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Gestionan científicos politécnicos parque micológico en Durango

 
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31 de julio de 2017

México es considerado el país con el mayor número de hongos comestibles silvestres registrados, los cuales constituyen un alimento de alto valor nutricional para la población, sin embargo, es necesario efectuar diversas investigaciones para promover su conocimiento, conservación y aprovechamiento sustentable. Continue reading Gestionan científicos politécnicos parque micológico en Durango

Producen politécnicos cereal para niños con una mezcla de maíz y frijol

 
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frijol y maiz

29 de marzo de 2011

•El cereal elaborado por investigadores del Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional, Unidad Durango,  contiene 38 por ciento más proteínas y 138 por ciento más fibra que los cereales comerciales

Investigadores del Instituto Politécnico Nacional (IPN) recurrieron al maíz y frijol para elaborar un cereal nutritivo para niños en edad escolar, el cual es reducido en azúcares, contiene 38 por ciento más proteínas y 138 más fibra que los cereales comerciales.

El titular del proyecto de investigación que se realiza en el Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional (CIIDIR) Unidad Durango, Oscar Velasco González, señaló que mediante los productos que han desarrollado a lo largo de una década de investigación, además de contribuir a mejorar la nutrición de los pequeños, le dieron un valor agregado al maíz y al frijol, éste último es el principal producto agrícola del estado de Durango.

Señaló que el cereal, que se recomienda para el desayuno de los niños, se elaboró atendiendo a las nuevas tendencias del mercado y a partir de la mezcla de maíz y frijol se fabricaron dos variedades, al primero de ellos se le agregó azúcar como edulcorante, y al otro, miel e inulina, con el propósito de reducir el consumo de azúcares.

Velasco González precisó que el interés por incrementar el aprovechamiento del frijol se debe a que éste es el principal producto agrícola del estado. “Desde hace casi diez años pensamos en desarrollar tecnologías para incrementar el valor agregado de este grano, inicialmente encaminadas para obtener ganancias adicionales”.

Explicó que una encuesta aplicada en la ciudad de Durango (2002), arrojó que el consumidor está dispuesto a pagar hasta un 30 por ciento más de sobreprecio si se le garantiza un frijol suave, por lo que “desarrollamos la tecnología para separar más de 14 variedades de frijol que se producen en Durango, y permitir de esta manera que el productor tenga acceso a este 30 por ciento adicional”.

Posteriormente, dijo, el CIIDIR Unidad Durango inició investigaciones para desarrollar alimentos nutritivos para niños en edad escolar, en sustitución de los denominados “productos chatarra”. Así fue como elaboraron algunas botanas nutritivas con la mezcla maíz-frijol para cumplir con el perfil de aminoácidos recomendados por la Comisión Mixta FAO-OMS (Food and Agriculture Organization y la Organización Mundial de la Salud).

Refirió que las botanas preparadas mediante el proceso de extrusión-cocción se condimentaron con tres sabores diferentes: queso-chile, chile-limón y chile jalapeño, y las pruebas de aceptación se realizaron con buenos resultados en escuelas primarias de la ciudad de Durango. “Es importante mencionar que el valor biológico de estas botanas fue evaluado en ratas en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, del IPN, presentando un valor biológico semejante a la caseína de la leche, de manera tal, que el consumo de una bolsa de 35 gramos corresponde en valor nutritivo a un vaso con leche de 115 mililitros”.

El investigador politécnico mencionó que otros productos que se han elaborado para contribuir a enriquecer la alimentación de los escolares son: palitos de maíz-frijol extrudido, cubiertos de chocolate, mismos que se dirigieron a un nicho de mercado distinto, y las características de este producto tenían semejanza con los dulces tipo galleta recubiertos de chocolate.

Velasco González refirió que como producto de las investigaciones, el CIIDIR Unidad Durango cuenta con tecnología innovadora para elaborar frijoles en polvo, naturales o condimentados, los cuales se preparan al instante luego de agregar agua en ebullición. “También se han desarrollado atoles y sopas con las mismas características nutricionales descritas anteriormente”, acotó.

Además de desarrollar alimentos infantiles, el investigador politécnico también ha utilizado la granza de frijol, que es un subproducto del cribado del grano, constituido por frijol quebrado y de baja densidad, para desarrollar alimento para cerdos.

“El costo para producir carne de cerdo alimentando a los animales con cochi-frijolina fue menor al costo de producción con el alimento convencional; además observamos que el consumo del alimento elaborado en el CIIDIR Unidad Durango, proporciona a los cerdos mayor resistencia a las enfermedades, ya que durante el experimento el lote de cerdos alimentados con nuestro producto se enfermó menos que los alimentados de forma tradicional”, afirmó.

El maestro Velasco González comentó que cuentan con la tecnología para continuar el proyecto de cereales de maíz-frijol, adicionados de Inulina (para disminuir el consumo de azúcar), y agregarán bacterias lácticas, como probióticos, con el objetivo de ofrecer a los pequeños en edad escolar productos nutritivos con un menor aporte de azúcar, alto contenido de fibra soluble e insoluble, así como lactobacilos, que impacten de manera importante en su salud.

Destacó que para el aprovechamiento óptimo del frijol en el estado de Durango, el grupo de investigación que dirige ha elaborado un Esquema de Comercialización del Frijol, el cual integra etapas en las que el producto ya no se puede vender por su dureza, pero sí moler y recibir acondicionamiento para el consumo humano y animal, a través de alimentos funcionales.

Créditos: Comunicación Social/IPN/ Comunicado: 082
Imagen: direccioneszac.com

Por las heladas, México requiere importar tres millones de toneladas de alimentos

 
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Emilio Romero Polanco, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.
Emilio Romero Polanco, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.

27 de febrero de 2011

• Son necesarias para cubrir el déficit interno, advirtió Emilio Romero Polanco, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM

México tendrá que importar alrededor de tres millones de toneladas de alimentos para cubrir el déficit interno, derivado de los estragos provocados por las heladas ocurridas en el norte del país. “Las pérdidas se calculan en más de 30 mil millones de pesos y afectaron a 200 mil jornaleros que perdieron su empleo”, señaló Emilio Romero Polanco, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM.

En total, apuntó, se registran daños en 600 mil hectáreas de maíz, 300 mil de sorgo y 200 mil de frijol, repartidas entre los estados de Sinaloa, Sonora, Tamaulipas, Chihuahua y Durango.

En Sinaloa, ejemplificó, se afectó el 60 por ciento de las hortalizas y el 90 por ciento del maíz; “la producción estatal de este grano representa la cuarta parte de la cosecha nacional”. Otros productos dañados fueron tomate, ejote, calabaza y chile, dijo.

Las organizaciones de grandes productores, abundó, fueron las más beneficiadas por las facilidades fiscales incluidas en las medidas de recuperación, pero no ayudan a los pequeños productores y a los campesinos, “ellos quedan fuera de estos esquemas”.

En general, se toman medidas de corto plazo para enfrentar las contingencias, en ocasiones tardías e insuficientes, por lo tanto “se replantea la urgencia de revalorar el sector agroalimentario nacional para combatir la pobreza, el desempleo y la migración”, señaló.

Es necesario, prosiguió, establecer políticas de crédito, otorgar asistencia técnica, rescatar canales de comercialización y garantizar precios para estimular los cultivos; “tendríamos muchas regiones del país que, en emergencias, compensarían las pérdidas”.

Debido a las heladas en el noreste del país, se registran estragos en 600 mil hectáreas de maíz, 300 mil de sorgo y 200 mil de frijol, repartidas entre Sinaloa, Sonora, Tamaulipas, Chihuahua y Durango
Debido a las heladas en el noreste del país, se registran estragos en 600 mil hectáreas de maíz, 300 mil de sorgo y 200 mil de frijol, repartidas entre Sinaloa, Sonora, Tamaulipas, Chihuahua y Durango

Repercusiones de las heladas

Analistas, agrupaciones campesinas y de la industria de la tortilla y el nixtamal, advierten acaparamiento, lo que explica incrementos injustificados en los precios. “Por ejemplo, antes de las heladas la tonelada de maíz costaba tres mil 100 pesos, ahora se vende en cuatro mil 750, cuando las cosechas dañadas se levantarían en mayo”, indicó.

México enfrentará en los próximos meses un aumento en el costo de los artículos de primera necesidad, lo que afectará las condiciones alimenticias entre los sectores de la población menos favorecidos. A corto plazo, el gobierno estará obligado a subsidiar esos productos, particularmente maíz y frijol, añadió.

“Actualmente hay 20 millones de pobres alimentarios, es decir, aquellos cuyos ingresos les impiden tener acceso a la canasta básica”; además, las circunstancias climáticas dejaron sin cultivos a los productores de autoconsumo de zonas marginadas de Oaxaca, Guerrero e Hidalgo quienes, “si no son apoyados, inevitablemente padecerán hambruna”, concluyó.
Créditos: UNAM-DGCS-118-2011/unam.mx

Contribuye la UNAM a la recuperación de los bisontes en México

 
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Una buena razón para el rescate del bisonte es que se trata de una especie clave de las praderas de Norteamérica.
Una buena razón para el rescate del bisonte es que se trata de una especie clave de las praderas de Norteamérica.

28 de diciembre de 2010

• Desaparecieron del territorio nacional en el siglo XIX. Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Durango, y posiblemente Zacatecas, formaron parte de su área original, dijo Rurik List, investigador del IE de la UNAM
• Dos manadas habitan en la reserva de la biosfera de Janos, Chihuahua; una, de alrededor de 130 ejemplares, que se mueve entre México y EU, y la otra, de 22, servirá para reproducción y poblar nuevos territorios

El mamífero terrestre más grande del continente americano, el bisonte (Bison bison), habitó nuestro territorio por cientos de años. Aunque especialistas negaban que perteneció a la fauna mexicana, investigadores del Instituto de Ecología (IE) de la UNAM han demostrado que Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Durango y posiblemente Zacatecas, fueron parte de su área original. “Por ello, es razonable hacer esfuerzos para su recuperación en México”, dijo Rurik List.

El científico, integrante del Laboratorio de Ecología y Conservación de Fauna Silvestre de la entidad, expuso que una razón relevante para su rescate es que se trata de una especie clave –con un efecto “desproporcionado” en el ecosistema– de las praderas de Norteamérica.

A pesar de haber sido uno de los biomas con mayor distribución geográfica en el planeta, actualmente es de los más alterados y menos protegidos; “se necesita con urgencia recuperar las especies perdidas de los pastizales y que recomience la dinámica que los forjó durante miles de años”.

Los bisontes, que pueden vivir 30 años y pesar hasta 850 kilogramos, en el caso de los machos, aplastan y podan el pasto, condición necesaria para otras especies, como los perritos llaneros. Además, al revolcarse, hacen depresiones de hasta 20 centímetros de profundidad y cinco metros de largo, por dos o tres de ancho, que con la lluvia, se convierten en espacio de reproducción de anfibios e invertebrados acuáticos; asimismo, su lana es usada por aves para hacer sus nidos.

El llamado búfalo en Estados Unidos, se distribuía desde Alaska hasta el norte de México, refirió List en la revista Conservation Biology, pero a consecuencia de enfermedades del ganado traído por los españoles, y la caza, manadas de millones desparecieron en pocas décadas. “En el siglo XIX la industria creció a pasos agigantados y la demanda de bandas para máquinas aumentó en Europa, y para ese fin, se utilizó su piel”.

En el momento en que los grandes naturalistas de la Unión Americana llegaron a nuestro país, en la segunda mitad del siglo XIX y principios del siglo XX, ya no había mención alguna del B. bison. Por ello, el equipo de List echó mano de documentos desde la época de la Colonia, y encontró reportes de su presencia en el territorio, de funcionarios y de personas que trabajaron en la delimitación de la frontera.

Incluso, un escrito de los más antiguos refiere a “dos bisontes que jalaban una carreta” en Zacatecas, y en publicaciones arqueológicas, se registró la presencia de huesos y pieles, en sitios como Paquimé. “Eso nos lleva a la conclusión de que el bisonte sí es un componente original de la fauna mexicana”, reiteró List.

Una manada

En 1988, cuando Gerardo Ceballos, también del IE, hacía su doctorado en al Universidad de Arizona, y encontró reportes de colonias de perritos llaneros en el municipio de Janos, Chihuahua; los localizó junto con una manada de bisontes, a la que no se había dado importancia.

Su origen podría estar en una donación del gobierno de Arizona al de Chihuahua en la década de 1920. Una segunda donación, se registró en los años de 1950, con lo que se formó una población que se ha movido por más de 80 años entre México y EU, como desde hace milenios lo hicieron sus ancestros.

En 2003, después de varios intentos, List encontró al grupo de alrededor de 130 ejemplares con ayuda de sobrevuelos. A partir de ese momento les ha seguido “la pista”. “Descubrimos que se mueven en dos ranchos de EU y tres de México. En nuestro territorio son considerados especie en peligro, protegida por las leyes, pero en cuanto cruzan la frontera se consideran ganado”.

A punto de extinguirse –quedaban sólo 500– algunos sobrevivientes de Yellowstone fueron llevados al zoológico de Nueva York. El número de ejemplares creció y fueron distribuidos en parques de Oklahoma, Dakota y Wyoming.

Por otro lado, algunos rancheros que habían capturado animales trataron de obtener una raza de ganado más resistente a las condiciones extremas de las planicies –inviernos fríos y veranos secos–, a las que los bisontes están acostumbrados. Los experimentos no funcionaron y la cruza entre ambas especies se dio sólo en condiciones forzadas; lo que sí ocurrió, fue que quedó un “legado” de genes de ganado en la población de “búfalo”.

Ahora, aunque hay una recuperación numérica, sólo cinco por ciento de los bisontes es silvestre, y muy pocos son “puros”, es decir, sin trazas genéticas de ganado, reconoció.

Otra gran preocupación, consideró, es que hace menos de dos años el gobierno estadounidense decidió expandir la construcción del muro fronterizo. Una de las áreas donde colocaron la barrera es donde se mueven los bisontes, y con ello, sólo queda la mitad de la zona libre para que crucen los animales.

“Aún no sabemos cuál será el efecto, pero es probable que se reduzca el movimiento a México”; por ello, los científicos pretenden que se reconsidere la aplicación de la medida en áreas biológicamente importantes.

Es de interés conocer la composición genética de este grupo. Por ello, ya se han tomado un par de muestras que evidencian la presencia de genes de ganado, pero tenemos que muestrear más, pues ese conocimiento dará la pauta para tomar acciones a futuro, expresó.
bisontes 2
Otra manada

Existe otra manada en México. Hace un año, recordó Rurik List, el Parque Nacional de Wind Cave, Dakota del Sur, hizo una donación de 23 ejemplares (dos murieron por una bacteria del suelo, y el resto, tuvo que ser vacunado; las inoculaciones que se administran al ganado doméstico incluyen cepas de esta bacteria, por lo que son inmunes, no así los bisontes). También se ubica en la reserva de la biosfera de Janos (de 543 mil hectáreas, declarada como tal el 8 de diciembre de 2009) y ya ha nacido una cría.

La importancia de estos bisontes es que son genéticamente puros, hasta donde lo permiten determinar las técnicas moleculares actuales. La meta es que se reproduzcan, y con un número suficiente, en aproximadamente seis años, llevar animales a otras partes de México.

Para que la manada crezca hasta 100 ejemplares será necesario cierto manejo como llevar a los especímenes a corrales, revisarlos, vacunarlos, colocarles collares, y en el momento en que se incremente la población, distribuirla a nuevos territorios de Sonora, Chihuahua y Coahuila.

Mientras eso ocurre, los universitarios continúan la colaboración y reciben financiamiento y apoyo de instancias como la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, los zoológicos de Denver y Phoenix, y la Fundación J.M. Kaplan.

Además, evalúan los beneficios económicos por turismo y venta de cacerías, carne o pieles, para que los rancheros mexicanos decidan participar en la recuperación de la especie y, en algunas áreas, el bisonte sustituya parcialmente el ganado, finalizó List.

Créditos: UNAM-DGCS-815/unam.mx