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Restaurantes podrán producir biogás con sus residuos.

 
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9 de Noviembre del 2012
Según investigaciones de la UN en Palmira, hay un gran potencial para producir biogás a partir de los residuos de frutas y verduras en restaurantes de este municipio.
El biogás es un subproducto que se genera cuando algunos microrganismos degradan materia orgánica en ausencia de oxígeno, dentro de un proceso conocido como digestión anaerobia (DA).
La digestión anaerobia, básicamente, es un proceso simple llevado a cabo en varias etapas de transformación, donde intervienen diferentes grupos de microrganismos, capaces de usar casi cualquier material orgánico como sustrato; tal y como ocurre en los sistemas digestivos, los pantanos, la basura depositada, los tanques sépticos y la tundra del Ártico.
Según la profesora Luz Stella Cadavid de la Universidad Nacional de Colombia en Palmira, “los residuos sólidos orgánicos representan un riesgo para el ambiente y la salud pública; cuando no se manejan y se disponen adecuadamente, muchos de estos terminan contaminando cuerpos de agua y produciendo gases de efecto invernadero”.
En Colombia, el problema de contaminación es aún más grave, dado el alto porcentaje de material orgánico que hace parte del total de los residuos sólidos municipales, que en promedio es de un 67%.
Sin embargo, para la profesora Cadavid, una alternativa de disposición ambientalmente segura es la digestión anaerobia, que a su vez ofrece la posibilidad de recuperar recursos como biogás, nutrientes y otros compuestos que pueden ser aprovechables.
Es por ello que la investigadora, trabajando en conjunto con el estudiante William Mosos de la Maestría en Ingeniería Ambiental, y la profesora Ana Cecilia Agudelo de la UN en Palmira, emprendieron un proyecto para determinar el potencial de producción de biogás de dichos residuos, para lo cual se utilizó una técnica estándar denominada Potencial Bioquímico de Metano.
La concentración de los residuos de frutas y verduras evaluada fue de 2g SV/L (sólidos volátiles por litro), y el inóculo utilizado fue un lodo anaerobio previamente aclimatado. La prueba se realizó por triplicado a 37ºC y el seguimiento se realizó durante 60 días.
Según la profesora Cadavid, el potencial de biogás promedio de los residuos de frutas y verduras bajo condiciones controladas fue de 596 ml Biogás/g SV, lo que es equivalente a un potencial energético de 4,06 kW-h por kg de sólidos volátiles digeridos.
“En términos económicos esto significa que la digestión anaerobia de cada kg de sólidos volátiles de este residuo podría generar $1.307. Para llevar a cabo esta propuesta a escala real se plantea continuar con la investigación utilizando reactores continuos a escala banco y piloto”, concluye la investigadora.

Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.htm

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Hay un gran potencial para producir biogás a partir de los residuos de frutas y verduras en restaurantes del municipio de Palmira.

Hay un gran potencial para producir biogás a partir de los residuos de frutas y verduras en restaurantes del municipio de Palmira.

9 de Noviembre del 2012

Según investigaciones de la UN en Palmira, hay un gran potencial para producir biogás a partir de los residuos de frutas y verduras en restaurantes de este municipio.

El biogás es un subproducto que se genera cuando algunos microrganismos degradan materia orgánica en ausencia de oxígeno, dentro de un proceso conocido como digestión anaerobia (DA).

La digestión anaerobia, básicamente, es un proceso simple llevado a cabo en varias etapas de transformación, donde intervienen diferentes grupos de microrganismos, capaces de usar casi cualquier material orgánico como sustrato; tal y como ocurre en los sistemas digestivos, los pantanos, la basura depositada, los tanques sépticos y la tundra del Ártico.

Según la profesora Luz Stella Cadavid de la Universidad Nacional de Colombia en Palmira, “los residuos sólidos orgánicos representan un riesgo para el ambiente y la salud pública; cuando no se manejan y se disponen adecuadamente, muchos de estos terminan contaminando cuerpos de agua y produciendo gases de efecto invernadero”.

En Colombia, el problema de contaminación es aún más grave, dado el alto porcentaje de material orgánico que hace parte del total de los residuos sólidos municipales, que en promedio es de un 67%.

Sin embargo, para la profesora Cadavid, una alternativa de disposición ambientalmente segura es la digestión anaerobia, que a su vez ofrece la posibilidad de recuperar recursos como biogás, nutrientes y otros compuestos que pueden ser aprovechables.

Es por ello que la investigadora, trabajando en conjunto con el estudiante William Mosos de la Maestría en Ingeniería Ambiental, y la profesora Ana Cecilia Agudelo de la UN en Palmira, emprendieron un proyecto para determinar el potencial de producción de biogás de dichos residuos, para lo cual se utilizó una técnica estándar denominada Potencial Bioquímico de Metano.

La concentración de los residuos de frutas y verduras evaluada fue de 2g SV/L (sólidos volátiles por litro), y el inóculo utilizado fue un lodo anaerobio previamente aclimatado. La prueba se realizó por triplicado a 37ºC y el seguimiento se realizó durante 60 días.

Según la profesora Cadavid, el potencial de biogás promedio de los residuos de frutas y verduras bajo condiciones controladas fue de 596 ml Biogás/g SV, lo que es equivalente a un potencial energético de 4,06 kW-h por kg de sólidos volátiles digeridos.

“En términos económicos esto significa que la digestión anaerobia de cada kg de sólidos volátiles de este residuo podría generar $1.307. Para llevar a cabo esta propuesta a escala real se plantea continuar con la investigación utilizando reactores continuos a escala banco y piloto”, concluye la investigadora.

Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

Construyen la FES Cuautitlán y FA, prototipo de biodigestor

 
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El biodigestor es un depósito dispuesto en el suelo, que se cubre con un material flexible, con capacidad para contener gases, y se alimenta con una mezcla de estiércol y agua.
El biodigestor es un depósito dispuesto en el suelo, que se cubre con un material flexible, con capacidad para contener gases, y se alimenta con una mezcla de estiércol y agua.

4 de mayo de 2010

• Esta tecnología aprovecha las excretas de animales para producir biogás, resuelve problemas como la disposición final de desechos, malos olores y fauna nociva, entre otros
• Genera energía a bajo costo, es accesible y fácil de transportar, y contribuye a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero
• Se construirá en el rancho de la FES, y se establecerá un programa de divulgación y capacitación para productores de zonas aledañas, destinado a la cimentación de otros sistemas para uso doméstico

Uno de los propósitos de la producción de biogás a partir del estiércol es contribuir a la reducción de gases de efecto invernadero, pero también es una alternativa para obtener energía complementaria para las granjas pecuarias, al tiempo que resuelve problemas como la disposición final de desechos, malos olores, fauna nociva, transmisión de enfermedades y contaminación de mantos freáticos.

Por ello, y ante el interés mostrado por académicos y estudiantes de la licenciatura de Medicina Veterinaria y Zootecnia para buscar alternativas de trabajo que permitan mejorar las condiciones ambientales, en el Centro de Enseñanza Agropecuaria (CEA) de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán, se construye un prototipo de biodigestor, en la zona del rancho.

Los responsables del proyecto son Patricia Mora Medina, jefa del CEA, y Guillermo Vanegas García, académico de la Facultad de Arquitectura (FA) y especialista en la construcción de esos sistemas para el aprovechamiento del gas metano (producido por la materia fecal de diversas especies animales) en la producción de energía.

El biodigestor es un depósito dispuesto en el suelo, que se cubre con un material flexible –en este caso plástico–, con capacidad para contener gases; se le coloca un alimentador, es decir, un tubo para la salida del gas y una válvula de seguridad para evitar fugas. Esta tecnología se alimenta con una mezcla de estiércol (de cerdo, vaca, gallina e incluso humano) y agua.

Mora Medina comentó que uno de los mayores problemas para los ranchos es el manejo de excretas de animales, que al descomponerse, desprenden gas metano que contribuye al calentamiento global.

Con la construcción del prototipo del biodigestor a pequeña escala en el rancho de la FES, se estará en la posibilidad de disminuir la exposición de desechos y establecer un programa de divulgación y capacitación para productores de zonas aledañas, destinado a la cimentación de otros sistemas para uso doméstico.

Las primeras pruebas se realizarán con la participación de alumnos de ambas entidades universitarias, y en un futuro cercano servirán como modelo para productores del entorno. “Ello nos convertirá en precursores y nos dará la oportunidad de replicarlo en diferentes comunidades rurales”, afirmó.

Por su parte, Vanegas García señaló que la infraestructura donde se montará el biodigestor ya fue construida por estudiantes, como parte de las actividades prácticas que se desarrollan en la FA.

El biodigestor consta de un tubo de admisión de desechos, fosa de separación de sólidos gruesos, tubos de afluente y de metano, así como un dispositivo de seguridad que permite prevenir la ruptura del fermentador por presiones altas del proceso de descomposición anaeróbica de los desechos, explicó.

Uno de materiales flexibles económicos (polietileno), como el que se pretende establecer en la FES, requiere una inversión mínima, considerando los ingresos de los pequeños granjeros. “Será una escuela a la que acudirán los campesinos, a quienes mostraremos la construcción, funcionamiento y beneficios de esta tecnología”, agregó.

Tiene una durabilidad de 20 años, aunque es necesario montar una nueva instalación cada tres y efectuar revisiones periódicas de los conductos y del reservorio para evitar fugas.

Esta tecnología permite generar energía a bajo costo, es accesible y fácil de transportar; además, contribuye a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, y el biogás tiene un poder calorífico equivalente al 70 por ciento del gas natural, concluyó.

Créditos: UNAM. DGCS -273/unam.mx

Combustible eficaz, a partir de basura orgánica

 
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El biogás de la basura es una fuente de energía alterna que actualmente no se aprovecha, pero podría convertirse en un combustible útil y no contaminante, dijo Simón González Martínez..
El biogás de la basura es una fuente de energía alterna que actualmente no se aprovecha, pero podría convertirse en un combustible útil y no contaminante, dijo Simón González Martínez..

• La UNAM estudia procesos bioquímicos de ese tipo de residuos para obtener biogás

• Los organismos microscópicos que transforman los desechos en ese gas, sólo se alimentan de sustancias disueltas en agua o en un medio húmedo, señaló Simón González Martínez, del II de la UNAM

Especialistas de la UNAM realizan estudios para simplificar procesos bioquímicos de basura orgánica para obtener biogás. Se investiga cómo mejorar la capacidad de hidrólisis de esos residuos para que los microorganismos los aprovechen mejor y generen el combustible, explicó Simón González Martínez, del Instituto de Ingeniería (II).

Estamos en la fase inicial del proyecto, y aunque la creación de este gas por medios bioquímicos no es una propuesta novedosa a nivel internacional, sí lo es a nivel nacional. En Europa, dijo, existen plantas que tratan la fracción orgánica de los desechos sólidos para su producción, económicamente viable.

El biogás, agregó, es fácil de comercializar porque su transportación es similar a la del gas natural que se utiliza en la Ciudad de México.

El investigador de Ingeniería Ambiental de esa entidad sostuvo que el objetivo es conocer los detalles de la tecnología que se utiliza para obtener ese recurso. “En esta primera etapa, estudiamos el potencial de la basura orgánica para convertirse en alimento de los microorganismos”.
Sabemos que los organismos microscópicos que transforman los residuos en biogás únicamente se alimentan de sustancias disueltas en agua o en un medio húmedo, y muy poco de lo sólido se aprovecha, agregó.

El paso siguiente es exprimir la basura y “sacarle el jugo” para saber la cantidad de material disuelto y qué se puede diluir para ofrecerlo a los microorganismos, reiteró.

La primera parte de los procesos bioquímicos o microbiológicos es la hidrólisis de las grandes moléculas; se trata de la fase compleja, porque es donde esos organismos tienen problemas para metabolizar algunas sustancias. “Pretendemos observar el desarrollo y contribuir a mejorar la capacidad de hidrólisis”, comentó.

Para ello, expuso, se realiza una serie de muestreos en las 13 estaciones de transferencia del Distrito Federal, donde se concentra la basura de las distintas colonias y se transporta hacia el relleno sanitario.

Estudiantes e investigadores se dieron a la tarea de hacer procesos de “cuarteo” y clasificación de los desechos para conocer la fracción orgánica y la cantidad aprovechable en cada delegación y, en general, en la capital.

Tomamos entre 100 y 200 kilogramos, que fueron congelados para su análisis y procesamiento, indicó. Esta muestra será tratada de diferentes formas –con químicos, calor o enzimas comerciales– para hacerla más accesible como alimento de los microorganismos.

Para concluir, resaltó que el biogás de la basura es una fuente de energía alterna que actualmente no se aprovecha, pero podría convertirse en un combustible útil y no contaminante.

Créditos: Boletín UNAM-DGCS-193 – dgcs.unam.mx