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Plomo afecta inteligencia de los niños.

 
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16 de Enero del 2013
Las secuelas de la exposición al plomo en el organismo humano son diferentes. En niños afecta el crecimiento y desarrollo cognitivo, y en adultos produce dolores articulares y pérdida de la movilidad.
El plomo es un metal inocuo mientras no sea objeto de manipulación en procesos industriales. Sin embargo, debido a su tendencia a formar compuestos complejos muy estables (difíciles de destruir), a su capacidad de acumularse en diversos órganos del cuerpo humano y a que no es biodegradable, es considerado un compuesto xenobiótico (uno con una estructura química poco frecuente en la naturaleza, por lo general de origen artificial).
Aun cuando su uso en la gasolina se ha eliminado en muchos países –incluido Colombia–, el reciclaje informal de baterías sigue siendo una fuente potencial de exposición e intoxicación tanto para los trabajadores como para sus familias en los estratos bajos.
Por lo anterior, su peligrosidad medioambiental y ocupacional sigue siendo un grave problema de salud pública: en Bogotá, la ciudad más contaminada del país, cerca del 35% de quienes trabajan en fábricas de baterías y el 14,6% de quienes lo hacen en fundición, imprentas o cerámica tienen algún grado de saturnismo (envenenamiento con plomo).
Los datos son de estudios hechos con población expuesta de manera crónica al metal. Según el profesor Jairo Téllez Mosquera, coordinador y docente de la Maestría en Toxicología de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá, es muy poco lo que se conoce sobre su incidencia en el país. Sin embargo, desde el año 2003, se trabaja en una serie de investigaciones tendientes a proporcionar un diagnóstico más preciso.
Los resultados hasta el momento son contundentes, por cuanto en el caso de los niños los efectos son irreversibles y reducen sus posibilidades para siempre. El profesor Téllez precisa que, a nivel internacional, se considera que alguien está contaminado por este elemento cuando se le encuentran valores iguales o superiores a cuarenta microgramos por cada cien centímetros cúbicos de sangre.
Según el estudio de la UN, lo grave es que diez microgramos en la sangre de los niños son, por lo general, suficientes para contar como niveles tóxicos y causar daños irreparables en sus niveles de aprendizaje, capacidad de abstracción y habilidades para calcular.
Adultos, vulnerables
La investigación, dirigida por la profesora Alba Isabel Rodríguez, del Departamento de Toxicología de la UN, y llevada a cabo por Alejandra del Pilar Díaz Gómez, logró determinar con claridad los efectos físicos que sufren los adultos expuestos.
Tras estudiar ocho fábricas informales de la localidad de Soacha, la investigadora estableció que se trata de microempresas familiares en las cuales todos los trabajadores rotan por los diferentes oficios durante los procesos de reciclaje y recuperación de metales.
Estas familias compran baterías viejas y otros residuos metálicos de construcción. Luego los funden a temperaturas de entre 400 y 450ºC en estufas abiertas y en condiciones locativas muy precarias y sin ventilación adecuada, pues los lugares de trabajo suelen ser cerrados. Finalmente, vierten el metal fundido en moldes de aluminio para obtener lingotes que después comercializan.
El estudio de Díaz Gómez halló que la protoporfirina zinc (enzima que participa en la producción de la hemoglobina de la sangre) sufre grandes alteraciones a causa del plomo. Asimismo, reveló que es un marcador biológico indispensable para detectar y tratar posteriormente el saturnismo, pues, al alterarse, el paciente sufre de anemia (bajos niveles de hemoglobina).
La científica aclara que en las etapas iniciales de intoxicación no se presentan síntomas, pero sí durante periodos prolongados.
Tanto en adultos como en niños el proceso es el mismo: el plomo ingresa al organismo por vía aérea y el 90% se deposita en los extremos de los huesos largos. Luego empieza a sedimentarse en el hueso, afecta su composición y causa dolores similares a los de la artritis, lo que restringe el movimiento y deteriora notablemente la calidad de vida.
Además, existen otros síntomas claros: cefalea, irritabilidad, dolor abdominal, nauseas y vómito. En casos severos, incluso, puede verse comprometida la función renal y la hepática.
Afección permanente
Díaz Gómez cuenta que en niños se han observado deficiencias neurológicas con niveles de exposición que antes no se consideraban nocivos. La intoxicación durante la infancia puede tener efectos permanentes. En general, ocasiona una deficiencia continua en el desarrollo neurológico: son niños de coeficiente intelectual bajo y deficiencia cognitiva.
Así, presentan un menor rendimiento en clase, un mayor índice de ausentismo, mayores dificultades para leer, carencias de vocabulario, problemas de psicomotricidad fina, un mayor tiempo de reacción y alteraciones de la coordinación mano-ojos.
A esto se suma una disminución de la agudeza auditiva, en especial a las altas frecuencias, que puede contribuir a los problemas de aprendizaje o al mal comportamiento en clase.
El profesor Téllez explica que, por razones no establecidas aún, en los niños el plomo no se queda solo en los huesos, tal como ocurre en los adultos, sino que llega al sistema nervioso central y afecta, principalmente, al cerebro.
Este panorama resulta desolador para los investigadores, pues este elemento está presente en el medioambiente y sus efectos a largo plazo pueden recaer sobre toda la comunidad.
Gracias al trabajo mancomunado de la UN, el Ministerio de Protección Social y la Secretaría de Salud de Bogotá, pronto se tendrán más datos para emprender campañas que alejen a los niños de las zonas contaminadas y del trabajo informal, así como para encontrar maneras de evitar su deterioro cognitivo.
Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html
Según el estudio de la UN, diez microgramos en la sangre de los niños son, por lo general, suficientes para contar como niveles tóxicos y causar daños irreparables.

Según el estudio de la UN, diez microgramos en la sangre de los niños son, por lo general, suficientes para contar como niveles tóxicos y causar daños irreparables.

16 de Enero del 2013

Las secuelas de la exposición al plomo en el organismo humano son diferentes. En niños afecta el crecimiento y desarrollo cognitivo, y en adultos produce dolores articulares y pérdida de la movilidad.

El plomo es un metal inocuo mientras no sea objeto de manipulación en procesos industriales. Sin embargo, debido a su tendencia a formar compuestos complejos muy estables (difíciles de destruir), a su capacidad de acumularse en diversos órganos del cuerpo humano y a que no es biodegradable, es considerado un compuesto xenobiótico (uno con una estructura química poco frecuente en la naturaleza, por lo general de origen artificial).

Aun cuando su uso en la gasolina se ha eliminado en muchos países –incluido Colombia–, el reciclaje informal de baterías sigue siendo una fuente potencial de exposición e intoxicación tanto para los trabajadores como para sus familias en los estratos bajos.

Por lo anterior, su peligrosidad medioambiental y ocupacional sigue siendo un grave problema de salud pública: en Bogotá, la ciudad más contaminada del país, cerca del 35% de quienes trabajan en fábricas de baterías y el 14,6% de quienes lo hacen en fundición, imprentas o cerámica tienen algún grado de saturnismo (envenenamiento con plomo).

Los datos son de estudios hechos con población expuesta de manera crónica al metal. Según el profesor Jairo Téllez Mosquera, coordinador y docente de la Maestría en Toxicología de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá, es muy poco lo que se conoce sobre su incidencia en el país. Sin embargo, desde el año 2003, se trabaja en una serie de investigaciones tendientes a proporcionar un diagnóstico más preciso.

Los resultados hasta el momento son contundentes, por cuanto en el caso de los niños los efectos son irreversibles y reducen sus posibilidades para siempre. El profesor Téllez precisa que, a nivel internacional, se considera que alguien está contaminado por este elemento cuando se le encuentran valores iguales o superiores a cuarenta microgramos por cada cien centímetros cúbicos de sangre.

Según el estudio de la UN, lo grave es que diez microgramos en la sangre de los niños son, por lo general, suficientes para contar como niveles tóxicos y causar daños irreparables en sus niveles de aprendizaje, capacidad de abstracción y habilidades para calcular.


Adultos, vulnerables

La investigación, dirigida por la profesora Alba Isabel Rodríguez, del Departamento de Toxicología de la UN, y llevada a cabo por Alejandra del Pilar Díaz Gómez, logró determinar con claridad los efectos físicos que sufren los adultos expuestos.

Tras estudiar ocho fábricas informales de la localidad de Soacha, la investigadora estableció que se trata de microempresas familiares en las cuales todos los trabajadores rotan por los diferentes oficios durante los procesos de reciclaje y recuperación de metales.

Estas familias compran baterías viejas y otros residuos metálicos de construcción. Luego los funden a temperaturas de entre 400 y 450ºC en estufas abiertas y en condiciones locativas muy precarias y sin ventilación adecuada, pues los lugares de trabajo suelen ser cerrados. Finalmente, vierten el metal fundido en moldes de aluminio para obtener lingotes que después comercializan.

El estudio de Díaz Gómez halló que la protoporfirina zinc (enzima que participa en la producción de la hemoglobina de la sangre) sufre grandes alteraciones a causa del plomo. Asimismo, reveló que es un marcador biológico indispensable para detectar y tratar posteriormente el saturnismo, pues, al alterarse, el paciente sufre de anemia (bajos niveles de hemoglobina).

La científica aclara que en las etapas iniciales de intoxicación no se presentan síntomas, pero sí durante periodos prolongados.

Tanto en adultos como en niños el proceso es el mismo: el plomo ingresa al organismo por vía aérea y el 90% se deposita en los extremos de los huesos largos. Luego empieza a sedimentarse en el hueso, afecta su composición y causa dolores similares a los de la artritis, lo que restringe el movimiento y deteriora notablemente la calidad de vida.

Además, existen otros síntomas claros: cefalea, irritabilidad, dolor abdominal, nauseas y vómito. En casos severos, incluso, puede verse comprometida la función renal y la hepática.


Afección permanente

Díaz Gómez cuenta que en niños se han observado deficiencias neurológicas con niveles de exposición que antes no se consideraban nocivos. La intoxicación durante la infancia puede tener efectos permanentes. En general, ocasiona una deficiencia continua en el desarrollo neurológico: son niños de coeficiente intelectual bajo y deficiencia cognitiva.

Así, presentan un menor rendimiento en clase, un mayor índice de ausentismo, mayores dificultades para leer, carencias de vocabulario, problemas de psicomotricidad fina, un mayor tiempo de reacción y alteraciones de la coordinación mano-ojos.

A esto se suma una disminución de la agudeza auditiva, en especial a las altas frecuencias, que puede contribuir a los problemas de aprendizaje o al mal comportamiento en clase.

El profesor Téllez explica que, por razones no establecidas aún, en los niños el plomo no se queda solo en los huesos, tal como ocurre en los adultos, sino que llega al sistema nervioso central y afecta, principalmente, al cerebro.

Este panorama resulta desolador para los investigadores, pues este elemento está presente en el medioambiente y sus efectos a largo plazo pueden recaer sobre toda la comunidad.

Gracias al trabajo mancomunado de la UN, el Ministerio de Protección Social y la Secretaría de Salud de Bogotá, pronto se tendrán más datos para emprender campañas que alejen a los niños de las zonas contaminadas y del trabajo informal, así como para encontrar maneras de evitar su deterioro cognitivo.

Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

Cafetos serán resistentes a la broca.

 
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8 de Enero del 2013
Después de evaluar diferentes extractos vegetales en ensayos in vivo e in vitro, especialistas avanzan en la obtención de plantas de café resistentes a la broca.
El secreto está en Lupinus bogotensis, una planta que tiene un proteína que bloquea las enzimas digestivas del insecto y lo mata.
Por décadas, la broca (Hypothenemus hampei) ha sido uno de los principales enemigos de los cafetales en el mundo. En los años noventa, este coleóptero, de la familia de los escarabajos, llevó a la quiebra a miles de cultivadores colombianos. Se estima que en Antioquia, durante esa década, se vieron afectadas unas 115 mil hectáreas.
En el año 2006, en el país persistían unas 800 mil hectáreas con la plaga, en detrimento del patrimonio de casi medio millón de familias cafeteras, según datos del Centro Nacional de Investigación de Café (Cenicafé). En el año 2010, la infestación bajó a casi el 15% de los cafetales del país y, en el 2011 llegó a sus niveles más reducidos (0,7%), según lo que reportó, en su momento, la Federación Nacional de Cafeteros (FNC).
No obstante estos logros, los científicos siguen buscando alternativas de control para evitar, a toda costa, que este flagelo vuelva a emerger. Así, con el apoyo financiero del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, Diana María Molina Vinasco, doctora en Ciencias del Departamento de Química de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá, es una de las investigadoras que trabaja en Cenicafé para garantizar la producción cafetera nacional, que para el periodo junio de 2011 – mayo de 2012 alcanzó los 7.113.000 sacos, de 60 kg cada uno.
Alternativa ecológica
El trabajo de la experta consistió en evaluar en tubos de ensayo (in vitro) extractos de semillas de varias especies vegetales, a fin de identificar proteínas que, al entrar en el organismo del pequeño insecto, lo mataran. Las plantas estudiadas fueron Lupinus bogotensis, Brachiaria humidicola, Amaranthus hypochondriacus, Phaseolus acutifolius, Phaseolus coccineus, Hyptis suaveolens, Centrosema pubescens y Trifolium.
Adicionalmente, analizó las enzimas digestivas del escarabajo para determinar cuáles eran las más vulnerables al entrar en contacto con los extractos vegetales. En otras palabras, quería descubrir el talón de Aquiles de la dañina plaga.
La experta explica que actualmente el objetivo es incorporar esas proteínas a la planta de café a través de ingeniería genética, tecnología que permite transferir ADN de un organismo a otro.
“En pruebas in vivo alimentamos larvas de broca con la proteína de Lupinus bogotensis que tienen mayor actividad inhibidora. La sustancia se une a las aspártico proteasas (las enzimas digestivas del animal) e impide que el intestino digiera la proteína que consume del grano de café. Obtuvimos una mortalidad de entre el 50% y el 80%, según la concentración aplicada”, asegura la investigadora de la UN.
El insecto se caracteriza por alimentarse y crecer en la semilla del fruto (endospermo), en donde se concentran los nutrientes que el embrión utiliza en el momento de la germinación. Así, daña este depósito de alimento del grano y echa a perder la producción de café. Pero, si a la estructura genética del cafeto se le incorporan las proteínas inhibidoras de L. bogotensis, el animal muere.
Asimismo, la científica encontró que las proteínas del extracto tienen la capacidad de retardar el crecimiento y desarrollo de este coleóptero, lo que resulta una alternativa para la obtención de plantas de café resistentes.
Una plaga costosa
Según la FNC, el café representa el 12,4% del producto interno bruto agropecuario del país y es el cultivo más importante en setenta países del mundo. Sin embargo, la broca ha causado por décadas pérdidas millonarias, que exigen soluciones ambientales de bajo costo y de manera inmediata.
Asimismo, el control se ha efectuado a través de insecticidas, que no solo causan daños ambientales, sino que, además, incrementan la resistencia del escarabajo. Esto causa una profunda preocupación en el sector caficultor del país.
Para Luis Alirio Ríos Marulanda, caficultor antioqueño que perdió sus cultivos por culpa de esta plaga hace tres años, resulta alentador encontrar una alternativa diferente, pues en la actualidad solo la recolección continua garantiza su control y la productividad de los cultivos de café.
“Al recuperar mis cultivos, comencé a hacer recolección cada quince días, y así logramos controlar la broca hasta en un 80%. Pero los ingenieros agropecuarios siempre nos insisten en el cuidado que hay que tener, por lo que nos recomiendan no usar muchos insecticidas”, afirma.
Por esta razón, Molina y su equipo siguen trabajando en la implementación de estrategias naturales, con diferentes proteínas vegetales con un alto potencial para el control. Ahora cuentan con una nueva opción, en la que la genética es la mejor aliada.
La experta indica que esta es la primera investigación en la que se identificó un inhibidor de L. bogotensis que bloquea la actividad de las aspártico proteasas de la broca, mediante la transferencia del gen que codifica esta proteína a la planta del café. Y precisa que hasta el momento no se conocían estudios de este tipo.
“Ahora tenemos la secuencia completa del gen que codifica esa proteína y comprobamos que, tanto in vitro como en bioensayos, su actividad fue eficiente para el control del coleóptero”, concluye Molina.
Este trabajo complementa estudios anteriores y contribuye al conocimiento de las enzimas digestivas de la broca. Se espera que pronto se puedan emplear estos inhibidores en la obtención de variedades de café resistentes a la broca.
Crédito: http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html
El control se ha efectuado a través de insecticidas, que no solo causan daños ambientales, sino que, además, incrementan la resistencia del escarabajo.

El control se ha efectuado a través de insecticidas, que no solo causan daños ambientales, sino que, además, incrementan la resistencia del escarabajo.

8 de Enero del 2013

Después de evaluar diferentes extractos vegetales en ensayos in vivo e in vitro, especialistas avanzan en la obtención de plantas de café resistentes a la broca.

El secreto está en Lupinus bogotensis, una planta que tiene un proteína que bloquea las enzimas digestivas del insecto y lo mata.

Por décadas, la broca (Hypothenemus hampei) ha sido uno de los principales enemigos de los cafetales en el mundo. En los años noventa, este coleóptero, de la familia de los escarabajos, llevó a la quiebra a miles de cultivadores colombianos. Se estima que en Antioquia, durante esa década, se vieron afectadas unas 115 mil hectáreas.

En el año 2006, en el país persistían unas 800 mil hectáreas con la plaga, en detrimento del patrimonio de casi medio millón de familias cafeteras, según datos del Centro Nacional de Investigación de Café (Cenicafé). En el año 2010, la infestación bajó a casi el 15% de los cafetales del país y, en el 2011 llegó a sus niveles más reducidos (0,7%), según lo que reportó, en su momento, la Federación Nacional de Cafeteros (FNC).

No obstante estos logros, los científicos siguen buscando alternativas de control para evitar, a toda costa, que este flagelo vuelva a emerger. Así, con el apoyo financiero del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, Diana María Molina Vinasco, doctora en Ciencias del Departamento de Química de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá, es una de las investigadoras que trabaja en Cenicafé para garantizar la producción cafetera nacional, que para el periodo junio de 2011 – mayo de 2012 alcanzó los 7.113.000 sacos, de 60 kg cada uno.


Alternativa ecológica

El trabajo de la experta consistió en evaluar en tubos de ensayo (in vitro) extractos de semillas de varias especies vegetales, a fin de identificar proteínas que, al entrar en el organismo del pequeño insecto, lo mataran. Las plantas estudiadas fueron Lupinus bogotensis, Brachiaria humidicola, Amaranthus hypochondriacus, Phaseolus acutifolius, Phaseolus coccineus, Hyptis suaveolens, Centrosema pubescens y Trifolium.

Adicionalmente, analizó las enzimas digestivas del escarabajo para determinar cuáles eran las más vulnerables al entrar en contacto con los extractos vegetales. En otras palabras, quería descubrir el talón de Aquiles de la dañina plaga.

La experta explica que actualmente el objetivo es incorporar esas proteínas a la planta de café a través de ingeniería genética, tecnología que permite transferir ADN de un organismo a otro.

“En pruebas in vivo alimentamos larvas de broca con la proteína de Lupinus bogotensis que tienen mayor actividad inhibidora. La sustancia se une a las aspártico proteasas (las enzimas digestivas del animal) e impide que el intestino digiera la proteína que consume del grano de café. Obtuvimos una mortalidad de entre el 50% y el 80%, según la concentración aplicada”, asegura la investigadora de la UN.

El insecto se caracteriza por alimentarse y crecer en la semilla del fruto (endospermo), en donde se concentran los nutrientes que el embrión utiliza en el momento de la germinación. Así, daña este depósito de alimento del grano y echa a perder la producción de café. Pero, si a la estructura genética del cafeto se le incorporan las proteínas inhibidoras de L. bogotensis, el animal muere.

Asimismo, la científica encontró que las proteínas del extracto tienen la capacidad de retardar el crecimiento y desarrollo de este coleóptero, lo que resulta una alternativa para la obtención de plantas de café resistentes.


Una plaga costosa

Según la FNC, el café representa el 12,4% del producto interno bruto agropecuario del país y es el cultivo más importante en setenta países del mundo. Sin embargo, la broca ha causado por décadas pérdidas millonarias, que exigen soluciones ambientales de bajo costo y de manera inmediata.

Asimismo, el control se ha efectuado a través de insecticidas, que no solo causan daños ambientales, sino que, además, incrementan la resistencia del escarabajo. Esto causa una profunda preocupación en el sector caficultor del país.

Para Luis Alirio Ríos Marulanda, caficultor antioqueño que perdió sus cultivos por culpa de esta plaga hace tres años, resulta alentador encontrar una alternativa diferente, pues en la actualidad solo la recolección continua garantiza su control y la productividad de los cultivos de café.

“Al recuperar mis cultivos, comencé a hacer recolección cada quince días, y así logramos controlar la broca hasta en un 80%. Pero los ingenieros agropecuarios siempre nos insisten en el cuidado que hay que tener, por lo que nos recomiendan no usar muchos insecticidas”, afirma.

Por esta razón, Molina y su equipo siguen trabajando en la implementación de estrategias naturales, con diferentes proteínas vegetales con un alto potencial para el control. Ahora cuentan con una nueva opción, en la que la genética es la mejor aliada.

La experta indica que esta es la primera investigación en la que se identificó un inhibidor de L. bogotensis que bloquea la actividad de las aspártico proteasas de la broca, mediante la transferencia del gen que codifica esta proteína a la planta del café. Y precisa que hasta el momento no se conocían estudios de este tipo.

“Ahora tenemos la secuencia completa del gen que codifica esa proteína y comprobamos que, tanto in vitro como en bioensayos, su actividad fue eficiente para el control del coleóptero”, concluye Molina.

Este trabajo complementa estudios anteriores y contribuye al conocimiento de las enzimas digestivas de la broca. Se espera que pronto se puedan emplear estos inhibidores en la obtención de variedades de café resistentes a la broca.

Crédito: http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

Alumnos de la ENTS colaborarán en proyecto del Instituto de Neurobiología

 
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Los jóvenes apoyarán a que niños con este padecimiento reciban la atención necesaria y a que los padres sean constantes con el tratamiento.
Los jóvenes apoyarán a que niños con este padecimiento reciban la atención necesaria y a que los padres sean constantes con el tratamiento.

23 de Agosto de 2012

Alumnos de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la UNAM colaborarán como prestadores de servicio social en el proyecto Atención Integral para Reducir Daños que Produce la Discapacidad, en la Unidad de Investigación en Neurodesarrollo del Instituto de Neurobiología (INB), con el propósito de ofrecer diagnóstico y neurohabilitación temprana en recién nacidos expuestos a factores de riesgo de daño cerebral en la etapa prenatal y perinatal.

Su participación consistirá en trabajo de campo para recuperar a los pacientes que desertan, así como animar a los padres para que continúen con la atención de sus niños y lograr adherencia al tratamiento.

En el acto de apertura de esta actividad, realizado en el campus Juriquilla (Querétaro) de la UNAM, Carlos Arámburo de la Hoz, coordinador de Investigación Científica, afirmó que “colaboraciones como ésta, dan idea de la riqueza de una institución como la nuestra. Asimismo, podemos constatar las fortalezas de nuestra casa de estudios para sumar esfuerzos y visiones alrededor de proyectos no sólo pertinentes, sino trascendentes para dar solución a un problema de salud importante. De hecho, alrededor de una quinta parte de las discapacidades en el país se originan en las etapas prenatal y perinatal”.

Por ello, es importante que al trabajo científico del INB se sumen los esfuerzos de los profesionales en el campo referido. “Su colaboración será importante para consolidar el proyecto no sólo con miras a dar una visión de futuro, sino para tener mayor impacto”, enfatizó.

A su vez, Leticia Cano Soriano, directora de la ENTS, destacó que en este esfuerzo conjunto se cuenta con el apoyo del Instituto Mexicano de la Juventud, que otorgó becas a los prestadores de servicio social, y de la Dirección General de Orientación y Servicios Educativos de la UNAM.

Esta colaboración, aseveró, rompe paradigmas, pues vinculamos un trabajo de alta especialidad de investigación científica con aspectos sociales desde los propios entornos de la población usuaria de la Unidad de Investigación en Neurodesarrollo.

Lo aquí realizado es distinto no sólo porque se realizará los fines de semana, sino porque estará apoyado por académicos con gran compromiso social y porque contribuirá a recuperar la dinámica sociofamiliar, enfatizó.

La experiencia será enriquecedora para los 18 alumnos que realizarán trabajo de campo y los tres que harán labor de gabinete, es decir, los encargados de analizar y sistematizar la información obtenida, apuntó.

En su oportunidad, Raúl Paredes Guerrero, director del INB, consideró que las actividades que realizarán los universitarios tendrán impacto social importante y repercutirán en la labor del instituto.

Al presentar el proyecto, Thalía Harmony Baillet, jefa de la Unidad de Investigación en Neurodesarrollo, señaló que su labor consiste en estudiar a recién nacidos con factores de riesgo de daño cerebral desde el parto, “pero queremos llegar hasta los ocho años de edad, porque la afectación pocas veces tiene secuelas de parálisis, pero sí implica problemas relacionados con la actividad cognoscitiva, como trastornos de lenguaje, aprendizaje y atención”.

Una vez que nuestros pacientes han logrado un desarrollo psicomotor adecuado, necesitamos conocer qué pasa con su evolución cognoscitiva; desgraciadamente, muchos de los padres, por diversas causas, desertan del proyecto y nuestra investigación se ve truncada, explicó.

Por eso, una de las tareas de los jóvenes será recuperar a los niños que hemos perdido y hacer conciencia en las nuevas mamás y papás de la importancia del tratamiento y de continuar con nosotros hasta los ocho años, recalcó.

También, buscamos ser autosuficientes y, en ese sentido, el segundo planteamiento del proyecto es realizar un estudio socioeconómico de las distintas familias para tener una aproximación adecuada de en cuánto podrían contribuir con nosotros para seguir con este trabajo, mencionó.

Por su parte, Juliana Ramírez Pacheco, jefa del Departamento de Servicio Social de la ENTS, indicó que los prestadores estudiarán la dinámica sociofamiliar de los usuarios de la Unidad de Investigación en Neurodesarrollo, tanto de los que han desertado como de los constantes.

Asimismo, buscarán sensibilizar a los padres para que se sientan corresponsables y copartícipes en la atención de sus hijos. Se abrirá la posibilidad de lograr dos o tres sesiones de trabajo con el propósito de intercambiar ideas o asesorías, subrayó.

Los alumnos de la ENTS realizarán el servicio social en Juriquilla los fines de semana del 18 de agosto al 15 de diciembre.

Al término de la ceremonia, se entregaron constancias de participación y becas a los prestadores de servicio social y los jóvenes hicieron un recorrido por las instalaciones de la unidad.

Boletín UNAM-DGCS-516
Juriquilla, Querétaro.

Desarrolla UNAM sistema para estimar daños estructurales en tiempo real en caso de sismos

 
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14 de junio 2011

•Señala qué edificios y qué partes de la red primaria de agua potable podrían sufrir averías, y más recientemente, estima posibles víctimas con base en el tipo de infraestructura y densidad poblacional

• En cuestión de minutos, las autoridades tienen a su disposición información que les permite tomar decisiones que lleven a salvar el mayor número de vidas

imagggPara estimar si hay personas atrapadas a consecuencia de un terremoto en la Ciudad de México, el Instituto de Ingeniería (II) de la UNAM desarrolla un sistema de disponibilidad permanente e instantánea, cuyo objetivo es que, en cuestión de minutos, las autoridades tengan a su disposición información que les permita tomar las decisiones adecuadas para salvar el mayor número de vidas.

Además de sus resultados, potencialmente útiles para fines de protección civil, contribuye a mitigar los riesgos porque es capaz de identificar las edificaciones que podrían colapsarse en caso de un sismo para incrementar las medidas de seguridad antes de que éste se registre, informaron los investigadores Mario Ordaz Schroeder y Eduardo Reinoso Angulo, junto con su colaborador Miguel Ángel Jaimes Téllez.

Se trata de una herramienta que opera sin intervención humana, totalmente automática; en cuanto registra un movimiento, en cuestión de segundos hace los cálculos pertinentes y envía los resultados a una página electrónica del II, vía correo electrónico, a una lista de suscriptores, y vía mensaje de texto, al teléfono móvil de las autoridades competentes.

Cuenta con una base de datos de la infraestructura de la metrópoli y parte de la zona conurbada –casi un millón y medio de edificios, y casas, entre otras edificaciones– y su población de alrededor de 16 millones de personas. Además, se tienen identificados los efectos y la amplificación que sufren las ondas sísmicas en los diferentes estratos del subsuelo de la región.

Ordaz Schroeder explicó que en Ciudad Universitaria se tiene una estación acelerométrica conectada a dos sistemas de monitoreo que funcionan en paralelo para detectar la señal del sismo e identificar si es intenso, o de los que ocurren a diario, de magnitudes menores (cuatro o cinco grados Richter).

Si el movimiento es de consideración, el sistema realiza los cálculos para identificar las regiones que pudieron sufrir mayores afectaciones y estima los daños en edificios de diferentes alturas.

De igual modo, señala qué partes de la red primaria de agua potable podrían sufrir averías, y recientemente, estima posibles víctimas con base en el tipo de infraestructura y densidad de población que se concentra en determinadas zonas.

Mapa de daños

Pasados 30 minutos, expuso Jaimes Téllez, los resultados que produce el sistema ya no son útiles; después de ese lapso es posible enviar a personal o realizar sobrevuelos para verificar la información.

Si hay un movimiento, el sistema produce mapas donde, con un código de color, se indican parámetros como la aceleración máxima del suelo o daños a la red de agua. El azul indica cero o mínimas afectaciones; el rojo, las mayores.

Al respecto, Ordaz Schroeder indicó que la primera fase del programa (que incluye mapas de intensidad, daños a infraestructura y red primaria de agua potable) ya opera en CU y en la Secretaría de Protección Civil del DF.

En tanto, Reinoso Angulo indicó que la parte que calculará el número y sitios con personas bajo los escombros será entregada oficialmente en octubre próximo. “Afinamos detalles de la metodología porque esa estimación es muy delicada. El costo de fallar sería terrible”.

El proyecto ha recibido financiamiento del gobierno del DF, “pero se trata de la mínima parte del desarrollo y de las investigaciones que hemos realizado. Este programa –donde también colaboraron la Coordinación de Instrumentación Sísmica del II y su Departamento de Cómputo– tiene detrás, por lo menos, dos décadas de trabajo”, añadió.

R-Fonden o la administración técnica de los daños

Los investigadores señalaron que también desarrollan un proyecto mayor, patrocinado por la Secretaría de Hacienda, y cuyo destinatario final es el Fondo de Desastres Naturales (Fonden), de la Secretaría de Gobernación.

Éste, explicó Ordaz, se encarga de pagar los daños que se producen en los bienes públicos y algunos privados en caso se desastres naturales. Por ejemplo, si un huracán o temblor destruye infraestructura, el Fonden aporta los recursos para la reconstrucción.

Antes del sistema de los universitarios, denominado R-Fonden, no había instrumentos para medir el riesgo implícito. El propio Fondo no sabía de qué tamaño debían ser sus reservas, porque no tenía conocimiento de cuánto valían los bienes bajo su responsabilidad, ni a qué riesgos y amenazas estaba expuesto.

De ese modo, la primera fase del proyecto incluyó varias partes: en un hecho sin precedente y con apoyo de la Secretaría de Hacienda, se realizó la recopilación de información, localización y caracterización de la infraestructura federal en todo el territorio. Después se clasificó de acuerdo con su vulnerabilidad frente a diferentes amenazas. “Fue un esfuerzo titánico, porque son cientos de miles de kilómetros de carreteras y puentes, hospitales y escuelas”, señaló Ordaz.

Se desarrollaron modelos de amenaza y software para hacer los cálculos de riesgo y estimaciones sobre la frecuencia con la que el Fonden estaría expuesto a sufrir pérdidas de determinados tamaños.

“Esa información es clave para administrar los riesgos”, dijo Reinoso. Así, el Fonden está en la posición de hacer una administración técnica y, por ejemplo, transferir los mayores riesgos a la iniciativa privada o instituciones como el Banco Mundial, mediante contratos de reaseguro u otros instrumentos.

El programa de cómputo creado, plantea la posibilidad de ocurrencia de cientos de miles de catástrofes ocasionadas por huracanes, sismos o deslizamientos de tierra, que pueden dañar la infraestructura, y para cada uno evalúa cuáles serían las pérdidas de los bienes sobre los que el Fondo tiene responsabilidad, así como los costos de reconstrucción.

Nueva fase

Eduardo Reinoso señaló que en una nueva fase se incluirán otros fenómenos naturales como inundaciones, sequías, heladas o incendios.

El “plato fuerte” de la segunda parte es un sistema que permitirá a la Coordinación Nacional de Protección Civil tener estimaciones de pérdidas si un huracán se acerca al territorio nacional.

Prácticamente terminado, permitirá conocer qué puede pasar en cuanto a mermas económicas y población afectada. Eso proporciona más elementos a los gobiernos federal, estatales y locales, para prepararse: refugios, agua potable disponible, alimentos, evacuación de personas, etcétera. Lo mismo ocurrirá para el caso de los sismos, concluyeron.

Créditos: UNAM-DGCS-348-2011/unam.mx