Tag Archives: bienestar

Organizaciones populares deben ser escuchadas en diálogos de paz

 
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mani

29 de mayo de 2015

Manizales, may. 29 de 2015 – Agencia de Noticias UN- Para construir la paz en Colombia hay que oír todas las voces, no solo las que son transmitidas por los medios masivos de comunicación.

Ese fue el mensaje que Leopoldo Múnera Ruiz, profesor asociado del Departamento de Ciencia Política de la Universidad Nacional Sede Bogotá, les dejó a los asistentes a la última sesión de la Cátedra de la Paz, llevada a cabo en el campus La Nubia, de la Sede Manizales.

En su conferencia, el académico planteó la relación entre negociación de paz y las agendas sociales en Colombia, a partir de una experiencia de trabajo con más de 300 organizaciones mediante el proyecto Planeta Paz, que tiene 15 años de existencia. Continue reading Organizaciones populares deben ser escuchadas en diálogos de paz

Crea la UNAM espacio académico para el estudio del bienestar y la satisfacción social.

 
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5 de noviembre de 2013

 Estudio para del bienestar y la satisfacción social.
Estudio para del bienestar y la satisfacción social.

• El Saviso constituye el undécimo seminario universitario de esta casa de estudios, que busca analizar y generar conocimiento en torno a temas de coyuntura

Con la creación del Seminario Satisfacción Subjetiva sobre la Vida y la Sociedad (Saviso), la UNAM se pone una vez más a la vanguardia en la generación de conocimiento, pues este espacio busca construir una nueva idea de bienestar integral que considere variables que vayan de lo emotivo a la salud, la sociabilidad, cohesión social y servicios.

El foro fue creado a través de un acuerdo emitido por el rector de la Universidad Nacional, José Narro Robles. Dependerá de la Secretaría de Desarrollo Institucional y, a partir de hoy, sesionará formalmente en las instalaciones del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de esta casa de estudios.

En la ceremonia de instalación, se informó que el coordinador será René Millán Valenzuela, quien señaló que en lo referente a bienestar por lo regular se busca investigar si una persona cuenta con determinados satisfactores, pero en este caso se quiso agregar la palabra subjetivo, término que circula con éxito a nivel internacional, al grado que distintos organismos y países ya lo miden y buscan construir políticas públicas a partir de este concepto.

Aunque México ha entrado tarde a la discusión, estamos en un momento en que el tema ha adquirido legitimidad y tiene presencia en las comunidades internacionales. Ahora, lo urgente es determinar cómo se traduce este conocimiento en políticas públicas, consideró el también integrante de la Junta de Gobierno de la UNAM.

Surge porque a pesar de la enorme inversión para que la gente tenga bienestar, no se equiparaba con la satisfacción que mostraba con su propia vida ni con su comunidad de pertenencia, señaló.

Entonces, indicó, es un tema que preocupa en términos académicos, de gobierno y estabilidad, y que nos mueve a buscar qué hacer. Además, nos hace pensar que la idea de progreso y desempeño es medida en indicadores como producto interno bruto, distribución del ingreso e ingreso per cápita, y nos pone en la discusión de cómo conceptualizar este problema y considerar los efectos secundarios.

Por ejemplo, apuntó, el crecimiento del tránsito puede tener una consecuencia importante en términos del desarrollo económico porque la gente gasta más en el traslado y eso incrementa sustantivamente el consumo de gasolina, lo cual permite dinamizar ciertas áreas de la actividad económica.

Sin embargo, ello tiene efectos secundarios, como el mal uso del tiempo o la generación de contaminación, que repercuten negativamente en el bienestar subjetivo, acotó.

Necesitamos construir otro parámetro de progreso de una manera más equilibrada y una idea de bienestar integral y compleja que no niegue, pero que sí incorpore otros rangos y visiones, recalcó.

En su oportunidad, Manuel Perló Cohen, director del IIS, destacó que este seminario es el undécimo creado por la Rectoría de esta casa de estudios, de los cuales la dependencia a su cargo ahora alberga tres: el Saviso y los de Educación Superior y el Universitario Interdisciplinario sobre Envejecimiento y Vejez.

Es un reto y una responsabilidad porque debemos garantizar espacios para su buen funcionamiento que brinden a nuestra comunidad y las de otras instituciones afines la oportunidad de enriquecerse de las iniciativas, actividades y la producción de conocimiento que en ellos se genera, subrayó.

Por su parte, Francisco José Trigo Tavera, secretario de Desarrollo Institucional de la UNAM, aseguró que para la instancia a su cargo es primordial apoyar los seminarios universitarios para realizar sus actividades con éxito.

Créditos: UNAM-DGCS-659

Solo el 2,7% de la población con discapacidad va a la universidad.

 
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13 de Noviembre del 2012
Así lo revelan las más recientes cifras del DANE. Diferentes instituciones reflexionan sobre la necesidad de diseñar alternativas para hacer efectiva la inclusión educativa y social de estas personas.
“El principal reto que tiene nuestra sociedad es cambiar la mentalidad respecto a esta población, porque existe la creencia de que no tienen las capacidades para estudiar. Y eso no es verdad. Es necesario que, desde el núcleo familiar, se apoyen sus metas y sueños y que, en las instituciones, aprovechemos las herramientas tecnológicas para promover espacios más incluyentes”, señaló Mauricio Oliveros, jefe del Área de Acompañamiento Integral de Bienestar Universitario.
En este sentido, Camilo Andrés Restrepo, coordinador del Aula Conectando Sentidos de la alianza Comfenalco Antioquia, Surcoe y el Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicación, resaltó el valor de la familia y la vinculación de la academia como eje integrador de la inclusión de este grupo poblacional.
Según cifras reveladas por el DANE, el 48% de esta comunidad accede a la educación básica primaria, el 17%, a la secundaria y solo el 2,7%, a la superior.
“En teoría todo el sistema de educación superior debe ser incluyente, la norma lo exige. Pero, en la realidad, faltan muchas transformaciones: desde los espacios físicos, los exámenes de ingreso, las pedagogías de enseñanza y las oportunidades para acceder a las herramientas tecnológicas”, dijo.
Por eso, a fin de aportar iniciativas para disminuir esta brecha, la UN adelanta diferentes estrategias para facilitar el acceso y permanencia en la Institución de las personas en situación de discapacidad.
“Desde el mismo momento del ingreso se le facilita al aspirante el proceso de inscripción. Mediante una opción especial en la página web, se le ofrece un acompañamiento durante el examen y asesoría si es admitido”, explicó Mauricio Oliveros.
Asimismo, el Área de Acompañamiento Integral avanza en el desarrollo de campañas de sensibilización para transformar la manera de pensar de los miembros de la comunidad universitaria respecto a la inclusión educativa.
“Tenemos un proyecto del Observatorio de Discapacidad a nivel nacional. En este nos vamos a unir docentes, funcionarios y voluntarios, para desarrollar investigaciones y hacer de la Universidad un espacio más incluyente”, puntualizó.
En la UN adelantan sus estudios 98 personas con discapacidad, 18 de los cuales están en la sede Medellín. Las limitaciones más comunes entre la comunidad universitaria, según Oliveros, son de tipo visual, auditivo y motriz.
Precisamente, Diego Mauricio Echeverri, arquitecto de la UN en Medellín, es un ejemplo por seguir para quienes padecen alguna limitación, pues perder sus dos piernas no fue impedimento para empezar a escribir una nueva historia en su vida, superar los obstáculos, tener una profesión y ser hoy una gran promesa de la arquitectura incluyente en la ciudad.
Estas reflexiones se dieron durante el simposio Discapacidad y Familia, liderado por la Red Accesible. De esta hacen parte diferentes instituciones, entre ellas la UN en Medellín, la cual, además, se sumó con la participación de estudiantes voluntarios que apoyaron labores de logística.
Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html
En Colombia, solo el 2,7% de la población con discapacidad accede a la educación superior.

En Colombia, solo el 2,7% de la población con discapacidad accede a la educación superior.

13 de Noviembre del 2012

Así lo revelan las más recientes cifras del DANE. Diferentes instituciones reflexionan sobre la necesidad de diseñar alternativas para hacer efectiva la inclusión educativa y social de estas personas.

“El principal reto que tiene nuestra sociedad es cambiar la mentalidad respecto a esta población, porque existe la creencia de que no tienen las capacidades para estudiar. Y eso no es verdad. Es necesario que, desde el núcleo familiar, se apoyen sus metas y sueños y que, en las instituciones, aprovechemos las herramientas tecnológicas para promover espacios más incluyentes”, señaló Mauricio Oliveros, jefe del Área de Acompañamiento Integral de Bienestar Universitario.

En este sentido, Camilo Andrés Restrepo, coordinador del Aula Conectando Sentidos de la alianza Comfenalco Antioquia, Surcoe y el Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicación, resaltó el valor de la familia y la vinculación de la academia como eje integrador de la inclusión de este grupo poblacional.

Según cifras reveladas por el DANE, el 48% de esta comunidad accede a la educación básica primaria, el 17%, a la secundaria y solo el 2,7%, a la superior.

“En teoría todo el sistema de educación superior debe ser incluyente, la norma lo exige. Pero, en la realidad, faltan muchas transformaciones: desde los espacios físicos, los exámenes de ingreso, las pedagogías de enseñanza y las oportunidades para acceder a las herramientas tecnológicas”, dijo.

Por eso, a fin de aportar iniciativas para disminuir esta brecha, la UN adelanta diferentes estrategias para facilitar el acceso y permanencia en la Institución de las personas en situación de discapacidad.

“Desde el mismo momento del ingreso se le facilita al aspirante el proceso de inscripción. Mediante una opción especial en la página web, se le ofrece un acompañamiento durante el examen y asesoría si es admitido”, explicó Mauricio Oliveros.

Asimismo, el Área de Acompañamiento Integral avanza en el desarrollo de campañas de sensibilización para transformar la manera de pensar de los miembros de la comunidad universitaria respecto a la inclusión educativa.

“Tenemos un proyecto del Observatorio de Discapacidad a nivel nacional. En este nos vamos a unir docentes, funcionarios y voluntarios, para desarrollar investigaciones y hacer de la Universidad un espacio más incluyente”, puntualizó.

En la UN adelantan sus estudios 98 personas con discapacidad, 18 de los cuales están en la sede Medellín. Las limitaciones más comunes entre la comunidad universitaria, según Oliveros, son de tipo visual, auditivo y motriz.

Precisamente, Diego Mauricio Echeverri, arquitecto de la UN en Medellín, es un ejemplo por seguir para quienes padecen alguna limitación, pues perder sus dos piernas no fue impedimento para empezar a escribir una nueva historia en su vida, superar los obstáculos, tener una profesión y ser hoy una gran promesa de la arquitectura incluyente en la ciudad.

Estas reflexiones se dieron durante el simposio Discapacidad y Familia, liderado por la Red Accesible. De esta hacen parte diferentes instituciones, entre ellas la UN en Medellín, la cual, además, se sumó con la participación de estudiantes voluntarios que apoyaron labores de logística.

Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

Necesario, replantear programas de combate a la pobreza ante el fracaso de estrategias aplicadas.

 
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En 2010, 52 millones de mexicanos (46 de cada 100) vivían en condiciones de precariedad; la proporción aumentó con relación a 2008, año en que se registraron 48.8 millones de pobres (44.5 por ciento de la población).

En 2010, 52 millones de mexicanos vivían en condiciones de precariedad; la proporción aumentó con relación a 2008, año en que se registraron 48.8 millones de pobres.

16 de Octubre del 2012
Ante el incremento de personas con carencias en México, los programas de combate a la pobreza aplicados en los últimos tres lustros, centrados en transferencias monetarias, han fracasado en su objetivo, porque no inciden en la transformación de la estructura económica que genera la precariedad, planteó Verónica Villarespe Reyes, directora del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM.
En ocasión del Día Internacional de la Erradicación de la Pobreza, que se conmemora este 17 de octubre, informó que, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) en 2010, 52 millones de mexicanos vivían en condiciones de pobreza, es decir, 46 de cada 100 habitantes.
La proporción aumentó con relación a 2008, año en que se registraron 48.8 millones de pobres (44.5 por ciento de la población). La medición, según mandata la Ley General de Desarrollo Social, se efectúa cada dos años; la próxima se hará este 2012.
Este año, refirió, el esquema estatal aplicado para abatirla cubre 5.8 millones de hogares, aunque se señala que la cobertura aumentó a 6.2 millones de hogares. En 2006, los recursos distribuidos ascendían a 28 mil millones de pesos, actualmente, suman 59 mil millones.
Pobreza en México
Villarespe Reyes señaló que los pobres extremos por ingreso aumentaron de 16.7 por ciento, en 2008, a 19.4 por ciento en 2010. Otros datos, también proporcionados por el Coneval, indican que la cifra se mantuvo estable en 11.7 millones de personas, el 10.4 por ciento de los habitantes en 2010. Esta clasificación se aplica a quienes se encuentran debajo de la línea de bienestar mínimo y no pueden adquirir ni una canasta alimentaria.
También, en 2008, los moderados, es decir, aquellos debajo de la línea de bienestar económico y que por ello no pueden adquirir en su totalidad la canasta de bienes y servicios básicos más la alimentaria, ascendieron a 37 millones (34.8 por ciento de la población). Dos años después, aumentaron a 40.3 millones (35.8 por ciento de los mexicanos).
Además, la desigualdad persiste. Para 2010, quienes se encuentran en el 10 por ciento más rico, tienen, en promedio, un ingreso 25.2 veces que el del 10 por ciento de los más menesterosos, situación similar a la de 2006, equivalente a 25.7. Ello muestra que el avance al cerrar la brecha de la desigualdad ha sido mínimo.
Los programas gubernamentales para enfrentar esta situación no han sido exitosos al no incidir en la transformación de la estructura económica, porque sólo otorgan ayudas monetarias como inversión en capital humano. Concretar esta modificación supondría romper el círculo vicioso, es decir, la transmisión intergeneracional de la pobreza, y convertirlo en uno virtuoso.
Para este semestre de 2012, los montos máximos mensuales que otorga para familias con becarios en primaria y secundaria alcanzan mil 710 pesos, y para familias que además tienen becarios en educación media superior, dos mil 765 pesos.
Estos recursos incluyen, además, 315 pesos por el Programa de Apoyo Alimentario, y 130 pesos por el de Apoyo Alimentario Vivir Mejor. Desde luego, es importante que las familias que nada tienen reciban estas asignaciones, pero ello no resolverá su condición.
Cifras del bienestar
La titular del IIEc explicó que la línea de bienestar mínimo alude a la capacidad de las familias de adquirir una canasta alimentaria, con un costo para el medio rural de 800 pesos, y para el urbano de mil 125, por integrante, en agosto de este año.
Asimismo, la línea de bienestar económico suma el poder de compra de comestibles y acceso a los satisfactores que componen la canasta básica no alimentaria, como vivienda, transporte, educación, cultura, recreación y cuidados de la salud, entre otros. En el mes referido, el costo de la urbana ascendió a dos mil 328 pesos; el de la rural, a mil 489 pesos. Aunado a lo anterior, están las carencias sociales que Coneval ha definido.
Según la directora del IIEc, es más que urgente repensar en cómo derrotar la pobreza, con un cambio en el modelo de desarrollo, y en la voluntad política que involucra.
Boletín UNAM-DGCS-635
Ciudad Universitaria.

16 de Octubre del 2012

Ante el incremento de personas con carencias en México, los programas de combate a la pobreza aplicados en los últimos tres lustros, centrados en transferencias monetarias, han fracasado en su objetivo, porque no inciden en la transformación de la estructura económica que genera la precariedad, planteó Verónica Villarespe Reyes, directora del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM.

En ocasión del Día Internacional de la Erradicación de la Pobreza, que se conmemora este 17 de octubre, informó que, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) en 2010, 52 millones de mexicanos vivían en condiciones de pobreza, es decir, 46 de cada 100 habitantes.

La proporción aumentó con relación a 2008, año en que se registraron 48.8 millones de pobres (44.5 por ciento de la población). La medición, según mandata la Ley General de Desarrollo Social, se efectúa cada dos años; la próxima se hará este 2012.

Este año, refirió, el esquema estatal aplicado para abatirla cubre 5.8 millones de hogares, aunque se señala que la cobertura aumentó a 6.2 millones de hogares. En 2006, los recursos distribuidos ascendían a 28 mil millones de pesos, actualmente, suman 59 mil millones.


Pobreza en México

Villarespe Reyes señaló que los pobres extremos por ingreso aumentaron de 16.7 por ciento, en 2008, a 19.4 por ciento en 2010. Otros datos, también proporcionados por el Coneval, indican que la cifra se mantuvo estable en 11.7 millones de personas, el 10.4 por ciento de los habitantes en 2010. Esta clasificación se aplica a quienes se encuentran debajo de la línea de bienestar mínimo y no pueden adquirir ni una canasta alimentaria.

También, en 2008, los moderados, es decir, aquellos debajo de la línea de bienestar económico y que por ello no pueden adquirir en su totalidad la canasta de bienes y servicios básicos más la alimentaria, ascendieron a 37 millones (34.8 por ciento de la población). Dos años después, aumentaron a 40.3 millones (35.8 por ciento de los mexicanos).

Además, la desigualdad persiste. Para 2010, quienes se encuentran en el 10 por ciento más rico, tienen, en promedio, un ingreso 25.2 veces que el del 10 por ciento de los más menesterosos, situación similar a la de 2006, equivalente a 25.7. Ello muestra que el avance al cerrar la brecha de la desigualdad ha sido mínimo.

Los programas gubernamentales para enfrentar esta situación no han sido exitosos al no incidir en la transformación de la estructura económica, porque sólo otorgan ayudas monetarias como inversión en capital humano. Concretar esta modificación supondría romper el círculo vicioso, es decir, la transmisión intergeneracional de la pobreza, y convertirlo en uno virtuoso.

Para este semestre de 2012, los montos máximos mensuales que otorga para familias con becarios en primaria y secundaria alcanzan mil 710 pesos, y para familias que además tienen becarios en educación media superior, dos mil 765 pesos.

Estos recursos incluyen, además, 315 pesos por el Programa de Apoyo Alimentario, y 130 pesos por el de Apoyo Alimentario Vivir Mejor. Desde luego, es importante que las familias que nada tienen reciban estas asignaciones, pero ello no resolverá su condición.


Cifras del bienestar

La titular del IIEc explicó que la línea de bienestar mínimo alude a la capacidad de las familias de adquirir una canasta alimentaria, con un costo para el medio rural de 800 pesos, y para el urbano de mil 125, por integrante, en agosto de este año.

Asimismo, la línea de bienestar económico suma el poder de compra de comestibles y acceso a los satisfactores que componen la canasta básica no alimentaria, como vivienda, transporte, educación, cultura, recreación y cuidados de la salud, entre otros. En el mes referido, el costo de la urbana ascendió a dos mil 328 pesos; el de la rural, a mil 489 pesos. Aunado a lo anterior, están las carencias sociales que Coneval ha definido.

Según la directora del IIEc, es más que urgente repensar en cómo derrotar la pobreza, con un cambio en el modelo de desarrollo, y en la voluntad política que involucra.

Boletín UNAM-DGCS-635

Ciudad Universitaria.

En la UNAM, modelo de envejecimiento activo para el desarrollo gerontológico integral

 
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Para 2030, el 17 por ciento de los mexicanos, aproximadamente uno de cada seis, será mayor de 60 años
Para 2030, el 17 por ciento de los mexicanos, aproximadamente uno de cada seis, será mayor de 60 años

21 de Agosto de 2012

En México, como en el resto del mundo, se registra un envejecimiento poblacional; sin embargo, éste no es un problema, sino un logro social, derivado de la política de salud impulsada por la Organización Mundial de Salud en la década de los años 80, denominada “Salud para todos en el año 2000”, afirmó Víctor Manuel Mendoza Núñez, director de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza de la UNAM.

Al respecto, resaltó que el impacto del desarrollo tecnológico en el área de la salud ha hecho posible el incremento en la esperanza de vida de los seres humanos. Desde el punto de vista de esta ciencia, un adulto mayor, aún si presenta una enfermedad crónica (no terminal) controlada y funcional, se le considera un individuo sano.

Hoy, prosiguió, unos 10 millones de mexicanos son adultos mayores (nueve por ciento de la población), y en 2030 uno de cada seis (17 por ciento) tendrá más de 60 años, lo que constituye el desafío de brindarles un desarrollo integral.

Modelo de Envejecimiento Activo

En esa entidad multidisciplinaria se estableció un Modelo de Envejecimiento Activo (en 1998 en comunidades de Hidalgo, y Guanajuato, en 2003), a través de la Unidad de Investigación en Gerontología (UIG); su propósito es contribuir a mantener, prolongar y recuperar la funcionalidad física, mental y social de ese segmento, de tal manera que les permita lograr el máximo de salud, bienestar y calidad de vida.

En esa unidad los apoyos materiales no se consideran la única prioridad de los adultos mayores, ni se les visualiza como desvalidos, sino que se fomenta su desarrollo integral.

Debemos reconocer que los adultos mayores representan un capital social y no un problema, y tienen que implementarse algunas acciones para que logren cierta organización; además, no se debe pensar en una participación laboral similar a la de los jóvenes, sino acorde a su condición y experiencia, como actividades de consultoría, asesoría, u organización de pequeñas empresas, entre otras.

Como parte de este proyecto, se ha establecido un modelo de núcleos gerontológicos a nivel comunitario, para que logren un autocuidado, ayuda mutua y autogestión. Esto tendría un gran impacto económico para ellos, su familia y el país mismo.

Es necesario promover entre la sociedad, y la misma población de adultos mayores, una visión de envejecimiento activo comunitario, con la que se pretende recuperar su ciudadanía participativa. Es decir, “los derechos que la Constitución les reconoce, y que en la práctica se les quitan, porque se considera erróneamente que ya no pueden tomar decisiones de manera autónoma”.

Lo que se requiere, apuntó, es que este segmento se apropie de su situación y sea responsable de sí mismo, es decir, que defienda sus derechos ciudadanos y actúen para lograr su calidad de vida.

Asimismo, resaltó la necesidad de cambiar las representaciones que como sociedad tenemos de la vejez. “No me refiero a negarla, porque es inadecuado considerar a todos los ancianos como desvalidos, pero también suponer que con esa etapa no se presentan cambios que repercuten en su vida. Es necesario ser objetivos y construir un futuro para ellos, pero con su participación activa”.

Representan un capital social que se desaprovecha, porque se les considera un grupo necesitado de todo, en especial de apoyos materiales. “Generalmente, se piensa en brindarles ayuda material, pero no oportunidades de desarrollo; ése es el verdadero reto”.

Boletín UNAM-DGCS-511
Ciudad Universitaria.