de emergencia para una planta productora de hidrógeno mediante el ciclo termoquímico SI acoplado a un reactor nuclear de alta temperatura. La contribución más importante del trabajo se refiere al diseño, evaluación y confiabilidad de sistemas de emergencia que evitan el impacto de una liberación accidental de sustancias involucradas en los procesos de producción del hidrógeno.
Estos resultados pueden aplicarse en la instrumentación de nuevas tecnologías basadas en fuentes alternas de energía. El objetivo de la tesis de Ruiz Sánchez es la aplicación del concepto de defensa en profundidad utilizada por la industria nuclear.
En tanto, Gutiérrez Lara fue galardonada por su tesis de maestría en la que trata temas a nivel básico y aplicado de la dinámica de vórtices y mezclado de fluidos. Para su trabajo se valió de tres herramientas fundamentales en la dinámica de fluidos: soluciones analíticas, numéricas y experimentos, por un entendimiento más completo del fenómeno estudiado.
Los resultados obtenidos aportan elementos para la comprensión de flujos oceánicos y atmosféricos, además tiene perspectivas de aplicación en asuntos de relevancia de procesos industriales.
Créditos: UNAM-DGCS-041-2014
El nuevo organismo está avalado y financiado por la Secretaría de Energía.
• El consorcio virtual tendrá como responsable técnico a Jesús Antonio del Río Portilla, director del Instituto de Energías Renovables de esta casa de estudios
• Con aval de la Secretaría de Energía, unirá esfuerzos de 67 institutos de investigación, así como 21 empresas mexicanas y extranjeras, que promoverán la generación de conocimiento y el uso de tecnologías solares
La UNAM, a través del Instituto de Energías Renovables (IER), coordinará el nuevo Centro Mexicano de Innovación en Energía Solar, organismo virtual que estará conformado por 67 institutos de investigación, así como 21 empresas mexicanas y extranjeras.
El nuevo organismo está avalado y financiado por la Secretaría de Energía, afirmó en entrevista Jesús Antonio del Río Portilla, director del IER y responsable técnico de este esfuerzo colectivo.
El anuncio del nuevo organismo lo hizo el secretario de Energía, Pedro Joaquín Codwell, durante el Congreso Mundial de Energía Solar, que se llevó a cabo en Cancún, Quintana Roo.
“La Secretaría de Energía y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, emitieron una convocatoria para conformar un consorcio. Nosotros buscamos la coordinación del proyecto, junto con muchas otras instituciones. Hablamos con los representantes de quienes hacen investigación en esta área en el país y ellos reconocieron el liderazgo de la UNAM en este campo. Lo que haremos será coordinar un gran esfuerzo colectivo”, precisó Jesús Antonio del Río.
Además del IER, de la UNAM, participan los institutos de Ingeniería (II) y de Investigaciones en Materiales (IIM) y el Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico (CCADET).
De igual manera, el Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional, el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), el Centro de Investigación en Materiales Avanzados (CIMAV) y la Universidad de Sonora (Unison), entre otros.
Casi 50 proyectos
Casi 50 proyectos diferentes se desarrollarán en este nuevo centro, cada uno con líderes científicos específicos de diferentes instituciones, apuntó Del Río Portilla.
“Algunos están en fase inicial, otros con avances y algunos más con patentes listas para transferir. También existen iniciativas de empresas que buscan comercializar productos en uno o dos años, mientras algunos trabajos tardarán unos cuatro años en concretarse”, señaló.
El consorcio iniciará con proyectos de aprovechamiento térmico de energía solar y de aprovechamiento fotovoltaico.
“También incluirá el desarrollo de nuevos materiales, metodologías de aprovechamiento de la radiación ultravioleta para descontaminar agua, torres centrales de calentamiento solar, motores Stirling para generación eléctrica a partir de la energía solar y diferentes materiales para sistemas fotovoltaicos”, adelantó.
El financiamiento provendrá del Fondo de Sustentabilidad de la Secretaría de Energía y de la iniciativa privada.
Centro virtual
El nuevo consorcio no tendrá una infraestructura física propia, estará coordinado desde las instalaciones del IER, con sede en Temixco, Morelos. “Es una red virtual y la inversión también incluirá la formación de personal, para desarrollar más capacidades en esta área”.
Los trabajos iniciarán en cuanto se liberen los recursos. Por lo pronto, esta casa de estudios, a través del IER, firmará convenios específicos con las 88 instituciones participantes.
“Para la UNAM coordinar este consorcio significa un reto de carácter nacional, que nos da la oportunidad de ofrecer nuestros servicios y capacidades para hacer que la comunidad solar mexicana comience a rendir frutos, al ofrecer una alternativa de suministro energético a todo el país”, destacó el director del IER.
Potencial solar
“Si pudiéramos captar una pequeña proporción de la energía solar que nos llega, podríamos satisfacer toda la demanda eléctrica del país, pero aún no tenemos la capacidad técnica para lograrlo, nos faltan sistemas fotovoltaicos suficientes y personal capacitado para aprovecharla cabalmente”, reconoció.
Se requiere desarrollar más sistemas y preparar a personal capacitado para instalarlos.
Las estimaciones del gobierno federal indican que la energía solar contribuirá con menos del 10 por ciento de la producción eléctrica del país, pero los expertos del sector consideran que la cifra podría aumentar.
“En este momento las pequeñas empresas, como cafeterías y tiendas de conveniencia que usan muchos refrigeradores ya pueden instalar paneles solares, algo que les resultaría rentable. Esto es una realidad, no es ciencia ficción, puede ser utilizado ya, pero necesitamos mecanismos de financiamiento para que sea económicamente más rápido el cambio”, explicó.
Para familiarizarse con el tema de la energía solar, recomendó leer dos colecciones de libros de la UNAM: La energía que nos mueve y Hazlo tú, editados a propósito del Año Internacional de las Energías Sostenibles, que se celebró en 2012.
Los hongos ligninolíticos producen zetas que tienen la capacidad de degradar el polímero de lignina.
11 de junio de 2012
Hongos ligninolíticos pueden ser usados biotecnológicamente para degradar la lignina y aprovechar la biomasa vegetal como materia prima renovable, lo que contribuiría a desarrollar energías limpias.
Así lo afirmó Susana Camarero, científica titular del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España, que explico que el objetivo principal de estudiar estos hongos y sus enzimas radica en “la obtención de combustibles, materiales y productos químicos (biotecnología blanca) a partir de recursos vegetales renovables. El propósito final es contribuir al desarrollo sostenible de nuestra sociedad y reducir el calentamiento de la biosfera a través de una reducción en el consumo de recursos fósiles”.
Los hongos ligninolíticos producen zetas que tienen la capacidad de degradar el polímero de lignina, principal componente de la materia vegetal después de la celulosa. La mayoría de estos hongos pertenecen al grupo Basidiomycetes y son los más eficaces para degradarla.
“Estos hongos son capaces de degradar este polímero gracias a la secreción de unas enzimas extracelulares que son oxidoreductasas, que, además, les permiten degradar una gran cantidad de compuestos aromáticos recalcitrantes”, explica Camarero.
Esta degradación es un paso clave en el reciclado del carbono en los ecosistemas terrestres y un aspecto central cuando se piensa hacer uso a nivel industrial de la biomasa vegetal en biorrefinerías, para la producción de combustibles, productos químicos y otros que no sean derivados del petróleo.
“El carbón orgánico está en su mayor parte fijado en la lignocelulosa y, realmente, el aprovechamiento de esta sustancia como materia prima renovable es una cuestión que está muy en boga hoy en día, dado el problema de la carestía de los recursos fósiles. Llegará el momento en que tengamos que hacer uso de otras energías. En este aspecto se investiga la biomasa vegetal no alimenticia para aprovecharla en biorrefinerías y generar energía a partir de ella. De hecho, ya hay en curso varias plantas de este tipo a escala piloto, pero se hacen necesarios más esfuerzos científicos y políticos”, concluye Camarero.
El CSIC es la mayor institución pública dedicada a la investigación en España y la tercera de Europa. Su objetivo fundamental es desarrollar y promover investigaciones en beneficio del progreso científico y tecnológico.
Actualmente, concentra muchas de sus investigaciones en la línea de las energías limpias y la biotecnología, que es la aplicación de los organismos vivos o de sus enzimas para la producción sostenible de compuestos químicos, materiales, biocombustibles, etcétera.
La biotecnología puede ayudar a reducir el impacto ambiental y a tener procesos más limpios y eficientes. En concreto, puede aportar soluciones innovadoras para diferentes procesos, lo que los optimiza, reduce su impacto y contribuye al desarrollo de productos adicionales.
La doctora Camarero estuvo en la UN gracias a la Dirección de Investigaciones de la sede (DIME).
Ulises Castro Álvarez, coordinador de Investigación y Posgrado de la Unidad Académica de Turismo de nuestra magna casa de estudios, participó con la ponencia “Ecoturismo sustentable”, en las actividades del 1er. Foro Estatal sobre Energías Renovables, que organiza el Cuerpo Académico de Sustentabilidad Energética de la UAN.
Durante su participación señaló que día con día nos percatamos sobre las dificultades relacionadas con el uso de energía basada en los combustibles fósiles y las repercusiones que tiene en el medio ambiente; una alternativa a ello son las denominadas “energías verdes”, que deben ser tomadas con la seriedad que requieren para su implementación.
“El turismo en nuestra entidad, es uno de los pilares en la estructura económica y en la estrategia que se está planteando por parte del sector público tanto federal, como estatal y local, por ello que la relación entre el turismo y el uso de energías renovables cobra tanta importancia”.
Ulises Castro señaló que la mayoría de las infraestructuras turísticas utilizan energía tradicional, se consume energía eléctrica en demasía y esta actividad, por su característica de transportación requiere bastante energía de combustibles fósiles, sobre todo al hablar de cuestiones aéreas a nivel mundial, tiene una aportación muy fuerte en la generación de bióxido de carbono que es uno de los gases invernadero que provoca el cambio climático.
Añadió que tomar este tema de las energías renovables es fundamental, buscar cómo utilizar la energía solar, la energía eólica, la energía marítima, para producir electricidad u otro tipo de energéticos; sin dejar de lado la biomasa que puede generar biocombustibles, esto vendría a coadyuvar fuertemente en la mejora del medio ambiente a nivel mundial y nuestro entorno”.
El docente universitario agregó que Nayarit tiene un fuerte potencial para el uso de energía solar, pero es necesario tener conocimientos sobre estas tecnologías para poder implementarlas incluso en las edificaciones; además hay en nuestro estado, experiencias en zonas rurales que generan electricidad a través de energía solar con celdas fotovoltaicas pero en pequeña escala.
Al hablar sobre la relación de esta temática y las acciones que está realizando nuestra Institución al respecto, señaló que está orientada a formar jóvenes que tengan la concepción del desarrollo sustentable, y que esto les permita entender de dichas necesidades; los posgrados están específicamente orientados a dicho tópico.
Culminó añadiendo que en Nayarit los recursos naturales son muy grandes y es necesario cuidarlos para que se continúe teniendo la riqueza y las posibilidades de crecimiento económico y desarrollo.
Gian Carlo Delgado Ramos, del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM.
8 de abril de 2011
• Representan la opción más viable para evitar la construcción de centrales nucleoeléctricas, coincidieron académicos universitarios y representantes de organizaciones civiles
La mejor opción para eliminar la dependencia de los hidrocarburos es la transición al uso de energías renovables y evitar la construcción de plantas nucleares, coincidieron en la UNAM académicos universitarios y representantes de organizaciones civiles.
El único aspecto positivo de la industria nuclear es la producción de electricidad. Sin embargo, otras fuentes como el Sol, pueden generar más energía, sin riesgos; “esto hace que nos cuestionemos por qué apostamos por las centrales nucleoeléctricas”, señaló Gian Carlo Delgado Ramos, del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de esta casa de estudios.
En el encuentro Implicaciones de la era nuclear y el negocio eléctrico: una lectura desde los recientes acontecimientos en Japón, indicó que los accidentes derivados no son raros, aunque la mayoría son de menor grado. Prácticamente, todos los años la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA, por sus siglas en inglés), los reporta.
Esa industria no debe promoverse como segura, ni productora de energía limpia, sin generación de gases de efecto invernadero. “Representa un gran riesgo; sin embargo, se vende como una solución al cambio climático”, advirtió.
Por su parte, Marco Antonio Martínez Negrete, de la Facultad de Ciencias (FC) expuso que se trata de relanzar la construcción de plantas nucleares, con la “trampa” de que ayudan a mitigar los gases de efecto invernadero, algo que no es posible, aseguró.
Requiere altas inversiones y las reservas de uranio disponibles se agotarían en siete años. Esa industria no es pertinente para México, pero sí transitar al uso de las energías renovables.
Las alternativas
Al respecto, Eduardo Rincón, de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), comentó que ante las implicaciones del calentamiento global, la geotermia, así como la energía solar y eólica son alternativas viables. Por ejemplo, las radiaciones que recibe el planeta en tres semanas, provenientes de nuestra estrella, superan las reservas disponibles de petróleo, uranio, torio, gas y carbón.
Gustavo Anpugniani, de Greenpeace-México, dijo que no se elige la opción de las fuentes renovables, que no implican riesgos ni generan residuos.
La energía nuclear no es la solución para sustituir el uso de combustibles fósiles, está rodeada de irregularidades y fugas. Tampoco es una opción para reducir la emisión de gases de efecto invernadero, “es falso que no produzca dióxido de carbono”, advirtió.
Obtener el uranio, convertirlo en combustible, construir centrales y la contención de residuos, coloca a la industria nuclear, a nivel global, en el quinto lugar en emisiones del contaminante, concluyó.
Créditos: UNAM-DGCS-208/2011/unam.mx
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