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DESARROLLA UNIVERSITARIO UN MÉTODO NO INVASIVO QUE DETECTA EN SANGRE CÁNCER EN ETAPAS INICIALES

 
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metodonoinvasivo29 de septiembre de 2014

Con un innovador método que detecta en la sangre mutaciones de cinco genes fundamentales en el desarrollo del cáncer pulmonar, Felipe Vaca Paniagua, profesor de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala de la UNAM, ha creado una herramienta sensible para identificar tumores en su etapa más temprana.

El químico fármaco-biólogo y doctor en ciencias biomédicas, quien forma parte de un convenio de colaboración entre la FES Iztacala y el Instituto Nacional de Cancerología (INCan), recurre a la secuenciación masiva de material genético (ADN circulante) para identificar mutaciones asociadas a cinco genes del cáncer pulmonar: EGFR, BRAF, PIK3CA, RAS y ERBB2, utilizados por los médicos oncólogos como biomarcadores moleculares.

“La detección oportuna es fundamental en la batalla contra esa enfermedad y ofrece un lapso irreemplazable para combatirla antes de que avance. Por eso el objetivo es lograr una alta sensibilidad en este método, que está a la vanguardia a nivel mundial y se basa en un concepto novedoso llamado biopsia líquida”, explicó.

En vez de las muestras de tejido que se extraen del tumor para su análisis de patología, la propuesta de Vaca Paniagua es no invasiva y consiste en realizar la detección a partir de una muestra de sangre del paciente.

“Los tumores son conglomerados de múltiples clonas celulares con distintas alteraciones moleculares. Esta heterogeneidad molecular y funcional es uno de los principales retos en el tratamiento. Muchas de estas alteraciones tienen importancia clínica porque son blanco de tratamientos dirigidos contra la molécula específica que presenta la alteración”.

Típicamente, estos cambios genéticos se detectan por medio de análisis a partir de biopsias de tejido tumoral (que se obtiene mediante un procedimiento invasivo y doloroso para el paciente), que muchas veces se localiza en sitios muy profundos del organismo o en tejidos inoperables, detalló.

Capturar mutaciones

En su método, que es una prueba de concepto, demostró que es posible emplear técnicas de secuenciación masiva de última generación para descubrir mutaciones somáticas a partir de muestras sanguíneas, mediante la implementación de análisis bioinformáticos especializados para identificar las variaciones de genes tumorales presentes en apenas el dos por ciento en el plasma.

“La finalidad de nuestro estudio fue evaluar si es posible capturar las mutaciones de relevancia clínica que están en el tejido tumoral con el uso de la muestra de plasma del paciente. Al realizar el estudio nos enfocamos en los cinco genes más asociados al cáncer pulmonar, cuyas alteraciones son empleadas como biomarcadores para elegir la terapia más adecuada”, resumió.

Estudio clínico en Francia

Merecedor de una beca Marie Curie, Vaca Paniagua realizó un trabajo académico de dos años en la Agencia Internacional de Investigación en Cáncer de la Organización Mundial de la Salud, con sede en Lyon, Francia.

“Es un centro mundial de referencia en cáncer y ahí desarrollé el protocolo de este método dentro del Grupo de Mecanismos Moleculares y Biomarcadores”, relató.

Éste es el estudio más grande efectuado hasta ahora en cáncer de pulmón, donde incluyeron a 107 pacientes no fumadores con adenocarcinoma pulmonar, de los cuales compararon las mutaciones en el tumor pulmonar, así como la sangre de 68 de ellos. “Encontramos que 50 tumores tenían transformaciones y hallamos éstas en 27 muestras sanguíneas”.

En este proceso, cuyos resultados fueron publicados en la revista Clinical Cancer Research, demostraron que es posible identificar alteraciones por medio de secuenciación masiva de ADN circulante en las muestras de sangre. “Con este método alcanzamos una sensibilidad de 58 por ciento y una especificidad de 87 por ciento”, precisó.

Entre las ventajas de este método no invasivo, destacó que es posible analizar la totalidad de la heterogeneidad tumoral. “Es decir, podemos identificar las alteraciones genéticas presentes en todas las células tumorales del cuerpo, incluidas las del tumor primario y las metástasis”.

Además, permite analizar la evolución molecular de los tumores a lo largo de su evolución para identificar alteraciones que ayuden a aplicar tratamientos más efectivos.

Un beneficio adicional es la posibilidad de realizar un monitoreo de la respuesta y resistencia al tratamiento, lo que ayuda a definir estrategias personalizadas más asertivas para cada paciente.

“Debido a que muchos tipos de cáncer son curables si se detectan a tiempo, queremos emplear este método para identificar a los tumores en sus etapas tempranas, especialmente en aquellos de evolución asintomática, que generalmente llegan a la clínica en etapas avanzadas, muchas veces intratables”, apuntó.

Como en la sangre del paciente el ADN circulante proveniente del tumor es mínimo, en promedio de dos por ciento, el nuevo reto de Vaca Paniagua es refinar la sensibilidad de su método.

“Actualmente en la FES Iztacala, en colaboración con Luis Alonso Herrera Montalvo y Claudia M. García Cuellar del INCan, estamos concentrados en hacer el método más robusto para mejorar la sensibilidad del 58 por ciento que logramos en el estudio clínico”.

Para continuar con éste y otros proyectos, en los próximos meses la entidad multidisciplinaria estrenará un secuenciador masivo de ADN, donde el universitario y sus colaboradores podrán replicar estudios como el realizado en Francia, ahora extensivo a otros tipos de carcinoma, como el de colon y mama, y afinarán su mirada molecular de detección de tumores.

“Para 2015 esperamos contar con un protocolo clínico, que podrá ser patentado”.

El secuenciador y este proyecto forman parte del nuevo Laboratorio Nacional en Salud: Diagnóstico Molecular y Efecto Ambiental en Enfermedades Crónico-Degenerativas, que la instancia universitaria estrenará antes de fin de año.

Créditos: UNAM-DGCS-562-2014

DESARROLLAN ALTERNATIVA FARMACOLÓGICA CONTRA TUMORES MALIGNOS

 
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Científicos de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala de la UNAM, desarrollaron una alternativa farmacológica para inhibir, por completo, el crecimiento de ciertos tumores malignos, incluso los más agresivos, en combinación con un medicamento convencional.
Gracias a los trabajos realizados en el Laboratorio de Genómica Funcional de la entidad multidisciplinaria para indagar los mecanismos moleculares del cáncer, el equipo, dirigido por Carlos Pérez Plasencia, determinó que al proliferar a una velocidad acelerada, las células tumorales transforman toda su glucosa en lactato, al requerir una gran cantidad de intermediarios de ácidos nucleicos para sintetizar material genético.
Entendiendo al enemigo
El experto indicó que las células sanas obtienen energía mediante el proceso metabólico de la glucólisis, mediante el cual la glucosa se divide en dos moléculas de piruvato, las que son oxidadas a CO2 y agua en las mitocondrias.
Por el contrario, en las tumorales la enzima lactato deshidrogenasa (LDHA) captura el piruvato para transformarlo en lactato, de manera reversible.
“Con este conocimiento, desarrollamos un fármaco ya patentado, homólogo al piruvato, para bloquear la enzima”, explicó el universitario, recientemente galardonado con el Premio Nacional de Investigación Biomédica, de la Fundación GlaxoSmithKline-Funsalud (Fundación Mexicana para la Salud).
En las células tumorales, la LDHA tiene un sitio de reconocimiento para el piruvato y lo transforma en lactato. “La sustancia que desarrollamos se une en este sitio y ya no se libera, rompiendo la línea de producción energética”, explicó.
A la par, se utiliza metformina -medicamento usado en diabéticos a fin de disminuir sus niveles de glucosa- para obstruir las vías de abastecimiento de las células tumorales, acotó.
En la fase experimental se analizaron los efectos de la propuesta farmacológica en la unidad PET/CT Ciclotrón, de la Facultad de Medicina (FM) de esta casa de estudios, con el apoyo de Miguel Ángel Ávila Rodríguez. En el estudio los tumores desaparecieron en los ratones que recibieron el tratamiento y no presentaron efectos adversos, subrayó.
Genómica funcional
Pérez Plasencia recalcó que en el laboratorio a su cargo desarrollan distintas líneas de investigación encaminadas a determinar los mecanismos específicos de las células tumorales, estudiadas como sistemas complejos, con características distintas a las de las unidades normales.
A nivel bioquímico y fisiológico, tienen un comportamiento diferente a sus contrapartes normales. A través de herramientas de genómica, analizamos distintos modelos de tumores para, a la vez de generar conocimiento, ofrecer respuestas a los pacientes con cáncer.
“Este tipo de proyectos demuestran que los científicos laboramos para ofrecer respuestas concretas. Es sólo un ejemplo de los trabajos que en el ámbito de las ciencias aplicadas realiza la Universidad Nacional, con impacto relevante en la sociedad”, concluyó.
En esta tarea participan, por la UNAM, Verónica García Castillo, técnico académico titular “B” de la UBIMED; Miguel Ángel Ávila Rodríguez, jefe de la Unidad PET/CT ciclotrón de la FM, y Luis Alonso Herrera, de la Unidad de Investigación Biomédica en Cáncer. Por el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, Nadia Jacobo Herrera y Octavio Villanueva Sánchez y por el Instituto Nacional de Cancerología, Luis Alonso Herrera y Abelardo Meneses García.
Créditos:UNAM-DGCS-765-2013

contratumoersCientíficos de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala de la UNAM, desarrollaron una alternativa farmacológica para inhibir, por completo, el crecimiento de ciertos tumores malignos, incluso los más agresivos, en combinación con un medicamento convencional.

Gracias a los trabajos realizados en el Laboratorio de Genómica Funcional de la entidad multidisciplinaria para indagar los mecanismos moleculares del cáncer, el equipo, dirigido por Carlos Pérez Plasencia, determinó que al proliferar a una velocidad acelerada, las células tumorales transforman toda su glucosa en lactato, al requerir una gran cantidad de intermediarios de ácidos nucleicos para sintetizar material genético.

Entendiendo al enemigo

El experto indicó que las células sanas obtienen energía mediante el proceso metabólico de la glucólisis, mediante el cual la glucosa se divide en dos moléculas de piruvato, las que son oxidadas a CO2 y agua en las mitocondrias.

Por el contrario, en las tumorales la enzima lactato deshidrogenasa (LDHA) captura el piruvato para transformarlo en lactato, de manera reversible.

“Con este conocimiento, desarrollamos un fármaco ya patentado, homólogo al piruvato, para bloquear la enzima”, explicó el universitario, recientemente galardonado con el Premio Nacional de Investigación Biomédica, de la Fundación GlaxoSmithKline-Funsalud (Fundación Mexicana para la Salud).

En las células tumorales, la LDHA tiene un sitio de reconocimiento para el piruvato y lo transforma en lactato. “La sustancia que desarrollamos se une en este sitio y ya no se libera, rompiendo la línea de producción energética”, explicó.

A la par, se utiliza metformina -medicamento usado en diabéticos a fin de disminuir sus niveles de glucosa- para obstruir las vías de abastecimiento de las células tumorales, acotó.

En la fase experimental se analizaron los efectos de la propuesta farmacológica en la unidad PET/CT Ciclotrón, de la Facultad de Medicina (FM) de esta casa de estudios, con el apoyo de Miguel Ángel Ávila Rodríguez. En el estudio los tumores desaparecieron en los ratones que recibieron el tratamiento y no presentaron efectos adversos, subrayó.

Genómica funcional

Pérez Plasencia recalcó que en el laboratorio a su cargo desarrollan distintas líneas de investigación encaminadas a determinar los mecanismos específicos de las células tumorales, estudiadas como sistemas complejos, con características distintas a las de las unidades normales.

A nivel bioquímico y fisiológico, tienen un comportamiento diferente a sus contrapartes normales. A través de herramientas de genómica, analizamos distintos modelos de tumores para, a la vez de generar conocimiento, ofrecer respuestas a los pacientes con cáncer.

“Este tipo de proyectos demuestran que los científicos laboramos para ofrecer respuestas concretas. Es sólo un ejemplo de los trabajos que en el ámbito de las ciencias aplicadas realiza la Universidad Nacional, con impacto relevante en la sociedad”, concluyó.

En esta tarea participan, por la UNAM, Verónica García Castillo, técnico académico titular “B” de la UBIMED; Miguel Ángel Ávila Rodríguez, jefe de la Unidad PET/CT ciclotrón de la FM, y Luis Alonso Herrera, de la Unidad de Investigación Biomédica en Cáncer. Por el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, Nadia Jacobo Herrera y Octavio Villanueva Sánchez y por el Instituto Nacional de Cancerología, Luis Alonso Herrera y Abelardo Meneses García.

Créditos: UNAM-DGCS-765-2013

UN acompaña creación del Instituto Distrital de Oncología.

 
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18 de Febrero del 2013
La construcción de este centro, que tendrá una capacidad de 240 camas, comenzó el pasado 12 de febrero con la entrega de un lote de 24.524 kilómetros cuadrados en el suroccidente de la capital.
El propósito es ampliar la oferta de instituciones especializadas que ofrezcan tratamientos integrales contra el cáncer; pues, según el doctor Raúl Sastre, decano de la Facultad de Medicina de la UN, en la actualidad, hay pocos centros oncológicos en el país y no alcanzan a cubrir las necesidades de la población que padece esta enfermedad, que finalmente tiene que recurrir a pequeños institutos que no están en capacidad de prestar una atención integral.
“Por invitación de la Secretaría de Salud, la UN acompaña la creación del Instituto de Oncología. Con la firma de un convenio, según el sistema docencia-servicio, la Institución aportará su experiencia académica y científica al proyecto”, asegura el doctor Sastre.
Esta alianza permitirá que profesores y estudiantes de posgrado y pregrado de la Universidad se integren al capital humano del naciente instituto, procedentes de todas las áreas médicas requeridas para atender a los enfermos de manera integral.
Además, a mediano plazo, se prevé que el personal de la UN desarrolle investigaciones sobre esta enfermedad. “Pero, antes, tiene que consolidarse la capacidad asistencial del Instituto”, aclara el decano.
Instituto integral
En Colombia se presentan 120 mil casos nuevos de cáncer y una mortalidad de 30 mil a 40 mil casos cada año, según un informe del Instituto Nacional de Cancerología.
“Como no existe un centro oncológico integral, los pacientes tienen que ir a un lado por el diagnóstico; a otro, para operarse; a otro, para la quimioterapia; a otro, para la radioterapia […]. Así que es fundamental crear instituciones integrales”, precisa el profesor Sastre.
Se espera que la construcción del instituto, para el cual se destinaron 148.789 millones de pesos, culmine en tres años. A partir de entonces, el Hospital Occidente de Kennedy se encargará de su administración.
Créditos: http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html
El Instituto Distrital de Oncología atenderá los 120 mil casos nuevos de cáncer que se presentan al año en Colombia.

El Instituto Distrital de Oncología atenderá los 120 mil casos nuevos de cáncer que se presentan al año en Colombia.

18 de Febrero del 2013

La construcción de este centro, que tendrá una capacidad de 240 camas, comenzó el pasado 12 de febrero con la entrega de un lote de 24.524 kilómetros cuadrados en el suroccidente de la capital.

El propósito es ampliar la oferta de instituciones especializadas que ofrezcan tratamientos integrales contra el cáncer; pues, según el doctor Raúl Sastre, decano de la Facultad de Medicina de la UN, en la actualidad, hay pocos centros oncológicos en el país y no alcanzan a cubrir las necesidades de la población que padece esta enfermedad, que finalmente tiene que recurrir a pequeños institutos que no están en capacidad de prestar una atención integral.

“Por invitación de la Secretaría de Salud, la UN acompaña la creación del Instituto de Oncología. Con la firma de un convenio, según el sistema docencia-servicio, la Institución aportará su experiencia académica y científica al proyecto”, asegura el doctor Sastre.

Esta alianza permitirá que profesores y estudiantes de posgrado y pregrado de la Universidad se integren al capital humano del naciente instituto, procedentes de todas las áreas médicas requeridas para atender a los enfermos de manera integral.

Además, a mediano plazo, se prevé que el personal de la UN desarrolle investigaciones sobre esta enfermedad. “Pero, antes, tiene que consolidarse la capacidad asistencial del Instituto”, aclara el decano.


Instituto integral

En Colombia se presentan 120 mil casos nuevos de cáncer y una mortalidad de 30 mil a 40 mil casos cada año, según un informe del Instituto Nacional de Cancerología.

“Como no existe un centro oncológico integral, los pacientes tienen que ir a un lado por el diagnóstico; a otro, para operarse; a otro, para la quimioterapia; a otro, para la radioterapia […]. Así que es fundamental crear instituciones integrales”, precisa el profesor Sastre.

Se espera que la construcción del instituto, para el cual se destinaron 148.789 millones de pesos, culmine en tres años. A partir de entonces, el Hospital Occidente de Kennedy se encargará de su administración.

Créditos: http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

Desabastecimiento de medicamentos para el cáncer, paradoja global.

 
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23 de Enero del 2013
La escasez de fármacos de bajo costo se convierte en un problema de salud pública mundial. Ampliar la competencia y promover el uso prudente de los biotecnológicos es una opción eficaz pero más costosa.
El día 30 de octubre pasado, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios emitió un comunicado sobre las medidas adoptadas para el suministro del fármaco doxorrubicina.
Este es usado en algunos tipos de cáncer, pero su suministro se interrumpió a nivel mundial desde el año 2011 por problemas del fabricante en Estados Unidos. La entidad, en colaboración con el titular del registro, estableció un plan de distribución controlado para garantizar la igualdad en el acceso (Agemed 2012).
Días antes, el Ministerio de Salud y Protección Social (MSPS) de Colombia advirtió sobre su desabastecimiento, así como sobre el de seis medicamentos más, todos de bajo costo, con amplia competencia y usados como primera alternativa en el tratamiento de diversos tipos de cáncer.
Por la preocupación y compromiso de la Asociación de Médicos Hematólogos y de los fabricantes, el MSPS estableció una estrategia para garantizar atención adecuada a los pacientes: a corto plazo, permitir la importación de medicamentos vitales no disponibles; a mediano, dejar abierta la posibilidad de declararlos de interés de salud pública para distribuirlos si fuera requerido; y, a largo plazo, empezar contactos para producirlos conjuntamente con otros países, si el desabastecimiento se convierte en cíclico o crónico.
Los laboratorios manifestaron que, por el bajo precio, no son atractivos comercialmente. Una ampolla de doxorrubicina cuesta entre 4 y 14 dólares, según la marca; una de citarabina, entre 3 y 7 dólares; y una tableta de azatioprina, 0,5 dólares (Sismed, 2012).
Lo relativo a los precios requiere un análisis cuidadoso. Pero algo que no da espera es la revisión de la posible existencia de incentivos que desvíen los recursos hacia atenciones especializadas de mayor costo, con perjuicio de las intervenciones de menor complejidad y más costo-efectivas.
El 31 de octubre, el viceministro de Salud Pública, Carlos Mario Ramírez, inauguró la reunión del Grupo Técnico de Promoción y Acción sobre los Determinantes Sociales de la Salud de Unasur. En esta llamó la atención sobre la necesidad de abrir esta discusión en la Asamblea Mundial de la Salud y, en consonancia con declaraciones previas del ministro, destacó la importancia del trabajo conjunto para evitar que más países sufran la escasez, pues sería inaceptable e injustificable (MSPS 2012).
Regulación de los biotecnológicos
Los medicamentos biotecnológicos (MBT) constituyen un desarrollo científico para el tratamiento del cáncer y muchas otras enfermedades. Son una alternativa relevante cuando los pacientes no responden a las drogas de primera línea. En la mayoría de los casos, son una segunda o tercera opción, pero si se usan adecuadamente, pueden aumentar la calidad de vida. Por eso, la decisión de prescribirlos requiere juicio y prudencia.
El gasto público en los MBT ha crecido de forma sostenida y representa un reto para la sostenibilidad de los sistemas de salud del mundo. En Colombia, según el Fosyga, durante el año 2011, dicho gasto, por los veinte MBT de mayor recobro (coincidentes con el top de otros países), fue de 631 millones de dólares, cerca del 55% del valor del recobro total (955 millones de dólares).
En la lista se encuentran tres MBT para el cáncer con un solo oferente en el mercado. Dos de estos se incorporaron al POS el año pasado y tienen precios muy superiores a los de primera opción. En un escenario de desabastecimiento completo de estos últimos, usar exclusivamente MBT no sería deseable desde la racionalidad clínica y menos desde la perspectiva económica.
Una ampolla de trastuzumab, usada para un cáncer específico de mama, cuesta en promedio 3.000 dólares; una de rituximab de 100 mg, para el tratamiento de un tipo de linfoma, 1.000; o una de bevacizumab, para controlar el cáncer de colon, 480 (Sismed, 2012). En situación de competencia, estos precios podrían reducirse, lo cual significaría optimizar el gasto público e incrementar el acceso a la población.
¿Cómo lograrlo?
Desde enero pasado se discute una propuesta de reglamentación de la calidad, seguridad y eficacia de los MBT que ha suscitado encendidos debates. Dado que estos son el resultado de la manipulación tecnológica de organismos vivos, es de gran interés establecer altos estándares regulatorios, sin imponer barreras innecesarias a la competencia.
El proceso colombiano, sin embargo, marca la diferencia en el espectro global por la transparencia y apertura con que se conduce la participación y por la coincidencia temporal de los ajustes regulatorios que se adelantan en Estados Unidos y en Europa. El corazón del debate no se asocia a las posibilidades de fabricación en condiciones de calidad, sino a las preocupaciones sobre el desempeño clínico de los biocompetidores y el grado de exigencia de experimentos con humanos, para demostrar dicho desempeño.
En Europa, hace unos diez años, se establecieron exigencias muy estrictas para el ingreso de biosimilares (biocompetidores), por el incipiente desarrollo de técnicas de análisis y la poca experiencia en el uso. Expertos consideran que algunas son difíciles de aplicar y pueden hacer más lento el ingreso de la competencia, algo que coincide en varios aspectos con la posición de la Organización Mundial de la Salud (Portafolio, 24 de octubre del 2012).
Hoy existen muchas más herramientas para su evaluación, mayores capacidades de producción, se han comprobado los resultados clínicos favorables de los biocompetidores producidos con calidad y –sin duda, por la crisis económica que enfrentan los sistemas de salud– empezaron procesos de flexibilización de la regulación en Europa y en Estados Unidos. Esto permitirá un ingreso más acelerado de la competencia, en especial, de aquellos MBT menos complejos.
Son dos caras de la misma moneda. En ambos casos, el MSPS aplica los contenidos de la política de medicamentos recientemente expedida y considera el contexto internacional en el que se desenvuelve el debate. Sin embargo, el éxito de las estrategias trazadas depende en gran medida del margen de gestión pública nacional, en el cual es determinante el compromiso técnico del Invima, un acuerdo de los representantes gremiales y el indispensable acompañamiento de pacientes y médicos independientes.
Créditos: http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html
El desabastecimiento de medicamentos para el cáncer podría afectar la continuidad de los tratamientos para esta enfermedad.

El desabastecimiento de medicamentos para el cáncer podría afectar la continuidad de los tratamientos para esta enfermedad.

23 de Enero del 2013

La escasez de fármacos de bajo costo se convierte en un problema de salud pública mundial. Ampliar la competencia y promover el uso prudente de los biotecnológicos es una opción eficaz pero más costosa.

El día 30 de octubre pasado, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios emitió un comunicado sobre las medidas adoptadas para el suministro del fármaco doxorrubicina.

Este es usado en algunos tipos de cáncer, pero su suministro se interrumpió a nivel mundial desde el año 2011 por problemas del fabricante en Estados Unidos. La entidad, en colaboración con el titular del registro, estableció un plan de distribución controlado para garantizar la igualdad en el acceso (Agemed 2012).

Días antes, el Ministerio de Salud y Protección Social (MSPS) de Colombia advirtió sobre su desabastecimiento, así como sobre el de seis medicamentos más, todos de bajo costo, con amplia competencia y usados como primera alternativa en el tratamiento de diversos tipos de cáncer.

Por la preocupación y compromiso de la Asociación de Médicos Hematólogos y de los fabricantes, el MSPS estableció una estrategia para garantizar atención adecuada a los pacientes: a corto plazo, permitir la importación de medicamentos vitales no disponibles; a mediano, dejar abierta la posibilidad de declararlos de interés de salud pública para distribuirlos si fuera requerido; y, a largo plazo, empezar contactos para producirlos conjuntamente con otros países, si el desabastecimiento se convierte en cíclico o crónico.

Los laboratorios manifestaron que, por el bajo precio, no son atractivos comercialmente. Una ampolla de doxorrubicina cuesta entre 4 y 14 dólares, según la marca; una de citarabina, entre 3 y 7 dólares; y una tableta de azatioprina, 0,5 dólares (Sismed, 2012).

Lo relativo a los precios requiere un análisis cuidadoso. Pero algo que no da espera es la revisión de la posible existencia de incentivos que desvíen los recursos hacia atenciones especializadas de mayor costo, con perjuicio de las intervenciones de menor complejidad y más costo-efectivas.

El 31 de octubre, el viceministro de Salud Pública, Carlos Mario Ramírez, inauguró la reunión del Grupo Técnico de Promoción y Acción sobre los Determinantes Sociales de la Salud de Unasur. En esta llamó la atención sobre la necesidad de abrir esta discusión en la Asamblea Mundial de la Salud y, en consonancia con declaraciones previas del ministro, destacó la importancia del trabajo conjunto para evitar que más países sufran la escasez, pues sería inaceptable e injustificable (MSPS 2012).


Regulación de los biotecnológicos

Los medicamentos biotecnológicos (MBT) constituyen un desarrollo científico para el tratamiento del cáncer y muchas otras enfermedades. Son una alternativa relevante cuando los pacientes no responden a las drogas de primera línea. En la mayoría de los casos, son una segunda o tercera opción, pero si se usan adecuadamente, pueden aumentar la calidad de vida. Por eso, la decisión de prescribirlos requiere juicio y prudencia.

El gasto público en los MBT ha crecido de forma sostenida y representa un reto para la sostenibilidad de los sistemas de salud del mundo. En Colombia, según el Fosyga, durante el año 2011, dicho gasto, por los veinte MBT de mayor recobro (coincidentes con el top de otros países), fue de 631 millones de dólares, cerca del 55% del valor del recobro total (955 millones de dólares).

En la lista se encuentran tres MBT para el cáncer con un solo oferente en el mercado. Dos de estos se incorporaron al POS el año pasado y tienen precios muy superiores a los de primera opción. En un escenario de desabastecimiento completo de estos últimos, usar exclusivamente MBT no sería deseable desde la racionalidad clínica y menos desde la perspectiva económica.

Una ampolla de trastuzumab, usada para un cáncer específico de mama, cuesta en promedio 3.000 dólares; una de rituximab de 100 mg, para el tratamiento de un tipo de linfoma, 1.000; o una de bevacizumab, para controlar el cáncer de colon, 480 (Sismed, 2012). En situación de competencia, estos precios podrían reducirse, lo cual significaría optimizar el gasto público e incrementar el acceso a la población.


¿Cómo lograrlo?

Desde enero pasado se discute una propuesta de reglamentación de la calidad, seguridad y eficacia de los MBT que ha suscitado encendidos debates. Dado que estos son el resultado de la manipulación tecnológica de organismos vivos, es de gran interés establecer altos estándares regulatorios, sin imponer barreras innecesarias a la competencia.

El proceso colombiano, sin embargo, marca la diferencia en el espectro global por la transparencia y apertura con que se conduce la participación y por la coincidencia temporal de los ajustes regulatorios que se adelantan en Estados Unidos y en Europa. El corazón del debate no se asocia a las posibilidades de fabricación en condiciones de calidad, sino a las preocupaciones sobre el desempeño clínico de los biocompetidores y el grado de exigencia de experimentos con humanos, para demostrar dicho desempeño.

En Europa, hace unos diez años, se establecieron exigencias muy estrictas para el ingreso de biosimilares (biocompetidores), por el incipiente desarrollo de técnicas de análisis y la poca experiencia en el uso. Expertos consideran que algunas son difíciles de aplicar y pueden hacer más lento el ingreso de la competencia, algo que coincide en varios aspectos con la posición de la Organización Mundial de la Salud (Portafolio, 24 de octubre del 2012).

Hoy existen muchas más herramientas para su evaluación, mayores capacidades de producción, se han comprobado los resultados clínicos favorables de los biocompetidores producidos con calidad y –sin duda, por la crisis económica que enfrentan los sistemas de salud– empezaron procesos de flexibilización de la regulación en Europa y en Estados Unidos. Esto permitirá un ingreso más acelerado de la competencia, en especial, de aquellos MBT menos complejos.

Son dos caras de la misma moneda. En ambos casos, el MSPS aplica los contenidos de la política de medicamentos recientemente expedida y considera el contexto internacional en el que se desenvuelve el debate. Sin embargo, el éxito de las estrategias trazadas depende en gran medida del margen de gestión pública nacional, en el cual es determinante el compromiso técnico del Invima, un acuerdo de los representantes gremiales y el indispensable acompañamiento de pacientes y médicos independientes.

Créditos: http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

Cocinas rurales producen aeropartículas potencialmente cancerígenas.

 
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9 de Enero del 2013
Se estima que las mujeres que utilizan leña para cocinar o calentar sus hogares inhalan aproximadamente 25 millones de litros de aire contaminado a lo largo de su vida.
En México, el uso de leña como un biocombustible para cocinar y calentar la vivienda es aproximadamente de 48 por ciento en áreas urbanas, y casi 70 por ciento en rurales, apuntó Stephanie Aldrighetti Báez, estudiante del posgrado en Ciencias Biológicas de la UNAM.
Los datos son resultado del proyecto “Caracterización orgánica de las aeropartículas emitidas en las cocinas rurales y su efecto potencial en la salud”, que desarrollan especialistas del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de esta casa de estudios, en colaboración con sus pares del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) y estudiantes de la Universidad Interserrana de Puebla.
Cada año, en el mundo se registran entre 1.5 millones y dos millones de muertes asociadas con la exposición a diversos biocombustibles. La contaminación intramuros por humo de estos últimos es uno de los 10 factores de riesgo más importantes para daños a la salud, en especial en países en desarrollo. En nuestro territorio “esta exposición crónica a partículas contaminantes es causa directa de problemas en el tracto respiratorio, tales como la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), el asma y el cáncer”, comentó Aldrighetti Báez.
La universitaria, quien desarrolla su tesis de maestría bajo la asesoría de Isabel Sada-Ovalle, del Laboratorio de Inmunología Integrativa del INER, indicó que se estima que 59 por ciento de los casos de tuberculosis pulmonar en áreas rurales, y 25 por ciento en urbanas, están asociados a la exposición del humo generado por la biomasa.
La quema de combustibles intramuros produce altos niveles de material particulado con diámetro de 10 micrómetros en un rango de 300 a tres mil microgramos por metro cúbico, y en el caso de partículas inferiores a 2.5 micrómetros, el nivel es de 256 microgramos por cada metro cúbico durante 24 horas.
“Algunos de los componentes básicos de estas partículas, asociadas a la mutagenicidad, son los hidrocarburos aromáticos policíclicos, resultado de una combustión incompleta asociada mayoritariamente con actividades antropogénicas y, en menor medida, a incendios forestales”.
Interesada en el área de la salud, y con su participación en este proyecto, la futura maestra en ciencias busca identificar los potenciales mecanismos inmunológicos que subyacen en la asociación epidemiológica entre la exposición a humo de leña y el desarrollo de tuberculosis pulmonar.
Al presentar el proyecto, que se aplica en comunidades de Zacatlán, en la Sierra Norte de Puebla, Irma Rosas, especialista en aerobiología del CCA, mencionó que las partículas biológicas nunca están solas, siempre van acompañadas de emisiones de combustibles de diferentes orígenes.
En la combustión de la leña está involucrado el polímero denominado lignina, pero ese proceso (combustión) es incompleto, lo que produce el desprendimiento de metales pesados y de compuestos del carbono, entre ellos, hidrocarburos, señaló.
Por lo regular, en la zona rural de Zacatlán utilizan el fogón para hacer las tortillas, pero también cuentan con otros sistemas para cocinar, como estufas de gas y con chimenea; en ocasiones emplean, a la par, los tres sistemas.
Al realizar las mediciones de carbono in situ, el monitor se saturó, “eran tantos los niveles de monóxido de carbono a los que están expuestas estas personas, que después no sabíamos cuál es la fuente más importante que altera su salud, si el monóxido, los hidrocarburos o los biogénicos”.
En tanto, Omar Amador, especialista en química atmosférica, también del CCA, explicó que uno de los propósitos del estudio es determinar los efectos, tanto de morbilidad como de mortalidad, con base en su tamaño y composición.
Entre más pequeñas son las partículas, llegan a regiones más profundas en el pulmón, pero son muchas las investigaciones que se han hecho en ciudades y pocos en zonas rurales, de ahí el interés de participar en este proyecto, comentó.
En este contexto, acotó, se analiza la fracción orgánica que constituye a las partículas, por debajo 2.5 micrómetros, que son las que impactan en la salud. “Sin embargo, también hacemos la caracterización cualitativa de la componente orgánica adherida a las partículas emitidas de la quema de biomasa”.
Se realizaron tres muestreos. “En laboratorio tenemos un método analítico validado que asegura la calidad de las mediciones, lo interesante de este proyecto es que empató con un desarrollo tecnológico que está en proceso de patente, eficiente y rápido”.
Boletín UNAM-DGCS-018
Ciudad Universitaria.
La exposición a ellas es causa directa de afecciones en el tracto respiratorio, asociadas a EPOC, asma y cáncer.

La exposición a ellas es causa directa de afecciones en el tracto respiratorio, asociadas a EPOC, asma y cáncer.

9 de Enero del 2013

Se estima que las mujeres que utilizan leña para cocinar o calentar sus hogares inhalan aproximadamente 25 millones de litros de aire contaminado a lo largo de su vida.

En México, el uso de leña como un biocombustible para cocinar y calentar la vivienda es aproximadamente de 48 por ciento en áreas urbanas, y casi 70 por ciento en rurales, apuntó Stephanie Aldrighetti Báez, estudiante del posgrado en Ciencias Biológicas de la UNAM.

Los datos son resultado del proyecto “Caracterización orgánica de las aeropartículas emitidas en las cocinas rurales y su efecto potencial en la salud”, que desarrollan especialistas del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de esta casa de estudios, en colaboración con sus pares del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) y estudiantes de la Universidad Interserrana de Puebla.

Cada año, en el mundo se registran entre 1.5 millones y dos millones de muertes asociadas con la exposición a diversos biocombustibles. La contaminación intramuros por humo de estos últimos es uno de los 10 factores de riesgo más importantes para daños a la salud, en especial en países en desarrollo. En nuestro territorio “esta exposición crónica a partículas contaminantes es causa directa de problemas en el tracto respiratorio, tales como la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), el asma y el cáncer”, comentó Aldrighetti Báez.

La universitaria, quien desarrolla su tesis de maestría bajo la asesoría de Isabel Sada-Ovalle, del Laboratorio de Inmunología Integrativa del INER, indicó que se estima que 59 por ciento de los casos de tuberculosis pulmonar en áreas rurales, y 25 por ciento en urbanas, están asociados a la exposición del humo generado por la biomasa.

La quema de combustibles intramuros produce altos niveles de material particulado con diámetro de 10 micrómetros en un rango de 300 a tres mil microgramos por metro cúbico, y en el caso de partículas inferiores a 2.5 micrómetros, el nivel es de 256 microgramos por cada metro cúbico durante 24 horas.

“Algunos de los componentes básicos de estas partículas, asociadas a la mutagenicidad, son los hidrocarburos aromáticos policíclicos, resultado de una combustión incompleta asociada mayoritariamente con actividades antropogénicas y, en menor medida, a incendios forestales”.

Interesada en el área de la salud, y con su participación en este proyecto, la futura maestra en ciencias busca identificar los potenciales mecanismos inmunológicos que subyacen en la asociación epidemiológica entre la exposición a humo de leña y el desarrollo de tuberculosis pulmonar.

Al presentar el proyecto, que se aplica en comunidades de Zacatlán, en la Sierra Norte de Puebla, Irma Rosas, especialista en aerobiología del CCA, mencionó que las partículas biológicas nunca están solas, siempre van acompañadas de emisiones de combustibles de diferentes orígenes.

En la combustión de la leña está involucrado el polímero denominado lignina, pero ese proceso (combustión) es incompleto, lo que produce el desprendimiento de metales pesados y de compuestos del carbono, entre ellos, hidrocarburos, señaló.

Por lo regular, en la zona rural de Zacatlán utilizan el fogón para hacer las tortillas, pero también cuentan con otros sistemas para cocinar, como estufas de gas y con chimenea; en ocasiones emplean, a la par, los tres sistemas.

Al realizar las mediciones de carbono in situ, el monitor se saturó, “eran tantos los niveles de monóxido de carbono a los que están expuestas estas personas, que después no sabíamos cuál es la fuente más importante que altera su salud, si el monóxido, los hidrocarburos o los biogénicos”.

En tanto, Omar Amador, especialista en química atmosférica, también del CCA, explicó que uno de los propósitos del estudio es determinar los efectos, tanto de morbilidad como de mortalidad, con base en su tamaño y composición.

Entre más pequeñas son las partículas, llegan a regiones más profundas en el pulmón, pero son muchas las investigaciones que se han hecho en ciudades y pocos en zonas rurales, de ahí el interés de participar en este proyecto, comentó.

En este contexto, acotó, se analiza la fracción orgánica que constituye a las partículas, por debajo 2.5 micrómetros, que son las que impactan en la salud. “Sin embargo, también hacemos la caracterización cualitativa de la componente orgánica adherida a las partículas emitidas de la quema de biomasa”.

Se realizaron tres muestreos. “En laboratorio tenemos un método analítico validado que asegura la calidad de las mediciones, lo interesante de este proyecto es que empató con un desarrollo tecnológico que está en proceso de patente, eficiente y rápido”.

Boletín UNAM-DGCS-018

Ciudad Universitaria.