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¿Inciden estilos de vida en la aparición de la diabetes?

 
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13 de Noviembre del 2012
La diabetes es una enfermedad que ya ha alcanzado grandes dimensiones en México. De ahí que un grupo de científicos del Centro de Ciencias de la Complejidad (C3) de la UNAM, dirigido por Christopher Rhodes Stephens, físico teórico, se haya propuesto contribuir a disminuir su impacto entre la población.
De este modo, puso en marcha un proyecto para evaluar la importancia relativa de los factores genéticos y fisiológicos de la diabetes mellitus tipo 2, frente a las formas de vida de las personas. Con un enfoque de la complejidad, los expertos correlacionarán saberes, información y bases de datos de esa afección, generados por la genética, la fisiología y la epidemiología de estilos de vida, precisamente.
SNP
La parte genética es coordinada por Samuel Canizales, de la Facultad de Química, que junto con sus colaboradores, trabaja en la identificación de los llamados polimorfismos de nucleótido único (Single Nucleotide Polymorphisms, o SNP, por sus siglas en inglés), para la susceptibilidad a la enfermedad.
“Un SNP es un cambio en uno de los cuatro nucleótidos (unidades estructurales del ADN: A: adenina, C: citosina, G: guanina y T: timina) que forman un gen. Si en la secuencia la C se convierte en T, entonces se puede originar un rasgo fenotípico distinto: en vez de tener ojos azules, el individuo los tendrá verdes, por ejemplo”, explicó Stephens, en el marco del Día Mundial de la Diabetes, que se conmemora este 14 de noviembre.
Debido a que ya se sabe que varias enfermedades están correlacionadas con uno o más de estos SNP, Canizales y sus colaboradores tratan de identificar los genes con sus respectivos SNP, para saber cuáles se correlacionan con el desarrollo de la enfermedad.
La parte respectiva es coordinada por Marcia Hiriart, directora del Instituto de Fisiología Celular (IFC). Con su equipo labora en la identificación de los cambios fisiológicos que se producen en tejidos de ratas con una dieta alta en azúcares.
Toda la información que se genere será correlacionada con factores de estilos de vida. Esta última parte es coordinada por Stephens, que trabaja en el análisis de bases de datos obtenidos a partir de encuestas nacionales hechas por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y la Secretaría de Salud.
Enredados
¿Por qué bases de datos sobre estilos de vida? Porque, en el caso de la diabetes mellitus tipo 2, la genética no puede explicar por completo su prevalencia o riesgo. Stephens ilustra con el caso de los indios pimas.
“Entre ellos, que viven en Arizona, Estados Unidos, el porcentaje de casos de diabetes es altísimo: 40 por ciento, mientras, entre los que habitan en Chihuahua, México, no es así”.
Genéticamente, ambos grupos son similares; sin embargo, el hecho de que entre ellos haya una susceptibilidad no significa que necesariamente padecerán esta afección. Depende mucho de cómo los estilos de vida interactúan con la genética.
De acuerdo con Stephens, la genética y los estilos de vida están muy enredados, y no es fácil tratar de desenredarlos para entender cómo se afectan entre sí.
“Para la epigenética (estudio de las interacciones entre genes y ambiente que se producen en los organismos), el estado de los genes no está fijado en piedra. El ambiente y el desarrollo (es decir, lo que pasa en mi cuerpo), incluso el estrés, afectan su funcionamiento”, dijo el también investigador del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) de la UNAM.
Los estilos de vida (qué y cuánto comemos, por ejemplo) impactan también el funcionamiento de los genes. Al respecto, hay que apuntar que, aunque dispongan de mucha comida, las ratas sólo ingieren la que necesitan, a diferencia de los humanos, que lo hacen en mayores cantidades. Precisamente, éste es un hallazgo preliminar del análisis de datos obtenidos a partir de una encuesta de nutrición.
“Hay mitos asociados a esta última y a la diabetes. Lo que uno come es importante, dicen los nutriólogos, pero encontramos que es más importante cuánto se come. Si ingerimos cuatro mil calorías de frutas al día, eventualmente tendrás un grave problema, sucede igual con la comida chatarra. Es mejor comer sanamente, pero es más importante sólo lo necesario”, indicó el universitario.
Respuestas
Al analizar los datos de la encuesta ENCOPREVENIMSS, la herramienta conocida como minería de datos, que siempre arroja sorpresas, le ha permitido suponer al científico de la UNAM que la pregunta ¿sabes qué es el sexo seguro?, tiene relevancia para inferir si una persona está en riesgo de padecer diabetes.
“Saber qué es el sexo seguro se relaciona con el grado de conocimiento general sobre la salud, y si uno lo ignora, probablemente tiene un estilo de vida poco saludable. Éste sería un factor de riesgo, no un factor directo asociado a diabetes”.
Stephens consideró que es necesario hacer más análisis, encuestas, plantear hipótesis y descubrir, como detectives, si hay otros factores asociados que se puedan aprovechar para tener un mayor conocimiento sobre la salud.
“Cada intervención tendría su propio ambiente adecuado. Por decir algo, se podría desarrollar un sistema inteligente de software para clínicas del IMSS, que permitiera a los médicos tener el perfil de los pacientes y ver el grado de riesgo de padecer diabetes mellitus tipo 2. Sería un apoyo no sólo para el personal, sino también para las autoridades, que así podrían tomar medidas para el diseño de campañas de educación”, comentó.
No obstante, es indudable que reducir el impacto de la enfermedad en la población, y en los sistemas de salud, requiere recursos, y no hay suficientes. Cualquier medida que se proponga para mitigar este problema de salud pública tiene que ser económica, política y éticamente factible.
Para erradicar el padecimiento no se puede obligar a la gente a consumir menos de mil calorías, ni a que haga dos horas de ejercicio al día, y a diferencia de lo que ocurre si los maltratan, tampoco se puede demandar a los padres por alimentar mal a sus hijos.
¿Qué hacer ante este reto ético? Por lo pronto, un grupo de humanistas expertos en el tema, encabezados por Aracely Berny, de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL), ya se encarga de estudiarlo y analizarlo.
“Respuestas a ésta y otras interrogantes relacionadas con el problema de la diabetes es lo que buscamos en este proyecto interdisciplinario de la Universidad Nacional. Ya contamos con el apoyo de la Fundación IMSS y estamos a la espera de contar con el del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y de la Secretaría de Salud”, finalizó Stephens.
Día Mundial de la Diabetes
Para generar conciencia del problema que implica, y la forma de evitarlo, se instauró el Día Mundial de la Diabetes, a iniciativa de la Federación Internacional de la Diabetes y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se conmemora el nacimiento de Frederick Grant Banting, quien junto con Charles Best, de la Universidad de Toronto, Canadá, descubrió la insulina, en 1922, hormona que permite tratar a los enfermos.
Según estimaciones de la OMS, en el orbe existen 346 millones de personas con esta afección y, de no intervenir, para 2030 la cifra se habrá duplicado. Casi el 80 por ciento de los decesos vinculados se producen en países de ingresos bajos o medios.
Boletín UNAM-DGCS-692
Ciudad Universitaria
La diabetes es una enfermedad que ya ha alcanzado grandes dimensiones en México. De ahí que un grupo de científicos del Centro de Ciencias de la Complejidad de la UNAM, se haya propuesto contribuir a disminuir su impacto entre la población.

La diabetes es una enfermedad que ya ha alcanzado grandes dimensiones en México.

13 de Noviembre del 2012

La diabetes es una enfermedad que ya ha alcanzado grandes dimensiones en México. De ahí que un grupo de científicos del Centro de Ciencias de la Complejidad (C3) de la UNAM, dirigido por Christopher Rhodes Stephens, físico teórico, se haya propuesto contribuir a disminuir su impacto entre la población.

De este modo, puso en marcha un proyecto para evaluar la importancia relativa de los factores genéticos y fisiológicos de la diabetes mellitus tipo 2, frente a las formas de vida de las personas. Con un enfoque de la complejidad, los expertos correlacionarán saberes, información y bases de datos de esa afección, generados por la genética, la fisiología y la epidemiología de estilos de vida, precisamente.


SNP

La parte genética es coordinada por Samuel Canizales, de la Facultad de Química, que junto con sus colaboradores, trabaja en la identificación de los llamados polimorfismos de nucleótido único (Single Nucleotide Polymorphisms, o SNP, por sus siglas en inglés), para la susceptibilidad a la enfermedad.

“Un SNP es un cambio en uno de los cuatro nucleótidos (unidades estructurales del ADN: A: adenina, C: citosina, G: guanina y T: timina) que forman un gen. Si en la secuencia la C se convierte en T, entonces se puede originar un rasgo fenotípico distinto: en vez de tener ojos azules, el individuo los tendrá verdes, por ejemplo”, explicó Stephens, en el marco del Día Mundial de la Diabetes, que se conmemora este 14 de noviembre.

Debido a que ya se sabe que varias enfermedades están correlacionadas con uno o más de estos SNP, Canizales y sus colaboradores tratan de identificar los genes con sus respectivos SNP, para saber cuáles se correlacionan con el desarrollo de la enfermedad.

La parte respectiva es coordinada por Marcia Hiriart, directora del Instituto de Fisiología Celular (IFC). Con su equipo labora en la identificación de los cambios fisiológicos que se producen en tejidos de ratas con una dieta alta en azúcares.

Toda la información que se genere será correlacionada con factores de estilos de vida. Esta última parte es coordinada por Stephens, que trabaja en el análisis de bases de datos obtenidos a partir de encuestas nacionales hechas por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y la Secretaría de Salud.


Enredados

¿Por qué bases de datos sobre estilos de vida? Porque, en el caso de la diabetes mellitus tipo 2, la genética no puede explicar por completo su prevalencia o riesgo. Stephens ilustra con el caso de los indios pimas.

“Entre ellos, que viven en Arizona, Estados Unidos, el porcentaje de casos de diabetes es altísimo: 40 por ciento, mientras, entre los que habitan en Chihuahua, México, no es así”.

Genéticamente, ambos grupos son similares; sin embargo, el hecho de que entre ellos haya una susceptibilidad no significa que necesariamente padecerán esta afección. Depende mucho de cómo los estilos de vida interactúan con la genética.

De acuerdo con Stephens, la genética y los estilos de vida están muy enredados, y no es fácil tratar de desenredarlos para entender cómo se afectan entre sí.

“Para la epigenética (estudio de las interacciones entre genes y ambiente que se producen en los organismos), el estado de los genes no está fijado en piedra. El ambiente y el desarrollo (es decir, lo que pasa en mi cuerpo), incluso el estrés, afectan su funcionamiento”, dijo el también investigador del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) de la UNAM.

Los estilos de vida (qué y cuánto comemos, por ejemplo) impactan también el funcionamiento de los genes. Al respecto, hay que apuntar que, aunque dispongan de mucha comida, las ratas sólo ingieren la que necesitan, a diferencia de los humanos, que lo hacen en mayores cantidades. Precisamente, éste es un hallazgo preliminar del análisis de datos obtenidos a partir de una encuesta de nutrición.

“Hay mitos asociados a esta última y a la diabetes. Lo que uno come es importante, dicen los nutriólogos, pero encontramos que es más importante cuánto se come. Si ingerimos cuatro mil calorías de frutas al día, eventualmente tendrás un grave problema, sucede igual con la comida chatarra. Es mejor comer sanamente, pero es más importante sólo lo necesario”, indicó el universitario.


Respuestas

Al analizar los datos de la encuesta ENCOPREVENIMSS, la herramienta conocida como minería de datos, que siempre arroja sorpresas, le ha permitido suponer al científico de la UNAM que la pregunta ¿sabes qué es el sexo seguro?, tiene relevancia para inferir si una persona está en riesgo de padecer diabetes.

“Saber qué es el sexo seguro se relaciona con el grado de conocimiento general sobre la salud, y si uno lo ignora, probablemente tiene un estilo de vida poco saludable. Éste sería un factor de riesgo, no un factor directo asociado a diabetes”.

Stephens consideró que es necesario hacer más análisis, encuestas, plantear hipótesis y descubrir, como detectives, si hay otros factores asociados que se puedan aprovechar para tener un mayor conocimiento sobre la salud.

“Cada intervención tendría su propio ambiente adecuado. Por decir algo, se podría desarrollar un sistema inteligente de software para clínicas del IMSS, que permitiera a los médicos tener el perfil de los pacientes y ver el grado de riesgo de padecer diabetes mellitus tipo 2. Sería un apoyo no sólo para el personal, sino también para las autoridades, que así podrían tomar medidas para el diseño de campañas de educación”, comentó.

No obstante, es indudable que reducir el impacto de la enfermedad en la población, y en los sistemas de salud, requiere recursos, y no hay suficientes. Cualquier medida que se proponga para mitigar este problema de salud pública tiene que ser económica, política y éticamente factible.

Para erradicar el padecimiento no se puede obligar a la gente a consumir menos de mil calorías, ni a que haga dos horas de ejercicio al día, y a diferencia de lo que ocurre si los maltratan, tampoco se puede demandar a los padres por alimentar mal a sus hijos.

¿Qué hacer ante este reto ético? Por lo pronto, un grupo de humanistas expertos en el tema, encabezados por Aracely Berny, de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL), ya se encarga de estudiarlo y analizarlo.

“Respuestas a ésta y otras interrogantes relacionadas con el problema de la diabetes es lo que buscamos en este proyecto interdisciplinario de la Universidad Nacional. Ya contamos con el apoyo de la Fundación IMSS y estamos a la espera de contar con el del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y de la Secretaría de Salud”, finalizó Stephens.


Día Mundial de la Diabetes

Para generar conciencia del problema que implica, y la forma de evitarlo, se instauró el Día Mundial de la Diabetes, a iniciativa de la Federación Internacional de la Diabetes y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se conmemora el nacimiento de Frederick Grant Banting, quien junto con Charles Best, de la Universidad de Toronto, Canadá, descubrió la insulina, en 1922, hormona que permite tratar a los enfermos.

Según estimaciones de la OMS, en el orbe existen 346 millones de personas con esta afección y, de no intervenir, para 2030 la cifra se habrá duplicado. Casi el 80 por ciento de los decesos vinculados se producen en países de ingresos bajos o medios.

Boletín UNAM-DGCS-692

Ciudad Universitaria

Geometría y ciudad, análisis clave para enseñanza de arquitectura.

 
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La geometría y la arquitectura son inseparables.

La geometría y la arquitectura son inseparables.

9 de Noviembre del 2012
A través de los siglos la geometría ha sido uno de los sustentos de la arquitectura; por tanto, no debe asumirse como una ciencia distante sino como una herramienta indispensable en los procesos de diseño.
Construcciones milenarias y tan disímiles como las pirámides de Egipto, los templos griegos, las edificaciones de Machu Picchu o cualquier proyecto arquitectónico, tienen sustento en la geometría; esto hace fundamental analizar las relaciones entre ambos elementos y cómo se vinculan en el ejercicio de aprendizaje y la pedagogía.
“Desde que se aborda el trabajo en un papel (un formato bidimensional con largo y ancho), los estudiantes de arquitectura empiezan a aplicar conceptos de simetría o asimetría, ejes, diagonales, paralelismos, perpendicularidad, angularidad, entre otros. Estos son propios de la geometría y constituyen los pasos iniciales para aprehender la ciudad como una composición en un gran formato donde el arquitecto interviene dejando su huella y su trabajo”, argumentó Liliana Correa, ponente del tema y docente de la UN en Manizales.
Con la geometría inmersa en la ciudad, este espacio deja de verse como aquel paisaje habitual desde la mirada cotidiana y, bajo el ojo del arquitecto permeado por esta ciencia, se convierte en un gran formato donde todos nos encontramos.
A medida que avanza la formación profesional, la geometría con la que se trabaja en el papel adquiere complejidad y se vuelve tridimensional. Cuando se vincula un volumen en un espacio de dos dimensiones, se genera una interrelación entre el positivo y el negativo; en arquitectura, esto se traduce en la vinculación entre el edificio y el entorno.
“Desde esta perspectiva, la geometría y la arquitectura son inseparables, pero mientras que la primera subsiste por sí misma, la segunda requiere de su apoyo para construirse, para hacerse realidad”, puntualizó la docente.
Este tema, trabajado en conjunto con el profesor Luis Enrique Sánchez Gaviria de la Escuela de Arquitectura y Urbanismo, hace parte de las ponencias que la Sede Manizales llevó al Segundo Encuentro Latinoamericano de Introducción a la Enseñanza de la Arquitectura, organizado por la UN en Manizales en alianza con la Universidad Técnica Federico Santa María, en Valparaíso (Chile).
Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

9 de Noviembre del 2012

A través de los siglos la geometría ha sido uno de los sustentos de la arquitectura; por tanto, no debe asumirse como una ciencia distante sino como una herramienta indispensable en los procesos de diseño.

Construcciones milenarias y tan disímiles como las pirámides de Egipto, los templos griegos, las edificaciones de Machu Picchu o cualquier proyecto arquitectónico, tienen sustento en la geometría; esto hace fundamental analizar las relaciones entre ambos elementos y cómo se vinculan en el ejercicio de aprendizaje y la pedagogía.

“Desde que se aborda el trabajo en un papel (un formato bidimensional con largo y ancho), los estudiantes de arquitectura empiezan a aplicar conceptos de simetría o asimetría, ejes, diagonales, paralelismos, perpendicularidad, angularidad, entre otros. Estos son propios de la geometría y constituyen los pasos iniciales para aprehender la ciudad como una composición en un gran formato donde el arquitecto interviene dejando su huella y su trabajo”, argumentó Liliana Correa, ponente del tema y docente de la UN en Manizales.

Con la geometría inmersa en la ciudad, este espacio deja de verse como aquel paisaje habitual desde la mirada cotidiana y, bajo el ojo del arquitecto permeado por esta ciencia, se convierte en un gran formato donde todos nos encontramos.

A medida que avanza la formación profesional, la geometría con la que se trabaja en el papel adquiere complejidad y se vuelve tridimensional. Cuando se vincula un volumen en un espacio de dos dimensiones, se genera una interrelación entre el positivo y el negativo; en arquitectura, esto se traduce en la vinculación entre el edificio y el entorno.

“Desde esta perspectiva, la geometría y la arquitectura son inseparables, pero mientras que la primera subsiste por sí misma, la segunda requiere de su apoyo para construirse, para hacerse realidad”, puntualizó la docente.

Este tema, trabajado en conjunto con el profesor Luis Enrique Sánchez Gaviria de la Escuela de Arquitectura y Urbanismo, hace parte de las ponencias que la Sede Manizales llevó al Segundo Encuentro Latinoamericano de Introducción a la Enseñanza de la Arquitectura, organizado por la UN en Manizales en alianza con la Universidad Técnica Federico Santa María, en Valparaíso (Chile).

Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html