Palmira, jun. 04 de 2015 – Agencia de Noticias UN- Este espacio, también conocido como playroom, cuenta con objetos terapéuticos diseñados para la interacción entre el terapeuta y el niño autista. El diseñado en la U.N. Sede Palmira ha sido bautizado con el nombre de Luz Verde.
La propuesta de Antonio José Henao, estudiante de Diseño Industrial, está conformada por una estructura central con piso modular y almohadas que pueden disponerse de diversas formas, para generar espacios cambiantes con el objetivo de darle la idea al niño de que se encuentra en un lugar diferente cada vez.
Está elaborado de materiales resistentes, sólidos y no perjudiciales para el usuario. Así, la estructura central está hecha de madera y recubierta con EVA o etilenvinilacetato, un polímero que brinda suavidad y flexibilidad. Continue reading Cuarto de juegos mejora interacción con niños autistas→
Niños con trastornos del espectro autista (TEA) mejoran su condición al consumir alimentos de origen vegetal como cereales.
1° de Agosto de 2012
Una dieta a base de alimentos de origen vegetal podría mejorar la condición, en el largo plazo, de niños que padecen de trastornos del espectro autista (TEA), según lo afirman nutricionistas de la UN.
Quinua, amaranto, trigo, centeno y avena son algunos de los cereales que podrían contribuir a que los niños que sufren de TEA sean menos retraídos y agresivos, así como para el control de su hiperactividad.
“La propuesta es ofrecer a los niños con TEA alimentos de origen vegetal ricos en calcio. Sabemos que la disponibilidad es poca, pero se trata de aprovechar al máximo estos alimentos por el bien de los menores”, asegura Luz Adriana Aguirre, estudiante de Nutrición de la UN.
Niños vulnerables
Los menores que sufren de TEA tienen una flora intestinal diferente a las demás personas y presentan trastornos gastrointestinales con más frecuencia. Por esta razón, las restricciones deben ser supervisadas por especialistas.
Según la estudiante, “si los niños están acompañados por un buen profesional de la salud que los apoye en el manejo de la dieta, van a lograr suplir las proteínas que dejan de consumir y así no presentarán desnutrición ni falta de energía”.
Por otra parte, según las investigaciones, el 95% de los niños responde bien a las dietas y consigue mejorar su comportamiento; sin embargo, algunos presentan problemas intestinales al perder la impermeabilidad del intestino, y como usan antibióticos para su tratamiento, la flora intestinal se ve alterada notablemente.
Un proceso largo
Es posible que la dieta no presente ningún cambio durante los primeros meses, pero las investigaciones son concluyentes al cabo de 12 meses.
Al suplir las principales fuentes de calcio, que son los lácteos, la flora intestinal se afecta y su recuperación es lenta, pero además se pueden ver mejoras en la parte cognitiva y de relación con los demás.
“Estas dietas no funcionan en el corto plazo. Se ha visto que algunos niños a los ocho meses aún no muestran cambios y, por eso, muchas personas las abandonan. Lo importante es seguir, pues en un lapso de 12 a 24 meses, los cambios serán muy alentadores”, afirma Luz Adriana Aguirre.
Finalmente, el impacto en el comportamiento del menor ante un nuevo menú basado en cereales es evidente; sin embargo, los investigadores continúan trabajando en reemplazar los nutrientes que el calcio proporciona y que se suprimen con la dieta.
Ricardo Miledi y Dau, investigador del Instituto de Neurobiología y doctor honoris causa por la UNAM.
13 de marzo de 2011
• Ayudaría a investigar el funcionamiento de ese órgano y de enfermedades como autismo y Alzheimer, dijo Ricardo Miledi, del Instituto de Neurobiología
• Con tejido de congelado se incrementaría el estudio de la comunicación entre neuronas y las rutas que siguen para regenerar el sistema nervioso, añadió el doctor honoris causa por la UNAM
Con acceso a cerebros humanos donados tras la muerte, se podría indagar a nivel experimental la comunicación entre las neuronas y las fallas o modificaciones que ocurren en diversas enfermedades neurológicas.
Por ello, Ricardo Miledi y Dau, investigador del Instituto de Neurobiología (INb) y doctor honoris causa por la UNAM, propuso crear en esta casa de estudios un banco de cerebros, para profundizar en los estudios sobre el funcionamiento de ese órgano.
En la Universidad de California en Irvine, donde también es investigador, Miledi observa los mecanismos básicos que causan el autismo y el Alzheimer. Con tejidos de esos órganos, congelados durante 11 años en un banco en Estados Unidos, el neurobiólogo mexicano ha logrado rehabilitar algunas funciones de receptores cerebrales.
“Quiero que el trabajo que hacemos allá se realice aquí, en la UNAM, pero sería necesario un banco de cerebros”, puntualizó en entrevista.
Por sus destacados trabajos, como el descubrimiento del papel del calcio para producir la liberación de un neurotransmisor y otros descritos en más de 500 artículos, Miledi ha obtenido los premios Príncipe de Asturias 1999 y Nacional de Ciencias y Artes 2005, entre otros.
Para constituir ese banco se requiere fomentar en México una cultura de donación, que debe incluir a médicos y pacientes, y extenderse del cerebro a todos los órganos humanos para múltiples investigaciones. Sirven para otra persona viva que los necesita, y siempre son útiles para generar nuevo conocimiento, consideró.
La idea del egresado de la Facultad de Medicina de esta casa de estudios, es tener ese espacio en el Instituto de Neurobiología -del que es fundador en el campus Juriquilla, Querétaro- para que los estudiantes y los jóvenes investigadores trabajen en él.
“Resucitan” receptores
Interesado en saber cómo se comunican las células nerviosas de cerebros humanos con autismo y Alzheimer, y cómo funcionan los receptores a neurotransmisores en presencia de esas enfermedades, Miledi ha diseñado un método de microtrasplantes, consistente en injertar tejido humano en un ovocito de rana Xenopus laveis (rana sumo de Sudáfrica), su modelo de estudio por varios años.
Del banco se obtiene tejido con esos padecimientos y se hacen membranas que se injertan a un ovocito de rana; las membranas se incorporan y llevan sectores que había en el cerebro humano. “Lo fantástico es que todavía funcionan, aunque la persona estuvo muerta dos o tres horas antes de la congelación. Resucitamos receptores y neurotransmisores que actúan en el cerebro con Alzheimer y autismo”, explicó.
En este proceso, aclaró el universitario, no se utiliza al batracio completo, sólo la célula germinal aislada. “No vamos más allá por cuestiones éticas, pero sería muy importante saber qué les pasa a las ranas. Ahora solamente usamos el ovocito, antes de que siquiera se divida en dos células”, aclaró.
Pese a estar en otro “recipiente vivo”, el receptor cerebral humano continúa su trabajo. “Así vemos cómo se desempeña, porque no sabíamos cómo funcionaban nuestros propios receptores”, concluyó. Créditos: UNAM-DGCS-147-2011/unam.mx
Hace falta infraestructura, financiamiento y difusión para el diagnóstico y tratamiento de niños autistas, señaló Alejandro Molina López.
• Se ha considerado que algunos factores ambientales están desencadenando el incremento, como la intoxicación por mercurio, dijo Alejandro Molina López, de la FM de la UNAM
• México cuenta con un grupo importante de especialistas que atienden a los pacientes, pero hace falta más infraestructura, financiamiento, difusión y sensibilización de la población
Algunos especialistas consideran que en las últimas décadas se ha incrementado, hasta en 32 por ciento, la incidencia de autismo; sin embargo, no se sabe si la cifra aumentó por un número adicional de casos, o porque haya crecido la cantidad de sujetos diagnosticados, señaló Alejandro Molina López, académico de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.
De acuerdo con un estudio norteamericano, se determinó que en 1970 se reportaban seis afectados por cada 100 mil habitantes, y en 2009, hasta 44 por cada 100 mil.
“A nivel mundial, la prevalencia del autismo es de cuatro por cada 10 mil, y es mayor en el sexo masculino, con una proporción de hasta cuatro por uno” puntualizó el especialista.
En la actualidad, no se tienen claras las causas que dan origen a esta enfermedad. Se han formulado hipótesis donde se piensa que algunos factores ambientales desencadenan la incidencia, como la intoxicación por mercurio.
En este sentido, puntualizó, se trata de un padecimiento aún “joven”, porque a diferencia de otras afecciones psiquiátricas, fue descrito en 1943 por algunos especialistas que lo asociaron como parte de los trastornos del desarrollo.
La palabra autismo proviene del griego auto (de autós, “propio o uno mismo”), y se distingue por ser una entidad donde el niño o adulto está “encerrado en sí mismo”, lo que implica dificultad para interrelacionarse con los demás.
Molina López explicó que más que una enfermedad es un conjunto de condiciones, conductas y situaciones neurobiológicas que conllevan a un comportamiento observable, caracterizado por anormalidades en las relaciones sociales, la comunicación y la presencia de conductas repetitivas o estereotipadas.
Al vivir encerrado en sí mismo, el sujeto tiene dificultad para convivir con los demás, pues presenta alteraciones de comunicación, tanto verbal como escrita; Asimismo, no puede desarrollar adecuadamente la comunicación no verbal, como comúnmente lo hacen las personas “normales”, también llamadas “neurotípicas”.
Las conductas estereotipadas consisten en movimientos o vocalizaciones repetitivas, que realizan una y otra vez sin un objetivo aparente; los más frecuentes son el de manos, cara, o la vocalización de ruidos o gruñidos extraños.
Generalmente, indicó, se confunde con retraso mental, pero son diferentes; en este último existe una disparidad o inconsistencia entre la edad real y la edad mental, y el individuo mantiene su capacidad de relacionarse y comunicarse. En cambio, en el autismo se tienen problemas para relacionarse con el medio externo, pudiendo haber o no discapacidad mental.
Afecciones neurobiológicas
El autismo forma parte de los Trastornos Generalizados del Desarrollo, entidades que se presentan cuando ciertas funciones de comunicación y relación se manifiestan en forma anormal. Algunos aspectos que caracterizan a este padecimiento es el incremento de peso en algunas zonas del cerebro, indicó Molina López.
Asimismo, expuso, se presenta un aumento de la sustancia blanca, que contiene a los axones –prolongaciones de neuronas que conducen el impulso nervioso de una célula a otra–, así como una disminución en los cuerpos o somas neuronales, que en conjunto forman lo que se conoce como sustancia gris.
También se ha visto que en el cerebelo existe un número reducido de células de purkinje, lo que resulta en una afectación no sólo de la función motora, sino también a nivel cognoscitivo y de relación.
Además, se manifiesta una elevación de la densidad celular en el sistema límbico (cerebro primitivo), que está dentro del lóbulo temporal y tiene que ver con la reactividad ante los estímulos internos, como las emociones y el miedo, lo que explica que las personas con autismo sean más sensibles y vulnerables al estrés.
El investigador especificó que una parte de este padecimiento es hereditario, aunque también influye la interacción con el ambiente. Se sabe que el factor genético interviene porque en los gemelos idénticos la concordancia del desarrollo del autismo llega a ser superior al 90 por ciento, y también su presencia es mayor en personas que tienen antecedentes familiares.
Características de los autistas
De acuerdo con estudios, se ha determinado que los autistas no siempre se dan cuenta que sufren estigmatización de parte de la sociedad, porque su capacidad de relación está disminuida; en cambio, su familia sí puede percatarse del rechazo, señaló.
De acuerdo a su capacidad de desenvolvimiento social, se clasifica en dos grupos: autismo de bajo o alto funcionamiento.
En el primer caso, se caracterizan por estar más aislados o con menor posibilidad de comunicarse; en el segundo, mantienen un mayor contacto y pueden funcionar mejor dentro de la colectividad, pero son más reactivos a la sensibilidad a causa de la estigmatización y falta de aceptación.
Esa situación puede desencadenar en otras entidades psiquiátricas, como los trastornos depresivos o ansiosos.
Un aspecto contradictorio del autismo, es que a pesar de las dificultades para relacionarse y comunicarse, en algunos casos se llegan a desarrollar capacidades superiores a la normal, especialmente en el campo de las matemáticas o aritmética.
Por ejemplo, mientras que 0.5 por ciento de la población neurotípica es capaz de efectuar labores extraordinarias en esas áreas, los autistas pueden hacerlo hasta en un 10 por ciento. Incluso, se piensa que debido a sus conocimientos extraordinarios, probablemente genios como Albert Einstein e Isaac Newton fueron autistas de alto funcionamiento.
Terapias y tratamientos
Para incrementar la socialización de niños autistas, es necesario que los familiares los lleven a terapias de juego, pues de esta manera pueden lograr un mayor acercamiento con las personas, aseveró.
Asimismo, es recomendable que las personas allegadas comprendan que el paciente requiere cuidados especiales, y no intentar verlo como alguien “normal”, para evitar frustraciones.
En ocasiones, es necesario recurrir a un tratamiento farmacológico para un mejor control conductual, pues llegan a tener comportamientos disruptivos que afectan más su relación con la sociedad, por lo que es frecuente que les receten antipsicóticos para disminuir la agitación y los comportamientos estereotipados.
El objetivo de la rehabilitación es que se optimice su capacidad de comunicación e interrelación con los demás; así, uno de bajo funcionamiento podría llegar a mejorar sustancialmente, o los de alto funcionamiento, impulsar alguna capacidad extraordinaria, impactando positivamente en los terrenos individual y social.
Una familia con un integrante autista sufre estrés y desgaste emocional o físico; por ello, se debe aceptar el problema y acudir a terapia de salud mental.
En México se necesita mayor infraestructura y difusión
México cuenta con un grupo importante de especialistas y clínicas que tratan a personas autistas; su objetivo es incorporarlos a la sociedad en la medida de lo posible, expuso.
Aunque existen herramientas que permiten su detección temprana, aún falta investigación que ayude a comprender por completo las causas y el tratamiento.
Sin embargo, dijo, la atención está centralizada en las urbes, por lo que muchos niños en los medios no urbanos son mal diagnosticados con retraso mental, o como normales con alteraciones en la conducta.
“Hace falta infraestructura, financiamiento y difusión para el dictamen y tratamiento y, sobre todo, se necesita sensibilización de la población acerca de este trastorno”, concluyó.
Créditos: UNAM. DGCS -427/unam.mx
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