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Árboles enanos aumentarán la producción de cítricos.

 
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Se han evaluado patrones enanizantes de cítricos que permitirán a los citricultores del país aumentar su productividad por área de cultivo.
Se han evaluado patrones enanizantes de cítricos que permitirán a los citricultores del país aumentar su productividad por área de cultivo.

20 de Febrero del 2013

Docentes de la UN han determinado la diversidad genética de la naranja y la mandarina para evaluar patrones enanizantes. Estos permitirán aumentar su productividad por área de cultivo en un 60%.

Según explica el profesor Herney Darío Vásquez, director del Grupo de nvestigación en Frutales Tropicales de la UN en Palmira, “los patrones nanizantes son características encontradas a través del mejoramiento genético de ciertas variedades de cítricos, mediante los cuales se reduce ignificativamente el tamaño de los árboles de cinco a dos metros de altura”.

En Colombia, dice el profesor, se prevé que, gracias a estos patrones, se ueden sembrar desde 800 hasta 1.200 árboles por hectárea. Esto representa una buena noticia para los citricultores del país, pues, según indica, actualmente se siembran de 300 a 400 árboles por hectárea, es decir, que se umentará la producción en un 60%”.

Este logro evidencia, además, los valiosos aportes que han hecho los investigadores de la UN en Palmira, que han fortalecido el agro nacional en aspectos cruciales para su desarrollo.

“Con esfuerzo hemos caracterizado la diversidad genética de la uchuva y de la mora en el suroccidente colombiano. Igualmente, de la mano de Corpoica, identificamos variedades de guayaba que tienen mejores características y que se están sembrando actualmente. Probablemente serán liberadas en el futuro por esta entidad”, afirma el profesor Jaime Eduardo Muñoz, director del grupo de investigación en Diversidad Biológica.

Los estudios, llevados a cabo en su gran mayoría en el laboratorio de Biología Molecular, creado en el año 2002, les han permitido a los investigadores caracterizar la diversidad genética de frutas, hortalizas, microorganismos y animales.

Así, han dado pasos decisivos en la caracterización de recursos zoogenéticos criollos, en procura de mejorarlos. De esa manera, han contribuido a su conocimiento y aprovechamiento.

“El grupo de investigación liderado por la profesora Luz Ángela Álvarez ha caracterizado las razas criollas colombianas y ha evaluado la calidad de su leche y de su carne. Entre otras cosas, ha desarrollado trabajos a nivel internacional que aportan resultados y que han sido publicados en revistas de alto nivel internacional”, cuenta el profesor Muñoz.

Según los expertos, estos estudios han logrado convertir a la sede en un referente destacado de investigación en diversidad genética que ha hecho contribuciones reales al sector agropecuario nacional.

Créditos: http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

Arboretum y palmetum, patrimonio natural de Medellín.

 
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19 de Febrero del 2013
Un conjunto de árboles y palmas adorna los recorridos por el campus de la UN en Medellín. Una riqueza natural que es instrumento de investigación por ser hábitat de varias especies de fauna y flora.
Atrás quedaron las extensas pasturas y sembradíos de la Facultad de Nacional de Agronomía y se abrieron paso las nuevas construcciones que albergan a las Facultades de Ciencias Humanas y Económicas, Arquitectura y Ciencias en el Núcleo El Volador.
Luego, árboles y palmas fueron llenando de vida, color, aire fresco y tranquilidad las actividades cotidianas de la comunidad académica de la sede.
La colección Arboretum y Palmetum cuenta con 412 especies pertenecientes a 64 familias botánicas. Fue creciendo gracias al aporte de docentes y egresados de la UN en Medellín, entre ellos los ingenieros forestales y esposos Teresita Varón y León Morales.
“Con la transformación de la ciudad, la Universidad quedó inmersa en un ambiente muy contaminado, ruidoso, con exceso de radiación y falta de privacidad. Con esta iniciativa buscamos proteger a la sede de estos efectos nocivos, tener material de apoyo para las actividades de docencia e investigación y crear espacios más amables para la comunidad universitaria”, dicen.
Especies conocidas (como tapaliso, cativo, choiba, cuipo, cachiparro, quitasol, chocho, molinillo, cacho de vaca, entre otras) hacen parte de la colección, que comprende 312 variedades de árboles y 100 palmas.
“En la sede tenemos las tres especies de caoba que hay en el mundo (Swietenia humilis, Swietenia macrophilya king y Swietenia mahogony)”, cuenta León Morales.
“Cuando Teresita salía a prácticas en distintas regiones del país, llegaba con nuevas especies, que le regalaban. Yo le pedía que me las diera para traerlas a la Universidad porque acá podrían apreciarlas muchas más personas que si las sembraba en la casa”, recuerda León Morales.
Las colecciones no solo han permitido recuperar y fortalecer un espacio verde, sino que —en esa delicadeza de las interacciones y la íntima interrelación que se teje entre las plantas y las cadenas que aparecen a su alrededor— ha permitido a diferentes investigadores reconocer y estudiar a una gran cantidad de insectos que intervienen en ese equilibrio.
“Los insectos constituyen el grupo más diverso que existe en el planeta y representan la mayor biomasa de la tierra. No es de extrañar, entonces, que en el campus universitario, gracias a su abundante disponibilidad de recursos y cobertura vegetal, este grupo haya encontrado las condiciones propicias para prosperar”, señala el investigador Gilberto Morales.
Según Morales, esta variedad tan amplia de insectos, que incluye hormigas, abejas, avispas, pulgones, cochinillas, chinches, grillos, cucarachas, entre otros, “es propicia para una inacabable labor de investigación en campos tan diversos como química, física, biología, ecología, entomología, artes, recreación, comportamiento, sociobiología y casi cualquier área del saber que uno pueda imaginar”.
Y es que, aunque a veces no se les ve y su canto se pierde entre el bullicio y el afán de las labores cotidianas, el campus de la UN en Medellín es hogar o sitio de visita de alrededor de 86 especies de aves, entre ellas gavilanes (caminero, maromero y aliancho), búhos, loros, guacamayas, pericos, pájaros carpinteros y pechirrojos.
Por eso, este patrimonio natural es motivo de orgullo no solo para la Institución, sino también para la región y el país.
Créditos: http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html
La colección Arboretum y Palmetum cuenta con 312 especies de árboles y 100 palmas.

La colección Arboretum y Palmetum cuenta con 312 especies de árboles y 100 palmas.

19 de Febrero del 2013

Un conjunto de árboles y palmas adorna los recorridos por el campus de la UN en Medellín. Una riqueza natural que es instrumento de investigación por ser hábitat de varias especies de fauna y flora.

Atrás quedaron las extensas pasturas y sembradíos de la Facultad de Nacional de Agronomía y se abrieron paso las nuevas construcciones que albergan a las Facultades de Ciencias Humanas y Económicas, Arquitectura y Ciencias en el Núcleo El Volador.

Luego, árboles y palmas fueron llenando de vida, color, aire fresco y tranquilidad las actividades cotidianas de la comunidad académica de la sede.

La colección Arboretum y Palmetum cuenta con 412 especies pertenecientes a 64 familias botánicas. Fue creciendo gracias al aporte de docentes y egresados de la UN en Medellín, entre ellos los ingenieros forestales y esposos Teresita Varón y León Morales.

“Con la transformación de la ciudad, la Universidad quedó inmersa en un ambiente muy contaminado, ruidoso, con exceso de radiación y falta de privacidad. Con esta iniciativa buscamos proteger a la sede de estos efectos nocivos, tener material de apoyo para las actividades de docencia e investigación y crear espacios más amables para la comunidad universitaria”, dicen.

Especies conocidas (como tapaliso, cativo, choiba, cuipo, cachiparro, quitasol, chocho, molinillo, cacho de vaca, entre otras) hacen parte de la colección, que comprende 312 variedades de árboles y 100 palmas.

“En la sede tenemos las tres especies de caoba que hay en el mundo (Swietenia humilis, Swietenia macrophilya king y Swietenia mahogony)”, cuenta León Morales.

“Cuando Teresita salía a prácticas en distintas regiones del país, llegaba con nuevas especies, que le regalaban. Yo le pedía que me las diera para traerlas a la Universidad porque acá podrían apreciarlas muchas más personas que si las sembraba en la casa”, recuerda León Morales.

Las colecciones no solo han permitido recuperar y fortalecer un espacio verde, sino que —en esa delicadeza de las interacciones y la íntima interrelación que se teje entre las plantas y las cadenas que aparecen a su alrededor— ha permitido a diferentes investigadores reconocer y estudiar a una gran cantidad de insectos que intervienen en ese equilibrio.

“Los insectos constituyen el grupo más diverso que existe en el planeta y representan la mayor biomasa de la tierra. No es de extrañar, entonces, que en el campus universitario, gracias a su abundante disponibilidad de recursos y cobertura vegetal, este grupo haya encontrado las condiciones propicias para prosperar”, señala el investigador Gilberto Morales.

Según Morales, esta variedad tan amplia de insectos, que incluye hormigas, abejas, avispas, pulgones, cochinillas, chinches, grillos, cucarachas, entre otros, “es propicia para una inacabable labor de investigación en campos tan diversos como química, física, biología, ecología, entomología, artes, recreación, comportamiento, sociobiología y casi cualquier área del saber que uno pueda imaginar”.

Y es que, aunque a veces no se les ve y su canto se pierde entre el bullicio y el afán de las labores cotidianas, el campus de la UN en Medellín es hogar o sitio de visita de alrededor de 86 especies de aves, entre ellas gavilanes (caminero, maromero y aliancho), búhos, loros, guacamayas, pericos, pájaros carpinteros y pechirrojos.

Por eso, este patrimonio natural es motivo de orgullo no solo para la Institución, sino también para la región y el país.

Créditos: http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

Miden actividad climática con análisis de anillos en árboles.

 
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20 de Diciembre del 2012
A partir de las bandas que se forman en la madera de árboles tropicales, expertos en dendrocronología identifican cambios, condiciones climáticas, dinámica solar de un entorno y otros aspectos ecológicos.
El estudio se hizo a partir de las formaciones semicirculares que contienen los árboles que son como archivos naturales de las condiciones medioambientales. Para este caso, los investigadores analizaron el Albizia niopoides, una especie de carbonero de Antioquia, con el cual se  pueden registrar los cambios en el ambiente a través de su crecimiento.
El estudiante de la Maestría en Bosques y Conservación Ambiental de la UN en Medellín, Jorge Andrés Giraldo, dice que la intención de estudiar dicha especie arbórea  fue hallar “la relación que existía entre sus anillos de crecimiento y las condiciones ambientales del sitio, tanto locales como climáticas en precipitación, temperatura, brillo solar, nubosidad, actividad solar y el flujo de rayos cósmicos –partículas electromagnéticas que favorecen la producción de nubes y lluvias–, y la influencia de la concentración  de carbono atmosférico.
Los núcleos de madera fueron extraídos del cañón del Río Porce de la zona inundada donde se construiría la represa, de modo que se pudieran tomar las muestras para proceder con el estudio, las mediciones y fechar las formaciones de los anillos de un año en el crecimiento de los árboles.
El investigador explica que para llegar a los datos ecológicos y medioambientales, luego de tener los discos de los árboles, es necesario pulir con lija de grano grueso y fino la superficie de los discos para resaltar los anillos o células que se forman en la madera. Luego, estas son estudiadas en el Laboratorio de Bosques y cambios climáticos, donde se identifican las características de la muestra en una plataforma Velmex medidora de anillos acoplada a un computador, un software para almacenar las mediciones de anillos, entre otras metodologías que arrojan los datos requeridos.
Aunque son muchas las variables ecológicas que se pueden hallar en las formaciones de los anillos, los investigadores destacan que se conoce sobre cambio climático y biomasa de los bosques, que es donde se sume la mayoría de carbono atmosférico como gas principal de efecto invernadero y otras, por ejemplo, que  demuestran que los  anillos delgados de árboles pueden concluir que las condiciones medioambientales durante ese año fueron limitantes para su crecimiento y, si son anchos, se puede deducir lo contrario.
El trabajo se destaca porque, por primera vez en Colombia, una especie de árbol tropical hace relación entre el crecimiento y los rayos cósmicos galácticos en cuanto a las relaciones con la actividad solar, pues solo se han hecho estos estudios en regiones templadas, boreales, subtropicales y en el trópico de Brasil.
El proyecto liderado por el docente investigador de la UN, Jorge Ignacio del Valle, busca establecer estudios en regiones como el Pacífico colombiano, también con otras especies, para replicar el trabajo como aporte a la investigación y la ecología.
Créditos:Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html
Los anillos de los árboles son como las células que se forman en la madera, a partir de las cuales se pueden identificar los aspectos climáticos.

Los anillos de los árboles son como las células que se forman en la madera, a partir de las cuales se pueden identificar los aspectos climáticos.

20 de Diciembre del 2012

A partir de las bandas que se forman en la madera de árboles tropicales, expertos en dendrocronología identifican cambios, condiciones climáticas, dinámica solar de un entorno y otros aspectos ecológicos.

El estudio se hizo a partir de las formaciones semicirculares que contienen los árboles que son como archivos naturales de las condiciones medioambientales. Para este caso, los investigadores analizaron el Albizia niopoides, una especie de carbonero de Antioquia, con el cual se  pueden registrar los cambios en el ambiente a través de su crecimiento.

El estudiante de la Maestría en Bosques y Conservación Ambiental de la UN en Medellín, Jorge Andrés Giraldo, dice que la intención de estudiar dicha especie arbórea  fue hallar “la relación que existía entre sus anillos de crecimiento y las condiciones ambientales del sitio, tanto locales como climáticas en precipitación, temperatura, brillo solar, nubosidad, actividad solar y el flujo de rayos cósmicos –partículas electromagnéticas que favorecen la producción de nubes y lluvias–, y la influencia de la concentración  de carbono atmosférico.

Los núcleos de madera fueron extraídos del cañón del Río Porce de la zona inundada donde se construiría la represa, de modo que se pudieran tomar las muestras para proceder con el estudio, las mediciones y fechar las formaciones de los anillos de un año en el crecimiento de los árboles.

El investigador explica que para llegar a los datos ecológicos y medioambientales, luego de tener los discos de los árboles, es necesario pulir con lija de grano grueso y fino la superficie de los discos para resaltar los anillos o células que se forman en la madera. Luego, estas son estudiadas en el Laboratorio de Bosques y cambios climáticos, donde se identifican las características de la muestra en una plataforma Velmex medidora de anillos acoplada a un computador, un software para almacenar las mediciones de anillos, entre otras metodologías que arrojan los datos requeridos.

Aunque son muchas las variables ecológicas que se pueden hallar en las formaciones de los anillos, los investigadores destacan que se conoce sobre cambio climático y biomasa de los bosques, que es donde se sume la mayoría de carbono atmosférico como gas principal de efecto invernadero y otras, por ejemplo, que  demuestran que los  anillos delgados de árboles pueden concluir que las condiciones medioambientales durante ese año fueron limitantes para su crecimiento y, si son anchos, se puede deducir lo contrario.

El trabajo se destaca porque, por primera vez en Colombia, una especie de árbol tropical hace relación entre el crecimiento y los rayos cósmicos galácticos en cuanto a las relaciones con la actividad solar, pues solo se han hecho estos estudios en regiones templadas, boreales, subtropicales y en el trópico de Brasil.

El proyecto liderado por el docente investigador de la UN, Jorge Ignacio del Valle, busca establecer estudios en regiones como el Pacífico colombiano, también con otras especies, para replicar el trabajo como aporte a la investigación y la ecología.

Créditos:Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

Líquenes chocoanos, un tesoro en la copa de los árboles

 
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Los investigadores reportaron 49 nuevas especies de líquenes para el departamento y 28 para Colombia.
Los investigadores reportaron 49 nuevas especies de líquenes para el departamento y 28 para Colombia.

15 de Agosto de 2012

Por primera vez, se elaboró el registro de líquenes foliícolas, organismos que crecen en la capa superior de las hojas. Se reportaron 49 nuevas especies para el departamento y 28 para Colombia.

En la Estación Ambiental de Tutunendo, en el Chocó biogeográfico colombiano, los investigadores de la UN caracterizaron la composición de estos organismos y registraron un total de 113 especies, pertenecientes a 31 géneros, 13 familias y 7 órdenes.

“Con esta investigación se incrementa la información existente sobre los líquenes del Chocó y confirmamos nuestra hipótesis de que estos organismos, que crecen en el dosel (capa superior de las hojas), son abundantes y poco estudiados”, asegura el profesor Jaime Aguirre, doctor en Biología.

Por otra parte, al igual que los musgos, los líquenes son ampliamente distribuidos y característicos de áreas tropicales muy húmedas, y su principal función es intervenir en el proceso de economía hídrica.

Líquenes y bosques chocoanos

Los investigadores tomaron como base una de las estaciones ambientales administradas por el Instituto de Investigaciones Ambientales del Pacífico (IIAP). Allí, la bióloga Nancy Mateus tomó muestras para estudiarlas y caracterizarlas en el laboratorio del Instituto de Ciencias Naturales de la UN.

La bióloga recolectó, reconoció e identificó alrededor de 200 muestras. Así, logró demostrar la riqueza, en cuanto a flora vascular, de musgos, de hepáticas y líquenes, que posee la región del Chocó. Asimismo, encontró que dentro de las familias más ricas están las Gomphillaceae, Pilocarpaceae, Arthoniaceae, Porinaceae y Strigulaceae.

“Desde luego, estos hallazgos y el notable incremento en el número de especies nos motivan a estudiar otras zonas del Chocó, para aumentar el conocimiento de estos organismos”, concluye el profesor Aguirre.

Créditos: agenciadenoticias.unal.edu.co

México, uno de los pulmones del mundo, obligado a preservar su biodiversidad

 
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México ocupa el tercer lugar mundial en mamíferos con más de 500 especies.
México ocupa el tercer lugar mundial en mamíferos con más de 500 especies.

23 de mayo de 2012

• Ocupa el tercer lugar mundial en mamíferos, con más de 500 especies; en aves, el octavo, con más de un millar; en plantas vasculares, como árboles, arbustos y matorrales, el quinto, con aproximadamente 23 mil 500, y en reptiles, el segundo, con más de 800 especies, indicó Gabriela Jiménez Casas, del Instituto de Biología de la UNAM

México es el tercer país con mayor biodiversidad en el planeta, lo que representa el compromiso de conservar un gran número de especies de mamíferos, aves, reptiles, plantas, animales invertebrados, peces y anfibios, entre otros seres vivos, según datos de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad. Esta riqueza natural convierte a nuestra nación en uno de los pulmones del mundo, refirió Gabriela Jiménez Casas, del Instituto de Ecología (IE) de la UNAM.

Por ello, se debe contrarrestar el deterioro por la contaminación y el cambio climático. La iniciativa para conmemorar el Día Internacional de la Diversidad Biológica, este 22 de mayo, nos recuerda la trascendencia de conservarla, a nivel nacional y global, por su importancia para subsistir. La desaparición de una especie afecta a todas las demás, hasta llegar a los seres humanos y su entorno, explicó.

Aunque existan procesos naturales de extinción, los humanos no deberíamos contribuir a la desaparición, señaló la responsable del Programa de Difusión del IE.

Entre estas iniciativas, es urgente detener el tráfico ilegal de plantas y animales exóticos, evitar la introducción de especies en regiones ajenas a su hábitat natural, a fin de conservar los procesos de evolución intactos en cada ecosistema, contrarrestar la deforestación y eliminar la contaminación.

En este ámbito, es fundamental la investigación básica. Los estudios relacionados con seres vivos permiten generar conocimiento acerca de sus características, interacciones y posibles beneficios para el ser humano, como el descubrimiento de medicamentos a partir de ciertas plantas, destacó.

Al respecto, informó que los integrantes del Instituto son responsables de proyectos encaminados a ese objetivo, como el programa de educación para la protección de los murciélagos migratorios y mexicanos, la estrategia nacional de conservación del jaguar, y la protección del Valle de Cuatro Ciénegas.

Además, realizan análisis de los bosques mexicanos; para preservar los perritos llaneros y los pastizales de Janos, Chihuahua; en la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel (REPSA), y en la Selva de Los Tuxtlas, entre otros.

México, país megadiverso

La especialista recordó que México ocupa el tercer lugar mundial en mamíferos, con más de 500 especies; en aves, la octava posición, con más de un millar; en plantas vasculares, como árboles, arbustos y matorrales, se ubica en el quinto puesto, con aproximadamente 23 mil 500; en reptiles, en el segundo, con más de 800. La diversidad se caracteriza por estar compuesta de un gran número de endémicas, es decir, exclusivas del territorio.

El 50 por ciento de plantas –unas 15 mil especies- que crecen aquí son de este tipo, es decir, si desaparecieran en México, lo harían en todo el planeta. Los reptiles y anfibios tienen una proporción de endémicas de 57 por ciento y 65 por ciento, respectivamente, y los mamíferos, de 32 por ciento.

El concepto de diversidad biológica refiere a la cantidad y variedad de seres vivos y de adaptaciones de los organismos al ambiente que encontramos en el planeta. También se conoce como biodiversidad.

México se ubica en la tercera posición de entre las 12 naciones megadiversas del planeta, sólo detrás de Estados Unidos y Colombia. En conjunto, albergan entre el 60 y 70 por ciento de la diversidad conocida en la Tierra. Casi en su totalidad, todos los tipos de vegetación terrestres se encuentran en el país, y algunos ecosistemas, como los humedales de Cuatro Ciénegas, en Coahuila, sólo se hallan en la nación.

Esta condición es resultado de la topografía y geología, y de la variedad de climas y microclimas. Asimismo, la ubicación coloca a nuestro territorio como unión de dos regiones biogeográficas, la Neártica y la Neotropical, lo que significa que aquí han evolucionado especies de distinta afinidad ecológica y geográfica.

En cuanto a la diversidad genética, no existe mucha información, pues el número de estudios es muy pequeño. Por la extensión territorial, no es de extrañar que muchas presenten una considerable variabilidad, pero también se han detectado algunas que tiene una muy baja y requieren de cuidado especial.

La efeméride

El 20 de diciembre del año 2000, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) decretó el 22 de mayo como el Día Internacional de la Diversidad Biológica, para difundir información, promover su protección y estimular a las organizaciones, instituciones académicas, legisladores, empresas y ciudadanos a tomar medidas directas para reducir la pérdida constante de la biodiversidad global y local.

De acuerdo con la instancia, entre 1970 y el 2000, se ha perdido el 40 por ciento de especies en el mundo. El consumo no sustentable continúa a la par de las exigencias por más recursos, que rebasan en aproximadamente 20 por ciento la capacidad biológica del planeta, en un contexto donde el 70 por ciento de la población pobre del mundo vive en zonas rurales y dependen directamente de la biodiversidad para su bienestar y supervivencia.

Créditos: unam.mx/boletin/325/2012