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Adaptación genética permite a murciélagos alimentarse solo de sangre-UNAM

 
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28 de marzo de 2018

Más allá de mitos y leyendas, para alimentarse de sangre los murciélagos hematófagos, llamados “vampiros”, han evolucionado no sólo genéticamente, sino a través de su microbiota, para ser capaces de aprovechar un alimento bajo en ciertos nutrientes como aminoácidos esenciales y vitaminas, y alto en otros como sales y hierro, comentó Carlos Arias Ortiz. Continue reading Adaptación genética permite a murciélagos alimentarse solo de sangre-UNAM

PROMUEVEN EN LA UNAM BACTERIAS QUE FERTILIZAN LEGUMINOSAS Y OTRAS PLANTAS PARA LA PRODUCCIÓN DE BIOCOMBUSTIBLES

 
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biocombustibles2 de julio de 2014

Leguminosas ricas en proteínas, y no leguminosas, asociadas a bacterias que las fertilizan sin necesidad de utilizar productos químicos costosos y contaminantes, son estudiadas por Esperanza Martínez Romero, en el Centro de Ciencias Genómicas (CCG) de la UNAM.

En el campus Morelos de esta casa de estudios, donde por más de 30 años se ha estudiado y caracterizado a múltiples bacterias que fijan nitrógeno en las plantas para fertilizarlas, la doctora en investigación biomédica básica ha indagado la relación entre la bacteria Rhizobium y el huaje o guaje (Leucaena leucocephala), leguminosa casi en desuso pero con arraigo en la cocina tradicional mexicana, donde se come en el huaxmole (platillo tradicional de la cocina mixteca poblana).

“Utilizamos el huaje, un árbol maravilloso de rápido crecimiento que fija fácilmente 240 kilogramos de nitrógeno por hectárea al año, una fertilización considerable”, afirmó Martínez Romero.

Le llaman “planta que fertiliza” porque se puede asociar con otras especies y al tirar sus hojas nutre la tierra de manera notable. “Tiene hojas pequeñas que se degradan fácilmente y se incorporan al suelo como materia orgánica”, detalló.

Además de crecer rápido, desarrolla raíces profundas y se abastece de agua de los mantos freáticos, sin competir por el líquido de la superficie consumido por otros cultivos agrícolas.

Alternativa ecológica y sustentable

El uso de biofertilizantes es una alternativa ecológica y sustentable, pero la clave está en cómo hacer crecer esos cultivos.

“Visto desde lo económico, si uno añade fertilizantes químicos el proceso es poco o nada rentable, pues ese producto se lleva gran parte del costo de producción. Y desde lo ecológico, los biofertilizantes constituyen una alternativa limpia, que sustituye productos químicos, contaminantes y difíciles de degradar”, explicó.

Martínez Romero indicó que los avances en las ciencias genómicas han permitido descifrar los genomas de varias bacterias fijadoras de nitrógeno y utilizarlas con mayor eficiencia.

Durante sus pruebas en laboratorio e invernadero, identificó a las bacterias que promueven un mayor desarrollo del huaje. Encontró que mientras las plantas sin la bacteria crecen poco y son amarillas, las inoculadas con Rhizobium crecen grandes, verdes y con tallos fuertes que se vuelven troncos.

En su proyecto combina las mejores bacterias fijadoras con los huajes sin necesidad de transgénicos.

Nutre al ganado y al suelo

Actualmente, la universitaria y su equipo colaboran con la Fundación Produce de San Luis Potosí, donde se interesaron por utilizar al huaje para dotar de proteína a los pastizales con los que se alimenta al ganado.

“Todas las leguminosas que fijan nitrógeno tienen alto nivel de proteína, como el frijol, haba, lenteja y soya, pero han sido desplazadas en la alimentación moderna por carne roja y pollo, tanto en América como en Europa”, destacó la investigadora, quien recomendó consumir aquéllas por ser nutritivas y poseer propiedades anticancerígenas.

Martínez Romero también colabora en el análisis de biofertilizantes para impulsar cultivos que sirvan como biocombustibles. “Las plantas se pueden utilizar como biomasa, degradarse y producir etanol para mover vehículos, y las oleaginosas pueden producir aceites que sustituyan al diésel o la bioturbosina. Sin biofertilización estos procesos son menos redituables”, comentó.

Los biocombustibles a partir de plantas constituyen una alternativa para sustituir gasolinas o diésel. “Independientemente de cuándo se acabe el petróleo, pueden ayudar a que el crudo dure más tiempo y se use para lo más necesario, como los plásticos derivados que tienen muchas aplicaciones”, subrayó.

La investigadora fue invitada a un proyecto estatal para producir bioturbosina con una planta nativa del país y Centroamérica, el piñoncillo mexicano (Jatropha curcas), del que existen algunas variedades inocuas y otras tóxicas que pueden causar cáncer.

“De México y Mesoamérica se llevaron variedades de Jatropha a la India y África, donde las han sembrado durante 50 años con una producción exitosa, pero desafortunadamente son tóxicas. Ahora que en nuestro país se desea producir biocombustibles, es prioritario reglamentar el uso de las variedades y evitar que se importen y siembren las que contienen esas sustancias nocivas. Las inocuas son nativas y su uso ayudará a la preservación del germoplasma, riqueza de México”, finalizó.

Créditos: UNAM-DGCS-381-2014

La licenciatura en Investigación Biomédica Básica orientada a científicos de laboratorio

 
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Primera Reunión Anual de Alumnos de la Licenciatura en Investigación Biomédica Básica.
Primera Reunión Anual de Alumnos de la Licenciatura en Investigación Biomédica Básica.

26 de julio de 2010

• Con 37 generaciones de egresados, impulsa un modelo que, desde el ingreso, acerca a los alumnos con el trabajo de los académicos en ese espacio
• Es una opción inteligente para quienes tienen definida su vocación como investigadores, dijo Rafael Camacho Carranza, coordinador de la carrera

Para estudiantes que tienen clara su vocación hacia la biomedicina, y desde muy jóvenes se visualizan como científicos de laboratorio, la licenciatura en Investigación Biomédica Básica (LIBB) de la UNAM es una ruta directa.

Con 37 generaciones de egresados en igual número de años, esta carrera, que vincula con el trabajo cotidiano de los investigadores, representa un modelo exitoso de las “nuevas profesiones”, diseñadas y puestas en marcha en la Universidad Nacional.

En esta licenciatura participan tres entidades: la Facultad de Medicina (FM) y los institutos de Investigaciones Biomédicas (IIBm) y de Fisiología Celular (IFC), y se caracteriza por poner en contacto, lo más rápido posible, al alumno con el investigador, dijo Rafael Camacho Carranza, coordinador de la LIBB.

Profesión con diseño propio

Los jóvenes que cursan la LIBB se enfrentan a un modelo de “rotaciones” que, a lo largo de ocho semestres, permite recorrer estudios concretos que se desarrollan en el área biomédica la UNAM, para tener una visión panorámica y definir más profundamente sus líneas de interés.

“Desde que ingresa, el alumno es situado en un laboratorio en su primera rotación; a partir de la segunda, escoge con quien trabajar y, en paralelo, lleva durante la mitad de la carrera una serie de materias obligatorias comunes”, señaló.

A partir de la segunda mitad, se eligen asignaturas optativas, pertenecientes a la licenciatura, a otras diferentes, o incluso de posgrados; entonces, el estudiante se va formando de acuerdo a sus propios intereses”, añadió.

Entre las 27 asignaturas obligatorias destacan bioquímica, matemáticas, biofísica, biología celular, estadística y biología molecular, y entre las optativas se encuentran genética general, inmunología, patología general, biología del desarrollo, fisicoquímica avanzada, toxicología genética, neurobiología y fisiología microbiana.

Este modelo estimula una definición profesional desde el principio de la licenciatura e identifica a alumnos con la madurez académica suficiente para comprender los conceptos, entrar a un laboratorio y trabajar con un investigador.

“Si el joven de 15 ó 18 años ya se ve como un investigador a futuro, y tiene una clara vocación biomédica, esta carrera es una excelente opción, inteligente y brillante, que funciona como una ruta directa”, reiteró Camacho.

Por su naturaleza, muchos egresados de la LIBB continúan su formación de maestría y doctorado. Actualmente, 57 por ciento de ellos son investigadores en México y el resto realiza investigación básica en otros países.

“Varios egresados son destacados universitarios, como Gloria Soberón, directora del Instituto de Investigaciones Biomédicas, o Julio Collado, ex director del Instituto de Ciencias Genómicas”, acotó el coordinador de la carrera.

Camacho Carranza reconoció que no es fácil ubicar vocaciones tempranas, y por ello la LIBB no es, aún, una carrera de muchos alumnos. “Hemos tenido generaciones de cuatro y otras de 25”.

En años recientes, el modelo de la LIBB ha sido útil en la Universidad para diseñar y desarrollar nuevas carreras, que también buscan ser semilleros de investigadores, como la de Ciencias Genómicas, en Mecatrónica y en Tecnología.

Estrenan reunión anual

Para profundizar en los potenciales campos de trabajo académico que tendrán los graduados de la LIBB, alumnos realizaron su primera reunión anual, que incluyó presentaciones de proyectos de estudiantes, egresados y tutores.

También, invitaron a egresados de diversas generaciones para conocer la labor que desarrollan, y a tutores que hablaron de las perspectivas futuras.

Además, se realizó un concurso para el nuevo logo y actividades recreativas que incluyeron futbol y un maratón científico.
Créditos: UNAM. DGCS -443/unam.mx