



24 de mayo de 2011
La educación otorga armas para razonar sobre el futuro, permite a la sociedad crecer intelectualmente, llevar al individuo por un camino moral y ético, y forma hombres que lleven a una transformación social, afirmó Enrique Medina Miranda, estudiante de la Universidad Autónoma del Estado de México.
En su conferencia Educación, ¿para qué?, durante el XXVIII Encuentro Nacional de Estudiantes y Pasantes de Filosofía, que efectúa la Facultad de Filosofía y Letras de la BUAP, comentó que la educación debe comenzar en la familia, para extenderse después a la escuela y reforzarse.
El alumno lamentó que el pueblo no manifieste lo que espera de la educación, existiendo así un abandono de la misma, porque enseñar no implica esperar aprender algo, ni memorizar conceptos, sino comprender qué es, para qué sirve y cómo se emplea.
Hoy en día “la pedagogía es vista como enseñanza y no como ciencia, como algo que se imparte como un trámite o política institucional, por lo que es importante establecer el fin educativo: una educación basada en competencias”.
Medina Miranda dijo que “educar es formar, es decir, enseñar para preparar al individuo ante los desafíos que se le presenten a lo largo de su vida; incluso materias como Filosofía le sirven para que adopte modos para acceder a la realidad”.
En la mesa Filosofía de la Educación, Juan Roberto Pérez Tostado, alumno de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, indicó que la televisión es un medio de comunicación que tiene una gran influencia en los infantes, quienes antes de leer y escribir ya se encuentran ante ella. En cada casa puede faltar todo, menos un televisor.
En su ponencia La educación de la televisión en los niños, señaló que “este aparato proporciona información, pero enajena a las personas mostrando una realidad virtual, que no es más que una irrealidad que sólo existe en la pantalla”.
De esta manera, una persona no aprecia lo maravilloso de la vida cotidiana como las construcciones, los ojos profundos y melancólicos de una anciana y hasta las nubes de un atardecer.
Además convierte al individuo en un ser pasivo que sólo se limita a mirar, porque “induce a un mundo de apariencias e indecisión, quita las ganas de arreglar la casa, platicar con los amigos o realizar manualidades”.
Pérez Tostado consideró que falta promover la cultura en este medio de comunicación por parte de los organismos gubernamentales, así como reglamentos en los hogares que establezcan horarios para observarla.
Créditos: BUAP/Comunicación Institucional/buap.mx