En México, la lucha de grupos GLIBT por sus derechos ha repercutido en la democracia

 
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24 de enero de 2011

* Un reto es incorporar en la educación estas otras formas de relación humana

* Aporta el entendimiento de las igualdades y diferencias humanasgay

La mayor contribución de las nuevas formas de expresión en la sexualidad ha sido el impacto directo a la cultura democrática por su aporte a la tolerancia y las nuevas formas de democracia en México, corresponde ahora a los investigadores de los movimientos sociales la reconstrucción histórica, el desarrollo de estrategias e impulsar la transformación de la gestión tanto en la educación como en las instituciones políticas, aseveró el doctor Roberto González Villarreal, investigador del doctorado en Educación de la Universidad Pedagógica, en el seminario Café debate de cultura política, de la Universidad Autónoma Metropolitana.

El movimiento Lésbico Gay de Liberación Homosexual en México ha tenido aportes importantes en términos generales y de gestión, como la aceptación de una manera diferente de vida en pareja y la reivindicación de otras formas de familia, esto implica que las instituciones y los organismos enfrenten y discutan nuevas realidades, posibles por la lucha de los movimientos y las personas, refirió el doctor en Economía.

La mayor incidencia social de este movimiento, ahora conocido como GLIBT por incorporar a otros sujetos que se constituyen en esta lucha, es el entendimiento de las igualdades y diferencias humanas, y la reivindicación de la diferencia como parte constitutiva de la democracia.

Las estrategias de emancipación, el régimen en el que se desarrolla la liberación lésbico gay tiene los siguientes elementos: una segregación del deseo homoerótico del cuerpo social, la formulación de arreglos institucionales de exclusión y castigo, conjunto de técnicas de corrección de cuerpo, discursos de normalización, representaciones estereotipadas, personajes errantes, espacios enclaustrados, individuos segregados y figuras heterodefinidas a partir de la norma heterosexista.

Las etapas de formación del movimiento no cronológicas identificadas por el investigador, a partir de cuatro estrategias sociales configuradas, son: la visibilidad, ser enunciables y autoenunciables, la interioridad del sujeto, vista como proceso social y comunal que comparte formas de conducta, y la institucionalización o régimen de gubernamentalidad gay.

Construcciones múltiples y heterogéneas que sólo pueden distinguirse a partir de la regularidad de sus objetivos y no de la permanencia de sus actores, instituciones o personalidades.

Un reto para los GLIBT es incorporar en la educación, desde la niñez hasta el currículum, estas otras formas de relación humana y recuperarlas en términos de constitución y sujetos democráticos, con el fin de aprender sobre nuevas formas de convivencia.

Créditos: UAM/Dirección de Comunicación Social/uam.mx / Boletín 021/11

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