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Para triunfar: preparar la mente y el corazón

 
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Sólo preparando a la par nuestro corazón con nuestra mente podremos triunfar. Foto: Facebook

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Por: Salvador Calva Morales.

Para correr (y para la vida), una parte consiste en preparar el cuerpo: el entrenamiento constante, la dieta, el ejercicio. Pero si se trata de correr un ultramaratón de 100 kilómetros, donde te esperan más de 20 horas de camino, también es importante preparar la mente y el corazón. Continue reading Para triunfar: preparar la mente y el corazón

Organización y educación para mejorar

 
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"Ignorancia e indolencia son los impedimentos para progresar". Salvador Calva Morales. Imagen: uned.ac.cr
“Ignorancia e indolencia son los impedimentos para progresar”. Salvador Calva Morales. Imagen: uned.ac.cr

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Somos muchísimos habitantes con muchísimas necesidades, ningún gobierno puede resolverlo todo. Falta hacer consciencia en los mismos ciudadanos de que con educación y organización podemos resolver nuestros problemas sociales. Continue reading Organización y educación para mejorar

¿Rodaremos películas en el espacio en el 2045?

 
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6 de mayo de 2015

Abel Pérez Rojas

– Sabersinfin –

cine en el espacio
“Filmaremos películas en el espacio antes del 2045”.
Abel Pérez Rojas.

La actividad humana más allá de la atmósfera terrestre se dará de múltiples formas y tal vez en corto tiempo. El cine podría ser una de ellas.

Los viajes con fines específicos ocultos, los que tienen por objeto tomar o conservar el liderazgo espacial, además de las misiones con propósitos de investigación científica continuarán y se incrementarán cada vez más, pero en esa progresiva carrera veremos cómo emergen ámbitos que vinculan lo artístico con lo económico e ideológico propagandístico.

Por ejemplo, en una reciente entrevista para El País, el polémico actor Robert Downey Jr. respondió en plan de broma lo siguiente cuando se le preguntó ¿dónde se ve con 80 años?:

“Espero que en el planeta Tierra. Aunque no necesariamente, porque dentro de poco rodaremos en otros puntos de la galaxia, sobre todo si ofrecen ayudas fiscales al rodaje”.

De entrada, la broma de Downey Jr. lleva implícita una simple operación matemática. Como el actor actualmente tiene 50 años, entonces estamos hablando que la chanza hace referencia al año 2045.

La respuesta del actor, por otra parte, nos recuerda el vínculo tan estrecho que existe entre la ciencia-ficción con el cine futurista, el de acción, y la realidad.

Sin olvidar que algunos de los vaticinios cinematográficos no se han cumplido, también es cierto que algunos ejercicios fílmicos rememoran que con poco se puede hacer mucho, inclusive en situaciones que por largo tiempo fueron invisibles.

Si consideramos lo anterior -no obstante el alto costo por kilogramo llevado fuera de la atmósfera, que algunos tabulan entre 10 mil a 20 mil dólares-, imagínese, por ejemplo, la primer película realizada en un vuelo de turismo espacial con equipo básico, pero rica en actuación.

En este supuesto fílmico estamos hablando de una producción tipo El Proyecto de la Bruja de Blair o como el ejercicio creativo expuesto en la cinta mexicana La Tarea. Ambas cintas de géneros distintos, filmadas con una sola cámara, pero con la fuerza depositada en la actuación y en el guión.

Lo anterior es perfectamente posible si consideramos que hace poco se dio a conocer que viajar al espacio en calidad de turista tenía un costo de 200 mil dólares y que al menos en América Latina había ya 500 personas anotadas y dispuestas a cubrir tal cantidad para vivir esa experiencia.
Como el cine es un vehículo excelente para que las potencias diseminen su ideología, seguramente tomarán en serio la apuesta que harán algunos estudios para colgarse el galardón de ser los primeros de rodar una película en el espacio.

Tal vez en algunos años aquél craso error del reportero que cuestionó a Alfonso Cuarón sobre las dificultades de haber filmado Gravity en el espacio exterior no serán más motivo de risa y sólo quedará en el recuerdo como un curioso incidente que se adelantó a su tiempo, porque lo más seguro es que antes del 2045 los humanos estaremos rodando en el espacio. ¿No lo cree usted así?

abel perez rojas nov 2014 Abel Pérez Rojas (@abelpr5) es doctor en Educación Permanente. Dirige: Sabersinfin.com.

HAY UNA BRECHA ENTRE LAS COMUNIDADES INDÍGENAS CON Y SIN ACCESO A LA TECNOLOGÍA

 
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pueblosytecnologia14 de agosto de 2014

Existe una brecha entre las comunidades indígenas con y sin acceso a la tecnología, lo que brinda oportunidades diferenciadas al momento de generar conocimiento y promover el desarrollo de sociedades e individuos, apuntó César Augusto Ramírez Velázquez, del Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas y de la Información (IIBI) de la UNAM.

El universitario explicó que los grupos originarios están integrados por personas con características homogéneas y necesidades de información que, de ser satisfechas, elevarían su calidad de vida.

Ramírez Velázquez se ha dedicado a analizar la conformación de estos pueblos, sus rasgos de identidad, sitios de asentamiento, niveles de educación, índices socioeconómicos y oportunidades de mejoría.

La población indígena representa el 10 por ciento de los mexicanos, es decir, su cifra asciende a 12 millones; sin embargo, ésta suele ser segregada y recibir poco apoyo gubernamental. Además, hay 80 grupos étnicos en territorio nacional y cada uno ha salido adelante por sus propios medios, aunque muchos se han desarrollado a partir de la migración.

“Los individuos que salieron en pos de mejores condiciones económicas formaron poblados en otros lugares del país e incluso en el extranjero. Muchos han apoyado a sus localidades y otros no lo pudieron hacer, de ahí que permanezcan en la pobreza”, indicó.

Como bibliotecólogo e investigador, Ramírez Velázquez aseveró que es factible realizar ambas tareas en colaboración con otras profesiones, como la sociología.

El estudio de las comunidades indígenas convoca a lo inter y lo multidisciplinario, por lo que invitó a colegas del IIBI y de otras entidades a integrar nuevas líneas de análisis y armar proyectos en los que participen médicos y abogados.

Créditos: UNAM-DGCS-466-2014

CON ROBOTS PEDAGÓGICOS, NIÑOS APRENDEN A DESARROLLAR CIENCIA PROPIA

 
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robotpedagogico09 de julio de 2014

Hacer ciencia propia es más emocionante que utilizar una tecnología de última generación, pues la aventura de aprender, inventar e innovar supera a la sorpresa de algo novedoso implementado por alguien más.

Si lo programaste para que obedezca tus órdenes, no importa que el carrito de control remoto sea más modesto que el del aparador de la juguetería. Si conoces los cables y microcircuitos con los que un brazo robótico puede subir, bajar y agarrar un objeto, significa que entendiste cómo funciona y lo puedes mejorar.

Con este principio, Enrique Ruiz-Velasco Sánchez, el único investigador matemático adscrito al Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE) de la UNAM, ha desarrollado un método para enseñar a los niños a crear sus propios robots y, en el camino, asimilan el método científico y conceptos de matemáticas, mecánica, electricidad, electrónica y programación, entre otros.

“También aprenden a buscar datos interesantes en Internet, a sintetizar ese discernimiento en un manual, a programar y propiciar un entorno colaborativo, pues trabajamos en equipos para enriquecer las ideas y compartir conocimientos”, explicó en entrevista.
El matemático aclaró que su método no es exclusivo para quienes serán ingenieros o químicos, de igual manera ayuda a quien elegirá la lingüística o la poesía, pues pone a los infantes en la ruta de la creatividad y el descubrimiento de las propias capacidades, brinda autoconfianza e interés por el aprendizaje, más allá de una sola temática.

Fiel a su método, el maestro en ciencias de la computación y doctor en robótica sintetizó su tesis doctoral en un pequeño elevador, donde los niños aprenden no sólo a ordenar a una canastilla el momento para subir, bajar, avanzar o detenerse, sino cuáles son los números enteros y por qué hay una serie de ellos por debajo del cero.

“Desde la licenciatura me ha importado la enseñanza de las matemáticas, dar un salto para allanar el camino de la didáctica en esa disciplina y volver a los entes matemáticos en físicos. Se piensa que aquella disciplina es sólo para los muy inteligentes, pero no es cierto, cualquiera puede aprenderla y utilizarla en la vida cotidiana”, destacó.

Pensar, hacer, compartir

Con su método, el universitario muestra a los infantes cómo crear sus propios modelos, que no tienen que ser humanoides, sino equipos sencillos que pueden avanzar a lo complejo, según la creatividad e interés de cada quien.

“No importa si el robot es una casa de fantasmas o una cucaracha electrónica, lo principal es desarrollarlo, pensar qué quiero que haga y hacer todo para lograrlo. En el camino se comparte la experiencia, pues laboramos en equipos”, reiteró mientras mostraba una rueda de la fortuna que giraba a la izquierda o derecha, controlada de forma remota desde los tonos de un modesto teléfono celular.

Al crear artefactos ideados por ellos, asimilan con la robótica pedagógica para qué les sirve sumar y restar; a la par, se relacionan con conceptos de álgebra, geometría, electricidad y mecánica, entre otros. “Tenemos la obligación de impulsar la enseñanza de las ciencias en un contexto más amigable, rico, interesante, lúdico y transformador”, sostuvo.

Reciclable y sustentable

La robótica pedagógica también es ecológica, pues emplea materiales de reciclaje y propicia la sustentabilidad desde el quehacer colectivo.

Lo que hacemos es para crear comunidades ecológicas de aprendizaje, en el sentido de utilizar materiales de recuperación y reciclables, pero también grupos donde aprendamos de los demás, con los demás, y nos formemos entre pares -entre todos sabemos todo-; aquí el profesor es importante porque es un guía para el descubrimiento y los estudiantes trabajan de forma independiente, comprometida y rica, explicó.

“Lo interesante es cómo los conceptos abstractos se concretizan en un engrane, en la medición de un brazo, en un grado de libertad de una polea, así usamos la matemática asociada a la física, y esta última a la posibilidad de hacer y construir cosas desde lo cognitivo. En este caso armamos, pero con el mismo método podemos hacer ensayos o poemas”.

El pretexto es el robot, pero lo fundamental es la ruta para lograrlo, es un recorrido cognoscitivo. “Es como hacer trenes o rutas de conocimiento, con paradas. Si necesitamos añadir algo eléctrico, nos detenemos ahí para entender qué es una fuente de energía y construir un motor para instalarlo más tarde. Luego seguimos a otra parada, por ejemplo de electrónica, para controlar el artefacto”, apuntó.

El lenguaje de la programación

Una parte fundamental es aprender a programar desde una computadora o un teléfono celular con tonos. “Traducimos éstos en instrucciones para que la máquina haga lo que queramos: avanzar, detenerse, ir a la izquierda o a la derecha”.

Se programa en un lenguaje natural –a partir del materno– que puede iniciar con tres tonos o instrucciones y hacer una secuencia que avanza hasta donde se quiere.

“Un niño entiende y programa. Se puede aprender y crear una interfaz electrónica. Yo no quiero que compren cosas y tecnologías, sino que las hagan, que abran su mente y se motiven para usar su imaginación”, enfatizó el investigador, quien durante 30 años ha desarrollado y aplicado este método en sesiones apoyadas por la Academia Mexicana de Ciencias.

Actualmente, su método de robots pedagógicos está en trámite de patente con autoría para la UNAM.

Créditos: UNAM-DGCS-394-2014