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AUMENTAN EN EL DF CONCENTRACIONES DE PÓLENES ALERGÉNICOS

 
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polenesalergicosEn las últimas semanas en el aire de la ciudad de México se han incrementado las concentraciones de pólenes alergénicos provenientes de árboles y pastos. Con ello ha aumentado considerablemente el riesgo de que ciertos sectores de la población padezcan diversos tipos de alergias, así como asma y otras respuestas patológicas.

“Esto ya lo esperábamos. Después de cinco años de análisis en la Red Mexicana de Aerobiología (REMA) de la UNAM sabemos que la cantidad de pólenes provenientes principalmente de árboles como fresnos, ailes y algunos del género Cupressus (cedros, juníperos y tuyas) empieza a crecer en el aire de nuestra urbe a partir de noviembre o diciembre. Estas concentraciones polínicas varían según la zona”, indicó María del Carmen Calderón Ezquerro.

Síntomas

La investigadora del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de esta casa de estudios y coordinadora de la REMA comentó que los síntomas asociados a las partes alergénicas de los pólenes, que son las proteicas, dependen tanto de las concentraciones y las especies polínicas, como de la sensibilidad de cada individuo.

Es decir, no todas las personas son sensibles a todas las especies polínicas, ni responden de igual manera a una en particular. Muchas pueden presentar síntomas asociados a las vías respiratorias o las mucosas y otras a los ojos, nariz, bronquios o garganta.

Por ejemplo, algunos individuos sólo registran molestias oculares: prurito, lagrimeo y sensación de tener los ojos rojos o un cuerpo extraño en ellos. Otros manifiestan síntomas nasales que generalmente son confundidos con un cuadro gripal por la mayoría de la gente e incluso por personal de salud: congestión nasal, escurrimiento, estornudos y comezón en la nariz.

Unos más, sintomatologías bronquiales: falta de aire, sibilancias (sonidos que produce el aire al pasar por las vías respiratorias congestionadas), tos y sensación de no poder respirar en forma adecuada. Asimismo, hay quienes muestran signos asociados a la garganta: irritación, cosquilleo y carraspeo.

“Aún más, puede haber combinaciones diferentes: pacientes que reaccionan con ojos y nariz, con nariz y bronquios o con bronquios y garganta; es decir, no existe una sola forma de responder ante una alergia”, apuntó Guillermo Guidos Fogelbach, médico alergólogo del Servicio de Alergia del Centro Médico Nacional Siglo XXI y colaborador permanente de la REMA.

Por otro lado, los síntomas que pueda presentar alguien que es sensible a una sola especie polínica serán diferentes de los que muestre quien lo es a 10.

“¿Por qué?, porque el que sea sensible a una tendrá síntomas durante menos tiempo que quien lo sea a las 10, este último los tendrá por la mañana, tarde o noche, o a lo largo del día. Eso dependerá de la sensibilidad y susceptibilidad”, agregó.

 Recurrencia

Algunos individuos presentan manifestaciones subcutáneas, oculares o respiratorias únicamente en primavera, otros sólo en invierno y unos más siempre que se acercan a una fuente emisora –como un parque– o se acuestan en el pasto. Para tratar con éxito una alergia polínica, el médico alergólogo debe tomar en cuenta la estacionalidad y recurrencia de los síntomas, el tiempo que la persona los padece y si están asociados a otras patologías.

Y es que si alguien lleva tres días con síntomas nasales como escurrimiento y estornudos, acompañados de otros como fiebre y malestar y no tiene antecedentes familiares, es difícil asociarlos a un cuadro alérgico, pero si desde hace meses o años los padece, en una temporada se incrementan y además tiene antecedentes familiares, se puede sospechar con fundamento que se trata de una alergia.

De ahí que sea fundamental no sólo ver el tipo de síntomas, sino también en qué temporada del año, durante cuánto tiempo y desde cuándo.

Lo más importante es la recurrencia. Las alergias no se acompañan de malestares generales como fiebre, pero si se presentan molestias bronquiales o nasales, son recurrentes y no se quitan, y un médico receta un tratamiento habitual para un cuadro gripal y no se mejora, y vuelven con igual magnitud o más agudizadas, lo mejor es hacer un alto y pensar que probablemente se tiene una sensibilidad alérgica, subrayó Guidos Fogelbach.

La REMA

Para determinar a qué es alérgica una persona, el médico alergólogo hace un estudio en el que se valora la historia clínica y recurrencia de sus síntomas.

Esto se complementa con pruebas, que consisten en aplicar o administrar diferentes alérgenos a través de un ligero rasguño o escarificación en la piel y ver la reacción de la persona (si es sensible, presentará una reacción local en el lugar de aplicación).

En este punto del problema es donde la labor de la REMA resulta invaluable, pues informa puntualmente qué pólenes se encuentran en el aire de varias zonas de la ciudad de México y en qué concentraciones.

“Hace cinco años mis colaboradores y yo comenzamos a hacer el Calendario Polínico. Hoy casi lo tenemos listo. De esta manera podremos informar con seguridad cuáles pólenes habrá en cada época del año, lo que permitirá que la gente tome las medidas de prevención necesarias y los médicos sepan cómo controlar las alergias y otras respuestas patológicas ocasionadas por ellos”, indicó Calderón Ezquerro.

Por lo pronto, la REMA tiene una página electrónica (www.atmosfera.unam.mx/rema) en la que cada semana se da cuenta de las concentraciones registradas en cada una de sus siete estaciones de muestreo (Cuajimalpa, Coyoacán, Iztapalapa, Miguel Hidalgo, Tlalpan, Gustavo A. Madero y Toluca), así como del pronóstico para la siguiente semana.

Los semáforos de alerta polínica de cada estación utilizan los colores tradicionales: el verde significa que las concentraciones de pólenes son bajas; el amarillo, moderadas; el rojo, altas y el rojo con negro, muy altas.

“Antes, esta clase de información se generaba muy poco en nuestro entorno. Sin embargo, al establecer la REMA nos abocamos a monitorear las concentraciones en esta urbe los 365 días del año. Por lo tanto, ya podemos decir con certeza qué pólenes hay en el aire de varias zonas y en qué concentraciones. Esta información es muy valiosa tanto para la gente como para el sector salud. Nuestro objetivo es crear lo que ya existe en Estados Unidos y Europa: una cultura que le permita a la gente cuidarse”, concluyó Calderón Ezquerro.

Créditos:UNAM-DGCS-158-2014

La aerobiología, con gran potencial para el diagnóstico temprano en fitosanidad.

 
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La aerobiología es de gran utilidad para la detección de hongos patógenos antes de que infecten cultivos y causen pérdidas de cosechas, que en el caso de la soya, el frijol y la jícama, representan cerca de 948 mil toneladas, equivalentes a más de ocho mil 600 millones de pesos en 2011.
El hongo que ocasiona esa situación en la agricultura mexicana es Phakopsora pachyrhizi (causante de la roya asiática); tan sólo en leguminosas puede llegar a afectar al 90 por ciento de los cultivos.
Esta plaga está presente en nuestro país desde 2005, y ha dañado sembradíos en San Luis Potosí, Tamaulipas, Chiapas, Campeche y Veracruz. Además, en este último ha causado grandes mermas en jícama.
Puede atacar frijol, haba y chícharo, así como a especies utilizadas como forraje: trébol, cascabelillo, flamboyan, carrapiceo y frijol jacinto, entre otras.
Debido a que la aerobiología es fundamental en la vigilancia, alerta y monitoreo de plagas, investigadoras del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la UNAM proponen un seguimiento fitosanitario para diagnosticar la propagación y dispersión de plagas por regiones aerobiológicas.
María del Carmen Calderón Ezquerro e Hilda Adriana Guerrero Parra plantean que el monitoreo del aire se haga a través de una red de vigilancia epidemiológica fitosanitaria, apoyada en mapas de riesgo para cada plaga, y en modelos de dispersión del patógeno P. pachyrhizi, con el fin de dar la aviso sanitario a las autoridades correspondientes.
Asesorada por Calderón Ezquerro, Guerrero Parra realizó el estudio Monitoreo aerobiológico y detección de urediniosporas de Phakopsora pachyrhizi en cultivos de soya de Tamaulipas, como tesis de maestría en Ciencias.
En el auditorio Julián Adem del CCA-UNAM presentó resultados y conclusiones de su estudio de caso, cuyo monitoreo se realizó en el campo experimental Las Huastecas, municipio de Altamira, Tamaulipas, a cargo del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias.
El objetivo, dijo Hilda Guerrero, fue evaluar el potencial de detección de ADN específico de urediniosporas de P. pachyrhizi, en muestras colectadas del aire de cultivos de soya, mediante la prueba de PCR, y estimar su concentración en el aire durante un ciclo agrícola.
PCR y QPCR son métodos de biología molecular que, en conjunción con distintas trampas de esporas en monitoreo aerobiológico, se aplicaron con éxito para determinar la presencia (o ausencia) y cuántos de estos fitopatógenos se encontraban en el aire de los cultivos.
También, utilizó nuevos oligonucleótidos específicos, diseñados en el CCA (secuencias cortas de ADN) para mejorar la sensibilidad de la detección de P. pachyrhizi mediante PCR. Una vez estandarizada esta prueba, realizó la detección molecular en muestras de campo.
Antes, se hicieron estudios de laboratorio para determinar si bajo condiciones controladas era posible realizar el monitoreo y la detección molecular con PCR. Se estandarizó el seguimiento del cultivo de soya y se analizaron las variables ambientales del campo experimental (temperatura, precipitación y humedad). Además de colectar las urediniosporas, de hojas infectadas y de cortes de las cintas de las trampas donde quedaron impactadas.
Por primera vez en México, afirmó Guerrero Parra, se realizó con éxito y de manera eficiente la detección molecular de urediniosporas de P. pachyrhizi, y se demostró la viabilidad de esta prueba en laboratorio y campo.
Además, se determinó la sensibilidad y el límite de detección de oligonucleótidos específicos, y se encontró la presencia mínima de 4 urediniosporas/µl de muestra. Con los nuevos oligonucléotidos se incrementó la sensibilidad de detección, y se pudo detectar hasta 1 urediniospora.
“Pudimos detectar, cinco semanas antes del reporte del Comité Estatal de Sanidad Vegetal, que las urediniosporas ya estaban en el aire”. Esto habla del potencial de diagnóstico temprano que ofrece la aerobiología, lo que permite tomar acciones para evitar la infección.
Guerrero Parra consideró necesario establecer una red de puntos en el país, susceptibles de desarrollar la roya asiática de la soya, y que los monitoreos de alerta se puedan subir a una página web desarrollada por la Dirección General de Sanidad Vegetal (DGSV-SENASICA).
Al respecto, mostró como ejemplo la USDA Public PIPE Website, plataforma del Departamento de Agricultura de EU. Ahí se realiza y sube monitoreo, y los productores pueden ver las zonas con probabilidad de ser infectadas por el hongo, o que ya tienen la plaga.

Hilda Adriana Guerrero Parra realizó el estudio Monitoreo aerobiológico y detección de urediniosporas de Phakopsora pachyrhizi en cultivos de soya de Tamaulipas, como tesis de maestría en Ciencias.

Hilda Adriana Guerrero Parra realizó el estudio Monitoreo aerobiológico y detección de urediniosporas de Phakopsora pachyrhizi en cultivos de soya de Tamaulipas, como tesis de maestría en Ciencias.

3 de Septiembre del 2012

La aerobiología es de gran utilidad para la detección de hongos patógenos antes de que infecten cultivos y causen pérdidas de cosechas, que en el caso de la soya, el frijol y la jícama, representan cerca de 948 mil toneladas, equivalentes a más de ocho mil 600 millones de pesos en 2011.

El hongo que ocasiona esa situación en la agricultura mexicana es Phakopsora pachyrhizi (causante de la roya asiática); tan sólo en leguminosas puede llegar a afectar al 90 por ciento de los cultivos.

Esta plaga está presente en nuestro país desde 2005, y ha dañado sembradíos en San Luis Potosí, Tamaulipas, Chiapas, Campeche y Veracruz. Además, en este último ha causado grandes mermas en jícama.

Puede atacar frijol, haba y chícharo, así como a especies utilizadas como forraje: trébol, cascabelillo, flamboyan, carrapiceo y frijol jacinto, entre otras.

Debido a que la aerobiología es fundamental en la vigilancia, alerta y monitoreo de plagas, investigadoras del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la UNAM proponen un seguimiento fitosanitario para diagnosticar la propagación y dispersión de plagas por regiones aerobiológicas.

María del Carmen Calderón Ezquerro e Hilda Adriana Guerrero Parra plantean que el monitoreo del aire se haga a través de una red de vigilancia epidemiológica fitosanitaria, apoyada en mapas de riesgo para cada plaga, y en modelos de dispersión del patógeno P. pachyrhizi, con el fin de dar la aviso sanitario a las autoridades correspondientes.

Asesorada por Calderón Ezquerro, Guerrero Parra realizó el estudio Monitoreo aerobiológico y detección de urediniosporas de Phakopsora pachyrhizi en cultivos de soya de Tamaulipas, como tesis de maestría en Ciencias.

En el auditorio Julián Adem del CCA-UNAM presentó resultados y conclusiones de su estudio de caso, cuyo monitoreo se realizó en el campo experimental Las Huastecas, municipio de Altamira, Tamaulipas, a cargo del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias.

El objetivo, dijo Hilda Guerrero, fue evaluar el potencial de detección de ADN específico de urediniosporas de P. pachyrhizi, en muestras colectadas del aire de cultivos de soya, mediante la prueba de PCR, y estimar su concentración en el aire durante un ciclo agrícola.

PCR y QPCR son métodos de biología molecular que, en conjunción con distintas trampas de esporas en monitoreo aerobiológico, se aplicaron con éxito para determinar la presencia (o ausencia) y cuántos de estos fitopatógenos se encontraban en el aire de los cultivos.

También, utilizó nuevos oligonucleótidos específicos, diseñados en el CCA (secuencias cortas de ADN) para mejorar la sensibilidad de la detección de P. pachyrhizi mediante PCR. Una vez estandarizada esta prueba, realizó la detección molecular en muestras de campo.

Antes, se hicieron estudios de laboratorio para determinar si bajo condiciones controladas era posible realizar el monitoreo y la detección molecular con PCR. Se estandarizó el seguimiento del cultivo de soya y se analizaron las variables ambientales del campo experimental (temperatura, precipitación y humedad). Además de colectar las urediniosporas, de hojas infectadas y de cortes de las cintas de las trampas donde quedaron impactadas.

Por primera vez en México, afirmó Guerrero Parra, se realizó con éxito y de manera eficiente la detección molecular de urediniosporas de P. pachyrhizi, y se demostró la viabilidad de esta prueba en laboratorio y campo.

Además, se determinó la sensibilidad y el límite de detección de oligonucleótidos específicos, y se encontró la presencia mínima de 4 urediniosporas/µl de muestra. Con los nuevos oligonucléotidos se incrementó la sensibilidad de detección, y se pudo detectar hasta 1 urediniospora.

“Pudimos detectar, cinco semanas antes del reporte del Comité Estatal de Sanidad Vegetal, que las urediniosporas ya estaban en el aire”. Esto habla del potencial de diagnóstico temprano que ofrece la aerobiología, lo que permite tomar acciones para evitar la infección.

Guerrero Parra consideró necesario establecer una red de puntos en el país, susceptibles de desarrollar la roya asiática de la soya, y que los monitoreos de alerta se puedan subir a una página web desarrollada por la Dirección General de Sanidad Vegetal (DGSV-SENASICA).

Al respecto, mostró como ejemplo la USDA Public PIPE Website, plataforma del Departamento de Agricultura de EU. Ahí se realiza y sube monitoreo, y los productores pueden ver las zonas con probabilidad de ser infectadas por el hongo, o que ya tienen la plaga.

Boletín UNAM-DGCS-543

Ciudad Universitaria.