



BOGOTÁ D. C., 27 de septiembre de 2018 — Agencia de Noticias UN-
La homeostasis energética es el equilibrio que debería existir entre la energía que se ingiere a través de los alimentos y la que se gasta por medio de la actividad física y de las funciones vitales del cuerpo. Cuando este equilibrio se pierde el cuerpo humano empieza a acumular grasa, lo que produce la adiposidad propia de la obesidad.
Jenny Andrea Leiva Salazar, magíster en Genética Humana de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), estudió nuevos genes presentes en el tracto gastrointestinal involucrados en mantener dicho equilibrio. El trabajo fue dirigido por el profesor Jorge Eduardo Caminos Pinzón, de la Facultad de Medicina de la U.N.
“Nos centramos en identificar nuevos genes del tracto gastrointestinal, porque a este nivel es donde se producen diferentes sustancias en respuesta al estado de ayuno o de alimentación del organismo. Estas son censadas por el cerebro regulando el apetito o el estado de saciedad del organismo y de esta manera la ingesta calórica y el balance energético”, explica la investigadora.
Cuando la expresión de estos genes no se da adecuadamente, los mecanismos que ayudan a regular el apetito y la saciedad se alteran afectando el equilibrio energético del organismo y favoreciendo la obesidad.
“En el estudio identificamos varios genes, pero escogimos uno de ellos como el ‘gen candidato para estudiar’, ya que cumplía con ciertos criterios de selección, su expresion cambiaba durante los diferentes estados de ayuno o alimentación y su descripción en la literatura era escasa y reciente, lo que nos permitía hacer un aporte novedoso a la literatura científica”, indicó la investigadora.
El gen elegido recibe el nombre de Angiopoyetina like 4 y participa de la homeostasis energética regulando el metabolismo de los lípidos por medio del control de la actividad de una enzima conocida como lipoprotein lipasa.
Esta enzima se encarga de que los triglicéridos que viajan por la circulación sean degradados liberando ácidos grasos libres para ser distribuidos adecuadamente en el organismo y ser utilizados como combustible energético.
Cuando la distribución de estos ácidos grasos no es la adecuada, pueden acumularse a nivel del tejido adiposo ocasionando la adiposidad que caracteriza a la obesidad.
Para garantizar la distribucion adecuada de los ácidos grasos y la salud metabólica del organismo, Angiopoyetina like 4 debe regular la absorción de los ácidos grasos, principalmente en el tejido adiposo, en función del estado de ayuno o de alimentación. Cuando la expresión de este gen se altera, como sucede en los organismos obesos, se puede favorecer el desarrollo del sobrepeso.
De ratas a humanos
Aunque son muchos los genes que se han descubierto a ese nivel, todavía no se conoce a ciencia cierta cómo funcionan exactamente, por lo que la genetista decidió explorar un poco más en este asunto con los especímenes de ratas Zucker, el modelo animal más conocido de obesidad genética. Se esperaba que los resultados obtenidos en ese modelo animal pudieran ser útiles para el estudio de la obesidad en los humanos, debido a las limitaciones metodológicas para realizar ensayos in vivo.
“Los genes usualmente codifican para proteínas, que son las que finalmente contribuyen a las diferentes funciones dentro del organismo. La manera como quisimos proyectar lo que sucedería en humanos consistió en medir a nivel sérico el comportamiento de la proteína codificada por el gen de Angiopoyetina like 4 en personas obesas y delgadas”, señala la magíster.
Esto se evaluó en algunos estudiantes delgados y otros obesos que participaron en el estudio, en quienes se observó que el comportamiento que había tenido la proteína asociada con el gen de Angiopoyetina like 4 en las ratas magras y obesas fue muy semejante.
En la investigación se describió el comportamiento del gen y se planteó que dada la importancia de su participacion como regulador de la homeostasis energética podría ser tenido en cuenta a futuro como potencial blanco terapéutico en el diseño de estrategias efectivas para tratar la obesidad.
Fuente: agenciadenoticias.unal.edu.co