



24 de junio 2011
Mientras que en las calles de la urbe hay más adaptaciones para personas discapacitadas tales como rampas, señalética, semáforos con aditamentos para invidentes, en la vivienda falta más por hacer pues no hay un documento que ilustre de forma sencilla las acciones que faciliten dicha accesibilidad.
Así lo consideró Adriana Zepeda Aguilar, alumna de la licenciatura en Diseño de Interiores y Ambientación de la Universidad de Guadalajara que realizó un estudio de tesis sobre las dimensiones del ser humano, medidas existentes y normativas respecto al diseño universal para discapacitados.
Como resultado de este trabajo elaboró el manual de adecuaciones de espacios para discapacitados que en 60 páginas muestra de forma práctica, ilustrada y sencilla las normas establecidas a nivel internacional o basadas en diversos reglamentos.
Dicho manuscrito está dividido en dos áreas: desplazamiento horizontal y vertical e incluye zonas de la vivienda, así como sus posibles adecuaciones para el desarrollo de actividades de descanso, esparcimiento, aseo y alimentación para quien padece una discapacidad motriz.
Según el Consejo Estatal de Población, en 2010 había 290 mil 656 jaliscienses con alguna dificultad física o mental, lo que representa el 4.0 por ciento de la población en Jalisco; de este porcentaje, “la limitación para caminar o moverse es la de mayor frecuencia y concentra el 57.5 por ciento de las personas [con discapacidad] en la entidad”.
Puesto que en la urbe hay muchos ciudadanos que habitan edificios o casas pequeñas, el manual explica las medidas mínimas y sugiere diversas acciones que van desde las básicas hasta las tecnológicas que facilitarán la accesibilidad de quien emplea silla de ruedas. Lo primero es conocer las necesidades de la persona.
Una adecuación simple puede ser eliminar obstáculos de pasillos. “Si en una casa quieren tener elementos decorativos, es preferible colgarlos en los muros”, sugiere. En los baños, en vez de tener estructuras de aluminio poner una cortina plástica. Colocar rampa a la entrada de la vivienda y a cierta altura las chapas, apagadores de luz y objetos de uso cotidiano.
La estudiante del Centro Universitario de Arte Arquitectura y Diseño espera que este trabajo pueda estar disponible para todos, a fin de que los discapacitados tengan una mayor independencia en el hogar. “Es básico que el ser humano viva en un ambiente donde encuentre todo lo necesario para desarrollarse plenamente, por lo que es indispensable que la vivienda funcione de manera adecuada para todos”, incluyendo a las personas con capacidades diferentes.
Créditos: www.udg.mx/noticias