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Mexico requiere un marco legal para la explotación de recursos naturales

 
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8 de noviembre de 2013

En los últimos años, el manejo de los recursos naturales en México ha tenido manifestaciones de extrema tensión.
En los últimos años, el manejo de los recursos naturales en México ha tenido manifestaciones de extrema tensión.

• Es necesario analizar los conflictos que generan su manejo y utilización, poner de relieve los derechos de los actores sociales involucrados y generar propuestas de reformas jurídicas que modifiquen la legislación respectiva, sostuvo Fernando Pérez Correa, coordinador del SUESIR de la UNAM

En los últimos años, el manejo de los recursos naturales en México ha tenido manifestaciones de extrema tensión. Destacan la resistencia por el cambio en el uso del suelo en zonas turísticas y arqueológicas, el rechazo a los proyectos carreteros, las disputas por el agua, los conflictos por el aprovechamiento de los bosques y la explotación del subsuelo, entre otros.

El marco legal respectivo presenta contradicciones y no está bien definido. Desde la academia es necesario abordar estos temas, poner de relieve los derechos de los actores sociales involucrados y generar propuestas para modificar el régimen de explotación de estos elementos en el territorio nacional, sostuvo Fernando Pérez Correa, coordinador del Seminario Universitario de Estudios sobre Sociedad, Instituciones y Recursos (SUESIR) de la UNAM.

En el Coloquio Gestión Pública y Social de los Recursos Naturales, aludió a la necesidad de analizar el marco legal acerca del uso y administración de costas, tierras, bosques, agua, el espacio aéreo y el subsuelo, en relación con la agenda legislativa del país.

Finalmente, Fernando Castañeda Sabido, director de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), sede de los trabajos, subrayó que la gestión de estos elementos es un tema fundamental por estar vinculado con distintas cuestiones sociales, usos y costumbres de comunidades indígenas y la organización de estados y municipios. La temática es un ejemplo de la relevancia del SUESIR.

Créditos: UNAM-DGCS-667

Buscan entender espacios públicos para solucionar conflictos.

 
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2 de Febrero del 2013
Un proyecto centrado en el Parque Metropolitano Tercer Milenio de Bogotá busca observar cuál es el papel del espacio público en la resolución de conflictos y cómo se puede lograr mayor equidad urbana.
La conferencia “Capturando y visualizando comportamientos en el espacio público”, dictada por la arquitecta venezolana María Altagracia Villalobos en el Museo de Arquitectura Leopoldo Rother de la UN, hace parte del taller que se realiza actualmente por parte de un grupo de profesores y estudiantes de las universidades de La Salle, Los Andes, UN y el Instituto MIT de Boston.
María Altagracia es candidata a doctoral de la Escuela Nacional Superior de Paisaje de Versalles (Francia) y está al frente de la investigación que se realiza en el Parque Metropolitano Tercer Milenio.
“Queremos mostrar cuál ha sido el proceso de investigación para conformar la metodología que se está utilizando en el taller con los estudiantes y los profesores, con la intención de entender mejor los espacios públicos y cómo estos pueden colaborar en la solución de conflictos sociales”. Más que encontrar algo, interesa la búsqueda, “en esta aprendemos de nosotros, de los otros, del paisaje y de la ciudad”, asegura la arquitecta.
Dentro de los estudios realizados, un grupo de investigación conformado por sesenta personas, ha observado cómo la ciudad toma tiempo para apropiarse de un espacio público. Es un tema donde los puntos de diálogo, los espacios donde puede coincidir el paisaje, las diferentes actividades de la vida urbana, el transporte, el comercio y la historia no se interrelacionan.
“Me encantaría ver un reencuentro de la riqueza de la sabana y la montaña, que se comience a hacer más presente en ese espacio público, porque quizás la naturaleza nos da las lecciones de cómo relacionarnos y cómo convivir entre tantas especies distintas con necesidades diferentes”, afirma María Altagracia.
Altagracia ya había trabajado en Bogotá, por ejemplo, en el Parque de Lourdes, donde realizó una investigación apoyada en artistas locales. Allí buscaron entender el comportamiento del espacio e intentaron aportar algo distinto a la dinámica que existía.
“El Parque de Lourdes, es un lugar donde la gente va muy rápido, va de paso a sus actividades. Tratamos con los artistas, que las personas se detuvieran a mirar el cielo, a leer un libro, a vivir. Simplemente, con entender la relación de la gente con el paisaje podríamos proveer, incluso si fuera de manera efímera, un paisaje distinto de diálogo, de encuentro y permanencia”, concluye.
Oscar Grauer, profesor venezolano del Instituto Tecnológico de Massachusetts en Cambridge, es uno de los integrantes del grupo que viene desde el principio del proyecto. Para él, tener el Parque Metropolitano Tercer Milenio como caso de estudio se ha convertido en un reto. Allí han encontrado un punto neurálgico que está desaprovechado, con una potencialidad enorme de ser mejorado.
Según él, existe un serio problema de aislamiento del parque con su entorno, no hay una participación entre ambos. Se da la necesidad de fortalecer la presencia del parque en la ciudad; para esto se debe mejorar la seguridad, que va ligada a la inequidad. “Tratamos de averiguar si con nuestras profesiones podemos aportar algo al respecto y crear equidad urbana”, resalta el profesor Grauer.
Se espera que esta investigación arroje resultados en seis meses. Es posible que se presente un libro que, según Oscar Grauer, ofrecerá caminos y estrategias de cómo afrontarlo.
Créditos: http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html
Parque Metropolitano Tercer Milenio de Bogotá, donde se realiza la investigación.

Parque Metropolitano Tercer Milenio de Bogotá, donde se realiza la investigación.

2 de Febrero del 2013

Un proyecto centrado en el Parque Metropolitano Tercer Milenio de Bogotá busca observar cuál es el papel del espacio público en la resolución de conflictos y cómo se puede lograr mayor equidad urbana.

La conferencia “Capturando y visualizando comportamientos en el espacio público”, dictada por la arquitecta venezolana María Altagracia Villalobos en el Museo de Arquitectura Leopoldo Rother de la UN, hace parte del taller que se realiza actualmente por parte de un grupo de profesores y estudiantes de las universidades de La Salle, Los Andes, UN y el Instituto MIT de Boston.

María Altagracia es candidata a doctoral de la Escuela Nacional Superior de Paisaje de Versalles (Francia) y está al frente de la investigación que se realiza en el Parque Metropolitano Tercer Milenio.

“Queremos mostrar cuál ha sido el proceso de investigación para conformar la metodología que se está utilizando en el taller con los estudiantes y los profesores, con la intención de entender mejor los espacios públicos y cómo estos pueden colaborar en la solución de conflictos sociales”. Más que encontrar algo, interesa la búsqueda, “en esta aprendemos de nosotros, de los otros, del paisaje y de la ciudad”, asegura la arquitecta.

Dentro de los estudios realizados, un grupo de investigación conformado por sesenta personas, ha observado cómo la ciudad toma tiempo para apropiarse de un espacio público. Es un tema donde los puntos de diálogo, los espacios donde puede coincidir el paisaje, las diferentes actividades de la vida urbana, el transporte, el comercio y la historia no se interrelacionan.

“Me encantaría ver un reencuentro de la riqueza de la sabana y la montaña, que se comience a hacer más presente en ese espacio público, porque quizás la naturaleza nos da las lecciones de cómo relacionarnos y cómo convivir entre tantas especies distintas con necesidades diferentes”, afirma María Altagracia.

Altagracia ya había trabajado en Bogotá, por ejemplo, en el Parque de Lourdes, donde realizó una investigación apoyada en artistas locales. Allí buscaron entender el comportamiento del espacio e intentaron aportar algo distinto a la dinámica que existía.

“El Parque de Lourdes, es un lugar donde la gente va muy rápido, va de paso a sus actividades. Tratamos con los artistas, que las personas se detuvieran a mirar el cielo, a leer un libro, a vivir. Simplemente, con entender la relación de la gente con el paisaje podríamos proveer, incluso si fuera de manera efímera, un paisaje distinto de diálogo, de encuentro y permanencia”, concluye.

Oscar Grauer, profesor venezolano del Instituto Tecnológico de Massachusetts en Cambridge, es uno de los integrantes del grupo que viene desde el principio del proyecto. Para él, tener el Parque Metropolitano Tercer Milenio como caso de estudio se ha convertido en un reto. Allí han encontrado un punto neurálgico que está desaprovechado, con una potencialidad enorme de ser mejorado.

Según él, existe un serio problema de aislamiento del parque con su entorno, no hay una participación entre ambos. Se da la necesidad de fortalecer la presencia del parque en la ciudad; para esto se debe mejorar la seguridad, que va ligada a la inequidad. “Tratamos de averiguar si con nuestras profesiones podemos aportar algo al respecto y crear equidad urbana”, resalta el profesor Grauer.

Se espera que esta investigación arroje resultados en seis meses. Es posible que se presente un libro que, según Oscar Grauer, ofrecerá caminos y estrategias de cómo afrontarlo.

Créditos: http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

Elaboran nuevos manuales de convivencia escolar.

 
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20 de Noviembre del 2012
Las reglas de convivencia sufrieron una recontextualización en cincuenta instituciones educativas de Medellín, teniendo en cuenta las nuevas dinámicas que se presentan en la sociedad.
La estrategia de elaboración de los manuales de convivencia estudiantil estuvo a cargo de investigadores y docentes de la UN en Medellín y tuvo en cuenta aspectos como la participación de docentes, estudiantes y padres de familia en conflictos y formas de buen clima académico y de hábitat en los espacios educativos.
“Para recontextualizar los manuales se tomó como punto de partida la Constitución Política de Colombia de 1991. En esta se establecen pautas y orientaciones sobre cómo articular un manual de convivencia escolar y sobre cómo elaborar de manera colectiva una normativa sobre los asuntos que pueden ser tratados por la comunidad educativa, sin que se trate de un código penal”, cuenta Édgar Ramírez, director del proyecto y docente de la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas de la UN en Medellín.
La agenda mediática y las problemáticas más recientes en las escuelas y colegios atraviesan discusiones sobre el llamado bullying o matoneo escolar. Este, según explica la Contraloría General de la República, “se refiere a las actitudes tiránicas e intimidatorias […] que, de manera constante y deliberada, hacen que otra persona se sienta mal, incómoda, asustada o amenazada”.
Pero tales conductas pueden tratarse mediante guías de convivencia que contemplen normas integrales.
En ese sentido, dice el profesor Ramírez, la diversidad que hay en las escuelas, donde confluye lo pluriétnico, las diferencias de género y otras diferencias, debe ser tratada por las mismas instituciones.
En ese sentido, según expresa, aspectos cómo las relaciones de fuerza y dominio en las escuelas y colegios han ocasionado problemas mayores, pues “se ha llegado al uso de armas cortopunzantes y se ha pasado del golpe a los delitos y se han presentado muertes y heridos graves”.
Los manuales comprenden unas normas de moralidad y unos principios que entienden la sociedad actual de manera civilista y pacifista para solucionar los conflictos.
El trabajo se llevó a cabo de la mano de la Secretaría de Educación de Medellín con cincuenta instituciones educativas públicas seleccionadas según criterios tales como dificultades para elaborar su manual y conflicto graves que requerían concertación.
Como producto de la investigación, se publicaron los textos “Recontextualización democrática de los manuales de convivencia escolar de la ciudad de Medellín” y “Formación para la democracia y la convivencia en la escuela”. Estos se socializaron y repartieron en las instituciones y quedan como memoria y sustento de orientación para la Universidad, según el director del proyecto.
Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html
La sana convivencia y la solución de conflictos en las instituciones educativas hace parte de la recontextualización de los manuales.

La sana convivencia y la solución de conflictos en las instituciones educativas hace parte de la recontextualización de los manuales.

20 de Noviembre del 2012

Las reglas de convivencia sufrieron una recontextualización en cincuenta instituciones educativas de Medellín, teniendo en cuenta las nuevas dinámicas que se presentan en la sociedad.

La estrategia de elaboración de los manuales de convivencia estudiantil estuvo a cargo de investigadores y docentes de la UN en Medellín y tuvo en cuenta aspectos como la participación de docentes, estudiantes y padres de familia en conflictos y formas de buen clima académico y de hábitat en los espacios educativos.

“Para recontextualizar los manuales se tomó como punto de partida la Constitución Política de Colombia de 1991. En esta se establecen pautas y orientaciones sobre cómo articular un manual de convivencia escolar y sobre cómo elaborar de manera colectiva una normativa sobre los asuntos que pueden ser tratados por la comunidad educativa, sin que se trate de un código penal”, cuenta Édgar Ramírez, director del proyecto y docente de la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas de la UN en Medellín.

La agenda mediática y las problemáticas más recientes en las escuelas y colegios atraviesan discusiones sobre el llamado bullying o matoneo escolar. Este, según explica la Contraloría General de la República, “se refiere a las actitudes tiránicas e intimidatorias […] que, de manera constante y deliberada, hacen que otra persona se sienta mal, incómoda, asustada o amenazada”.

Pero tales conductas pueden tratarse mediante guías de convivencia que contemplen normas integrales.

En ese sentido, dice el profesor Ramírez, la diversidad que hay en las escuelas, donde confluye lo pluriétnico, las diferencias de género y otras diferencias, debe ser tratada por las mismas instituciones.

En ese sentido, según expresa, aspectos cómo las relaciones de fuerza y dominio en las escuelas y colegios han ocasionado problemas mayores, pues “se ha llegado al uso de armas cortopunzantes y se ha pasado del golpe a los delitos y se han presentado muertes y heridos graves”.

Los manuales comprenden unas normas de moralidad y unos principios que entienden la sociedad actual de manera civilista y pacifista para solucionar los conflictos.

El trabajo se llevó a cabo de la mano de la Secretaría de Educación de Medellín con cincuenta instituciones educativas públicas seleccionadas según criterios tales como dificultades para elaborar su manual y conflicto graves que requerían concertación.

Como producto de la investigación, se publicaron los textos “Recontextualización democrática de los manuales de convivencia escolar de la ciudad de Medellín” y “Formación para la democracia y la convivencia en la escuela”. Estos se socializaron y repartieron en las instituciones y quedan como memoria y sustento de orientación para la Universidad, según el director del proyecto.

Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

Violencia y memoria en la lente de Jesús Abad Colorado.

 
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"Aprendí a hablar con imágenes, es la forma en la que escribo este país”, esa frase de Jesús Abad Colorado resume, en cierta forma, la conferencia que dictó en la Universidad Nacional.
“Aprendí a hablar con imágenes, es la forma en la que escribo este país”, esa frase de Jesús Abad Colorado resume, en cierta forma, la conferencia que dictó en la Universidad Nacional.

5 de Noviembre del 2012

“Aprendí a hablar con imágenes, es la forma en la que escribo este país”, esa frase de Jesús Abad Colorado resume, en cierta forma, la conferencia que dictó en la Universidad Nacional.

Abad Colorado, actualmente reportero gráfico independiente, es considerado uno de los principales conocedores del conflicto armado en Colombia. Durante su conferencia “La fotografía, memoria en un país de conflictos y resistencias”, dirigida a los estudiantes de la especialización de fotografía, mostró imágenes de las masacres que ha cubierto en Colombia. No habló de técnicas fotográficas, si no de la manera humilde y respetuosa en la que se ha dedicado a acompañar y a “documentar”, como el mismo lo llama, a las víctimas del conflicto armado en el país.

Se considera bueno para caminar y se ha dedicado a hacerlo al lado de las víctimas. Recorridos en los que escucha sus tragedias y busca imágenes que contextualicen las historias. Se sabe de memoria los nombres de las personas a las que ha fotografiado.

“Trabajar en medio del conflicto es muy difícil, uno no sale nunca de una universidad preparado para eso, además este país se ha ensañado con la gente más humilde, con los más desprotegidos, con los campesinos”.

“He documentado tantas tragedias que no podría decir si es más fuerte la de Bojayá, porque cae una pipeta y mueren 80 personas dentro de una iglesia,  o la de Machuca donde también mueren 80 personas por la explosión de un oleoducto dinamitado por el ELN. Hace poco estuve documentando la muerte del líder indígena Lisandro Tenorio en el Cauca y  no saben lo que le duele a uno la muerte de un líder, de un sabio, y lo que eso significa para una comunidad”.

Abad Colorado, también ha trabajado sobre educación, salud,  comunidades indígenas y con campesinos dedicados al cultivo de diversos productos agrícolas. “Lo que pasa es que no es lo mismo, en un país como el nuestro, documentar Bojayá, las bellezas del Orinoco o del Amazonas, todo tiene su dimensión porque al otro lado está en juego la vida. Uno tiene ojos para la vida, y en medio de este trabajo le toca a uno ponerse del lado de los que han estado perdiendo, los que pierden el territorio, de las mujeres que sobreviven y que resisten, y eso es un poco el proceso que yo trato de llevar a cabo”, explica.

En la conferencia mostró su trabajo gráfico sobre la resistencia de las poblaciones afectadas por la guerra, imágenes que muestran cómo las  comunidades sobreviven y luchan contra esas adversidades, pero también fotos de los combatientes.

“Hay fotos, en medio de las comunidades afectadas por la guerra, que le hablan a uno de la dignidad y la belleza de Colombia”.

“No mido los hechos por el número de muertos, si no por lo que eso significa para el colectivo. Este país ha sido muy sordo y ciego frente a lo que ha pasado al otro lado del muro, y el otro lado del muro puede estar en la periferia de Bogotá”.

Abad Colorado reconoció que en el periodismo, en general, hay irresponsabilidad e irrespeto con la gente. “Creo que el ánimo de estar haciendo chivas y de buscar el ángulo más espectacular lleva a perder un poco la dimensión humana y la ética, la capacidad de ponernos en los zapatos del otro para respetar sus derechos y su intimidad”.

“Uno primero tiene que ser buena persona, pero aquí en los medios a veces a los periodistas se les premia no solo por su osadía, si no por lograr lo más espectacular y yo siempre trato de decir que hay que hacer lo más digno, lo más respetuoso”.

“A veces a la gente le pesan demasiado los títulos y creo que tenemos que aprender a mirar de una forma muy horizontal a la gente. En este país a veces el periodista mira con demasiada soberbia a la gente humilde y es  arrodillado con el poder, y nada mejor que periodistas que cuenten la historia de su país y que miren con mucha más dignidad a la gente que lo merece”, concluyó Abad Colorado.

Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html